Disclaimer: la idea original no fue mía, sino de Jota Ká, pero eso no me impide manejarla un poquito :P
A Harry no le gusta Dean Thomas para Ginny. Sólo es eso, no le agrada en lo más mínimo. No porque Dean no le caiga bien, ni porque Ginny sea "demasiado pequeña para tener novio", porque vamos, ya ha crecido bastante (lo que no deja de sorprenderlo un tanto).
A Harry no le gusta ni Dean, ni Michael Corner, ni ningún otro chico de rasgos indeterminados que quiera darse el lujo de estar con Ginny. Está bien, mal no le caen, pero no están a la altura de la pelirroja.
Harry está convencido de que la chica se merece algo más. Alguien más. No cualquier persona, sino alguien que se atreva a seguirla dondequiera que vaya, alguien que la mire a los ojos y sea capaz de verla, no sólo su cuerpo, sino más bien su esencia. Ginny no es una chica normal, es bastante diferente a todas las adolescentes que conoce, que viven preocupadas de chicos y maquillaje, chismes y romances. Ginny es diferente, Ginny juega Quidditch (y es increíblemente buena), incluso Ginny jamás llora.
Ginny no es igual a todas las demás, y por lo mismo se merece a alguien que se lo reconozca. Alguien que la ame, y la ame de veras. Que no le importe acompañarla a volar en su escoba a la medianoche, si a ella se le antoja, y Harry Potter se queda pálido cuando se da cuenta que Ginny lo necesita a él.
Entonces mira a Ron disimuladamente, mientras éste escribe su redacción, y como quien no quiere la cosa, le pregunta:
- Ron, ¿qué pasaría si Dean y Ginny nunca terminan?
Ron levanta la vista del pergamino y lo mira con el ceño fruncido, y Harry espera que no sospeche demasiado
- ¿Por qué quieres saberlo? – Harry se demora un par de segundos en responder
- No lo sé, sólo se me vino a la mente – y se lo dice mientras le sostiene la mirada
- Tarde o temprano lo harán Harry, y te aseguro que si no terminan por las buenas, Fred, George, Charlie, Bill y yo nos encargaremos de él. Y de cualquier otro que tenga intenciones parecidas – le dice Ron, más en serio que en broma
A Harry le queda claro, y asiente con firmeza. Pero lo extraño es que no se amedrenta, al contrario, incluso sonríe. Sabe que Ginny es terreno minado, pero por algún extraño motivo piensa que al estar con ella, las heridas que pudiera haber adquirido en su travesía, de algún modo terminarían doliendo menos.
