No es Slash. DRAMIONE. No lleva secuencia con los libros.
Ningún personaje me pertenece y todo esto esta escrito sin fines de lucro. No quiero ser demandada señora Rowling.
CABALLOS DE MAR
CAPITULO 1
Esas fiestas clandestinas que se llevaban a cabo en el colegio terminarían matándolo de la resaca un día de estos. Y es que no era para menos, con todo lo que tomaba en esas fiestas, y es que era una persona muy aguantadora, pero siempre, con la mas pequeña brisa de aire, le daba fuerte la borrachera, varias veces habían tenido que sacarlo cargando de ahí porque el ya no podía mantenerse en pie, era lógico que sufriera esas resacas que muy pocas ganas le daban de levantarse de la cama o moverse en ella.
Draco no podía con su cabeza, las nauseas, las ojeras, los profesores que lo veían por los pasillos lo enviaban a la enfermería, ya que no sabían que podía tener, sin imaginarse que era una resaca consecuencia de su ya acostumbrado excesivo modo de beber en las fiestas. Fiestas que los profesores conocían perfectamente, pero no sabían que algunas de esas fiestas también se llevaban a cabo entre semana. No tenían ni idea.
Los alumnos mas experimentados, con un poco de ayuda del exterior pasaban sus conocimientos a los alumnos que les seguían, en esta ocasión, los alumnos de Slytherin eran quienes habían tomado las riendas de organizar las fiestas, no era mucho trabajo, y siempre habían quienes estaba de acuerdo a hacerlo todo, ellos solo daban ordenes, como sabían hacerlo.
Iba camino a su sala común, para buscar en su baúl algo que tomar que le quitara el malestar, cuando recordó que lo ultimo lo había tomado hacia ya unos días, se maldijo internamente por haber olvidado hacer mas, ¿Quién podría tener además de la enfermera? Blaise, el buen Blaise, casi sintió como su cara se ilumino al recordarlo. Se dirigió lo mas rápido que pudo hacia donde suponía estaba él, la sala común de Slytherin por supuesto.
Momentos mas tarde, ahí estaban, Draco atrapando a Blaise por el cuello de la camisa y estampándolo fuertemente contra la pared, sus propios gritos retumbaban en sus oídos pero no importaba, el zumbido de coraje que sentía por el era muchísimo mas fuerte.
- Eres un imbécil, como se te ocurrió tirarla.
Minutos antes, Draco entro a la sala común, su cuerpo estaba en la cúspide del atractivo juvenil, era alto, delgado pero con cuerpo de atleta, además, su expresión de superioridad y frialdad le daban el toque que cualquier hombre deseaba para atrapar a cuando jovencita se le cruzara, a sus diecisiete años tenia toda la pinta de un hombre, al igual que la mayoría de los jóvenes de 7mo curso, como él.
Vio a Blaise sentado frente a la chimenea releyendo un libro, bueno, no le importo, Draco tomo la palabra y se paro justo enfrente de el.
- Blaise, necesito una poción para al resaca, pero a la voz de ¡ya!
Blaise levanto la vista de su libro para posarla en la cara del príncipe Slytherin. Ojeroso, mas pálido de lo normal, con los ojos un poco irritados y una cara de pocos amigos que no pudo resistirse a sonreír con malicia ante él.
- Te dio duro hoy ¿cierto? Ayer te dije que no te pasaras, pero no me hiciste caso.
- ¿Tienes o no? Lo último que necesito son sermones.
Se sentó a un lado y puso sus manos en su cabeza masajeando sus sienes con los dedos pulgares, cerro los ojos y recargo su cabeza en el respaldo. Blaise lo veía divertido, de pronto llego una idea a su cabeza…
- ¿Qué no tienes tú?
- No, olvidé hacerlas, con los exámenes.
No era un secreto que Draco era dedicado en los estudios, que se daba ciertas parrandas muy intensas, eso era también muy sabido por todos, sobre todo si eras alumno de Slytherin, tenia que hacerlo, ya que un Malfoy iba sobre todos y podía con todo, mantener el mejor promedio del colegio y divertirse.
- Vale, tengo una, la ultima, pero esta arriba… Solo por esto, tendrás que reponérmela triple, ¿Me oíste Malfoy?
- Si, si, si… pero dámela ya, tengo clase de Pociones en unos minutos y quiero llegar antes para hablar con Severus.
En Slytherin se sabia sobre la relación que Malfoy mantenía con el profesor Snape, no era su consentido solo por su cara bonita, Severus Snape era padrino de Draco, y aunque le exigía más que a los de más, nadie dudaba del cierto respeto que se guardaban el uno al otro. Solo Draco nombraba al profesor por su nombre, eso estaba muy claro.
Draco esperó a que Blaise regresara, parecía que la cabeza se le partiría, con eso recordaba nunca mezclar firewisky con cerveza de mantequilla elaborada por Ravenclaw.
Una cosa muy curiosa que ocurría en esas fiestas, es que todos cooperaban con algo, los de una casa conseguían algunas cosas, mientras otros otras por que al fin y al cabo, las fiestas las disfrutaban todos.
Escucho unos pasos bajar las escaleras, y de repente, un poco de alboroto, un "maldición" proferido por su amigo, y el sonido de un cristal romperse. Ese sonido fue el que más calamidades le dio.
Sus ojos se abrieron mucho, rogo a Dios, Buda y Bob Esponja para que ese sonido no fuera el de su botella con su poción para la resaca. Muy despacio volteo la cabeza hasta mirar a su compañero de casa, su expresión se había desfigurado y su aspecto maltrecho hacia mas terrorífica su cara. Sin darse cuenta Zabini comenzó a retroceder poco a poco, mientras veía a Draco acercarse más y más con cara de querer matarlo.
Su cuerpo se topo con la pared y a esas alturas ya todos se habían retirado, sabían que si se quedaban a ver la escena resultarían implicados indirectamente y serían acusados de comploteadores, por Draco, que era considerado una autoridad en esa sala, desde los mas chicos hasta los grandes respetaban si el ordenaba algo.
- Fue un accidente Draco, me resbale, quise atraparla y no pude…
- Señor Malfoy para ti, y esto no se me olvida.
- Si señor Malfoy, lo siento muchísimo.
Zabini de verdad estaba asustado, y es que sabia que Draco molesto y con resaca o ebrio era muy peligroso. Nunca olvidaría cuando Crabbe y Goyle fueron a parar a la enfermería con golpes y principios de hipotermia. Draco los golpeo hasta cansarse, y solo uso su barita para atarlos, colgarlos de la torre de astronomía, todo por que le habían tirado un baso de firewisky en el pantalón que se había puesto esa noche.
Draco salió furioso de la sala común y con un dolor de cabeza que precia le partiría la cabeza en dos o más partes si eso fuera posible. Iba caminando tan furioso que no se fijo cuando cruzó un grupo de niñas Hufflepuff y las aventó a los lados, estas lo vieron con cara de querer descuartizarlo en ese momento. En un dos por tres llegó al aula de la clase de pociones, entró estando la puerta abierta, atravesó todo el salón entre las bancas y se coló hasta el despacho del profesor, que al parecer estaba solo.
El profesor de pociones sabia de las parrandas de Draco, aunque le había dicho el profesor que no podían platicar sobre eso por lo que Draco ya no dijo mas, pero si le había dicho que cuando se sintiera mal, Draco sabia que se refería a las resacas, podría encontrar la poción que lo ayudaría en su escritorio, en el cajón superior.
Sonrió al recordar la plática. Draco había dicho a Snape que si también le gustaba el trago y el profesor solo lo miró y le respondió con su habitual tono seco y frio…
"Sufro de jaquecas, y esa poción me las quita al instante"
Entonces Draco busco en el cajón, tardo un poco buscando y encontró un frasco algo oculto, pero sin preguntarse nada ni pensar en disculparse con Snape después, lo bebió.
Justo cuando un grito se escucho desde la puerta, Draco vacio la botella en su boca.
- ¡Draco! ¡¿Que demonios hiciste?!- Snape estaba furioso, se veía en su cara. Él nunca gritaba y mucho menos pensar que le gritaría a él, Draco Malfoy; su ahijado, pero lo estaba haciendo y lo sacudía por los hombros como si así Draco fuera a responder más rápido.
- Tengo resaca, deja de zarandearme, solo me tome la poción para el dolor de cabeza.
- ¿Y se te quito?
- No- dijo tomándose la cabeza entre las manos.
- ¡Pues claro que no!- grito acaloradamente el maestro.
- ¿Te puedes calmar?- Los ojos de Severus se salían de sus orbitas y fue cuando Draco realmente pensó en lo que probablemente contenía el frasco y por que estaba oculto. Se sintió asustado, muy asustado.
Mil pensamientos agolparon su mente y se sintió mareado, la resaca pasó a un lado, se puso de mil colores para terminar de un color muy, muy pálido –Espero que tengas el antídoto.
- No hay antídoto, no es un veneno, pero es peor.
- Hay unos papelitos que tienen pegamento, se llaman etiquetas-. Respondió sarcástico.
- No me hables así-. Severus lo miró con el rabillo de los ojos dándole a entender que le molestaba su tono- lo que te acabas de tomar, es una poción de prueba, la descubrí por error, no estoy muy seguro de sus efectos, pero pueden ser catastróficos.
- Y ¿que hago?
- Por lo pronto, nada de actividad sexual, ¿Me escuchaste Malfoy? ¡Nada!
- Te escuche-. Agrego Draco rodando los ojos- Pero ¿que tiene que ver?
- Mucho, esa poción repercute no en ti, sino en tus hijos.
- Ósea que…-trago saliva- ¿Nunca más?
- Eso sería la muerte para ti. Solo por un tiempo, de aquí a que descubra la forma de revertir sus efectos, espero no tardarme mucho, podrías terminar suicidándote en una semana.
- Ey, no soy vicioso del sexo.
- ¿No?- Respondió el profesor levantando una ceja.
Siempre, la única persona que podía intimidarlo, habían sido él y su padre. Su padre, por el gran poder y autoridad que emanaba; el verlo siempre grande, y la aristocracia que lo caracterizaba, siempre habían hecho a Draco admirarlo y verlo con un ejemplo a seguir.
Por otro lado, Severus Snape, no era muy aristocrático, ni elegante, mucho menos guapo o carismático, pero tenia carácter, se hacia respetar, sabia intimidar a la gente y darles en el punto flaco, siempre podía controlas las situaciones y a la gente, era frio, agrio, no le importaba nada ni nadie, o eso hacia ver. Muchos decían que era un traidor, más era todo lo contrario, lo suficientemente inteligente para servir a dos y no ser descubierto, era la persona mas inteligente y calculadora que conocía, por eso lo admiraba y respetaba, por que tenia cabeza para todo, estaba en todo, pero sobre todo, le encantaba ver como ponía siempre en ridículo a Potter y al escuadrón de estúpidos.
- Bueno, recatadamente, solo un poco.-Dijo Malfoy agachando la mirada y removiendo con el pie una basurita invisible.
Snape soltó una risotada, que nada iban con el, por eso el escalofrió que recorrió a Malfoy por la espalda. Nota mental 1.- no hacer reír nunca a Snape. Nota mental 2.- recordar las notas mentales.
- ¿Un poco? ¿A quien descubrí haciéndolo en el aula de clases con 2 niñas al mismo tiempo?-
Muchas imágenes comenzaron a llenar la mente de Snape, todas de ellas con Draco y dos niñas más entre ellas Parkinson y otra de Ravenclaw. Los tres desnudos, las mujeres sobre el escritorio, una sobre la otra y de frente, mientras Draco claramente visible, penetraba a la de abajo mientras a la de arriba la masturbaba con los dedos. Al mismo tiempo ellas se rozaban la piel y los pezones con la piel de la otra, lo cual las volvía locas y parecían que explotarían en gemidos puros y concentrados.
No es que fuera un mirón, y hay que aclarar lo siguiente, el entraba a esa aula, por unas tareas que había dejado con la intención de dar un paseo por el castillo en la noche para pillar a los alumnos que gustan de olvidar el toque de queda y se pasean por el colegio
- No sé, pero cuéntame, debió de ser interesante.- el rubio se sentó en el escritorio.
- "Y vaya que había sido interesante"
Hay estaba de nuevo la vena pervertida marca Snape aunque se dijo a si mismo que debía reprimirla como lo hacia todas las noches que recordaba que tenia que pagar por prostitutas mágicas, en el callejón Knockturn. Jamás olvidemos que Severus Snape es un hombre; amargado, agrio y con problemas capilares, pero hombre a fin de cuentas. Tenía sus necesidades como cualquier ser humano, mago o no.
- No te hagas el chistoso con migo Malfoy que te conozco perfectamente. Nada de sexo hasta que yo te diga. Y de preferencia deja el alcohol, esa cosa te hace olvidar mis advertencias muy seguido.
- No se de que me hablas.- Malfoy salió para ir al pasillo a esperar a que oficialmente dieran por iniciadas las clases con la habitual espera afuera del salón hasta que el profesor fuera quien abriera la puerta. En el pasillo se encontró a Blaise Zabini, quien iba acompañado de sus dos gorilas amigos; Crabbe y Goyle quienes al verlo que se acercaba, con cara de resaca que por cierto acababa de recordar, se pusieron serios y así permanecieron.
Por atrás de ellos, Draco vio como se acercaban al aula San Potter, la comadreja y la come libros Granger. Su pasatiempo favorito desde que había entrado a Hogwarts siempre había sido molestarlos a ellos tres, en especial a la sangre sucia, le gustaba ver su cara de disgusto e impotencia cuando los insultaba.
Pasaron por delante de él y Draco vio el trasero de Hermione con la intención de que lo vieran y chistaran de coraje, aunque a decir verdad, no le daba tanto trabajo, el cuerpo de la sangre sucia estaba de lo más apetecible y a decir verdad los años le habían favorecido mucho. Ese cabello grifo e indomable, había logrado aplacarlo con una melena rizada que caía naturalmente desde sus hombros hasta su cintura, que por cierto era estrecha y se notaba a pesar de la túnica del uniforme que no le quedaba muy ajustada al cuerpo pero si dejaba ver curvas por todos lados. Sus caderas se habían ensanchado desde las vacaciones y aunque no viniera al caso, muchas veces Draco llego a preguntarse si aun seria virgen y si no lo era ¿Con quien lo haría mas seguido? ¿Potter o Weasley?
Bueno, no le gustaba mucho pensar en eso, mejor quería seguir admirando el cuerpo de la tragalibros. Ese movimiento de caderas que había perfeccionado que en ocasiones lo hacia olvidar que era una sangre sucia y no debía admirarla de esa forma, pero era un secreto a voces que a Draco se le antojaba la fisionomía de Granger, como a muchos más se les antojaba un acostón con ella. Muchas platicas había escuchado entre los hombres de Slytherin que Granger se había puesto realmente exquisita a los ojos de cualquier hombre que reconoce un perfecto par de tetas y un culo de diez.
No supo por que, pero las palabras solo brotaron de su boca y casi se arrepintió al instante de haber hablado…
- Muévelas más y te las compro Granger.
Pero todo cobró sentido al ver como la expresión de los tres se contorsionaba en una de completo coraje…
- ¿Eres estúpido o te haces Malfoy?- Rugió la leona.
Y Draco sintió una gran alegría al ver como todo el mundo sabio lo que pasaba y comenzaban a verlos, pero más le gustaba saber que a todos les había agradado el comentario, muchos hombres se sintieron de acuerdo con él, y bueno, las mujeres solo adoraban cada palabra que salía de su boca.
- Déjalo Hermione, es un estúpido, no tiene caso que te enojes por sus comentarios.
- Weasley ¿La defiendes para juntar créditos y luego llevártela a la cama?
- ¡Eres un pendejo Malfoy! ¡¿Por qué mejor no te callas?! ¡Lárgate con tus putas y deja de jodernos la existencia!- ahí estaba, Potter salvando el día, pero metiéndose en problemas él mismo.
- Señor Potter.- El profesor de Pociones estaba parado bajo el marco de la puerta que se había abierto justo cuando Harry había comenzado a gritar.- No tolerare esa clase de insultos en mi clase o en los pasillos de mis mazmorras, se quedara a detención al terminar la clase pero nadie entra al aula hasta que el señor Potter se disculpe con el señor Malfoy.
Harry se quedó de pie, petrificado por lo que tenía que hacer. Disculparse con Malfoy era algo que no haría ni en sueños, ni en su más horrible pesadilla, antes prefería disculparse con Voldemort por haberse negado a morir cuando solo tenía un año que disculparse por los insultos que había dicho contra Malfoy, que bien merecidos los tenía.
Muy bajito y entre dientes, solo soltó un "Lo siento Malfoy".
Pero Snape no estaba satisfecho con eso y se lo hizo saber.
- Dudo mucho que el señor Malfoy escuchara sus disculpas, Potter, así que repítalo, y más fuerte, que no quede duda que en el colegio Hogwarts, todo mundo es respetado por quien es.
¿Así que Snape quería demostrar que todo el mundo era respetado por quien era?
- Entonces, profesor, debe hacer que el también se disculpe, ofendió a Hermione, y ella si que es alguien, solo la mas inteligente bruja de nuestra edad.
- Yo no fui testigo de eso Potter, así que no me consta que el señor Malfoy fuera grosero en ningún momento, ahora discúlpese, ah, 50 puntos serán restados de Griffindor por su insolencia al responderme y no acatar una orden directa. Ahora, dese prisa, que la clase de hoy es corta y la poción será laboriosa.
- Si Potter, yo no te escuche y quiero una disculpa.
- ¡Dije que lo siento, Malfoy!
- Está bien.- dijo Snape.- Que más se puede esperar de usted, Potter. Pasen todos, saquen su material e ingredientes para hacer la poción de la verdad. Quien no la complete al final de la clase, llevara deberes extras.
La clase transcurrió rápida, y como nadie termino su poción, todos llevaron tarea extra, 60 centímetros de pergamino con letra adecuada, sobre la historia de las pociones utilizadas por el ministerio durante los años 40 del siglo pasado. Obvio todos veían de una forma muy fea a Harry, por que por su culpa los habían castigado a todos, con excepción de Malfoy, que por haber sido la victima de Harry, podía no presentar el ensayo.
Al llegar a la sala común, todos tenían miedo de Hermione, que estaba dando vueltas por la sala común como solo lo hacia cuando se acercaban los exámenes o cuando estaba furiosa por Malfoy, esta ves, lo atribuyeron a los segundo, ya que a esas alturas, ya todos sabían sobre la dichosa discusión.
- Mejor siéntate Hermione, así no lograras nada.
Ginny Weasley, al hermana menor de Ron estaba con ella, a su lado estaban Padma y Parvati, que con el paso del tiempo fueron haciéndose de sus amigas cercanas ya que en el transcurso de las vacaciones se dio cuenta de que si bien adoraba a Harry y a Ron como amigos no podía estar todo el tiempo con ellos, necesitaba compañía femenina, con quien hablar de muchachos, de ropa, de maquillaje, que aunque le parecían temas muy frívolos y superficiales, en ocasiones era divertido escucharlas hablar sobre eso, y no estaba mal saber un poco del tema.
- Si, Hermione, siéntate, no tiene caso que te pongas así, no vale la pena. Aunque si a mi Malfoy me hubiera dicho lo que te dijo…-Parvati prefirió guardar silencio y profundizar en su orgasmo mental en el que estaba entrando con solo recordar a Malfoy.
Y es que, Hermione no era de piedra y ni era ciega para no reconocer que el rubio estaba muy bueno, y las vacaciones y el deporte lo favorecían tremendamente; si, se sentía alagada de que Malfoy le chuleara el trasero, pero no lo admitiría, nunca; cuando una manticora tomara el te con un niño de 3 años y entablaran una conversación de política, tal ves entonces.
Por fin decidió dejar de hacer estática con la alfombra y tomo asiento, se sentó junto a Ginny y Parvati, una vez que esta salió de su sueño húmedo despierto con Malfoy como protagonista. Se tomo el cabello y lo paso por sobre su hombro, comenzó a repasarlo con los dedos para relajar los nervios un rato.
- Bueno, deja de pensar en eso Hermione, ya olvídalo, es mas ¿que te parece si esta noche nos vamos de fiesta?
- ¿Fiesta? Pero eso no…
- Ay Hermione, no te hagas la que no sabes. Sabes perfectamente a que fiesta nos referimos.
Todas aceptaron la idea, solo faltaba que Hermione aceptara también para empezar a ver que se pondrían para esa noche. Las tres chicas pensaban en escotes, y falditas, mientras la prefecta y premio anual, pensaba en castigos.
- Ya Hermione, no te reprimas, sabemos que tienes muchas ganas de ir.- Dijo Padma- Dicen que son geniales, y no ha muerto nadie, desde "Myrtle, la llorona".
Los ojos de Hermione se abrieron.
- ¿Pero los maestros no saben de eso?
- Claro que lo saben, pero si las cancelaran, romperían la poca colaboración que hay entre las casas con respecto a la fiesta y nos volveríamos locos sin algo de la acción que nos otorgan esas noches. Además, es viernes, mañana no hay clases, podemos dormir hasta que se nos entuman las piernas.
La pelirroja estaba muy entusiasta y lograba contagiar su alegría a las demás, Hermione acepto con un asentamiento de cabeza y una sonrisa, las miro a todas, de repente ya estaba escaleras arriba para medirse sopa y ver que se pondrían.
- Dicen que Malfoy siempre va a esas fiestas y elije chicas de otras casas para bailar con ellas.- se oyó la voz de Parvati- Y con suerte y hoy saca a alguna de nosotras.
- A mi no.- respondió Hermione.- nunca, soy la sangre sucia ¿lo recuerdan? Además, ¿Desde cuando hablan como si fueran hormonas con patas?
- Desde que nos dimos cuenta de que como mujeres necesitamos satisfacer sientas necesidades y si se pude hacer imaginando ¡Que así sea!
Esta es la versión dos de este capitulo. Estoy tratando de remasterizarlos pro que los originales me parecían muy "raritos" y tenían algunos errorcillos.
A los que ya lo leyeron gracias, a los nuevos: Disfrútenlo.
