Capítulo 1.

- Kudo , necesito que vengas ahora mismo.- Dijo la voz aterrorizada de Shiho Miyano.- Nos han encontrado.

El chico confió demasiado en su suerte.

Desde hacía varias semanas rezaba por no recibir esa horrible noticia hasta que finalmente llegó la madrugada del viernes.

Necesitaban esconderse. Y rápido.

Tenía todo lo que necesitaría preparado en una maleta grande desde hacía tiempo. Recogió todo lo que Conan Edogawa había utilizado a lo largo de su estancia con Ran y Kogoro. Ningún rastro del chico sería encontrado en esa casa.

Echó un último vistazo a la casa antes de ponerse la capucha de su sudadera y empezar a correr lo más rápido que pudo hacia la casa del profesor. Llegó en un par de minutos y llamó al móvil de Haibara.

No había nadie en las calles de Tokyo. Miró su reloj justo antes de que la puerta de la casa se abriera.

Él entró sin que le hiciera falta ninguna clase de invitación y allí les vió.

Miyano aterrotizada cubierta por una manta , y Agase a su lado , tratando de mantener la calma.

Todo estaba completamente oscuro y silencioso.

- Kudo...- Susurró la científica.

- Llamaré a Hattori.- Dijo Conan.

- Podrás hacer eso mañana.- Se apresuró a decir Agasa.- Tenemos que irnos.

Sin decir ni una sola palabra, Agase y Conan subieron todo el equipaje a un coche azul oscuro, mientras Shiho derramaba gasolina por todos los muebles y habitaciones de la casa. Una vez todos fuera y comprobado que no faltaba nada indispendable , Agase prendió fuego a la casa y se marcharon rápidamente del lugar.

Agase condujo a máxima velocidad por las calles vacías hasta que pudo salir de la ciudad. Conan miró su reloj : Las 2:13 a.m.

- ¿Hace cuánto lo supiste? -Dijo él mirando a la mujer.

Ella no dejó de teclear ni apartó la mirada de él. No quería contestar a la pregunta , pero tenía que hacerlo.

- Hace 11 minutos.- Contestó al cabo de unos segundos observando su reloj de pulsera. Miró al niño pero rápidamente , siguió con su trabajo.

Él respondió con un suspiro.

- Quizás te interese saber que tengo el antídoto definitivo del APTX 4869.

- ¿Cuándo te lo has tomado?

- En cuanto supe que venían por nosotros.

- Pensaba que no querías volver a ser tú.- Dijo Conan mientras marcaba el número de Heiji.

- Shiho Miyano es más útil que Ai Haibara.- Contestó ella secamente.

Tras la pequeña conversación , el silencio volvió a imperar en el coche.

- No contesta.- Dijo el detective mientras guardaba su móvil en el bolsillo.

- Le llamarás mañana.- Contestó Agasa intentado restarle importancia.

Tras casi 6 horas conduciendo sin parar , llegaron a una pequeña casa en mitad del bosque.

Conan vió otro coche que reconoció inmediatamente. "Ya están aquí" - Se dijo a sí mismo.

Miró la casa notando que no había ni una sola luz encendida dentro.

Agasa paró el motor del coche y bajó; Miyano cerró el portátil y siguió al profesor. Conan , en cambio, intentó llamar a Hattori , una vez más sin recibir ninguna contestación.

Miyano y Agase entraron decididamente en la casa.

Conan se bajó del coche y cerró la puerta tras de sí.

Reflexionó sobre lo que tendría lugar en un par de horas: La desaparición de Conan , Ai y Agase, la casa quemada de Agase , el escarabajo amarillo completamente destrozado... Nadie se podía esperar lo que pasaría.

Suspiró justo antes de entrar en la casa.

- Shin-chan.- Le llamó preocupada su madre.- Hemos venido en cuanto hemos podido.

- Supongo que seremos más útiles aquí que en Estados Unidos.- Dijo Yusaku en tono alentador mientras posaba su mano en el hombro de su hijo.

- ¿Cómo habéis llegado tan rápido?- Dijo Conan extrañado.

- La verdad es que llegamos a Japón hace un par de días.- Le aclaró su madre.

- Kudo. -Interrumpió Shiho.- Deberías tomártelo.

Shinichi sabía que podía morir si tomaba ese antídoto, ella misma se lo había dicho. En las pruebas en su laboratorio notó que la mayoría de las ratas a las que había dado la droga y el antídoto habían muerto en menos de 30 horas, después de dolores terribles.

Shinichi sabía que , si a ella no le había afectado negativamente , las probabilidades de que él muriera eran mucho mayores. Debía intentarlo , siendo un niño no podría ganar la guerra contra los hombres de negro.

Se dirigió al baño y se tragó la cápsula que la científica le había entregado. Después de medio minuto , comenzó a sentir los efectos del antídoto. Esta vez era un dolor mucho más intenso que el de las veces anteriores , casi no podía mantener la conciencia.

Las 4 personas escucharon el estruendoroso y aterrador grito que lanzó el chico.

Yukiko corrió al baño preocupada.

- ¿Shinichi? -Preguntó dudando.

No hubo ninguna contestación.

Volvió a llamar a la puerta y preguntó asustada: - ¿Estás bien , hijo?

Al no tener una contestación, corrió a buscar a su marido.

- ¡Yusaku!- Le llamó ella con lágrimas en los ojos.- ¡Le ha pasado algo!

- Yukiko , cálmate.- Dijo él asustado.- ¿Qué te pasa?

- ¡Shinichi!- Dijo ella tirando del brazo de su marido. Agasa y Shiho les siguieron , temiendo que algo le hubiera pasado al chico.

Yusaku intentó abrir la puerta del baño.

-Está cerrada.

- ¡TÍRALA! -Le suplicó su mujer.

Entre Yusaku y Agasa consiguieron tirar la puerta abajo.


¡BUENAS! ¿Cómo están?

¡YA HE TERMINADO MIS EXÁMENES! Ahora voy a poder ponerme al día con los fics en los que estoy trabajando.

Espero que haya gustado el planteamiento inicial (aunque es un principio demasiado típico , lo sé) y le den una oportunidad.

Cualquier duda o sugerencia , déjenme un comentario que leeré encantada.

Un beso enorme.