Aquí traigo un fic ZoSan, sí, ZoSan, para una amiga: BionicaRouge. Aquí tiene su fic y espero que le guste. Será Drama/Romance/Angustia y UA —por lo que todo lo ocurrido en el manga de Oda no cuenta, al igual que no hay nada japonés.
En cursiva irán las frases o palabras que destacan; si hay mucha cursiva seguida será un flashback. Aunque estoy segura que os daréis cuenta cuando lo haya.
Aviso: aquí Nami tiene 19, Sanji y Zoro 24, sé que se sacan solo un año en realidad, pero permitidme que haga esta variación. Lo entenderéis cuando leáis. Igual que os prevengo de que es la primera vez que escribo con Zoro, Sanji y demás seriamente.
Los personajes de One Piece le pertenecen a Oda.
Sharon, disfrútalo, maldita:3
Será un long-fic, no tengo ideas de los capítulos y tardaré en actualizar. Pero lo acabaré. No dudéis de ello.
La canción será Bright Lights – 30 Seconds To Mars. Esta la recomiendo para oírla mientras leéis.
Bueno, aquí os presento el prólogo.
Que os guste.
…
Z&S
.
.
Prologo
.
.
Agotado, el peli-verde maldijo en bajo agarrándose el estómago.
Se escondió detrás de una de las rocas de ese campo de trigo. Por suerte esa roca era lo bastante grande como para que agachándose pudiera esconder su cuerpo. También se tocó el hombro derecho, parecía tenerlo dislocado. Suspiró, pero se mantuvo ahí al oír las voces de sus perseguidores.
—¿Dónde se ha metido? ¡El muy maldito se suuuper escapó!
—No debe esconderse muy lejos, está herido. Busquémoslo.
La mujer, vestida con un traje y corbata al igual que el hombre, sonrió cuando éste la tomó de la cintura. Levantó una ceja, curiosa, por lo que su novio de pelo azul haría. Muchos los considerarían una relación extraña, pero ellos se querían y hacían un gran equipo; no necesitaban más. Éste se levantó las gafas de sol con una mano mientras que con la otra sujetaba la cintura de la mujer.
—Aun no entiendo cómo pudiste estar con él, es un suuuuper cobarde, Robin.
El hombre de pelo verde se mantuvo escondido en ese lugar, apretando los dientes. Se sentía ya no decepcionado —aquello lo había superado—, sino furioso. Se juró que sería la última vez que confiaría en una mujer. No solo le había entregado su corazón, sino que todos sus secretos durante 5 años. Robin suspiró, acariciando con cariño y una mínima sonrisa la mejilla de su novio.
—A veces tienes que llevar a cabo cosas que no deseas para obtener lo que has buscado por mucho tiempo. Aunque perdí 5 años de mi vida, pude obtener muchas pistas. Ahora estamos más cerca, Franky —habló, parándose para darle un suave beso en los labios—, hay que atraparlo. Así obtendremos la última pista que solo sabe él.
—Tienes suuuper razón —el hombre observó la casa; se separó de su novia y la tomó de la mano con su brazo de robot, observando la casa—. ¿Miramos en aquella casa?
—No es necesario, está deshabitada; volvamos.
Cuando el perseguido se levantó y los observó marcharse en su todoterreno maldijo por lo bajo. Había sufrido varios golpes en el estómago, se imaginaba tener una hemorragia interna. En cuanto a su hombro derecho, podría solucionar su dislocación dentro de aquella casa, bar o lo que fuera. Aun no podía evitar que aquella traición le doliese.
Se encaminó hacia el lugar, recordando el momento en el que su vida cambió…
—¡Mierda! ¿Te encuentras bien?
—Zoro…
El nombrado ayudó a levantarse a aquel herido, por lo menos solo habría sufrido varios golpes y un corte en la mejilla. Pero el de pelo verde le estaba agradecido, le había salvado la vida. Y ni siquiera lo conocía. Los dos habían llegado a ese lugar por casualidad. Ambos tenían solo 18 años.
—Vete.
—¿¡Estás loco!? ¡Si te dejo solo morirás!
—Me acabas de conocer, ¿por qué te preocupas por mí?
—¡Porque eres mi amigo! —Zoro le miró sin palabras, soltándolo al ver que podía mantenerse de pie—. Nunca he tenido un amigo, pero tú me has salvado y ayudado —ambos se agacharon a causa de la explosión producida a unos metros—, y no solo eso. ¡Sé por qué estás aquí… y voy a ayudarte!
—¿Lo sab…? ¡Cállate, no sabes nada! Solo vete de aquí… —Expresó el joven de pelo verde, empujando al chico.
—¡No me iré!
Ambos se miraron fijamente, y al hacerlo supieron que aquella amistad perduraría por siempre. Quizás había nacido en aquel momento, pero ambos se querían salvar; el pelinegro quería ayudar como fuera a Zoro.
—¡Están ahí!
El de pelo verde chasqueó los dientes tirándose al suelo junto al joven, llevándose un balazo en el brazo por él. No sabía por qué, pero jamás tuvo un amigo; y ahora que estaba tan cerca de aquello, quizás podría confiar en ese tipo que decía ser su amigo.
—¿¡Zoro, estás bien!?
—Sí, ahora vete; yo te cubriré —expresó levantándose.
—Pero…
—Contactaré contigo próximamente, te lo aseguro.
—Esperaré por ello —sonrió, asintiendo la cabeza, y dándose la vuelta.
—¿Por qué quieres ayudarme?
El pelinegro frenó sus pasos, girándose levemente hacía Zoro; mostrándole una sonrisa y extendiendo el dedo pulgar. Sabía que sobreviviría, porque cumpliría su sueño; y él le ayudaría hacerlo. Después, juntos, harían un mundo mejor.
—Porque lo necesitas, al fin y al cabo; ¿cómo no iba a ayudar a mi mejor amigo?
Zoro sonrió, viéndole marchar de reojo. Consiguió extraer la bala de su brazo izquierdo, con mucho dolor —que resistió a duras penas, con un ojo cerrado—. Entonces sacó un arma de la parte de atrás de su pantalón, apuntando a dos enemigos que tenía enfrente. Disparaba mientras corría para esquivar.
Sobreviviría, fuera como fuese. Iría con ese tipo y salvaría a su hermana.
Aun le dolían esos recuerdos, pero por suerte pudo escapar de aquel lugar. Y bueno, solo hacían 4 años que no veía a su único amigo. Aquel idiota debía haberse convertido en un pez gordo; según lo que había leído en los periódicos.
Con su camiseta sucia, pero no rota —lo cual agradecía— pasaba frío. Pero por suerte en aquel maldito bar había mantas y una sala con una chimenea en la cual podía hacer fuego. Aunque comida no habría suficiente para más de dos días por lo menos había alcohol. Tomó una botella de whisky y se fue a aquella sala, en la cual había velas y leña.
Echó la leña a la chimenea y con una vela consiguió encenderla. Gracias a Dios tendría un poco de calor, hacía años que no tenía una casa fija. Y mierda si lo necesitaba. Se golpeó con el hombro derecho por delante contra la pared, recolocándose el hombro en su lugar. Tras gruñir por el dolor, bebió de su botella de whisky —debía reconocer que era del malo— y después sonrió.
¿Como se movería ahora?
…
Sanji marchaba hacía la oficina de su superior, había sido llamado para una misión que solo podía realizar él. Reconocía que era extraño que le llamara solo a él —bueno, también a la que era su discípula—, al parecer —aunque fuera el mejor detective de todo Francia— no se esperaba aquello. Por ahora a saber la misión solo iría él, luego se la contaría a Nami.
—¡Sanji! ¿Cómo estás hoy?
—Hey, Usopp. No sabía que estarías hoy por aquí. Voy a…
—¡Yohohohohoho! ¡Magnifico, Capitán Usopp! ¡Fue una distracción maravillosa!
—¿Acaso lo dudabas? —Se colocó su sombrero orgulloso—. ¡Soy el magnífico Capitán Usopp!
Al rubio le había caído agua de una botella de parte de Brook, el agente más mayor de la oficina con 50 años —pero que aparentaba 30, debido a que se mantenía demasiado bien—, quien tenía un pelo afro, gafas de sol y piel morena. Tanto Brook como Usopp vestían traje y corbata, solo que el que se hacía llamar "Capitán Usopp" llevaba un sombrero.
Ambos tras hacerlo se rieron, orgullosos de su hazaña contra el detective. Pero sufrieron un golpe a la cabeza como venganza, llevado a cabo por el propio Sanji.
—¿¡Acaso sois niños pequeños, Capitán de pacotilla Usopp y viejo idiota Brook!?
—¡Eh!
Se quejaron ambos, indignados, mientras se oían las risas del resto de policías. Se retiró, bufando mientras se acicalaba el pelo. Llamó a la oficina del Comandante, entrando tras oír el permiso. Cuando le vio reírse por verlo con el pelo mojado, respiró fuerte; maldiciéndose por tener un amigo así de idiota.
—¿Ya te reíste lo suficiente?
—¡Sanji, estás tan gracioso! —Volvió a reírse, viendo como el pelo del rubio se le pegaba a la cara.
El nombrado golpeó la mesa de su superior, quien dejó de reírse, rascándose la cabeza sin arrepentimiento alguno. El mejor detective de Francia se sentó en una de las sillas, mirando, ya más tranquilo, a su superior.
—¿Y bien? ¿Cuál es la misión, Luffy?
El Comandante sonrió, orgulloso; solo él podía llevarla a cabo.
—Verás…
.
.
Z&S
.
.
¿Y bien? ¿Qué os pareció? Quería hacer un prólogo para meter algunas cosas esenciales, de las que así puedo guiarme sin dudar. Y recuerdo esto es un ZoSan. En el siguiente capítulo veréis el comienzo de la relación. Espero a ver qué conclusiones sacáis jdhwidjhewidj:3
Querida Sharon, espero que te haya gustado y si, ahí tienes el Frobin. A ver qué te parece amiga. Al resto a ver qué tal os parece también y tranquilos son capítulos largos, aunque tarde.
Muchos besos y ya sabéis, reviews, favs y follows.
Se despide TemariAckerman06.
