Buenas, sé bien que debería estar subiendo el resto de mis otros fics ("Si te caes" y "Llegar hasta ti"), pero han quedado los capítulos temporalmente (eso espero) en la computadora que quedó... "inhabilitada" por ahora (llamémosle problemas técnicos).
Mientras hice este fic en otra compu, y pues quería en verdad subirlo, porque yo sé cómo se ve en el animé, pero a mi me gusta esta pareja, me gusta el RinHaru también y quería compartirlo con ansias. Espero que sepan entender.
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Incluso solo por mensajes el amor puede crecer. ¿Quieres ver?
Makoto reconoce su primer amor y suplica no sencillamente haberse confundido con los mensajes de Sousuke que bien podrían decir mucho, o decir nada, pero como fuera en él estaban causando estragos.
One shot. SouMako (YAOI)
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Disclainer: los personajes no son de mi propiedad. Le pertenecen a los creadores de Free.
Indirectas muy directas
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Ese "nos" era íntimo, sólo ellos, "juntemos"... a charlar, a tomar algo, ¿por qué sonaba como "tengamos una cita" con una palabra diferente?
Era un sencillo "Nos juntemos". El mensaje de Sousuke había dejado en la cabeza de Makoto un mar de sensaciones. ¿Por qué estaría tan nervioso? No era la primera vez que lo vería, en otras ocasiones se había juntado con él y los demás y de esas ocasiones lo había conocido un poco más.
De esas veces en que ellos quedaban como dejados por Rin y Haruka cada vez que se dedicaban a pelear tontamente, empezaron conversaciones casi por obligación, por no aburrirse.
Mayormente hablaba Makoto, eso no era sorpresa, la sorpresa llegó cuando el zamezuka le pidió su número, algo así como "por si las dudas".
El azabache le mandó el primer mensaje, "Tachibana, ¿se presentarán para la competencia del mes entrante?". Luego de eso Makoto y él conversaban de cosas sin demasiada importancia, casi siempre el tema era la natación, Rin o Haru, o alguna competencia amistosa.
Pronto ya era más fluido, reían por tonterías, preguntaban cosas que solo alguien muy cercano podría conocer, gustos, familia, anécdotas divertidas de escuela, de la calle, del transporte.
Desde la última juntada con los chicos en casa de Haruka hacía casi un mes, no lo había vuelto a ver en persona y solo los mensajes mediaban su contacto.
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-Estoy muy aburrido.
Makoto apenas leyó el mensaje se acomodó en su cama.
-¿Fuiste al casamiento?
Esperó paciente a que le contestara. Volvió a vibrar el móvil.
-Aquí mismo estoy. (Adjuntaba una foto de él sentado en sillas forradas, con traje de frac)
Makoto rió.
-Te ves muy bien. Te aburres porque no sacaste a nadie a bailar.
Dejó su celular en la mesita. Lo dejaba por dejarlo, porque sabía que Sousuke no tardaría nada en contestar. Ahí estaba.
-Es porque no quisiste venir cuando te invité.
Algo muy raro corrió por el castaño. Una sensación de algo que acababa de caer dentro de él, y una especie de temor lo abordó. ¿No bailó con nadie más porque él no fue? ¿O se aburría porque él no fue? No supo qué contestar. Luego de borrar varias veces, envió.
-Sabes que mañana tengo práctica temprano con Haru y los chicos, lo siento. Te había dicho ya, y si te acompañaba seguramente me quedaría dormido.
De pronto le temblaban las manos. ¡Diablos! ¿A qué se refería él? ¿A que si él iba entonces lo sacaría a bailar o solo no se aburriría? ¿Por qué esa molestia? Otro mensaje.
-¿Hubieras bailado conmigo?
Algo le golpeó en el pecho. ¿Qué decirle? De repente estaba en un estado de mini shock, ¿cómo debía contestar? Dejó de nuevo el celular para meditar.
Sousuke era un chico apuesto, eso nadie lo discutía, pero sobretodo era callado, petulante y algo agrio. No parecía del tipo de persona que mostraría algún tipo de debilidad; orgulloso, tal vez esa era la palabra que más se ajustaba a él.
En cierto modo sabía que además de todas esas raras características de muchacho genial que sonríe perfecto cuando se lo propone y silencia cuando así lo quiere, era un muchacho gentil; buen amigo, del tipo que escucha y propone o aconseja directo, sin rodeos, sin filtros y casi sin sensibilidad por sus palabras. Esto pudo confirmarlo cuando empezó a conversar más con él.
Haciendo conteo de esto, podía decir, quizá que solo un poco, le gustaba. Gustaba de hablar con él, de saber de su día, que él le preguntara del suyo, que lo conociera tal vez tantito más de lo que Rin lo conocía. Se había acostumbrado a sus mensajes temprano, a contarle antes de que el otro le preguntara que hacía, y a tener su "Descansa" todas las noches. El sonido del celular saltando contra la madera lo despertó de sus pensamientos.
-Bueno... creo que eso lo dice todo, xD Que bueno que no siempre tengas una palabra amable con la cuál rechazar a la gente. Ya decía yo que no eras tan perfecto.
¡Maldición! Había tardado demasiado en contestar. Seguro Sousuke pensó que no quería decirle que no. Esperen... ¿Perfecto? La sangre se le subió al rostro ¿Qué? Otro mensaje.
-Servirán helado de postre. Al menos estaré aquí sentado esperando que sirvan mientras los otros bailan, jajaja.
Cambió el tema, y él no podía siquiera contestar. Y ese "jajaja"... Makoto lo conocía ya. Estaba disimulando algo que lo había molestado en algún modo. Uno más.
-De todas maneras... no dejas de ser perfecto.
¿Pe-perfecto? ¿So-Sousuke Yamazaki había dicho que era perfecto? Una sonrisa se escapó de sus labios. Esta vez hasta su respiración estaba en ritmo con su nerviosismo.
Dejó su teléfono. ¿Qué podía estar pensando Sousuke? Ya ni siquiera bromear con que le guarde un poco de helado para él iban a poder dejar de lado ese último mensaje, hubiera evadido eso.
Puso el celular esta vez en la almohada y quedó de boca abajo. Tenía que contestarle para que no se sintiera mal. ¿Y qué contestaría? "Sousuke... también me pareces perfecto" No, ¿qué pensaría el azabache? A ver... "Seguro. Siempre supe que era perfecto" ¡No! Él ni bromeando podría parecer engreído. "¿Crees que soy perfecto?" ¡Vaya tontería! Si era lo que acababa de decir... de hecho... Sousuke había dicho que era perfecto.
Levantó el celular y volvió a leerlo. Era raro, ¿qué era esa sensación de nerviosismo? Quería llorar, y al mismo tiempo reír y contarle a alguien que le habían dicho que era perfecto.
¿A Haru? No... a Haru no le gustaba para nada Yamazaki, odiaría que hablen de él. ¿A Rin? Eran pocas las veces que hablaba con él. ¡A Nagisa! No... Nagisa sí iba a decirle a todo el mundo.
Sintió el rechinar de la puerta. Volteó y el ejército de enanos (solo dos pero valían por más) empezó a atacarlo.
Se defendió sin poder dejar de reír, hasta que notó que su celular había caído y que Ran lo había sujetado.
-¡Onii-chan! ¿Es por esto que ya no juegas con nosotros?
-¡Pues ahora no vamos a dártelo!- gritó Ren al tiempo que iniciaban una carrera por la casa.
-¡No por favor! ¡Tengo un mensaje importante qué contestar!- no solo su voz, su rostro también hablaba de la profunda desesperación que sintió al pensar que Sousuke podía estar esperando su mensaje y que no conseguía su celular.-¡Chicos!-Ran se detuvo.
-¿Acaso es un mensaje para tu novio?
-¡R-Ran!-estaba totalmente colorado, casi parecía que lloraría de un momento a otro-tengo que contestar.
Algo en ese estado que nunca vieron despertó la empatía en Ran. Devolvió el móvil sin reproches y en silencio, a diferencia de Ren que refunfuñó y soltó un "Ahora se la pasará de nuevo con ese teléfono"
Durante aquella maratón había recibido un nuevo mensaje.
-Debes haberte dormido. Apagaré el teléfono para ahorrar batería, mi papá seguro querrá que me fotografíe con mi primo. Sé que leerás esto mañana, pero igual, descansa Tachibana.
Oh no... no pudo contestarle. Pero sonrió. Tenía su "descansa" de todas las noches.
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En la mañana había dos mensajes más. Uno de los mensajes presentaba al primo recién casado junto con él. Sin duda era de familia que fueran tan apuestos, claro que Sousuke resaltaba más de alguna manera; y el otro mensaje tenía un "Nos juntemos".
Se quedó con esa misma sensación toda la mañana desde que leyó el mensaje. No había de qué temer, ni de qué emocionarse. Solo... era una juntada de amigos, sólo eso. ¿Entonces por qué cuando lo pensaba las piernas dejaban de funcionarle correctamente, el aire parecía faltar, y su cara se ponía roja y se adornaba de una tonta sonrisa?
Ya Makoto, deja de soñar... si te ilusionas ahora, luego podría dolerte en el alma si solo has supuesto cosas.
¿Ilusionado? ¿Ilusionado por qué? Había que decirlo, le gustaba Sousuke, y empezaba a emocionarle la idea de este posible acercamiento.
Pasó la práctica y aún miraba por ratos y de lejos su celular. No había vuelto a mandar nada más, y él tampoco había contestado.
-Haru...-el castaño lo llamó tratando de no llamar la atención- ¿alguna vez...?
¿Qué iba a preguntar? ¿Si alguna vez le gustó alguien? Él como su mejor amigo lo sabía todo, y a Haru solo podía gustarle el agua.
-¿Qué? -el castaño quiso sonreír, pero no era bueno fingiendo- Makoto... has estado raro. ¿Pasó algo?
-Nada nada-se apresuró Makoto moviendo sus manos, pero ante la incredulidad de Haruka cambió el gesto- Am... creo... que alguien está interesado en mí...- Haruka abrió grande los ojos- Ya, no digo que... es que... no sé si es así, y no sé cómo averiguarlo.
-Se lo preguntaré a Rin- Makoto se sorprendió, ¿Acaso ya lo sabía? ¿Sabía que hablaba de Sousuke? Quiso preguntar.- él sabe más sobre noviazgos y esas cosas.
-¿S-si?-se tranquilizó- no sabía eso de él...
-Bueno... no de noviazgos...-ladeó su cabeza el ojiazul- pero me contó que él está enamorado de una persona, y también Yamazaki.
-¿De verdad?- diablos, demasiado interés –bueno...-bajó la voz- es difícil imaginar... a Yamazaki-kun enamorado. ¿Quién podría ser?
-Pues... podría ser Rin. -Makoto volteó a verlo- siempre están juntos, y tampoco le ha querido dar el nombre a él.
-Y... ¿de quién está... quien le gusta a Rin?
-No sé...-Haruka bajó la mirada con una mueca rara -Hoy...voy a verlo y le preguntaré.
Haruka se veía decidido. Y él, ahora estaba más asustado que antes, ¿quién le gustaba? ¿sería él? ¿O... Rin?
No por favor... no quería pensar en esto.
-¿A tí te gusta alguien, Makoto? ¿Te gusta... esa persona que te busca?
-No sé...-hasta la voz pareció cortársele- estoy... confundido.
Ambos quedaron sentados en la banca de las duchas, hasta que el huracán de rubias ebras salió para llevárselos a su casa a comer y pasar un rato ahí, seguidos del ya arrasado Rei.
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Haru vería en poco a Rin; si sacaba el nombre de la persona que le gustaba a él, tal vez consiguiera el nombre de... Un mensaje.
Su corazón latió fuertemente antes de abrirlo. Tenía miedo.
-¿Has visto a Haru?
Dios... mensaje de Rin. Tecleó deteniéndose en la escalera de la entrada a su casa.
-Dijo que iría a verte, ¿aún no llegó?
Miró unos momentos al cielo, estaba atardeciendo.
-Qué tonto soy, sólo estábamos en lugares diferentes y este cabeza de pescado dejó su teléfono de nuevo. Perdona, es que, soy un tonto, me había preocupado por él.
¿Preocupado? No era una gran distancia, y según veía no habían pasados ni 10 minutos de la hora que habían acordado.
Será que se había distraído.
Entró y fue directo a su cuarto. No habían más mensajes. Empezó a dar vueltas, estaba impaciente, pero estaba seguro de que Sousuke aún dormía, o tal vez estuviera apenas despertando. ¿Quién no duerme hasta tarde cuando va a una fiesta?
Pero... mordió su labio un poco nervioso, él quería mandarle algo. Tomó aire.
-Espero que no sea que sigas durmiendo a estas horas.
Dejó el teléfono fuera de su alcance, tenía miedo, tanto de que no contestara, porque podría estar enojado, o de que contestara al instante, porque eso significaría que tuvo el teléfono y no quiso hablar con él.
Sonó.
-¿No sabes cómo se despierta a los bellos durmientes? Te diré que no con un mensaje de texto.
Makoto sonrió. Gran tonto, ahí estaba. Y acababa de despertarlo.
-¡Lo siento, lo siento! Creí que ya te habías levantado.
Sousuke no tenía porqué saber que eso le había aliviado.
-¿Y que no te había mandado un mensaje? Siempre hay un mensaje para ti cuando yo despierto.
Diablos... ahora sentía que se haría pis encima. ¿Acaso podía leer su mente? Dio un par de tontas vueltas en la cama. Qué cosas decía. Sonó de nuevo.
-No has contestado. ¿Cómo lo despiertas?
Tecleó.
-No sé... ¿con agua?
Se refería al cuento... No... no contestaría eso, ¿o si?
-Con un beso de amor.
Oh no... su pecho, su pecho de nuevo estaba a punto de explotar, y sus mejillas a punto de sobrecalentarse. Era más de lo que estaba diciendo con eso.
Dejó salir ya una enorme sonrisa. No pudo evitarlo, pero justo alguien lo vio.
-Onii-chan-Makoto volteó en la cama y encontró a Ran en la puerta.- ¿Qué hacías? Mamá quiere que tomes la merienda.
-Ya... ahora iré...-su sonrisa no se iba, miraba el celular atontado, ¿qué respondería ahora? "¿Me dejas ser tu príncipe encantado?" No que cursi, rió, o tal vez un "¡Tonto! Deja de decir tonterías xD" Se sentó en la cama, y no reaccionó cuando a pasos rápidos Ran se hizo del teléfono-¡O-oye no!
La niña corrió hasta su cuarto. No puede ser, se lo cerró con llave.
Su madre apareció en el pasillo, y no le dejó justificarse hasta que no hubiera tomado la merienda. Estaba nervioso, Ran tenía su teléfono.
Terminó antes de que su madre pudiera preguntarle por la práctica, y volvió a la puerta de Ran a suplicarle que le devolviera el teléfono.
La niña abrió con una sonrisa en los labios, y lo abrazó.
-Mi onii-chan está enamorado. -Makoto enrojeció, ¿de dónde sacó eso?- Vi su foto, es muy lindo.-La pequeña sonrió, y Makoto sintió inevitable un infarto.- ¡Onii-chan!-la niña intentaba ventilar a su hermano, que parecía estar falto de aire.
Se encargó de llevarle un vaso de agua hasta su cuarto.
-Ra... Ran...-¿cómo le explicaría? Eso... querer así... en parte estaba prohibido...-lo... lo que dijiste.-la niña le selló la boca con los delgados deditos.
-Onii-chan... no está mal querer a alguien. Yo sabía de hace mucho que estabas enamorado.
-¿Eh? ¿Eeeehhh?
-Cuando sales con Haru no te arreglas tanto, pero cuando ibas con todos te vestías muy lindo. Y siempre le sonríes a tu celular.
-Es que.. Sousuke-san e-es muy divertido...-la niña se cruzó de brazos, correcto, había leído los mensajes y para qué mentirle-bu-bueno... ¿qué vas a querer?
-¿Soborno?-la niña bajó una ceja-Onii-chan, yo no quiero eso, quiero que contestes el último mensaje.
La pequeña levantó el teléfono con la tapa levantada, descubriendo el último de los mensajes.
-¿Nos juntamos?
Era el mismo. La niña hablaba de un mensaje anterior. Cuando lo levantó para ver cuál era el último, enrojeció cuando vio que efectivamente era ese.
-Mañana estás libre-Ran guiñó un ojo -en domingo no hay práctica.
Esta niña... Tragó saliva volviendo a ver el mensaje. No era algo que podía evitar.
Maldición... el teléfono delataba el temblor de su mano, y la niña reía.
-¿Podría ser mañana?
Esperó poco, casi nada.
-Seguro, mañana te veo :)
Sonrió antes de cambiar la cara, tenía una espectadora.
El domingo llegó y no llegó solo. Una tormenta de esas que tiran árboles se había desatado. ¿Sería una señal de que no debería verlo? Ya casi era la hora, y estaba listo (listo desde hacía una hora por consejo de su hermana: "siempre te tardas mucho").
Makoto estaba enojado. Quería ir, ¿qué tal si Sousuke iba de todas formas? Y para colmo, la tormenta había provocado la caída del servicio telefónico. No podía comunicarse con él.
Sólo tendría que ir hasta la estación, así llegaría, tal vez algo mojado, pero llegaría.
Salió. Estaba decidido. Solo era algo de viento y agua, y la estación no estaba lejos.
¡Maldición! El viento rompió su paraguas y tuvo que volver porque la tormenta había vuelto a ponerse fea.
Se sentó en la sala. Su ropa estaba mojada y ni siquiera había electricidad. ¡Viento! ¿Cómo te atreves?
Suspiró hondo, y su mamá, que no era ninguna ciega besó su melena.
-Amor, ya parará.
Makoto levantó la mirada y sonrió, aunque la verdad quería llorar pero su madre acababa de dejarle cierto alivio. Pasados unos 15 minutos vio por la ventana que la tormenta mermaba su poder. Una nueva oportunidad.
Salió nuevamente, con un paraguas diferente.
El viento quería dar vuelta el estrambótico paraguas que tenía, pero él quería llegar, debía. Llegó a la estación con la ropa mojada desde las zapatillas. Sonrió, le había ganado a la tormenta. O eso pensó.
El agua iba disminuyendo, hacia la parada parecía que ninguna tormenta había pasado por ahí.
Apenas empezó a dirigirse al centro la tormenta volvió a seguirlo, y tuvo que refugiarse en un local. De nuevo quería llorar. Ya pasaba la media hora del encuentro, si fue Sousuke ya no estaría, y su ropa estaba mojada.
Otros 20 minutos, y cierta calma volvió. Makoto corrió. Estaba cerca, tenía miedo de que ya no estuviera, pero no podía permitirse no llegar.
Su corazón se detuvo. Sousuke estaba apoyado en una pared, debajo de un toldo, aunque también tenía la ropa mojada.
Rieron apenas se vieron.
-Se cumplió tu teoría-Makoto miró sin comprender -al bello durmiente lo despertarían con agua.
Makoto rió, recordando de a poquito todos sus nervios.
Caminaron por la plaza hasta sentarse en unos canteros, Sousuke había comprado helados.
-Te... había prometido el helado-miró hacia un lado rascando su cabeza-no esperaba que lloviera.
-Yo tampoco. -Makoto le sonrió, de pronto estaba embelesado. Aún mojado y algo desarreglado Sousuke seguía viéndose estupendo, sus ojos aguamarinos parecían resaltar más.-Gracias... yo quería helado.
Ambos parecieron aliviados, pero Makoto recordó su conversación con Haru, quería saber, quien era... ¿o mejor no? Podría no ser él, y no estaba preparado para eso. Aunque... si ya tan amigos eran ¿por qué no se lo había dicho?
-¿Hay alguien..?-hablaron al unísono, rieron -tú primero- de nuevo una sola voz- ¡no, tú!
Era inútil. Sousuke puso su índice en los labios de Makoto, y el castaño tragó en seco de manera más sonora de lo que le hubiera gustado, que vergüenza. Por su parte el pelinegro había quedado estático, quería hablar, y no se animó.
Makoto retiró con delicadeza su mano, sonrió levemente sonrojado y volvió la mirada al frente regresando a su helado, Sousuke habló:
-¿Hay alguien... que te guste Tachibana?-parecía enojado, Sousuke dijo eso con demasiada frialdad. Ni siquiera lo había mirado.
-Yo... -Makoto empezó a temblar, le era muy frecuente esos días. De pronto levantó una mano y dejó la palma hacia el cielo-empezó a llover de nuevo.
Lloviznaba, apenas si mojaba. Aun así la gente se refugiaba suponiendo el regreso de la tormenta.
Makoto había dejado su paraguas cerrado a su lado, del lado contrario al que estaba sentado Sousuke, que no había llevado uno.
De pronto Sousuke se acercó, pegándose al castaño, quien lo miró como temiendo, y empezó a enrojecer cuando sintió la mano de Sousuke pasar por detrás suyo, tocando apenas su espalda.
Se miraron en ese acercamiento, hasta que notó que Sousuke se había inclinado para levantar su paraguas, abrirlo y cubrirse de la lluvia.
¿En qué tontería había pensado? ¿Por qué creyó que Sousuke iba a besarlo en ese momento? Era un tonto...
Sousuke sostenía su paraguas tapándolos a ambos, y dejó salir una interjección indescifrable.
-Makoto-el castaño volteó-ya... ya me cubrí, no me mojaré, así que... ¿cómo despiertas al bello durmiente? -No... no podía contestar a eso. Sousuke mordió su labio y se acercó- Si te enojas, te enojas luego.
Apoyó sus labios en los dulces labios de Makoto, dejando caer levemente el paraguas. Makoto si enrojeció, pero correspondió a ese beso, que... ¡Dios! se sentía muy bien.
Sousuke se despegó de él y lo miró.
-Me gustas, Tachibana. -Makoto quedó mudo, hasta que Sousuke sonrió- ¿Tan malo fue que no puedes decirme nada?
-No... digo, no, porque... -enrojecía sin poder verlo ya- pensé... que te gustaba Rin...-el zamezuka abrió sus ojos y dejó salir un respiro hondo.
-A Rin le gusta Nanase, y nunca lo ví más que como un amigo. -Makoto no pudo evitar levantar su rostro con una sonrisa. Qué tonto, Sousuke se había reído de él, que cara de niño enamorado debia tener.- ¿Siempre tienes que verte así de dulce?
Makoto rió más rojo que antes, si eso era posible. Los nervios habían tomado forma de mariposa y amenazaban con recorrerle el estómago todos los días.
-No digas eso...-Sousuke lo abrazó y murmuró a su oído un delicado "¿Y yo te gusto?". Makoto volteó con el corazón enloquecido.- ¡Yamazaki-kun!-lo enfrentó serio y luego bajó la cabeza- tú me gustas...
Algo que creo que fue bueno es que no usaran wathsapp para comunicarse, o Sousuke se hubiera sentido tristemente ignorado xD.
Me siento algo... tantita orgullosa por este fic, porque llegó de la nada, fue saliendo de a poquito y me gustó cómo quedó. La verdad la última parte del fic es una experiencia mía. Así de dulce fue, y así de rápido todo se me desvaneció xD Pero yo me había equivocado, qué más da... las cosas van y vienen, o no?
Y más terrorífico que eso, es que este fic estaba escrito desde hace tiempo… y me ocurrió exacto lo que está desde el principio hace poco ._.
En fi, gracias por leer :) Espero que les haya gustado.
Voy avisando: es el primero de muchos fics que tengo de esta pareja.
