Capítulo I-La misión

En el Clan Hyuuga, se encontraba una chica de ojos perla en su habitación cepillando su cabello frente a un majestuoso espejo en el que podía ver lo mucho que había cambiado con el pasar de los años, su cuerpo había cambiado, tenía curvas bien pronunciadas y una buena estatura. Suspiró, aún si entrenaba diariamente con Kurenai, seguía sintiéndose débil en comparación con su primo que cada día se hacía más fuerte. Pero no se rendiría, teniendo tanta gente que la ayudaba a ser mejor que no podía hacerlo.

Debía prepararse, dado que dentro de media hora sus compañeros pasarían por ella. Si bien no tenían misiones últimamente, Shino les había dicho que no podían perder ese tiempo descansando y debían entrenar sus habilidades para estar preparados para cuando llegara una verdadera misión. Sin embargo, pese a qué no habían recibido ninguna orden de Tsunade o de los altos mandos para salir de Konoha, recientemente se había acercado el rubio de ojos celestes a ofrecerles ser parte de una misión en la Arena. Recordaba muy bien ese día, ya que al igual que aquel había acordado reunirse con sus compañeros a entrenar, se había retrasado como nunca y cuando había llegado al lugar acordado, vio a lo lejos al rubio del que estaba enamorada charlando con Kiba y Shino, provocando que emitiera un leve grito ante su presencia. Había escuchado que había regresado a la aldea, pero no estaba segura si era cierto hasta ese momento. Konoha no era la misma aldea sin su sonrisa ni sus travesuras, de hecho ella no era la misma sin él...Estaba tan nerviosa, su corazón latía a mil y sentía deseos de hablarle, pero no sabía si estaba preparada para ello. Pero entonces el dueño de sus pensamientos apareció cerca de ella, pronunciando su nombre, sintiendo como su propio cuerpo dejaba de responder, antes siquiera de formular algo, sus sentidos no respondieron más y terminó desplomándose en el piso.

Despertó bajo la sombra de un árbol, escuchando a lo lejos como Naruto le decía a sus compañeros que eran unos buenos para nada. No entendía qué había pasado, hasta que un leve recuerdo pasó por su mente recuerdo pasó por su mente...claro se había desmayado nuevamente. Suspiró, aún si habían pasado años desde su último encuentro, parecía que las cosas seguían del mismo modo, ya que aún no era capaz de enfrentarlo. Antes de lograr abrir bien sus ojos, él apareció frente a ella nuevamente, nerviosa lo observó y escuchó lo que le quería decir: "Hinata, cállate y vente conmigo". Al escuchar dichas palabras, nuevamente no fue capaz de detener la taquicardia que tenía y volvió a perder el control de su cuerpo.

Al recordar eso, sus mejillas se tiñeron de color carmín, no entendía cómo no podía controlar lo que sentía, si no lo hacía, estaba segura que él creería que era una chica extraña. Se alegraba de que fuera tan distraído que ni siquiera lo notaba, considerando que ya muchos en Konoha lo habían inferido. Sin embargo, si volvía a encontrárselo quería estar preparada para hablarle y no bloquearse otra vez ante su presencia. Al salir de la habitación, caminó por los alrededores del Clan en dirección a la salida, debía marcharse cuanto antes, pero no podía hacerlo sin antes servirles té a su padre y a su primo. Por ello, se dirigió primero a la cocina a buscar una bandeja con dos tazas, para luego salir al jardín a encontrarse con ellos. Había llegado justo a tiempo, ya que se encontraban sentados descansando y parecían sedientos. Tras haberles dado, se despidió de ambos con una leve reverencia y se marchó.

Una vez que se encontró con su equipo, caminaron rumbo al campo de entrenamiento para encontrarse con Kurenai, el mismo lugar en el que habían realizado el examen chunin cercano al bosque de la muerte.

En otro lado del bosque, se encontraba Naruto junto a su maestro Jiraiya, aún si dicho hombre deseaba descansar o hacer algo realmente divertido, el rubio persistía en la idea de ayudarlo a entrenar, debía volverse más fuerte para poder ir en busca de su mejor amigo. Tsunade era la causante de todo, no entendía que la única forma de deshacerse de él era enviándolo a una nueva misión, pero según ella no había ninguna disponible.

—Ero-Senin ¿Está bien así? —Preguntó señalando una bolsa de chakra concentrado en su mano.

—Sí, está bien. — Bostezó apoyado en un árbol—Y deja de llamarme así, si no quieres que me marche.

— ¡No me estás mirando! —Gruñó—Te seguiré llamando así entonces "ERO-SENIN".

— ¿Y qué quieres que haga? Decir "Oh si Naruto lo has hecho muy bien, felicidades" Tal cómo se le trata a un niño pequeño.

—No de esa forma. —Bufó. —Estabas actuando y no soy un niño pequeño.

—Pues lo representas...—Suspiró. — En fin, con respecto al Rasengan no puedo ayudarte mucho, ya te enseñe todo lo necesario. Si quieres incrementar tu fuerza, deberías trabajar con Asuma como posee un elemento de viento puede ayudarte más que yo. A mí no me metas.

—Lo sé, es que...Asuma-Sensei está ocupado. Pasa la mayor parte del tiempo con Kurenai-Sensei.

—No es mi culpa que ahora sean novios. Además podría estar haciendo otras cosas más importantes que estar contigo en estos momentos.

—Claro, cosas más importantes— Dijo con sarcasmo— ¿Como ver Hentai por ejemplo? O tal vez ir a espiar a las chicas a los baños termales.

—No he dicho eso, pero no es una mala idea.

—Si quieres que te deje tranquilo, entonces ve a convencer a la vieja que me dé una misión.

— ¡Tienes razón! Estoy harto de actuar de niñero. Espera aquí un momento. —Susurró, desapareciendo frente a sus ojos

— ¿Qué vas a hacer? ¡Espera! —Gritó el rubio, pero no logró ser oído por Jiraiya, dado que ya se había marchado.

En la oficina de la Hokage, se encontraba Shizune corriendo hacia todos lados llevando papeles, mientras un pequeño cerdo con un collar la miraba asustado. Estaba tan cansada de que todos los días llegaran nuevos papeles de otras aldeas solicitando su ayuda para misiones, pero lo peor de todo no era la alta demanda que había, sino que la mujer a cargo de Konoha no movía ni un sólo dedo por mejorar la situación.

—Tsunade-Sama ¿Ha leído los papeles que han enviado? —Preguntó Shizune con los brazos cruzados, pero fue en vano, porque ella no le respondió — ¿Me ha escuchado? ¡Debe hacerlo!

—No lo he hecho todavía... —Suspiró — ¿Porqué es tan agotador ser Hokage? Si no hubiera aceptado este puesto, en estos momentos podría estar apostando y

—Pero lo ha aceptado, ya es tarde para arrepentirse, ahora es su obligación. —Gruñó — ¡Y entrégueme ese sake!

—No sé de qué hablas, Shizune.

—Si lo sabe, no crea que no la he descubierto. Sé perfectamente que tiene una pequeña botella en su poder que bebe en algunos momentos del día.

—No tengo nada. —Susurró nerviosa y comenzó a esconder las botellas en su cajón.

—No me haga enfadar ¡Debe dármelas ahora!

— ¡No te atrevas! Shizune—Abrazó el cajón, pero la castaña fue más veloz y se abalanzó contra ella.

Nadie en el mundo era capaz de enfrentar a la líder de la Hoja, sólo había una mujer capaz de hacerlo y era Shizune, quien no sólo se preocupaba por ella como su ayudante, sino también como una verdadera amiga.

El sonido de la puerta las alertó de pronto, logrando desconcertar de tal modo a ambas mujeres que se vieron en la obligación de retomar sus lugares para prepararse a recibir la visita. "Adelante" Gritó la rubia, esperando ver de quien se trataba. Jiraiya entró sigilosamente, no fue necesario decir el motivo de su visita, ya que apenas se encontró con la mirada de la Hokage, ella comprendió perfectamente a qué iba.

—Tsunade ¿Tienes alguna misión para Naruto?

—Te he dicho todos estos días que por ahora no hay ninguna misión disponible para él.

—Te pido que revises bien entre tus papeles. De seguro hay alguna oportunidad para él.

— ¿Y por qué estás tan interesado en qué se vaya a una misión?

—Porque quiero descansar.

— ¿Descansar? — Enarcó una ceja— A mí no me engañas, de seguro quieres ir a espiar mujeres.

— ¿Eh? ¿Por qué todos creen eso? —Susurró nervioso

—Está bien, deja ver...han llegado muchos papeles de otras aldeas. — Comenzó a revisar entre sus papeles, uno a uno viendo si había alguna misión en la que podría participar dicho rubio y entonces sus ojos se volvieron atónitos. —Creo que tengo una misión para él. — Susurró viendo a su amigo y dirigió su mirada hacia la mujer que estaba a su lado izquierdo. — Shizune.

— ¿Sí? Tsunade-Sama.

—Llama a Hinata, Sora y...Naruto.

—Está bien, vengo enseguida.

Mientras tanto en el bosque de la muerte, se encontraba Hinata sentada en un tronco junto a Kiba y a Shino, quienes descansaban del duro entrenamiento que habían tenido. La chica de ojos perla les entregó a ambos unos obentos que había hecho para ellos y comenzaron a comer juntos bajo la sombra de un árbol. El día estaba perfecto para dar un paseo, pero ellos preferían entrenar.

—Hinata lo has hecho muy bien. — Habló el chico de gafas

—Sí es verdad. —Sonrió el moreno de cabello castaño junto a Akamaru— Estás mejorando mucho.

—Todo es gracias a ustedes.

—Sólo hay algo que no has podido controlar aún. —Habló Shino.

— ¿Eh? ¿Qué cosa? —Preguntó confusa.

—Tus sentimientos por Naruto.

—Es cierto, nuevamente te has desmayado. —Se burló Kiba— Parece ser inevitable ¿Verdad Akamaru? — El perro blanco le respondió con un ladrido de afirmación.

—Y-Yo...—Comenzó a jugar con sus dedos, intentando manejar sus sonrojos.

— ¿Qué es lo que te llama la atención de él? Es un idiota. —Se encogió de hombros Kiba

—N-No es cierto, él no es tonto...sólo es algo distraído.

—No intentes defenderlo, es la verdad.

—Pero...

—En fin, debemos continuar. — Se levantó Shino dejando a un lado el obento ya terminado.

—Es verdad. —Concluyeron ambos.

Si quería ser tan fuerte como Naruto, debía seguir entrenando y no rendirse, así podría estar a su nivel de una vez por todas. Tomó aire y se puso en posición de ataque para recibir los insectos de Shino. No obstante, todos se detuvieron al percibir que alguien se acercaba a ellos corriendo "Hablando de él" le sonrió Kiba, provocando que su rostro.

— ¡Hola! — Sonrió— Kiba, Hinata, Shino.

—Naruto-Kun...—Susurró nerviosa.

—No vayas a desmayarte. — Le susurró Kiba y ella asintió nerviosa.

— ¿Qué sucede? ¿Me están ocultando algo?

—Nada que tu intelecto pueda entender.

— ¿Qué estas tratando de decir? Shino. —Gruñó el rubio

—En fin ¿Qué te trae por aquí? Naruto. —Preguntó Kiba cambiando el tema, era realmente un tonto, pero Hinata no parecía entenderlo.

—Vine por Hinata. —Sonrió mirándola a los ojos.

— ¿Eh? ¿Por qué? —Se sonrojó

— ¿Qué es lo que quieres con ella? — Gruñó Kiba

—Shizune nos mandó a llamar, parece que tenemos una misión. —Sonrió

— ¿Una misión? —Preguntaron los tres confusos.

Una vez que Naruto le comunico los detalles a Hinata, ambos caminaron a la oficina de la Hokage, Naruto era el más emocionado con la idea, la chica de ojos perla no podía evitar perderse en sus ojos celestes que tanto amaba.
Una vez que todos los integrantes del equipo se hubieron reunido en el despacho de la rubia, aguardaron en silencio que ella les diera la instrucción. Hinata se encontraba a un lado del rubio en silencio, estaba tan nerviosa...hace mucho tiempo que no tenía misiones ni mucho menos con él. Junto a ellos había otro chico de cabello gris que parecía no llevarse muy bien con Naruto, porque pasaban intercambiando miradas de odio y discutían con respecto a la razón por la que se encontraban en ese lugar.

— ¿Nos llamó? Tsunade-Sama. — Preguntó Hinata.

—Sí, les tengo una misión.

—¿Qué tipo de misión? —Preguntó emocionado el rubio.

—Los necesito para prevenir un ataque de la Arena contra el Sonido, debido a que han tenido diferencias entre ellos y han decidido arreglarlos de este modo.

— ¿Porqué Sora también está aquí? —Protestó Naruto señalando a su compañero que lo miraba con fastidio

—Porque Sora es necesario para esta misión. Además será una gran oportunidad para que trabajen en equipo.

— ¿Con él? — Miró a Tsunade incrédulo. —Nunca.

—Yo también me niego a estar junto a él. —Gruñó Sora.

— ¡ES UNA ORDEN! —Gruñó Tsunade señalando su puño. — ¿O tienes algún problema? —Miró a Sora, pero él negó con la cabeza.

—No, ninguno. —Desvió su mirada de ella, realmente daba miedo.

—Ese tonto se ha quedado callado. —Le susurró Naruto a su compañera que parecía nerviosa

— ¿A quién le dices tonto? —Gruñó Sora mirando con odio al rubio.

— ¿De quién crees que hablo? ¿Ves otro tonto por aquí? — Sonrió Naruto

— ¿Tengo que responder? —Reprimió una carcajada. —Porque estoy mirando a uno precisamente ahora.

— ¿Qué has dicho? —Gruñó

—Es suficiente, vayan a alistarse y reúnanse dentro de una hora para salir de Konoha. Hinata tú eres la líder de este equipo, por ello te deseo suerte con estos dos, procura que se concentren en la misión y no en sus problemas.

—Está bien. —Suspiró Hinata, viendo como ambos seguían discutiendo.

A los veinte minutos, se encontraron en la entrada de Konoha para dirigirse al Sonido. Hinata se disculpó por la tardanza y esperó tener suerte con sus compañeros, sin embargo por el modo en cómo iban las cosas, temía que las cosas no resultaran bien, ya que no podía mantener en calma la tensión que había entre sus compañeros, sería un verdadero desafío, de eso estaba segura.

—Bien, en marcha. —Sonrió Naruto emocionado por su nueva misión

— ¿Quién te crees? ¿Nuestro líder? —Rió Sora.

—No empieces, Sora. —Gruñó el rubio

—Sólo te estoy aclarando que no eres el líder de esta misión, así que no puedes ordenar que estemos en marcha, porque no tienes ningún derecho alguno.

— ¿Quieres pelear?

—E-Esto...no peleen. —Susurró Hinata nerviosa

A pesar de las grandes intervenciones de Hinata, no hubo forma que dejaran de discutir, ni siquiera de camino a la misión había paz, parecía que existía mucha diferencia entre ellos. Tras dos horas de viaje, finalmente llegaron a un gran río que logró hacer callar a todos, ya que el puente que permitía cruzarlo estaba cortado y si no llegaban antes del atardecer estarían en grandes problemas. "Creo que tengo una idea, sígueme Naruto" Habló Sora caminando al interior del bosque. El rubio iba a protestar, pero al encontrarse con la mirada de súplica de Hinata, prefirió guardar silencio. A los pocos minutos llegaron con un enorme tronco que pusieron en el medio, consiguiendo unir ambos extremos. "No detecto a otras personas por aquí, así que es seguro de pasar" Habló Hinata con el byakugan en sus ojos. Ante dichas palabras, Sora se apresuró en pasar para asegurarse que estuviera firme y seguro para sus compañeros. Por ello, el rubio decidió sostener el árbol desde el otro extremo para que la chica de ojos perla fuera capaz de cruzar y siguieran con el viaje. Sin embargo, cuando Hinata comenzó a caminar sobre él, sintió un leve crujido en sus pies provocando que su ritmo cardiaco fuera en aumento, quizás después de haber soportado a dos personas, no sería capaz de sostener a una más. "¿Qué sucede? Hinata" Le preguntó Sora desde el otro lado, pero antes que ella fuera capaz de responder, ocurrió lo esperado y el tronco se abrió en dos partes provocando que Hinata cayera al río sin poder evitarlo. "¡Hinata!" Gritó Naruto saltando al río junto a ella, aunque la corriente aparentaba ser más fuerte que él, eso no impediría que la rescatara. Así que se apresuró a nadar más rápido para alcanzarla, Hinata intentaba sostenerse de algún lado, pero por más que intentaba el río no le daba oportunidad de resguardarse. "¡Naruto-kun!" Gritó viendo como él nadaba a una gran velocidad hacia ella, intentó coger su mano que se la tendía a la distancia, pero era incapaz de hacerlo, tal como era su sueño de alcanzarlo cada día, imposible. Entonces comenzó a ver borroso, mientras sentía el agua entrar en su interior, le costaba respirar y sólo podía escuchar su nombre a lo lejos…

Una vez que Naruto logró tomar a Hinata en sus brazos, aprovechó de hacer el jutsu clones de sombra para crear una palanca humana que lograra sacarlos del río con la ayuda de Sora que logró sacarlos del río. "¿Están bien?" les preguntó su compañero ante lo cual el rubio asintió por sí, no obstante no estaba seguro de si ella lo estaba. Comenzó presionando su abdomen para que liberara el agua, pero aunque lo hacía sentía que su pulso no reaccionaba.

—No reacciona…

—Si ese es el caso…sabes lo que tienes que hacer ¿verdad?

— ¿Eh? ¿De qué hablas? —Preguntó nervioso.

—Respiración boca a boca.

— ¿Qué? —Su rostro se tiñó de color carmín. —N-No puedo hacer eso.

—Tienes que hacerlo, además tú eres el más adecuado para esto. Yo no la conozco tanto.

— ¿Eh? N-No sé si sea el indicado…

—Si no lo haces pronto, ella no sobrevivirá.

— ¡Ya lo sé! —Se sonrojó. —Lo intentaré…—Se aproximó a su rostro. — ¿Podrías dejar de mirarme así? —Gruñó.

—Está bien, iré a dar unas vueltas.

—Mejor que eso, sigue adelante con la misión.

— ¿Eh?

—Ve a detener esa guerra. Nosotros te alcanzaremos.

—Al fin actúas como líder, está bien. Nos vemos luego.

Una vez que Sora los hubiera dejado a solas, Naruto tomó su rostro para verificar si estaba respirando bien y entonces presionó sus labios sobre los de ella para exhalar, manteniendo su nariz pinzada con la otra mano. Lo repitió cada tres segundos como le había mencionado una vez Sakura hasta que finalmente volvió en sí. "Hinata ¿Estás bien?" Le preguntó, pero ella parecía no estarlo oyendo realmente.

Sin pensarlo la tomó entre sus brazos y caminó con ella hacia un lugar seguro. El crepúsculo comenzaba a descender por el cielo, lo que indicaba que muy pronto anochecería y necesitaban un lugar donde pasar la noche. Por ello, se detuvo frente a los pies de un árbol y decidió dejarla allí para que descansara mientras él extendía la tienda y hacia fuego para que se secara. Aunque no confiaba mucho en Sora a veces, estaba seguro que él podría hacer tiempo hasta que ellos regresaran.

Luego de preparar la tienda, depositó a Hinata en el suave colchón inflable para que siguiera descansando, al menos ahora respiraba con normalidad. Suspiró, lo correcto sería que durmiera en la otra tienda junto a la suya, no obstante no podía dejarla sola en esos momentos si necesitaba ser constantemente vigilada, así que decidió dormir en la misma. No sabía si era producto del efecto que generaba la luna sobre su rostro, pero su cabello brillaba de tal manera que no podía evitar perderse en él, ahora que lo pensaba Hinata era realmente hermosa, el sólo hecho de recordar que había sido capaz de presionar esos labios le generaba taquicardia. ¿En qué estaba pensando? No debía creer que lo haría de nuevo, quizás lo mejor era dormir de una vez por todas. "Naruto-Kun" Habló Hinata aún con los ojos cerrados, provocando que su corazón latiera. "¿Hinata?" Susurró confuso, pero ella seguía dormida. Tal vez sólo era su imaginación y realmente no era nada. Ignorando esa voz, volvió a acomodarse en su saco de dormir y se dispuso a cerrar los ojos, pero entonces la misma voz pronunció su nombre nuevamente, haciéndole dudar de si realmente dormía ¿O acaso estaba soñando? Si fuera el caso ¿Porqué soñaba con él?

A la mañana siguiente, Hinata despertó con los primeros rayos de sol en su rostro, al abrir los ojos se encontró en el interior de una tienda de campaña envuelta en una manta que tenía el aroma del rubio ¿Era realmente de él? ¿O era una coincidencia? Sin comprender qué había sucedido, se levantó con sumo cuidado y salió de ella confusa. Junto a unos troncos se encontraba el rubio mirando hacia el horizonte.

—Naruto-Kun…

—Oh Hinata. —Esbozó una gran sonrisa. — ¿Cómo te sientes?

—Sí… ¿Dónde está Sora?

—Le dije que avanzara sin nosotros, mientras esperaba que despertaras. —Se levantó luciendo unos short verdes. — ¿Tienes hambre? He pescado el desayuno.

—G-Gracias…—Susurró sentándose junto a él.

— ¿Qué sucede? No te ves bien.

—Yo…lamento haberte retrasado. —Susurró triste.

—Descuida, no ha sido tu culpa, de verás. —Sonrió. — Al contrario, yo fui el descuidado, debí haber cruzado después para verificar que el tronco fuera firme.

—Pero…aún así, no debiste haberte sacrificado por mí.

—No podía dejarte sola, somos un equipo ¿O lo olvidas?

—Lo sé, pero…

—No te culpes por ello, ahora come.

—Gracias, Naruto-Kun.

—No es nada. —Le dedicó una sonrisa. —Por cierto, Hinata.

— ¿Qué ocurre?

— ¿Hay algo que quieras decirme?

— ¿Eh? ¿De qué hablas?

—Ayer mientras dormías, dijiste mi nombre en más de una ocasión. No sabía si estabas soñando o si estabas despierta. —Rió.

—Debí haber estado soñando. —Se sonrojó. —P-Pero no es nada.

Luego de haber comido, siguieron con la misión rumbo a la Arena, ya no les quedaba mucho por recorrer y esperaban que Sora hubiera hecho algo al respecto en lugar de haber sido descubierto por algún Shinobi, aunque conociendo las habilidades del chico de cabello gris era imposible que fuera atrapado en tal situación. Hinata no podía pensar en otra cosa que en lo que había sucedido la noche anterior, no sólo había pasado la noche con el rubio, sino también había hablado dormida. Tal vez era su oportunidad de decir lo que sentía, considerando que Naruto por sí mismo jamás lo descubriría. "Naruto-Kun, creo que deberíamos detenernos aquí" Anunció Hinata, activando su byakugan. El bosque estaba tan silencioso que parecía que algo no marchaba bien, ya que no era capaz de percibir ningún otro chakra. "¿Dónde estará Sora?" Pensó el rubio en voz alta mientras bajaba de rama en rama para llegar a donde Hinata se encontraba, no obstante se encontraba tan distraído mirando a donde se encontraba su compañero que no se percató que había una rama suelta en uno de los árboles y cayó de él, haciendo gritar a Hinata.

—N-Naruto-Kum…—Susurró. — ¿Estás bien?

—¿Hinata? —Abrió los ojos con cuidado, percatándose que se encontraba sobre su compañera. —Sí, estoy bien. —Sus mejillas se sonrojaron ¿Cómo había llegado a esta en esa posición?

—Qué bueno. —Logró decir, mientras su corazón latía a mil, no lo había visto venir y había caído con el peso de él.

—Hinata…—Intentó decir, no le salían sus palabras. —Lo siento, no me percaté de la rama.

—No te disculpes. Yo también he estado distraída. —Susurró. —Pero ahora podrías…—Quería decirle que si podría levantarse, pero no sabía cómo.

El silencio se apoderó de ellos, nadie sabía qué decir, ni mucho menos qué hacer en esa situación, sólo sus corazones se comunicaban entre sí latiendo a mil, mientras sus mejillas se teñían de rojo. Pero entonces, una figura extraña apareció junto a ellos, emitiendo una risa en particular "Ya veo porque han tardado tanto" dijo Sora, consiguiendo que Naruto saliera disparado de donde se encontraba y se alejara de la heredera del clan, mientras ella intentaba ocultar su rostro que ardía en llamas producto de lo que había dicho.

—Naruto, este no es el momento ni el lugar para hacer estas cosas ¿no crees?

—N-No es lo que piensas. —Susurró Hinata avergonzada.

—Entonces ¿Qué es?

—He caído producto de una rama suelta. —Se aclaró la voz Naruto.

—Ah ya veo. —Asintió con la cabeza. —Sin embargo, si fuera el caso ¿Porqué no te separaste de ella de inmediato?

—No tienes excusa ¿Verdad? —Se burló. —Parece que no puedo dejarlos ni unos momentos solos, primero la respiración boca a boca y no me imagino que habrán hecho después.

— ¿R-Respiración boca a boca? —Preguntó Hinata mirando al rubio confundida.

—P-Puedo explicarlo, Hinata.

—Yo te lo diré de manera sencilla, Naruto intentó salvarte la vida y cómo no quedaba otra alternativa, tuvo que hacerte respiración boca a boca.

—¡Sora! Le acabo de decir que yo le explicaría.

—Eres muy lento con ese tipo de cosas.

—¿A quién le dices lento? —Gruñó.

Mientras ellos discutían nuevamente, Hinata no era capaz de pensar en las palabras de Sora, parecían bombardear su mente, creando fantasías sobre ello, si el rubio había hecho eso quería decir que de alguna manera le había dado su primer beso. Su corazón no daba más, sentía que en cualquier momento sufriría un paro cardiaco o un desmayo, habían sucedido demasiadas cosas en un día y ella no podría tolerarlo.

Una vez que todos entraron en razón, caminaron rumbo a la entrada de la aldea del sonido, mientras Sora les informaba sobre lo que estaba pasando, al parecer no sólo ellos se encontraban ahí en resguardo, sino también habían otros de sus compañeros de Konoha evitando que se generara un conflicto entre aldeas. Hinata aprovechó que se encontraban cerca de la entrada de la aldea del sonido para activar su byakugan, tal como decía Sora todos parecían ya encontrarse en posiciones de iniciar una batalla, si no se apresuraban no cumplirían la misión que Tsunade las había encomendado, por ello habló con ellos para que idearan un plan. Si Naruto cooperaba con Sora podrían evitar que ocurriera una desgracia. "Bien ¿Estás listo, Idiota?" Le había dicho Sora al rubio que asintió, reprimiendo sus deseos de protestar por esas palabras. No obstante, antes que lograran separarse y ponerse en sus respectivas posiciones, aparecieron los aliados de Konoha que tanto mencionaba Sora. Entre ellos, se encontraban el grupo de Gai y Kakashi con Sakura listos para combatir.

—Neji-Oniisan. — Sonrió Hinata, había detectado su chakra.

—Hinata-Sama, hemos venido a ayudar. Tsunade-Sama nos ha llamado a todos, diciendo que la situación es demasiado compleja para ustedes.

—Así es. —Sonrió Tenten. —Por cierto, me he enterado que eres la líder de este equipo.

—Sí…

— ¿Y cómo ha salido todo?

— ¿Has tenido muchos líos con este idiota? —Habló Neji señalando al rubio.

— ¿Qué quieres decir? —Enarcó una ceja Naruto.

—No digas eso, Naruto-Kun no es tonto.

—No lo es, pero si peligroso. —Sonrió maliciosamente Sora. —¿No lo crees, Hinata?

— ¡Cállate, Sora! —Gruñó Naruto.

— ¿De qué habla ese tipo? —Interrogó Neji. — ¿Acaso le has hecho algo a Hinata-Sama?

—N-No es nada. —Hablaron Naruto y Hinata al mismo tiempo.

—Sus caras los delata. —Habló sorprendida Sakura. —Están completamente rojos.

—No sé a qué te refieres, Sakura-Chan. —Intervino Naruto. —No estoy rojo.

—Naruto, me sorprende que hayas avanzado tan rápido, considerando que no has leído el libro. —Sonrió Kakashi.

— ¡El amor está en la juventud! —Sonrió Gai.

—¡Así es! —Sonrió Lee.

—¡No le he hecho nada! —Gruñó Naruto.

—Veamos si es verdad, Hinata-Chan no miente. —Intervino Tenten. —¿Ha sucedido algo con Naruto?

—P-Pues…—Sintió la mirada de todos en ella, incluso Naruto tragó saliva asustado.

—Chicos, tendremos que dejar el interrogatorio para después. Tenemos una batalla que impedir. —Habló Kakashi, viendo como todos asentían.

Tras planear una buena estrategia, todos se dispersaron por la aldea para evitar que se generara más caos entre los habitantes del sonido. Sakura fue a atender a los heridos, Gai y Lee se encargaron de evacuar a la gente inocente, mientras Hinata y Neji se ponían en la delantera para tener el perímetro asegurado. Naruto como siempre utilizó su técnica favorita para detener a los ninja del sonido junto a Sora que lo resguardaba. Mientras por el otro lado, Shikamaru ya había llegado con su equipo para proteger a la aldea de la Arena y tratar de llegar a un acuerdo con lo que estaba sucediendo. Gracias al trabajo de equipo de todos, lograron detener la guerra y descubrir la raíz del asunto, no eran sus diferencias las que habían generado el conflicto, sino más bien se trataba de un malentendido ocasionado por terceros, alguien había enviado una carta firmada por el Kazekage que le declaraba la guerra a la aldea del sonido, pretendiendo que ambas aldeas pelearan entre ellas sin razón alguna. "Ahora lo importante es entender ¿Quién fue el causante de esto?" Habló Shikamaru, viendo como Temari asentía. Y además debían entender cuál era el verdadero motivo de dicho engaño.

Mientras Kakashi y Gai ordenaban todo con los líderes de las aldeas, Naruto y Hinata eran interrogados por todos.

—Tal como habíamos decidido antes, tras la misión seguiríamos con el interrogatorio. —Sonrió Sora.

—Pero si les he dicho que no ha sucedido nada.

— ¿Cómo que nada? Yo lo he visto todo.

—Cállate tú, Sora.

—Sí has reaccionado así, quiere decir que si ha sucedido algo. — Sonrió Kiba

— ¡Te digo que no ha pasado nada malo! —Gruñó el rubio.

— ¿Nada malo? —Sonrió Sora.

— ¡No es eso! —Gritó colorado

—Habla Naruto ¿Qué le has hecho a Hinata-Sama? —Lo miró desafiante el chico de ojos perla

—Nada, sólo me caí de un árbol sobre ella.

— ¿Sobre ella? —Se rió Kiba

—Pero no es sólo eso, se quedo sobre ella durante más tiempo de lo pensado.

—NARUTO —Gruñó Neji— Si intentaste sobrepasarte con Hinata-Sama, te las verás conmigo ¿Porqué lo hiciste?

— ¡No lo sé! —Se sonrojó

—Esto es inaudito ¿Cómo que no lo sabes? —Presionó Neji.

—Neji tómatelo con calma. No es el fin del mundo por esto. —Suspiró Tenten.

— ¿Cómo quieres que me calme?

—Así es, Tenten tiene razón deberías dejarlos en paz, el amor es parte de la juventud.

Al verlos distraídos, Naruto tomó la mano de Hinata y la guió a las profundidades del bosque, no toleraba estar un minuto más en esa situación, sus amigos realmente no entendían nada. Además sabía que si seguían ahí, Neji terminaría peleando contra él. A lo lejos localizó el árbol más grande del bosque, de seguro si llegaban ahí nadie los encontraría, ni las propias técnicas oculares lo harían. Por ello, dirigió a Hinata hacia allí, esperando que nadie los encontrara, ya que estaba cansado de todas esas preguntas y el modo en cómo lo miraban. Hinata no sabía si su corazón estaba alterado por haber corrido tanto o por estar en dicho momento junto a la persona que amaba.

—Creo que aquí, nadie nos encontrará. — Suspiró Naruto

—Eso espero, Naruto-Kun.

— ¿Cómo pueden desconfiar así de nosotros? Y se hacen llamar nuestros amigos.

—Es que Neji-Oniisan se preocupa mucho por mí, por eso desconfían de cualquier persona. Es como mi hermano mayor.

—Si entiendo eso, es sólo que no puedo creer que desconfíen de mí. — Rió— Es como que pensaran que tú sintieras algo por mí. —Eso era imposible, nadie sentía nada por él.

— ¿Eh? —Se sonrojó viendo como él se reía ¿Acaso había descubierto sus sentimientos por él?

—Pero eso sería raro. — Susurró, para todos él era un estorbo, nadie lo quería, ni siquiera Sakura había correspondido sus sentimientos.

No sabía que decir, quizás era el momento de decir la verdad, su corazón latía aun más de sólo pensar en ello. Tomó aire y entonces se atrevió a decir su nombre, Naruto la miró confundido, notando como sus mejillas se tornaban más rojas de lo común. "Yo…hay algo que debo decirte" Susurró. Sin embargo, sus palabras fueron interrumpidas ante una repentina explosión que los obligó a descender del árbol, viendo caer un kunai junto a ellos. En medio de las explosiones unos chicos de su edad aparecieron llevando unas mascaras en sus rostros, llevando el símbolo de la aldea de la neblina.

— ¿Quiénes son ustedes?

—Somos de la neblina. —Anunció el líder del grupo. —Hemos venida por ti, Hinata Hyuga de la rama principal.

— ¿Los conoces, Hinata? —Preguntó Naruto viendo como ella negaba. —No sé quiénes son, pero no permitiré que se lleven a Hinata, lo harán sobre mi cadáver.

—Sí eso quieres, eso haremos. —Sonrió uno de ellos.

—Hinata, por tu bien debes huir e ir a buscar a Neji. —Le susurró Naruto. —Yo me encargaré de ellos.

—No puedo dejarte aquí, Naruto-Kun. Tú hoy no quisiste dejarme sola, así que yo tampoco lo haré.

—Hinata, olvida eso por ahora. —Gruñó el rubio. —Ellos quieren hacerte daño ¿Acaso no lo entiendes? No pierdas más tiempo y vete de aquí.

—No lo haré, debo derrotarlos. —Activó su byakugan y se alejó de él para ponerse en posición de ataque.

—Hinata, ellos no son rivales para ti.

—Lo mismo dijiste hace dos años ¿Lo recuerdas? —Le dio la espalda.

Se encontraban en una misión junto con Chouji, en el que debían ayudar a unos campesinos a trasladar una carreta. Hubo un momento en qué todos se separaron, donde Hinata debía cuidar a una chica, mientras Naruto y Chouji peleaban con un enemigo. Fue cuando enfrentó sus nervios al sentir que el rubio estaba en aprietos y entró en el campo de batalla para rescatarlo. Naruto estaba en el suelo intentando levantarse, cuando la vio frente a él. Fue entonces cuando Hinata se lo llevó a otro lado y acabó con él, pese a que el mismo rubio había dicho que no podría derrotarlo. Si bien fue tanto el chakra que usó que acabó desmayada, valió la pena hacerlo para protegerlo. Después de haber recordado todo Naruto, asintió en silencio. No podía permitir que volviera a suceder lo mismo que tras salvarlo quedara tan agotada que sacrificara su vida por él.

—Lo recuerdo, pero si no hubiera llegado antes, te habría perdido. — Susurró triste—No soportaría perder a otro amigo otra vez.

—Naruto-Kun…

—Que cursi ¿No? —Se burló uno de los cuatro ninjas que estaban frente a él.

—Así es. — Sonrió el líder que aprovechando el momento de verlos distraídos, le lanzó un ataque a Hinata logrando dejarla inconsciente.

— ¡Hinata! —Gritó el rubio, viendo como la tomaban

—Ha sido más fácil de lo que creí, todo gracias a este chico. —Sonrieron todos

—Esperen ¿Qué harán con ella?

Continuará...