Beso
Disclaimer: FMA no es mío, ni su anime, ni el manga, ni OVAs ni nada. Ya saben, todo es propiedad de Hiromu Arakawa.
Tabla Edwin #94
Nadie allí podía explicar muy bien cómo habían llegado a ese tema. No era muy común entre aquellos hombres hablar de cosas como aquellas, en especial porque se veían muy poco fuera de las oficinas ya que cada uno tenía su vida y sus respectivas ocupaciones. Pero, viendo que uno de los miembros del equipo cumplía años, habían decidido salir a festejarlo. Y el "decidido" se reducía a Roy Mustang ordenando a todos salir a beber por allí "Porque catorce años no se cumplen siempre". De modo que Edward Elric y su hermano menor Alphonse se vieron acarreados hasta un bar donde los mayores bebieron a sus anchas.
La teniente Riza Hawkeye era la única allí que había procurado realmente que el festejado tratarla de pasarla bien. Y esto había incluido moderar las conversaciones que los ponían incómodos. Pero este ángel para los hermanos Elric no duró mucho, puesto que la teniente tenía una cita médica a la mañana siguiente y debió irse temprano.
Apenas el miembro femenino del grupo se fue, el ambiente se tornó distinto. Los hombres dejaron de moderarse, si lo anterior se podía llamar moderación, y se sentaron todos en la mesa riendo y festejando.
—¡Acero va camino a ser un hombrecito! — Se burló Breda, con su cerveza en mano.
—Ya, déjenlo en paz… ¡Es su cumpleaños después de todo! — Intervino Fuery, siendo ignorado por Havoc quien agregó;
—¿Cuán "hombrecito" es realmente Acero? ¿A los catorce no debería serlo un poco más?
Mustang, quien acababa de pedir una nueva orden de bebidas para todos, prestó atención a ese último comentario y entendió inmediatamente hacia donde estaba guiando su compañero la conversación. Siempre animoso a avergonzar al alquimista, no pudo evitar intentarlo.
—¿O será que aún es más niño que otra cosa?
—¡¿A quién llamas minúsculo niño tamaño de grano de arroz, maldito bastardo?! — Replicó él, avergonzado, siempre tratando de lucir más adulto de lo que era.
—Veamos, veamos…— Introdujo él. — Supongo que, a tu edad, al menos ya habrías besado una chica ¿No?
Todos los hombres se miraron entre sí cuando el chico se sonrojó hasta las orejas antes de enmudecer y balbucear algo semejante a "No les interesa, idiotas" que sólo causó risotadas entre los adultos. Alphonse sonrió, aunque era casi imposible de notar en ese cuerpo de metal. Edward se levantó y fue a escabullirse en el baño. Alphonse rió, entonces, sabiendo que su hermano no podía oírlo y reñirle.
—¿Qué es tan gracioso, Al? — Preguntó Fuery, quien dudaba que el muchacho se riera de su hermano.
Alphonse dudó si contarles o no, pero decidió que hacerlo no tendría nada de malo.
—Mi hermano sí besó a una chica. — Confesó. — O al revés, no lo sé. Pero está avergonzado de decir que una chica extraña le robó su primer beso.
Todos allí se carcajearon de inmediato, diciendo entre ellos que eso era típico.
Edward estaba creciendo, y estaba avergonzado de ello. Porque le avergonzaba incluso decir que le daba vergüenza. Mucha. Muchísima.
Después de eso, por supuesto, Alphonse se sintió casi un traidor. Y agregó un nuevo punto a su lista de cosas por hacer cuando tuviera un cuerpo humano de nuevo: besar a una chica.
Simplemente, se dijo, le daba curiosidad. Mucha. Muchísima.
Porque ambos estaban creciendo, cada uno a su modo.
Lo que nadie sabía allí, ni siquiera Al, era que Edward estaba avergonzado no sólo porque una chica esa misma mañana lo había besado sin previo aviso y luego se fue riendo, no. Sino porque se encontró a sí mismo pensando en Winry un segundo luego y tocando sus labios. Maldita pubertad que lo descontrolaba todo.
