Tomando Valor

Por fin me había atrevido a decírselo todo a Quinn, quizá no fue el momento perfecto, pero en realidad, era el único momento oportuno.

Estamos en su automóvil, frente a mi casa, ella de piloto, yo a su lado. La tensión está presente.

Luego de las palabras que ha escuchado de mi boca, está paralizada, lo noto.

"¿Estás bien?" Pregunto en tono preocupado, muy preocupado.

"Lo siento", digo al no escuchar respuesta a la pregunta anterior.

Inmediatamente una mirada fija en el horizonte pregunta "¿Por qué?"

"¿Por qué, qué?" Pregunto conociendo su dirección.

"¿Por qué lo sientes?" responde, y finalmente me mira a los ojos.

Solo cinco segundos duró la mirada, mirada desconcertada; con brillos extraños.

Yo, tontamente respondo "Por decirte lo que siento por ti, sé que es mucho que tomar".

"Al contrario, estoy…" pausa su intervención por diez segundos, segundos eternos.

"Estoy sí, extrañada, confundida, preocupada" continuó diciendo con las cejas curveadas.

Antes de poder dejarla terminar la oración le dije "Pues, por eso es precisamente, lo siento".

"No, yo lo siento" dijo mirándome esta vez con una mirada desesperada pero segura.

No respondí al instante, estaba analizando el porqué ella diría tal cosa.

"Ahora soy yo la que pregunta el porqué lo sientes" Le dije rindiéndome a su respuesta.

Ella sonrió de lado, se acercó a mí y me abrazó fuerte.

Sentí en mi espalda como se peinaba un mechón de cabello hacia detrás de su oreja derecha.

Yo sin querer suspiré fuertemente y en un acto innato la abracé más fuerte.

Al respirar, mi estómago se volvió cenizas; ese olor, otra vez el olor que tanto había extrañado.

Estaba presente, y se acentuaba poco a poco… o al menos así lo sentí.

"¿Estás bien?" Le pregunté por segunda vez clavando mi cara en su cuello intentando acercarme a su oído.

Me respondió muy rápido, imitando mis mismos movimientos "Lo estoy, ¿lo estás?".

Reí aliviada "Claro que lo estoy, un poco asustada, pero estoy bien" dije mientras lentamente me alejaba de su cuerpo para encontrarme con sus fulminantes ojos.

Nos miramos fijamente por cinco segundos, hasta que su mirada se posó en mis labios.

Oh Dios, ¿Daría el paso que creía iba a dar?; lo dudé, es muy atorado hacer eso, aún está loca por mi confesión.

Una sonrisa leve asomó su rostro y volvió a verme los ojos, estos, pedían permiso. Y yo acepté.

Poco a poco fuimos disminuyendo el espacio que quedaba entre nosotras y un susurro poco sonoro ella soltó "Por esto, lo siento, pero tengo que hacerlo"

Nos besamos.

Por mi mente pasaban muchas cosas al mismo tiempo, no lo podía creer, y estoy casi segura que ella tampoco.

Ese fue un pequeño beso, no duró más que cinco segundos, nos separamos milimétricamente y despacio, casi planeado abrimos los ojos al mismo tiempo, nuestras miradas contenían preocupación, confusión y nerviosismo, pero más que todo deseo.

"Si vas a cometer un error, mejor hazlo bien" le dije a manera de broma, pero mis expresiones no alegaban a broma; era una situación seria.

Ella saboreó sus labios, recorrió con la mirada mi cuello y posó su mano izquierda en el mismo "Si vas a aprovecharte de alguien confundida, mejor hazlo bien" me respondió al tiempo que se abalanzaba sobre mi boca de nuevo.

El corazón se iba a desprender de su lugar, si acaso ya no lo estaba, pues, lo sentía en todo mi cuerpo.

El beso no era apresurado, era suave, uno seguido de otro, yo succionando sus labios, ella succionando los míos suavemente. Sentí un escalofrío extraño, uno que la adrenalina me entregó.

Ella notó mi acción y poco a poco redujo los besos, se separó y me dio un beso en la frente mientras bajaba su mano por mi pecho, convirtiéndose luego en solo su dedo quién paseaba en caída dentro mi suéter, al llegar a determinada altura se detuvo en seco.

Mi piel ya se encontraba completamente erizada y mis ojos estaban buscando ayuda desconcertados, era increíble que con un simple roce el cuerpo traicionara a la razón.

Tomé su mano y acto inmediato le solté "¿Ya debes irte?"

Ella elevó su mirada y quitó su mano de la mía, se acomodó en su asiento y tomo con sus manos el volante "Soy mayor que tú, no sé qué hago" dijo, bajó la cabeza y me miró con lágrimas en los ojos.

Yo en cambio tenía impotencia, nada me molesta más que sentirme inferior a alguien, y ya contadas dos veces ella me había hecho sentir así, por el simple hecho que me llevaba tres años de edad.

Tomé posición de orgullo y me acomodé en mi asiento, miramos fijo al vacío sin siquiera fijarnos en los autos que pasaban frente y en un silencio incómodo.

"Gracias por traerme a casa, y por no reaccionar mal por… ya sabes, todo". Dije volteando a encontrar su cara que aun estaba fija al frente.

Sólo un "Ok" dijo mientras preparaba el auto para el arranque.

Justo antes de jalar la manija para salir de su auto me detuve para preguntar lo que rondaba en mi cabeza desde segundos atrás "¿Te gustó? ¿Te sentiste muy extraña al besarme? ¿Tienes sentimiento de culpa?" dije con un tono desesperado viendo su equipo reproductor que en ese momento cambiaba la canción; ni cuenta me di que había música puesta.

Un silencio seguía en su boca, pero no saldría hasta que no me respondiese. "Soy mayor, no puedo desplomarme frente a ti" contestó de manera seca.

"Y eso ¿qué quiere decir? ¿Qué no aceptarás que ya traías ganas de besarme y lo lograste pero no puedes alardear tu logro porque eres mayor que yo?" Dije en tono frustrado y acomodándome de nuevo en el asiento para intentar mirarle la cara.

"No, me gustó mucho, si es lo que quieres saber" me dijo finalmente mirándome a los ojos con un poco de odio que no comprendí.

Orgullosamente dije "Está bien". Ya que sonó un poco fastidiosa esa respuesta.

Me bajé del auto sin despedirme de ella, mientras intentaba abrir la puerta de mi casa oí que decía desde dentro del auto "No soy capaz Rachel, no soy capaz de admitirlo, porque me puedo lastimar yo misma, al querer algo que no aceptaré a futuro, ni yo ni mis cercanos" terminó la frase con tono melancólico.

Me acerqué de nuevo al carro pero esta vez del lado del piloto, donde ella se encontraba, ella bajó la ventanilla y yo la observé fijamente, vaya que es hermosa.

"Te entiendo, no te estoy presionando a nada, comprende eso" Mi mano entró al auto para acariciar su mejilla "Yo estoy en tu misma situación, situación exacta; pero no perderé la oportunidad de conocer al detalle a la persona que me ha quitado el sueño sin siquiera mantener una conversación de diez líneas" me miró, sonrió tristemente y se apoyó contra el volante para luego girar su cabeza y volver a verme, esta vez con mirada picara que segundo luego me guiñó un ojo. "¡Oh, vamos! Así no estás jugando limpio" dije sonriendo aliviada mientras hacía señas de injusticia. "Ja Ja, lo siento, debía romper el hielo" me dijo volviendo a su posición y mirándome extrañada.

"¿De verdad estás en mi misma situación?" asentí "Te quiero besar de nuevo, esta vez con ganas… más ganas" me continuó diciendo mientras me tomaba desprevenida con ese comentario.

Le señalé el estacionamiento "Puedes estacionarte allí, te invito a jugar en mi pequeña morada" le dije con mirada juguetona mientras ella sonreía tontamente y obedecía a mis órdenes de estacionarse.