Disclaimer: Pertenece a JK.

Autor: Anna Russo. (La idea de la historia es absolutamente mía)

Título: Manzana de Plata.


Capitulo 1.

Manzana de Plata.

- Que hermoso.- Dijo Rose Weasley observando un dije. Era una manzana de plata que brillaba como nunca. Hecha por duendes. Decía la inscripción.

- Deja de bobear, Rose.- Dijo exasperado James. Rose le lanzó una mirada fulminante que calló al instante a su primo.

- Déjame en paz, ya te alcanzaré, voy a entrar a preguntar cuanto cuesta, puede que con mis ahorros lo alcance a comprar para Navidad. James rió.

- Cuesta mucho, incluso para tus ahorros.- Dijo James entre dientes.

- ¿Y tú como sabes cuanto tengo ahorrado?.- Dijo Rose mirándole con el ceño fruncido. James tragó en frío.

- Pues… entra a ver cuanto cuesta y me dirás si puedes o no comprarlo.- Dijo evitando la pregunta de Rose. Rose frunció el ceño aún más y entró.

En efecto. Odiaba cuando su primo tenía razón. Sobre todo cuando le hacía ver que tenía razón. Salió con un aire alicaído y no le dirigió la palabra a James. Quien tuvo que correr para alcanzarla. Hasta que chocó contra alguien.

- Vamos Rose, en el fondo lo sabías.- Dijo James sonriendo y con una seca cabezada saludó a Scorpius. Quien alzó una ceja interrogante.

- ¿Sucede algo Rose?.- Preguntó Scorpius mirándola fijamente. Rose se sonrojó y se sacudió las lagrimas rápidamente.

- Nada.- Dijo Rose lo más indiferente que le fue posible. Pero James atacó.

- Quiere comprarse una chuchería de duendes y su cochinito no da para tanto.- Dijo con burla James. Rose, que para empezar fue vergüenza no poderle restregar en la cara a James que lo podía comprar. Y que no siempre tenía razón. Y que ahora Malfoy supiese de sus pocos ahorros. Y encima, con lo mucho que le gustaba Scorpius, aunque él no lo supiese. Estalló y sin pensarlo le dio una sonora bofetada a su primo y se marcho corriendo. Justo antes de que las lagrimas empezaran a aflorar.

- ¡No es una chuchería!.- Gritó enfadada. James y Scorpius la miraron desaparecer del pueblo atónitos.

Quizá se había pasado, pero estaba muy segura de que no era una simple chuchería. Lamentablemente, no era algo que pudiera probarle a James, puesto que no podía comprarla. Aún.

Ya se aseguraría ella de que no se vendiese la dichosa manzana. Y de tenerla en Navidad. Total. Faltaban tres meses. Nada que no pudiese ella solucionar.

Por el momento lo único que se le ocurría, era volver al día siguiente. Y al siguiente. Y nuevamente al día siguiente. Ella se decía que solo era para vigilar que siguiese allí. Pero algo le decía que eso, no era del todo cierto.

Lamentablemente Albus se dio cuenta de que aquella manzana la tenía embrujada, por falta de alguna mejor palabra. Y le dejo de prestar la capa. Bueno, no habría problema. Iría al día siguiente por medio de la Sala de Menesteres.

Pero no podía ir hoy, no, en definitiva. Su primo había decidido avisarle a James y él a la familia que estaba en Gryffindor. Que se quedasen a dormir en la sala común, bajaron con magia los colchones y se turnaron para evitar que ella bajase.

Como decía, bajaría al día siguiente. A ver aquella manzana de plata.


Continuará…

La idea me ha salido de una manzanita de plata que tenemos en nuestro árbol de navidad. Esta preciosa y le he pedido a mi madre que me la regale. Antes de que se pierda o lo que sea. Este capitulo es una especie de introducción.