Reglas implícitas


Disclaimer: FMA no es mío, ni su anime, ni el manga, ni OVAs ni nada. Ya saben, todo es propiedad de Hiromu Arakawa.


Tabla Edwin #95


—¡Edward! — Chilló Winry desde el baño.

El joven corrió hasta el lugar desde el cual la mujer le había gritado como alma que se lleva el diablo. Su esposa estaba embarazada hasta casi reventar y él estaba, literalmente, atento al más mínimo movimiento de ésta. Saltando los escalones de dos en dos llegó hasta ella en un santiamén. Estaba esperando una escena distinta a la que se encontró por la urgencia del grito. Todo lo que podía ver era a la mecánico enfadada con los brazos cruzados bajo sus senos.

—¿Si…? — Consultó, reconociendo el mirar furibundo en la futura madre de su primogénito.

—¿Sabes lo qué son las reglas implícitas? — Preguntó.

Edward sabía que independientemente de lo que contestara estaba condenado, reconocería ese tono en cualquier lado. No sabía a qué se debía, pero ya tenía esa batalla perdida. De modo que apostó a lo más seguro.

—Sí.

—¡¿Entonces por qué, demonios, no bajas la maldita tapa del asqueroso retrete cuando terminas de usarlo?! — Le gruñó.

Edward no podía creer que le riñera por algo tan nimio como aquello.

—Bueno, lo olvidé. — Se excusó, encogiéndose de hombros. — No lo haré la próxima vez.

Aquello lo había agregado al ver como los ojos zafiro de su amada se encendían como llamas azuladas y brillantes por la ira.

—¿Sabes lo difícil que es levantarte de allí cuando dentro te caes con una barriga como esta? — Consultó aunque sabía la respuesta.

Edward se rió con ganas, hasta que se dobló en el suelo a causa de las carcajadas. La mujer embarazada lo miró confusa, pero luego el enfado regresó a ella y lo manifestó lanzándole objetos de higiene personal que tenía a mano. Edward se arrepintió terriblemente de haberse reído, aunque no pudo evitarlo ¡Había sido tan gracioso de imaginar, hubiese deseado verla luchando por salir del retrete!

Había reglas implícitas, algunas poco importantes como bajar la tapa del retrete al acabar de usarlo. Otra, mucho más relevante, es no hacer enfadar a una mujer embarazada a término* por caerse en el retrete. Porque trae consecuencias.

—Ed…— Llamó, mientras el aludido la miraba desde el suelo, adolorido.

La muchacha lo vio asustada desde su lugar.

—Creo que rompí fuente— Exclamó. — ¡Rompí fuente!

Mierda.


*Término.

Que alguien por favor me diga si está bien así.

¿Embarazada a termino o término? No lo sé, pero creo que de esa manera estaba mejor. Ustedes díganme si lo creen así también. Ojalá les gustase, gracias por leer.