I
Viento
Los capullos de rosas se encontraban sobre la mesita blanca de noche, una antigüedad rescatada del sótano de la casa. El furtivo viento hacía de las suyas, y los objetos más vulnerables a sus travesuras: hojas, sobres. Algunas víctimas parecían buscar refugio debajo de la cama. Sin embargo, no había límites para su maquiavélico plan. Sus secuaces, las cortinas de satén verde pálido, se balanceaban peligrosamente hacia el florero de cristal cortado, y la divertida travesura dio un giro trágico. El frágil objeto no se rompió, y algunos capullos se vieron liberados de su prisión. El agua surco la vieja madera hasta tocar el piso, y la tinta de algunas cartas se fue degradando; cursivas convertidas en manchas negras e ilegibles. Palabras sueltas e inconexas padecían de amnesia. Evocaban momentos borrosos y distantes.
El bulto inerte debajo de las sábanas de puro algodón, no tenía ni la menor idea de que alguien entraba al aposento. La puerta de madera fue abierta muy lentamente, pese a que la persona no mostraba el más mínimo miedo a ser descubierta.
La molestia se reflejó en su rostro cuando sus pies descalzos hicieron contacto con el frágil papel mojado, algunos pedacitos se adhirieron a las plantas de sus pies. El caminito de huellas terminó a un lado de la cama. Besó su frente, anhelando que el beso traspasara la muralla del país de los sueños.
–¿Cómo puedes dormir en un día tan soleado? ¡Floja, es hora de despertar!
Ella se cubrió, ya que el travieso viento no le daba tregua a su rubia cabellera. Sin embargo, no le quedó más remedio que despedirse de las delicias del ensueño. Estiro sus brazos y bostezo. Entreabrió sus parpados, ya que sus pupilas se estaban acostumbrando a los intensos rayos de sol.
Sintió una molestia en su costado derecho, otra vez se había dormido mientras escuchaba música. Dejo el iPhone sobre la mesita blanca de noche, una antigüedad rescata del sótano del edificio.
–¿Usagi, cómo puedes dormir en un día tan soleado? –se dijo a sí misma.
El sueño había sido reparador, ahora veía desde otra perspectiva la que había sido una terrible y solitaria noche. Independizarse tenía sus ventajas y desventajas.
–A la ¨ducha¨, y como nueva…
Su mueca de desconcierto no pudo reflejarse en el cristal de la ventana, ya que la persiana estaba cerrada. Su mirada azul se dirigió al techo, y llego a una lógica conclusión.
–¡Fue sólo un sueño!
C
Otra historia que por fin sale de mi larga lista de borradores, y en está ocasión quiero darle la oportunidad a un(a) de mis lector(a)s para que elija al segundo protagonista de este Two-Shot. Sólo tomare en cuenta El PRIMER COMENTARIO con el nombre de uno de los personajes de Sailor Moon. Me gustan los retos, pero si no recibo respuesta, no hay ningún problema ya que tendrán la continuación con mi personaje favorito.
Les deseo un feliz y próspero 2016.
