Luz
Por: LaraHawke
Traducción por: GirlSchiffer


Disclaimer: Shingeki no Kyojin y sus respectivos personajes pertenecen a Hajime Isayama.

De igual manera, el fic no me pertenece, la propietaria de este escrito es el usuario LaraHawke. Por lo tanto, esta es solo una traducción inglés-español autorizada.

Lo único que me pertenece es la adaptación al idioma.


La luz del día se colaba por la ventana, lo cual provocó que Levi despertase. Él se encontró con Petra aun durmiendo plácidamente en sus brazos, por lo cual, opto por no moverse ya que no quería despertarla. "Es tan hermosa", pensó mientras la contemplaba fijamente.

Petra al ser la única mujer de la Brigada de Operaciones Especiales, había sido bastante "veladora ante el bienestar de los demás" desde que se unió al Cuerpo de Reconocimiento. Siempre se despertaba antes que todos los demás solo para preparar el desayuno. Al principio al sargento le molestó. Creyó que solo lo hacía por simple presunción, pero con el tiempo lo llegó a entender y apreciar. Antes de que se diera cuenta, él ya había dejado aquella pared de frialdad que se había construido para evitar a los demás por ella.

Cada vez que estaban juntos, se olvidaba de todos los problemas que tenía. Siempre pensó que su sonrisa y el rubor de sus mejillas era la cosa más hermosa que hubiera visto en la vida. Él sabe a la perfección que su relación no durará por mucho tiempo, sin embargo, nada tan hermoso podía durar mucho en aquel mundo. Pero aun así, optó por tomar la inevitable caída.

Su ensoñación se vio interrumpida por Petra que fue aflojando el agarre que antes tenía en él, esto hizo que aprovechase la oportunidad para liberarse. Aun así cuidando de no despertarle, se levantó lentamente de la cama y se vistió en silencio. "¿Qué estás haciendo Levi? Sabías que tenías una expedición hoy y sin embargo te levantas tarde" se reprendió a sí mismo. Esa actitud era tan diferente viniendo de él.

Ya se había dicho demasiadas veces que no debía actuar como un idiota enamorado, pero allí estaba de nuevo, mirando a aquella chica de cabellera marrón como si no hubiera mañana.

Cuando él estaba ajustando las correas de sus piernas, oyó a Petra levantarse de la cama a toda prisa y murmurar un "lo siento" antes de salir de la habitación. "Espero estar equivocado pero, ¿acaso lloraba?" se preguntó para sí mismo el pelinegro.

Petra se apoyó sobre la puerta mientras sollozaba. "No esperes algo más de él", se regañó a sí misma. "Él jamás podrá ponerme en el primer lugar de su lista de prioridades." Se limpió algunas de sus lágrimas mientras corría a su habitación. En su camino, se encontró accidentalmente con Gunter.

—Petra. ¿Estás llorando? —le preguntó con preocupación.

Al ser la única chica, Gunter y Erd eran como los hermanos mayores que ella nunca tuvo. Cada vez que tenía problemas, ellos eran quienes le apoyaban.

—No. Y-yo no estoy llorando. Es sólo que algunas partículas de polvo se metieron en mis ojos, por lo que los tengo un poco llorosos, eso es todo —dijo con una risa falsa. Después se metió en su cuarto y cerró la puerta. No era buena mintiendo, pero esta vez tomaría el riesgo. Incluso si todo el mundo sabía lo que sentía por el sargento, no quería que todos supieran lo que pasó anoche.

Recordó unirse al Cuerpo de Reconocimiento a los 20 años. Luego de 2 años, fue uno de los cadetes seleccionados por el propio Levi para ser parte de su equipo. Después de años de entrenamiento, se convenció a si misma que al fin sería de utilidad para su líder. Ella sólo quería unirse a su causa. Él, que siempre le había hablado de cuando tenía 15 años. Que pasó de ser un criminal a un héroe aclamado. Él, que le salvó la vida en el momento que era una niña de 10 años, cuando caminaba sola por un callejón oscuro y fue repentinamente atacada por matones. Él, que se convirtió en su primer amor.

Todavía en lágrimas, se apresuró a cambiarse y ponerse su uniforme. Se lavó la cara y comenzó de nuevo su día como si nada de eso hubiese pasado. Decidió escribirle una carta a su mayor, ya que tenía la intención de abandonar el grupo.

Mientras ella y Auruo estaban a punto de dar el golpe de muerte a la mujer titán, la criatura volvió a regenerar un ojo y mató a Erd. Esto causó que la chica quedara en estado de shock, trató de escapar, aunque no podía apartar los ojos de su compañero caído. "¡No!" Las lágrimas invadieron sus ojos, perdió la concentración. No oyó a Auruo gritando para que ella escapara, y no vio al titán ir tras ella.

Lo último que recuerda fue haber sido estrellada contra un árbol, golpeando a si su cabeza contra la parte exterior resistente de este. Su cabeza comenzó a latir con fuerza, y en sus oídos sonó un ruido ensordecedor. "Estoy sorprendida de que todavía este viva" pensó. Oyó el grito de Auruo, él también había sido asesinado por la titán. "Vaya, así es como acaba todo. Lo bueno es que escribí la carta, ya que no seré capaz de decirle adiós en persona."

...

Cuando Levi escuchó un rugido familiar a través de la parte sur del bosque, su sangre comenzó a bombear con más fuerza a través de su cuerpo. "No, no puede ser..." Los pensamientos corrían por su mente. "Por favor que ellos no hayan muerto. Por favor, no ellos. Son buena gente, de buen corazón", recitó en su cabeza.

Aunque se negó a reconocer vocalmente lo orgulloso que estaba de su equipo; después de todo, fueron los mejores de su lote, se negaba a pensar que podían haber sido vencidos. Él mismo los escogió, así que ¿por qué iba a dudar de ellos? Aunque a veces eran un poco idiotas, eran útiles e ingeniosos en sus operaciones. Ni una sola vez le fallaron, siempre cumplían con sus expectativas.

En su camino, vio un cuerpo colgado de un árbol. "No puede ser" pensó. Él se desconcertó al ver el cadáver de Gunter colgado boca abajo con la nuca a medio decapitar. "Maldición" lejos de allí, vio los cadáveres de Erd y de Auruo ensangrentados e extendidos por el suelo. "No ella, por favor", su corazón y su mente no podían soportar mucho más. "Por favor, lo suplico, incluso si es sólo ella la que sigue con vida..."

Pero su suerte no fue lo suficiente, Petra se encontraba torpemente en un árbol con la cabeza mirando hacia él. Esos ojos que una vez lo miraron con amor y adoración ahora lo miraban fijamente, sin brillo, sin vida. No importa lo que hiciera, las lágrimas no inundarían sus ojos. Él los apreciaba a todos, pero no podía llorar, aunque su corazón se estuviera rompiendo. Lentamente bajó y aterrizó en el suelo, acunó a Petra en sus brazos. "No debería haber salido de la cama esta mañana. Debí quedarme contigo y esperar a que despertaras. Debería haberte abrazado y llenado de besos. Debería haberte dicho, por primera vez, lo mucho que te amaba. Eso era tan jodidamente simple de hacer..."