Pss hola mis chiquillos adorados Jeje, pues aquí estoy presentándoles un nuevo fic, de otra de las parejas que me encantan, el KIBANABI (Kiba y Hanabi), sí, lo sé, puede que esta pareja no tenga ni muchos seguidores, fans, fandom, foros o cualquier otra cosa... Pero a mi me fascina...

Así que, dejo que lean en paz, ya saben que sus opiniones y eso pueden dejarlos en los reviews, lo que guste o no les guste, aclaraciones, peticiones, reclamos, halagos XD, etc., etc. Jaj nos estamos leyendo en las notas del final...

****Naruto y sus personajes no me pertenecen, pertenecen al gran Kishimoto-sensei****

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Capitulo 1

"DOLOROSO PESAR"

- Es que... Yo te amo...- Dijo aquella hermosa castaña, mientras que con sus grandes y brillantes ojos lavanda perlados miraba hacia otra dirección escondiendo el intenso sonrojo en sus mejillas.

- Etto... Hanabi... Yo...- El joven castaño a penas pudo hablar, pero fue interrumpido por la chica que se encontraba recostada sobre su torso desnudo.

-Tsk... Kiba no lo arruines, ¿quieres?... No tienes que decir algo ahora, solo quería que lo supieras, ya no podía guardarlo más- Exclamo la chica soltando una pequeña risa mientras dibujaba pequeños círculos sobre el pecho de su hombre, el cual, después de digerir aquella declaración, comenzó a acariciar los castaños mechones de la joven mientras una pequeña sonrisa se posaba en sus labios.

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Hanabi despertó sobresaltada y sudando frío, sentándose de golpe sobre aquella inmensa cama, inhaló despacio hasta que su respiración recobro la normalidad y giro la cabeza un poco para observar el reloj a su lado notando que marcaba las 12:32 pm.; ni una hora desde que se había dormido.

La chica volvió a recostarse y centro su atención en el techo de la habitación tratando de borrar aquellos recuerdos de su mente.

- Sólo fue un sueño... Sólo eso...- Dijo la joven con dolor en la voz y en ese momento, un atractivo hombre de pelo claro, nariz amplia y bien definida, además de unos ojos como los de la chica -lavanda perlados- entro a la habitación desabotonando su camisa y deshaciendo el nudo de la corbata, y este, al ver a la castaña mirándolo, le sonrió ampliamente.

- Oh hermosa, creí que ya estabas dormida- Exclamó aquel joven acercándose hasta la cama y besando dulcemente los labios de la mujer.

- Hola Kō*, no escuche tu llegada- Respondió separándose rápidamente, antes de que aquel contacto se volviera más pasional; por otra parte, el ojiperla notó esto y le molesto un poco.

- Hanabi- Llamo el hombre cuando la chica se dio vuelta sobre el colchón y le daba la espalda. Ella, al oírlo llamándola, solo giro el rostro para mirarlo con la misma frialdad e inexpresión de siempre, y él, aún con el ceño fruncido, continuo- Hanabi... Por favor, ¿que pasa?, estamos casados desde hace casi seis meses y no hemos tenido intimidad como tales, unas cuantas veces, quizá- Dijo acongojado él, mientras Hanabi luchaba internamente por dar una excusa creíble y hacerlo desistir de intimar.

- Lo siento Kō, es solo que... La facultad me absorbe enteramente, antes de nuestra boda te mostraste de acuerdo, estoy cansada...- Termino de explicar al tiempo que volvía a girar el rostro, ignorando el descontento en las facciones de su esposo.

- Hanabi- Dijo autoritario y levantando un poco la voz, pero, conociendo el carácter de ella, respiro hondo y lento para después continuar- Hany... Yo también me estoy cansando, pero de que pongas siempre la misma excusa... Si no quieres que lo hagamos solo dímelo, pero ya deja de mentirme- Exclamó tranquilo dándose la vuelta para salir del cuarto, pero no alcanzo a dar más de dos pasos cuando sintió que lo tomaban de la muñeca. Kō se giro y vio a su esposa apoyada sobre sus rodillas en el colchón junto con una de sus manos, y la otra tomando su muñeca.

- "Tu matrimonio debe ir bien Hanabi, recuerda, no debe fallar, es por el bien de todos"- Pensó aquello por lo cuál había estado siendo presionada por sí misma- Mi amor- Mencionó con dificultad, pues un horrible nudo comenzaba a formarse en su garganta, pero lo disimulo bien forzando una sonrisa- Yo no quiero que te molestes, yo... te amo demasiado...- Exclamó sintiendo esas palabras vanas, sin algún significado interno para ella... No; si había algo ahí, solo que no quería aceptarlo, pero al comenzar a sentir arder y humedecer sus ojos, supo que debía hablar rápido y terminar de una vez- Kō, quédate- Fue todo lo que dijo y vio que en el rostro del hombre se formaba una grata sonrisa. Él se recostó a lado de la chica mientras la besaba apasionadamente y ella le correspondía -O eso intentaba-, el apuesto hombre la tomó de la cintura y comenzó a meter las manos por debajo de su pijama, Hanabi solo apretó los ojos cuando sintió el contacto de estas en su trasero.

Kō la coloco bajo su cuerpo y comenzó a besarla y desvestirla rápidamente mientras la castaña trataba de dejarse llevar...

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A la mañana siguiente la ojiperla trato de sentarse en la cama, pero un pequeño dolor en las caderas y su entrepierna se lo impidieron por un par de segundos, pues en la madrugada, después de su primer encuentro, su joven esposo se había puesto un poco salvaje.

Hanabi tomó la sábana y envolvió su desnudez en ella, ya que, después de mirar la hora, notó que su esposo podría seguir en casa. La suposición de la chica fue acertada, pues segundos después de ponerse de pie, la puerta del cuarto de baño se abrió dejando ver al joven vistiendo un elegante traje sastre. Este, al notar la presencia de su esposa, esbozo una pequeña y muy alegre sonrisa.

- Hany, que bien que ya estás despierta- Exclamó sonriente mientras se acercaba a ella y la besaba, primero en la boca y luego en la curvatura de su cuello. La chica, al sentir el contacto de sus labios, se tenso, pero para disimular, le regalo una pequeña sonrisa.

- Buen día, que te vaya bien en la empresa querido...- Dijo al tiempo que volvía a recostarse, -Esta vez- fijando su vista en la puerta de la habitación que Kō tomo para salir, no sin antes decir su típico 'Sí, gracias hermosa, igual a ti' que decía cada vez que se despedía de ella.

Hanabi espero hasta ya no escuchar la voz de su esposo ni el rugir del motor de su deportivo azul para poder dejar salir una amarga lágrima, que fue seguida por otra y otra más, para dar paso a que comenzara a hipar y sollozar en su almohada.

Después de al menos media hora de llanto, la chica decidió levantarse y cambiarse, pues a pesar del desgarrante dolor en su pecho, tenia que trabajar, o más bien, no tenia, pero era lo único que la mantenía y hacia sentir viva, y no sólo como una maldita infeliz.

La joven se quitó la sábana que la cubría y camino desnuda hasta el baño, donde sin pensarlo dos veces abrió la regadera del agua fría y se metió debajo de ésta, sintiendo como las gotas heladas de liquido recorrían su piel, cada parte de su cuerpo.

Hanabi tomó una toalla para secar su cuerpo, y después salió para dirigirse a una puerta de madera deslizable que daba paso a un enorme armario lleno de toda clase de ropa y accesorios.

La chica recorrió la habitación en busca de unas bragas y un sujetador color negro que se coloco al retirarse la toalla, después se coloco un hermoso atuendo conformado por una blusa roja lisa, una falda blanca larga que le llegaba un poco debajo de la rodilla, y un pequeño saco acorde el color de la falda, el atuendo la hacia lucir formal, incuestionable, elocuente, pero sobre todo, un poco más alta.

Al terminar de calzarse un par de sandalias que hacían juego con el atuendo, esta se dirigió a su tocador para maquillarse y colocarse unos accesorios extra. Al mirarse en el espejo, Hanabi ya no se sorprendió de ver el reflejo de este, fría y sin emoción alguna, -incluso tenia un aire de tétricidad- así es como se veía; con una expresión de algo que no quisiera llamar depresión. Ella era feliz... ¿verdad?...

La ojiperla no podía quejarse. Tenia la vida que cualquiera desearía; una estabilidad económica excelente, un esposo guapo, amable y que la amaba más que a nada, y además, a su familia feliz.

Su hermana mayor, Hinata, era más que obvio que vivía excelsa en todo sentido, se había casado con el hombre que siempre amo y, aunque la familia Hyuuga siempre rechazaba a los no pertenecientes a está y se negaron, al final su padre lo había aceptado, después de todo, ¿quién rechazaría a un futuro gran político?. Con él había formado una hermosa familia; tenia un par de hijos, un niño llamado Boruto y a su linda y encantadora hermanita, Himawari. Naruto -Como era el nombre de aquel padre y esposo- era un rubio ojiazul que, desde la vista de Hanabi, era un completo idiota, sin embargo estaba bien con él, ya que amaba por sobre todo a sus hijos y esposa.

Por otro lado, su primo -El que más parecía su hermano mayor- Neji, luchó en contra de todo y todos por el amor de su ahora esposa, TenTen. Ella era una linda y muy alegre persona que había conocido a Neji por Hinata y Hanabi -Pues eran amigas- y desde que se dijo que se casarían, todos las esperanzas de una familia pura por generaciones -Por así decirlo-, comenzaron a resquebrajarse, pero, aún estaba Hanabi; la menor y última de las descendientes de los hermanos Hiashi y Hizashi Hyuuga, los más sobresalientes y rectos entre toda la familia.

Kō y Hanabi se conocieron en el verano de los 17 de ella. Al principio la ojiperla lo rechazaba siempre que él insinuaba tener una cita a solas –Esto incluso derivo en que todos murmuraban que salía con alguien más a escondidas cosa que, ni Hinata ni Neji supieron nunca-, pues siempre iban acompañados por Neji -Que era un supremo sobre protector- o algún sirviente, que iba como los tan dichos chaperones, pero, de un día a otro, Hanabi simplemente inventaba excusas para no salir ni siquiera al colegio, y, al cumplir los 18, decidió que era hora de madurar y asumir su responsabilidad para honrar a su padre y a toda su familia.

Y así fue como, un año después Hanabi decidió tener una relación seria con él, para que después de otros casi cuatro años, por fin diera ese gran y único paso a la verdadera felicidad, su boda.

La chica tenía tan solo 23 años y ya sentía el pesar de su vida sobre sus hombros, acumulándose dolorosamente en su espalda, cada vez más peso, cada vez mas horrible.

Pero ella era Hyuuga Hanabi, no cualquier otra, no una que se diera por vencida No la iban a ver derrotada ni mucho menos con lástima. Y con esto en mente y con el orgullo más elevado que otra cosa, dejo de lado su derrotismo hacia ella misma y tomo de sobre el tocador el rubor, las sombras, el labial... Todo, y se coloco un bello collar de perlas que Kō le regalo en su primera cita después de su compromiso, al terminar de colocarse el maquillaje, ató su cabello en un refinado -pero sencillo- recogido. Tomo un bolso a juego de su vestimenta y metió, entre otras cosas, lo que necesitaba para intimidar a sus nuevos y atolondrados** alumnos, salio de la habitación con aquella mascara de grandeza y bajo cada peldaño de la escalera con una lentitud grácil.

- Buenos días mi señora- Dijo una vieja sirvienta de la gran mansión donde vivía y la veía con una débil y verdadera sonrisa enmarcada en ese rostro tan arrugado y viejo pero, ¿porqué siempre la saludaba?, Hanabi jamás le contestaba y, aun así, lo seguía haciendo... Y allí estaba otra vez el porqué. Decidió olvidar el tema por ese momento y paso de largo a la anciana que se reverencio al cruzarse con la señora de la casa y decir antes de salir por la puerta principal.

- Si alguien llama estaré trabajando hasta tarde- Y con esa fría orden salió de la casa para subir en un hermoso auto negro, en donde el hombre del frente recibió otro mandato igual de frívolo que la vieja sirvienta- A la facultad, rápido.

- Sí señora...- Contesto el chofer encendiendo el auto y comenzando a avanzar. Mientras tanto, Hanabi tomo su celular y comenzó a marcar el número de la casa de su hermana.

- ¿Bueno?- Contesto una melodiosa y agradable vocesita proveniente de una niña no mayor de 4 años.

- Hima, mi niña soy yo, tu tía Hanabi- Hablo con cierto amor en su voz sonriendo de verdad.

- ¡Tía Hanabi!- Dijo emocionada la pequeña niña del otro lado del auricular, pegando brincos y llamando a gritos a su madre- ¡Mami, es la tía Hanabi, ven rápido!- Cuando por fin un adulto tomo la llamada de Hanabi, ésta no pudo evitar sonreír más al escuchar la voz que más le gustaba oír por el gran parecido que tenia con la de su madre.

- Hanabi-chan ¡Hola!, estaba a punto de llamar a tu casa para invitarlos a ti y a Kō-kun a cenar, ya sabes, el cumpleaños de Boruto es mañana, pero queríamos algo intimo y agradable antes del gran festejo, también vienen Neji-niisan y TenTen-chan y... ¿hermana, sigues ahí?- Hinata no escuchaba ruido alguno y se cuestiono si es que Hanabi siquiera la oía, pero al escuchar a la castaña estallar en una casi incontrolada risa notó que estaba allí.

- ¿Hinata?, hermana, realmente hablas demasiado. Se ve que el estúpido de tu marido te pego lo parlanchina- Soltó Hanabi al dejar de reír haciendo que Hinata soltara una pequeña risita.

- Tienes razón Hanabi- chan... Pero, es que soy tan feliz, Boruto cumple siete años mañana, ¡Siete!, ¿no te emociona?- Cuestiono la mayor con una sonrisa monumental enmarcada en sus labios, pero sin dejar contestar a su hermana, siguió- Es como si tan solo ayer aún estuviera dando pataditas dentro de mi vientre, si tan solo hace unas horas lo tuviera cargando entre mis brazos y... - Hinata no cabía de la emoción, pero notó que tal vez su pariente no la llamaba para oírla charlar sobre ella, ella, ella y su enorme y bella nube color de rosa- Amm... Pero no es para lo que llamabas, ¿no es cierto?...

- Cierto Hinata- Indicó la Hyuuga con voz seria- Te llame porque necesito que me pases los datos de Sabaku No Kankuro, es que quiero que asesore a algunos de mis alumnos en como se debe escribir su tesis, redactarla debidamente y cosas así, porque según el estúpido de el catedrático de la facultad; soy demasiado 'agresiva' para hacerlo yo misma- Dijo con un deje de molestia para luego soltar una maldición por lo bajo.

- Pues ese hombre no sabe nada, como puede no ver lo grandiosa que eres- Hinata apenas podía contener la risa que trataba de escapar de sí, pero conociendo a su hermana, decidió arreglárselas como podía- Pero, ¿porque a Kankuro-san?, conoces a muchos otros y que están mas cerca de ti, ¿porque él?

- Hinata, no se trata de lo lejos o cerca que estén, sino de lo inútiles y estúpidos que son- Habló Hanabi con voz que para la joven madre pareció de que contenía su furia- Mira, no conozco a ningún otro que pueda con alumnos como los míos- Espeto la castaña para así hacer entender a su hermana que, sinceramente, era una de sus ultimas opciones- Podría pedírselo al consejero de tu marido, tal vez, pero Naruto esta en medio de campañas y eso, por tanto lo mantendrá ocupado y lo descarte, Neji, con TenTen embarazada no estaría concentrado ni un segundo, Aburame... O vamos ni siquiera pensé en él, además de que hay mil y un razones para no pedírselo. Pensé en la esposa de Shikamaru, Temari, ella seria perfecta, si no estuviera de viaje- Soltó un bufido- Cuando llame a su casa me dijeron que no estaba y que no sabían bien donde localizarla, valla incompetentes. Trate de llamar a la oficina de tu marido para buscar al Nara y nada, esta tan ocupado con Naruto para siquiera atender mi llamada, ni siquiera los imbéciles que tengo de colegas sirven para el trabajo. Kankuro es uno de los pocos de los cuales he pasado las primeras diez páginas de su tesis.

- Cr-creo que ya e-entendí, tengo que buscar en el estudio de Naruto-kun, te envió los datos en un rato, pero dime, ¿vendrán a cenar esta noche tú y Kō-kun?- Cuestionó bajando un poco la voz en la última pregunta, pues sentía algo extraño siempre en su hermana cuando mencionaba o insinuaba algo de su relación con su esposo.

- Se lo preguntare, pero no es nada seguro, nos vemos, espero los datos y gracias- Y así, sin más, la menor colgó la llamada. Cuando vio que ya estaba cerca de su destino al mirar por la ventana, guardo su celular y respirando lentamente mientras cerraba los ojos se repitió mentalmente todo el itinerario del día; desde el momento en que desayunaría en la cafetería al llegar a la facultad, hasta el tiempo que tendría que hacer para llamarle a Kō. Con eso último, la castaña frunció un poco el ceño, pues al fin y al cabo, no tenia ni ganas ni tiempo para ir a una cena en la noche con el motivo de una fiesta a la que asistiría aún así al día siguiente pero, no podía decirle no a Hinata y mucho menos a sus adorados sobrinos.

- "Entonces, entre la hora del almuerzo y la penúltima clase con mis inútiles alumnos, tengo un tiempo para hablarle a Kō; preguntarle, y regresar la llamada a Hinata con la respuesta"- Enumeró cada paso en su mente aún con los ojos cerrados y solo los abrió al sentir que el movimiento del vehículo se volvía nulo; abrió sus bellas orbes para mirar al chofer abrirle la puerta y sin dirigirle mas que un gélido 'Gracias' se adentro en la gran construcción frente a ella con el enorme título por sobre la puerta en el que se leía "Facultad de investigación y documentación de la historia de Japón Konoha".

Cada alumno que miraba a la chica le daba una reverencia de respeto y algunos incluso la saludaban con un cordial 'Buen día Hanabi-sensei', otros, como sus colegas, le regalaban un saludo y una pequeña sonrisa sin detener su andar; a todos sin excepción, Hanabi les miraba con su inexpresividad de siempre y con un pequeño asentimiento de cabeza -Obviamente- sin detenerse ni inmutarse.

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Muy lejos de aquel lugar -más exactamente, del otro lado del continente- un atractivo castaño caminaba, con un par de maletas en cada mano, y un pequeño maletín debajo del brazo izquierdo, por el inmenso aeropuerto de la capital de Alemania. Junto a este, caminaba un hermoso can de blanco pelaje, sujeto por una correa atada a su collar - El cual a ninguno parecía gustarle, pero era así la única manera de llevar a su fiel compañero por este-.

Todos y todas no podían apartar la mirada de su andar, el cual era de un hombre de modales y refinado, pero con ese aire jovial y extrovertido que contrastaba con el elegante traje sastre con la camisa abierta de los primeros botones y esa increíblemente sexi sonrisa que dejaba ver un par de incisivos blancos.

- ¡Kiba-kun, Akamaru por aquí!- Grito un muy simpático pelinegro de corte bastante raro, mientras saltaba y movía los brazos en el aire para que el castaño lo notara aunque, sin siquiera gritar y brincotear, Kiba lo vería, pues detrás de él, un par de chicos sostenía una inmensa pancarta con un mensaje en letras grandes y fosforescentes en las que podía leerse 'Inuzuka Kiba' y una fotografía bastante reciente de él sonriendo junto a su inseparable perro.

- Tks, ¿por qué enviaron a éste a llevarme hasta Japón?, ¿porqué no alguien más normal?- Masculló el chico, acercándose velozmente hasta los tipos que sostenían la pancarta y arrancarla de sus manos para luego lanzarles una mirada llena de molestia e irritación, la cual asusto a los hombres que enseguida dieron un paso atrás de su jefe, quien se había acercado y tratado de abrazar al Inuzuka.

- Oh, wow Kiba-kun, has cambiado mucho, pero sigues siendo el mismo que conocí hace años, ¡Cuando todos estábamos en nuestra bella primavera de la juventud en pleno apogeo, aunque por lo visto, tu llama de la juventud sigue ardiendo!- Dijo el extraño joven para luego mirar al perro y acariciar el lomo de este mientras le hablaba- ¡Pero mirate Akamaru!, has crecido notoriamente, la ultima vez que te vi eras un muy tierno cachorro, pero ahora... ¡Estas enorme!- Dijo el joven y dio una muy fuerte carcajada- ¡Es verdad!, Kiba-kun, estoy aquí como encargado para llevarte hasta Japón y presentarte, nuevamente, con Nej... ¡Digo!, el señor Hyuuga- Exclamo el pelinegro para luego ordenar a los otros dos que lo acompañaban para que tomaran las maletas del jóven y se adelantaran al gran y elegante jet privado con el logo "HYUUGA'S CORPORATION".

Mientras tanto, parloteba con un Kiba algo incomodo, pues, cuando caminaba solo con Akamaru los miraban con admiración, incluso algunos con envidia y otras con deseo, pero en ese momento cada que pasaba, se les quedaba mirando divertidos y aguantando una risotada por el extraño chico y su extraña charla, la cual más parecía ir dirigida a todo el aeropuerto, que solo al castaño, ya que en vez de hablar en tono bajo iba casi gritando y dando saltillos y volteretas.

- Lee, ¿podrías dejar de saltar?, todos nos miran raro- Dijo el Inuzuka masajeando el puente de su nariz, pues en cualquier momento tomaría al chico y lo golpearía, ya que comenzaba a colmar su paciencia.

- Lo que digas Kiba-kun, pero dime, ¿como has estado desde que tú y tu familia se mudaron aquí?, nos conocemos desde hace bastantes años y somos amigos, tengo curiosidad- Cuestiono Lee a su interlocutor quien no tardo mucho en responder.

- Pues, excelente, creo que venir a Berlín fue lo mejor que pude hacer- Exclamo el castaño con una enorme sonrisa.

- ¡Increíble Kiba-kun!, y... En el amor ¿que tal?- Con escuchar esa única palabra, el jóven Inuzuka detuvo en seco su andar al tiempo que su coqueta y grata sonrisa se desvaneció, desconcertando un poco a su amigo y su can.

- "Amor... Tsk"- Caviló mientras retomaba el paso con el ceño fruncido pasando de largo a Lee que lo miraba con una expresión de total confusión- Hmp, yo no necesito basura como esa, porque sí, el 'amor' es una total y completa basura - Contesto la interrogante rechinando los dientes.

- Lo-lo siento, no quise incomodarte... Pero... Bueno... ¡Sí, apresuremos el paso para llegar a Japón ya mismo!- Y así, el pelinegro tomo del brazo a Kiba y comenzó a correr por los pasillos hasta llegar al jet.

Al llegar a este, Lee notó a sus jóvenes ayudantes respirando agitadamente y con las maletas del Inuzuka en manos, después de hacer abordar a Kiba, Lee se acerco a sus subordinados.

-Chicos, ¿pero qué les pasa?, su llama de la juventud esta ardiente y ustedes aquí de flojos- Expuso Lee a los jóvenes tomando las maletas y colocándolas en un pequeño montón para que el encargado las colocara dentro de la aeronave.

- Lo sentimos mucho Rock-sama...- Dijo uno de ellos haciendo una gran reverencia y al verlo, el otro hizo lo mismo.

- Lee-san, perdone nuestra torpeza, lo haremos bien... ¡No!, excelente, como usted dice, la próxima vez, lo prometemos- Y con eso Lee sonrió y levanto su dedo pulgar mostrando su típica pose de grandeza, después de eso, abordo el avión junto a estos y llego a sentarse con Kiba, el cual ya estaba en una muy amena conversación con una de las azafatas.

- "Amor... Hmp, eso no existe, es una estupidez, ¿verdad Hanabi?..."- Pensó el Inuzuka mientras miraba contonearse a la encantadora azafata frente a sus ojos y le hacia disimuladas señas mientras entraba en un pequeño cuarto de baño. Claro que sí, este no iba a ser un viaje de unas nueve horas tan aburrido y mucho menos lo iba pasar a solas.

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La chica termino su corto desayuno mientras observaba su reloj y se levantaba del asiento.

Tomo en sus manos su celular que comenzaba a vibrar, señal de que un mensaje de texto le había sido recibido. Rápidamente lo abrió y, ¡Bingo!, a veces a la castaña le parecía genial que su hermana estuviera casada con un hombre que conocía a gran cantidad de personas y era conocido; era una increíble ventaja.

- "Gracias Hinata-niisan, te debo una"- Escribió Hanabi para luego enviar el texto a su encantadora hermana mayor.

Después de eso, Hanabi guardo su celular en el bolso que traía y se encamino al salón de clases, donde, como siempre, tendría que aguantar un sin fin de alumnos incompetentes -Como solía llamarlos a casi todos- y luego, al finalizar el día, llegar a soportar a su 'amado' esposo, quien lo mas seguro, querría más sexo... Es lo que todos siempre querían, o ¿no?.

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* Hyuuga Kō, es un shinobi de Konoha, es también un miembro de la rama secundaria del Clan Hyuuga, y es asignado a velar por la seguridad y el bienestar de Hinata como su guardaespaldas mientras este fuera de la academia… Si este personaje te gusta o te agrada, me temo que este no es tu fic XD

Mmmnnn... ¿Y... Les gustó?, me pareció digno escribir sobre esta pareja y hacerla sufrir un poco Jaj, pues, a pesar de que me gusta, casi no he encontrado fic's en los que ellos YA se amen y por eso les duela su kokoro Jaj

Siento que en este primer capitulo se vea DEMASIADO drama, que solo como que se rebaja con la presencia de mi bello Lee -Ese Lee es todo un loquillo XD- y no prometo que en los siguientes capítulos halla menos, y muchisimo menos prometo que no se ponga bueno Jeje... Así que solo les pido una oportunidad para estos dos, para que entiendan mi amor hacia con esta pareja jaj... también los invito a leer mi otra fic u otras jaj

Sin más que decir...

Hasta la próxima.. Nos estamos leyendo...

CHAO Y BESITOS! ~(^•^~)