La mayoría de estudiantes temen el momento de volver al colegio, dejar atrás el verano y empezar, de nuevo, a hincar los codos por sacar unas notas que les garantizarán el futuro que cada uno desea.
Pero a Hermione Granger no le pasa esto. Para ella, el final del verano significa el volver a integrarse en el mundo mágico. El regresar a Hogwarts, que ha sido su hogar durante los últimos 6 años de su vida. Y sobre todo, el volver a ver a Harry y Ron, sus dos mejores amigos, sin los que no se imagina la vida.
Además, está emocionada por la carta que recibió hace una semana, en la que se le comunicaba que por su excelente rendimiento escolar, había sido nombrada como "Premio Anual", lo que le permitía vivir en la Torre de los "Premios Anuales", que cada año era ocupada por los dos mejores alumnos de 7º como premio por sus notas. La torre contaba con una sala común, un baño tan inmenso como el de los Prefectos y dos habitaciones, una para cada habitante. Sin embargo, sabía que ni Harry ni Ron la acompañarían allí y estaba nerviosa por descubrir con quien iba a convivir durante todo el curso escolar. ¿Quizás con algún Ravenclaw, inteligentes hasta la saciedad? ¿O un Hufflepuff, perseverantes y trabajadores? Lo único que pedía era que no fuera un Slytherin, con quien Gryffindor mantenía una legendaria rivalidad.
Hermione sonrío imaginándose la cara de alguno de los Slytherins al que le decían que iba a tener que convivir todo el año con una bruja nacida de muggles. Impensable.
Siguió preparando sus cosas y bajo al vestíbulo, donde sus padres ya la esperaban para llevarla a la estación de King Cross. Como siempre, su madre no podía contener la emoción y las lágrimas ya comenzaban a aflorar de sus ojos.
Ese era el peor momento, la despedida. Pero era algo a lo que ya estaba acostumbrada a enfrentarse año tras año. Podría con ello. Al fin y al cabo, estaba en la casa de los valientes, ¿o no?
Lejos de allí, Draco Malfoy también estaba terminando de preparar sus cosas para su último año en Hogwarts. A diferencia de la castaña, la mayoría de años el rubio odiaba la vuelta a clases, pero tras el verano que había pasado, no había nada que ansiara más en ese momento.
Con su padre en Azkaban y su madre en constantes reuniones, el adolescente había pasado gran parte de las vacaciones solo.
Ni una carta. Ni de Goyle, ni de Crabbe… Ni siquiera de Pansy. Esto le había hecho pensar mucho. Quizás no tenía tantos amigos como él quería creer.
Se sentía solo. Y por primera vez, ese sentimiento había conseguido derrotar al "rey de Slytherin". El matón, el poderoso, el ligón… Se sentía vacío, un sentimiento hasta entonces desconocido para él.
Pero no solo se sentía solo, sino que tenía miedo. Desde que sabía que Voldemort tenía pensado reclutarlo para su ejército, el rubio pasaba las noches vagando entre pesadillas y pociones para dormir.
La carta que había recibido una semana antes le había hecho estar un poco más contento. Había sido nombrado uno de los dos "Premios Anuales" por sus excelentes calificaciones. Ese año iba a decir adiós a la mohosa y oscura mazmorra de Slytherin para irse a vivir a la torre de los "Premios Anuales". Aunque su euforia se interrumpió al leer en el escrito que iba a compartir la torre con otro estudiante.
Y Draco creía saber exactamente de quién se trataba.
El andén 9 ¾ estaba lleno de familias que se abrazaban, de niños pequeños que emocionados iban a empezar su vida en Hogwarts, de amigos que se reencontraban tras todo el verano, de lechuzas, gatos, sapos…
Hermione, ajena a todo el jaleo, se dedicaba a buscar alguna cabellera pelirroja. No se dio cuenta de la mirada que le dirigían algunos de los chicos, entre sorprendida y fascinada. Y es que ese verano había hecho todo cuanto estaba en su mano por convertir su maraña de rizos en una cabellera de brillantes tirabuzones, cosa que consiguió hace poco menos de 2 semanas. Además, su cuerpo había dado un gran cambio, y su figura se había vuelto esbelta y delicada. Punto que no se le escapó a ninguno de los dos chicos que corrieron a su encuentro. Por fin el momento que tanto había esperado. El trío de oro junto de nuevo. Estaba deseando comenzar el curso.
Se despidieron de la señora Weasley y entraron en el tren justo antes de que se cerraran las puertas.
Ginny se despidió brevemente, diciéndoles que iba al encuentro de Dean, tras lo Harry y Ron bufaron, acto que hizo que Hermione les propinara un codazo.
Se sentaron y cada uno comenzó a relatar su verano. Al parecer, Ron y toda su familia habían hecho un viaje a Escocia durante todo el mes de agosto. Éste también les contó una divertida anécdota de cuando Fred y George le dieron unos caramelos somnolientos a toda una pandilla de niños. Todos cayeron en un profundo sueño, cosa que, por desgracia, la señora Weasley remarcó, y confiscó a los chicos todos los artículos de broma que habían traído para el viaje. Harry escuchaba con algo de envidia el verano de su amigo cuando Hermione le preguntó:
- ¿Y tú, qué tal con tus tíos Harry?
-No tan mal como yo creía, ya que al cumplir la mayoría de edad y estar autorizado a hacer magia, simplemente me evitaban. ¿Y qué hay de ti, Hermione?
- Bueno, estuvimos una semana en el sur de Francia y otra en España. Así que no me puedo quejar. ¿Y sabéis que? ¡He sido nombrada "Premio Anual"!
- ¿Eso quiere decir que ya no vas a estar en la sala común de Gryffindor? – respondió Harry entre sorprendido y triste.
- Bueno, supongo que sí estaré allí, pero no todo el rato. De todas formas, la torre de los "Premios Anuales" es mucho más tranquila, así que me ayudará a concentrarme.
- ¿Y quién nos va a ayudar con nuestros deberes? – preguntó Ron, medio bromeando medio en serio.
-Bueno, yo siempre que pueda, pero creo que ya es el momento de que los empecéis a hacer solos.
Ambos chicos se miraron abatidos por el atareado curso que les venía encima, pero decidieron dejar atrás el tema viendo que su amiga tenía razón, tras lo que Ron cambió de tema.
- ¿Y qué te has hecho en el pelo? Es decir, no sé, está… diferente – dijo el pelirrojo con su labia habitual.
- Hermione rió – ya veo que os habéis dado cuenta. Lo cambié con unos hechizos de peluquería que leí. ¿Qué os parece?
- Estas muy diferente pero mucho mejor. ¿Has visto como te miraban todos esos babosos en el andén? – respondió Harry, haciendo una mueca al recordar todas las miradas que habían seguido al trasero de la chica mientras estos caminaban por el pasillo del tren.
- Sí bueno, no creo que sea para tanto. – respondió Hermione, sorprendida por la observación del chico.
- He visto a Goyle especialmente interesado en ti, quizás deberías pedirle una cita. – bromeó el pelirrojo, a lo que sus dos amigos estallaron en carcajadas.
Y así, entre anécdotas veraniegas y muchas risas, llegaron a Hogwarts.
Al bajar a tierra y sentir el frío azotándole la cara y el olor a bosque, Hermione supo que había llegado a su hogar. Aunque de nuevo sintió nervios al acordarse de su desconocido compañero de torre. Algo que iba a descubrir en unas pocas horas.
El comedor estaba lleno de gente, y el ruido era enorme. La cena estaba acabando y llegaba el momento del discurso del director.
Dumbledore se levantó y tras unos golpes en su copa que inundaron el comedor de silencio, comenzó a hablar:
- Bienvenidos a todos, tanto a los viejos como a los nuevos alumnos. No quiero quitaros mucho tiempo de vuestro descanso, así que me dedicaré a deciros que los artículos de broma de "Sortilegios Weasley" quedan totalmente prohibidos, - tras esto, muchas risas resonaron por la amplia sala - al igual que las incursiones en el Bosque Prohibido y vagar por el castillo después de la hora que vuestro curso establezca. Los únicos autorizados son los Prefectos. Si queréis formar parte del equipo de Quidditch de vuestra casa, deberías comunicárselo en la próxima semana al entrenador del mismo o al jefe de vuestra casa. Y para terminar, advertiros de que son tiempos oscuros los que vivimos y en estos momentos, es necesario mantenernos unidos si queremos vencer. Queda prohibido salir de los muros del colegio, lo que implicará una expulsión inmediata – si es que conseguís esquivar todos los encantamientos y lograr salir, cosa que dudo -. El mal acecha, pero en medio de toda la neblina, Hogwarts es una bombilla que logrará lucir si todos lo intentamos. Buenas noches y que aproveche.
Al salir del comedor, la profesora McGonagall llamó a Hermione a su despacho. Al entrar, tomó asiento y esperó a que su jefa de casa comenzara a hablar.
- Buenas noches, señorita Granger. Espero que haya pasado un buen verano.
- Un verano excelente profesora – respondió la joven con una sonrisa. La verdad, que su jefa de casa le caía muy bien y sabía que el cariño era mutuo.
- Bien, como ya sabes, has sido nombrada "Premio Anual", así que seré yo la que te acompañe a la torre en la que te vas a instalar. Como sabes, goza de algún que otro lujo, todos sin duda merecidos por tu esfuerzo desde que entraste en primero. – dijo McGonagall, haciendo que Hermione se ruborizara. Esta prosiguió ignorando este punto. – También sabes que compartirás torre con otro alumno de séptimo, al que conocerás ahora. Señorita Granger, sé que es una excelente alumna y una buena persona, así que le pido que actúe conforme a sus principios para asegurar la buena convivencia con su compañero.
Hermione estaba más nerviosa tras cada palabra que escuchaba. Todo ese discurso no quería decir más que una cosa: su compañero iba a ser un Slytherin. Si no, no la habría reunido allí. Notaba como el corazón le latía con fuerza, algo decepcionada al saber que no iba a ser ningún Gryffindor.
Ambas mujeres se encaminaron hacia la torre, situada cerca de la de Astronomía, y, por lo tanto, lejos de todo lo demás.
Llegaron delante del retrato de los fundadores de Hogwarts – aunque a Hermione no se le pasó por alto que Salazar Slytherin se encontraba sólo en un segundo plano, mientras que los otros tres posaban contentos más adelante.
- La contraseña es "unión". – Dijo McGonagall tanto a la joven como a los integrantes de la pintura, que se desplazó para dar lugar a una majestuosa puerta que la profesora abrió. Tras esto, invitó a la castaña a entrar a la Sala Común de la torre.
Era espléndida, decorada con los colores de las 4 casas y el emblema de Hogwarts en la pared, era parecida a la Sala Común de Gryffindor. Una chimenea en la que ardía perezosamente un fuego, un largo sillón blanco y dos sofás negros más pequeños a ambos lados y alguna que otra mesita, desde escritorios hasta mesas más alta, apropiadas para tomar café o jugar al ajedrez. Pero todo esto le pasó desapercibida a la joven, que se fijaba en las dos personas que ya se encontraban allí dentro.
Draco Malfoy y Severus Snape se giraron al oír abrirse la puerta y se levantaron para recibir a las recién llegadas.
McGonagall se adelantó para darle la mano a Snape, tras lo que los dos sonrieron falsamente. Se volvieron al darse cuenta de que la joven seguía en el umbral de la puerta.
- ¿MALFOY?
¡Y hasta aquí llegamos en el primer y breve capítulo!
Me explico: Este fanfic de Dramione estaba ya publicado en otra página, pero se canceló mi suscripción y se eliminó la página por razones que no conozco, así que he decidido pasarme a este formato.
Sé que muchos de los anteriores lectores nunca encontraran esta historia para poder seguirla y me apena, pero espero que, para compensarlo, conozca a gente nueva, que aprecie la historia tanto como los demás.
Voy a mandar la dirección de la novela a los seguidores más cercanos que, obviamente, querrán que continúe la historia donde la dejé, es decir, en el capítulo 12.
Durante esta semana y la que viene voy a bombardear todos los capítulos que ya tenía subidos hasta que suba 11, momento en el que, de nuevo, retomaré mi ritmo de capítulo por semana.
No voy a explicar mucho más, veréis como la novela es simple al principio pero se irá volviendo más compleja. Intentaré complacer a todo el mundo y, desde luego, podéis mandarme vuestra opinión y sugerencias. También intentaré contestar dudas sobre la historia o, si queréis, sobre mí - no siemper :) -. Darle una oportunidad a la historia y veréis como no os arrepentiréis.
¡Gracias por leerme!
- Daphnea (esta va a ser mi firma)
P.D.: Os pido algo de paciencia pues no acabo de entender muy bien el funcionamiento de la página y me cuesta horrores manejarla. En cuanto lo entienda bien, me encargaré de responderos o nombrar la historia :)
