Hola a todos. Este es mi primer fic de esta película y espero que les guste. Supongo que no soy la primera que la vio y se enamoró instantáneamente de ella, y que además se quedó inconforme con el final y quiso escribir algo diferente.
Si les agrada, desagrada, tienen algún comentario o crítica, por favor háganmelo saber. Disfruten y review!!!
Capítulo 1: el regreso de Sen
Algo andaba mal. Había algo que estaba muy mal respecto a ese lugar. No le gustaba. Ese edificio que habían visto antes… era extraño, el viento entraba en él. Y por un momento le pareció que había gemido.
Más extraño aún era que sentía que ya había vivido todo eso. Pero era imposible. Era la primera vez que iba a ese lugar. Hacía ya 2 años desde que se había mudado a ese pueblo y nunca había entrado a ese lugar. Había pasado por allí varias veces camino a la escuela o con sus padres pero…
Al ver la estación del tren, se sintió aún más extraña. De repente una visión atravesó su mente como un rayo. Ella estaba sentada en un tren. Había un ser extraño sentado a su lado, como un fantasma negro con una máscara. ¿Qué era todo esto? Ella nunca había estado en un tren.
-¡Date prisa Chihiro!- gritó Shako.
Shako era japonesa también. Había nacido y vivido en el mismo pueblo de donde provenía Chihiro pero curiosamente nunca se había conocido. Llegó ese mismo año a la escuela e inmediatamente se hicieron amigas. Ella tenía el cabello largo, negro y muy liso. Era algo altanera y orgullosa; siempre la trataba como si fuera su hermana menor. Por alguna razón a Chihiro le recordaba a alguien que había conocido antes, pero no sabía a quién.
Corrió hasta la puerta de salida de la estación. No dio un paso más. Definitivamente algo andaba mal aquí. No quería continuar.
-Volvamos, nos meteremos en problemas- dijo Chihiro a sus amigos.
El grupo sólo seguía caminando sin prestarle atención. Chihiro tomó algo de aire, corrió y alcanzó a sujetar el brazo de Marcos, un chico un año mayor que ella y que ya comenzaba a mostrar los cambios de la pubertad.
-¿Qué sucede Chihiro? A ti nunca te ha importado meterte en problemas- le dijo él.
Era verdad. En la escuela siempre le llamaban la atención por estar creando problemas, sobretodo por no prestar atención a las clases. Siempre parecía como si anduviera en otro mundo; y a pesar de todo, sus notas eran bastante buenas. Por eso sus padres no se quejaban. Tampoco es que les interesara mucho la vida que llevaba su hija; nunca habían sido los padres más atentos del mundo.
-No importa. Vámonos de aquí, no me gusta este lugar- insistió la niña de 12 años.
-No pasará nada, sólo echaremos un vistazo- dijo Marcos.
-¡No quiero! Vámonos ya-
-No seas cobarde. Si tienes miedo entonces quédate aquí- dijo Lina, una chica de largo cabello rubio.
-No tengo miedo, es que…- comenzó pero no pudo continuar. Sí tenía miedo. Sabía que algo iba a suceder si seguían avanzando.
-¿Es que?- preguntó Lina, con ese tono presuntuoso que tanto detestaba de ella.
Chihiro no pudo decir nada más. Comenzaba a temblar. Otra visión apareció en su mente. Era una especie de ave con cabeza humana, muy grotesca. Perseguía algo, como una mancha blanca y alargada. Le comenzaba a doler la cabeza.
Cuando se dio cuenta, Marcos ya se había zafado de ella y sus amigos habían continuado caminando por ese lugar. Estaban fascinados con el paisaje que se mostraba ante ellos. Un hermoso claro con pasto verde brillante y algunas flores. Más allá había unas piedras apiladas y unas casas del otro lado.
Se apresuró a seguirlos cuando vio que comenzaban a cruzar el camino de piedras. No quería quedarse sola.
-¿Qué creen que hacen estas rocas aquí?- preguntó Shako con curiosidad mientras trataba de equilibrarse sobre una piedra alargada.
-Seguramente trataban de hacer un río- dijo Marcos saltando ágilmente entre un par de rocas.
¿Un río? Pensó Chihiro. Esa palabra caló muy dentro de su mente. Río. Sólo pronunciarla le causaba un agudo dolor en el pecho, como si algo importante se ocultara tras ella. Algo que había olvidado.
"Nada de lo que sucede se olvida, aunque tú no puedas recordarlo"
¿Qué era eso? Esa voz le resultaba conocida.
-¿Vienes o no, Chihiro?- gritó Shako desde el otro lado del camino de piedras.
Decidió que quizás su mente le estaba jugando una mala broma. Mejor sería continuar. Apenas puso un pie en el camino para reunirse con sus amigos, una ráfaga de viento recorrió el lugar, levantando un poco su vestido azul.
Enrojecida, sujetó su vestido contra sus delgadas piernas. Miró en la dirección de la que venía el viento. A lo lejos, se veía una torre de donde salía un poco de humo. Detrás de ella, estaba el sol. Pronto iba a atardecer.
En una pequeña oficina subterránea
Haku se levantó de golpe de la mesa y miró a todos lados, como si buscara algo que era muy difícil de ver. El aire se había quedado atrapado en su garganta, junto con las palabras que iba a decir hasta hace un momento.
-¿Qué le sucede, amo Haku?- preguntó una de las ranas que estaban sentadas en la mesa.
No era normal que Haku, el aprendiz de Yubaba, actuara de esa forma. Aunque de por sí ya era una persona extraña, era inusual que dijera o hiciera cosas tan repentinas. Claro que, hacía dos años había cambiado mucho. Desde el día en que esa niña humana se había ido, no había vuelto a ser el mismo.
-¿Amo Haku?- preguntó otra rana.
Los presentes se miraron con desconcierto. El muchacho se había quedado mirando a la única puerta de la habitación.
-No puede ser- dijo simplemente el joven. Salió corriendo de la habitación sin más.
En un restaurante abandonado
-Deberíamos volver. Este lugar está abandonado- dijo Chihiro mientras sus amigos registraban otro restaurante repleto de comida.
Fuera una broma o no de su mente, tenía que salir de allí lo más pronto posible. Ese restaurante, esas tiendas, hasta el olor de la comida le resultaba extrañamente conocido. Pero lo que realmente la había sorprendido era el enorme castillo que estaba al final de un puente rojo; sentía que ya había estado allí.
Shako también lo había visto y llevaba varios minutos observándolo. A su lado, Lina le tomó unas fotos con el celular.
-¿Estás loca? Este lugar es genial. Además ¿a quién le importará que estemos aquí?- dijo Lina tomando otra foto al edificio.
-Vamos a quedarnos un poco más, Chihiro- le dijo Marcos con una voz dulce, como tratando de calmarla.
De todos sus amigos, Marcos era al que le tenía más cariño. Siempre fue bueno con ella; fue la primera persona que conoció al llegar a ese pueblo. Se atrevía a pensar que tal vez había en ella algo más que afecto por él, pero Lina y él estaban juntos y lo último que quería era tener problemas con ese tipo de chica.
Respiró profundamente y cerró los ojos. Respiró de nuevo. Con cada bocanada de aire, en lugar de tranquilizarse, se angustiaba más. De pronto otra visión llegó a ella. Unos cerdos gimiendo y chillando frente a ella; inclinados frente a la barra de un restaurante.
Abrió los ojos de golpe y vio a Shako tratando de alcanzar algo de la comida que estaba en uno de los restaurantes. ¡Era el mismo que apareció en su visión!
Sin pensárselo dos veces, corrió hasta su amiga y le golpeó la mano para que no tocara nada.
-¿Qué te pasa ahora?- le dijo sujetándose la mano golpeada, ahora ligeramente dolorida.
-No vayas a tocar nada. Vámonos de aquí, por favor-
-No digas tonterías, no pasa nada si me como algo pequeño- replicó Shako, acercando la otra mano a la comida de la barra, con una apariencia ciertamente tentadora.
-¡He dicho que no! Chicos, regresemos ahora antes de…- no pudo terminar de hablar.
Se quedó congelada al ver a Marcos caminando hacia el puente rojo.
-¡No!- gritó y lo tomó de la mano antes de poner un pie en el puente.
-¿Qué te sucede, Chihiro?-
-No cruces el puente- dijo ella.
-¡¿Qué¿Y por qué no?-
-No debes respirar mientras lo cruzas, o sino…-
¿O sino¿Cómo es que ella sabía eso? Luego volteó a ver que Lina ya había cruzado el puente corriendo, como tratando de retarla.
-¿Ves? No me pasó nada. Deja de decir tonterías o vete, Chihiro- le gritó desde el otro lado.
La niña hizo un gesto de enojo. Tomó aire y corrió hasta el otro lado del puente, y sin dejarlo salir de sus pulmones, tiró del brazo de Lina y la trajo consigo de vuelta con los demás.
-¡Nos vamos ya mismo!- declaró, aún sujetando la mano de la rubia.
Lina se liberó de su agarre y puso las manos en sus caderas, con expresión rebelde.
-Yo me quedo- dijo, intentando cruzar de nuevo el puente.
-Te digo que…-
Su corazón se detuvo por completo por un segundo cuando vio por encima del hombro de la chica rubia. El sol casi se había ocultado en el horizonte, y a lo lejos había una especie de mar, cuyas aguas adquirían rápidamente un tono anaranjado. Ahora sí estaba segura. Debían irse de allí y no mirar atrás. Había algo extraño ahí y con cada paso que daban, se hacía más evidente.
-¡Estoy segura de que algo nos pasará!- gritó Chihiro, aferrándose al brazo de Marcos.
-¿A qué te refieres?- preguntó Shako, mirándola como si se hubiera vuelto loca.
-¡¡Ya casi atardece, tenemos que irnos!!- ahora comenzaba a desesperarse, unas lágrimas se asomaban por sus ojos.
Marcos, al ver la mirada asustada de Chihiro, decidió apoyarla. Un minuto después, el grupo empezó a cruzar el camino de piedras, que extrañamente se había comenzado a llenar de agua. El camino de regreso pareció hacerse más largo, y la estación de tren ahora parecía estar mucho más lejos. Todo esto logró preocupar a los demás.
Chihiro decidió cruzar de última, no sabía bien por qué. Entonces, cuando ya Marcos y Lina estaban del otro lado y Shako a medio camino, otra ráfaga de viento pasó. Esta vez, Chihiro sostuvo casi automáticamente su vestido y cerró fuertemente los ojos.
Al abrirlos, el camino de piedras se había llenado por completo de agua. Era ahora un verdadero río, y Shako se estaba ahogando en él. Sin dudarlo, Chihiro se lanzó al agua en su rescate. Nunca había sido muy buena nadando pero no permitiría que su temor le costara la vida de su amiga.
Otras visiones llegaron, más fuertes que las primeras. Hasta le dolían. Había mucha agua a su alrededor. Un zapato se perdía. Un dragón. Un joven de cabello verdoso. Una anciana. ¿Qué estaba pasando? Continuó avanzando en el agua sin detenerse, como si eso fuera a cesar las visiones.
Mientras más nadaba, más lejos se veía Shako. Tal vez había logrado nadar hasta el otro lado. De nuevo ese fantasma negro. Una sala de calderas. Ese joven otra vez. ¿Un dragón? Sintió un gran alivio cuando divisó a Marcos a lo lejos ayudando a Shako salir del agua. Demasiado lejos. Se comenzaba a marear. Se había esforzado demasiado nadando.
Sangre. Muñecos de papel. Un bebé y un cuervo. Más sangre. ¿Se iba a ahogar? Se sentía débil. Ya no podía continuar. ¿Se dejaría hundir? A nadie le importaría si moría. Ni a sus amigos, ni a sus padres, ni a nadie. Estaría bien, y de todos modos, ya estaba muy cansada para seguir.
Ni Marcos, ni Shako o Lina regresarían a ayudarla. Habían corrido hasta la estación, los podía ver. El cielo ya era negro y unas cuantas estrellas se marcaron en él. No podía seguir.
Chihiro se dejó caer en las profundidades del río. Se hundió lentamente, parecía que el tiempo se hubiera detenido. Las burbujas del aire de sus propios pulmones la rodearon. Cerró los ojos resignada, como si fuera a dormir. Al menos sabía que iría a un "lugar mejor" como mucha gente le llamaba.
En la orilla del río
Un joven de cabello y ojos verdosos se arrodilló en el suelo; dejó caer suavemente el cargamento que acababa de sacar del río. Razón por la cual estaba empapado de pies a cabeza. Le apartó el cabello castaño del rostro. Acercó su oreja al pecho de la niña, en el cual ya estaban plasmadas las marcas de la pubertad femenina. Se alegró al oír unos débiles latidos.
La observó cuidadosamente, como si fuera la primera vez que la viera. Había cambiado un poco en los últimos dos años. Ahora era mucho más hermosa que antes.
Sin embargo, lo realmente importante ahora era asegurarse de que estaba bien y devolverla cuanto antes a su mundo.
Chihiro abrió lentamente los ojos, para encontrarse con unos que la miraban con una mezcla de preocupación y ternura. Sintió sus mejillas un poco más calientes cuando vio bien el rostro que se cernía sobre el suyo.
-¿Estás bien?- preguntó el joven.
En cuanto escuchó su voz, todo volvió a ella. Sus padres convertidos en cerdos. La bruja Yubaba buscándola, amenazándola y luego contratándola. Kamashi. Lin. Los dioses del río. El bebé. El cuervo. El sin cara. Zeniba. Sus padres libres. Y finalmente…
-¡Haku!- gritó Chihiro abrazando al muchacho, mientras sus ojos se bañaban en lágrimas. ¿Cómo había podido olvidarlo incluso a él?
Por otro lado, Haku, o mejor dicho, Kohaku, se sorprendió y preocupó al ver que ella de nuevo lo recordaba. Las cosas serían más difíciles ahora. En especial volver a tener que borrar la memoria de la persona que más le importaba.
Muy bien, dejaré el primer capítulo hasta aquí. Por favor dejen sus comentarios, se los agradecería muchísimo.
