Hola, soy yo (ex-everyonesBAE), por si no están enteradxs cambié de perfiles en wattpad y ff, (todo lo explico en mi anterior perfil), estaré corrigiendo y publicando los capítulos en estas nuevas cuentas y ya no me enrollo más, los dejo leer (o re-leer).


"Bajo el mar, bajo el mar

¿Dónde estás ahora?

Otro sueño

Los monstruos corren salvajes dentro de mí"

-Faded – Alan Walker (Cover de Conor Maynard)-

Prólogo

Era un día normal en el Campamento Mestizo, bueno, tan normal como un campamento de chicos con TDAH puede ser.

En el bunker 9, Leo junto con Jason, Piper y Annabeth observaban detenidamente los planos del Argo II, el trirreme griego estaba, según Leo, a una semana de ser terminado.

-¿Quiénes creen que sean los otros tres?– Preguntó por enésima vez Piper.

-Percy es uno de ellos– Dijo Annabeth convencida.

-¿Y los otros dos?– No se dirigió a nadie en particular -¿Serán romanos?-.

-Probablemente, Reyna de la belleza– Respondió Leo con una sonrisa.

Hubo silencio por un largo rato en el que Leo trabajó en silencio. Jason, Piper y Annabeth pensaban en sus mayores miedos. La familia que abandonó, la posibilidad de que Jason no quisiera volver y un novio que no la recordara entre ellos.

El silencio fue cortado por la llegada de alguien.

-Quirón quiere reunirse con ustedes en la casa grande- Dijo una agitada Nyssa, hermana de Leo, que parecía haber corrido una maratón.


Percy había sido guiado por Hazel a través del Campamento Júpiter, vio el decepcionante altar hacia su padre y Octavian había descuartizado su peluche de panda.

Más tarde, cuando Hazel apostó por él, se sintió muy agradecido. Ella y Frank hacían que no se sintiera tan mal entre los romanos.

Ganar los juegos bélicos fue lo mejor de su día, la Quinta Cohorte lo había aceptado y eso era lo menos que él podía hacer por ellos.

Luego fueron a una búsqueda, regresaron con armas y honor, batallaron hombro a hombro y desde ese momento habían sido inseparables.

Incluso Reyna, se había unido a su grupo, era menos rígida, la pasaban bien, reían juntos, todo iba bien.

Una tarde, cuando él, Hazel y Frank se dirigían a entrenar, alguien pegó un grito.

-¡Jackson, Zhang, Levesque!

Fue de Reyna, su rostro estaba muy pálido cuando llegó hasta ellos, algunos romanos habían volteado.

-Qué pasó, Reyna, ¿estás bien?- Preguntó Percy preocupado, Reyna no contestó.

-Hay un mensaje para ustedes- Habló en voz baja –Los tres, síganme-.

-Pero…- Protestó Hazel.

-Vamos – Habló Percy, Reyna les había llamado por sus apellidos, y en su rostro se notaba que era urgente.


Se preguntaban de que querían hablar los dioses con ellos, pero el mensaje fue claro: "Semidioses, han sido citados al Olimpo, sujeten el envase de ambrosía al mismo tiempo cuando estén listos".

Así, sin firma o pista de la proveniencia de aquel frasco.

Pero cuando eres un semidiós, y los dioses dicen requerir tu presencia, no puedes negarte.


Al inicio, no pasó nada.

Pasados unos segundos el frasco de ambrosía se iluminó como reconociendo que estaban listos. Después, todo fue un remolino de formas y colores.

Llegaron con un golpe seco y un enredo fatal. Una vez se levantaron vieron lo que se nadie quería ver, de pie ante el grupo habían tres ancianas que daban más miedo que el mismísimo Consejo Olímpico.

El más sensato fue (como siempre) Quirón que se arrodilló frente a las ancianas como muestra de respeto, el resto rápidamente siguió su ejemplo.

-Mis señoras, permítanme saber el motivo de su llamado- Dijo aún arrodillado.

Las Temibles Moiras se adelantaron sincronizadas y la del medio habló:

-¡Campamento Mestizo, los hemos traído al Olimpo con un propósito!- Bramó la anciana.

Todos la miraron expectantes, pero la hermana no habló más, la que lo hizo fue la hermana que se encontraba a la derecha.

-El propósito es conocer, deberán leer un libro del pasado, en el pasado- Recitó.

La última Moira habló:

-Es un libro basado en los pensamientos del mejor héroe que hallamos conocido, ¡Perseus Jackson!-

Cuando terminó de hablar, todos tenían miradas preocupadas. Sobretodo Annabeth quién sabía que era mejor no hacerles preguntas a las Destino, pero por dentro estaba muriendo por saber de Percy, esperando que apareciera de la nada, la abrazara y la hiciera sentir como sólo él podía hacer.

-Ahora- Volvió a hablar la Moira del medio –Avisaremos a los dioses de su llegada-.

Unos minutos después fueron llegando los Olímpicos, cada uno más desconcertado que el anterior. Las Moiras explicaron que el futuro sería muy duro para los siete semidioses de la profecía y que Percy Jackson era la piedra base del grupo. Dejaron claro que, si se desmoronaba, la profecía acabaría contra ellos.

-Está bien, si eso es lo que el destino quiere, lo haremos- Dijo Zeus de mal humor.

-Semidioses, preséntense, nombre y progenitor divino- Desvió sabiamente el tema Poseidón sabiendo de la rabieta que armaría su hermano menor.

Viendo que todos estaban demasiado intimidados para hablar, Leo se adelantó.

-Leo Valdez, Hijo de Hefesto- Dijo con una tímida sonrisa que Hefesto respondió.

Eso fue suficiente para que el resto reaccionara.

-Annabeth Chase, Hija de Atenea- Dijo la rubia ansiosa. Los dioses se asombraron con el parecido de Annabeth con su madre, en cambio Atenea se preguntó por qué estaría ansiosa su futura hija.

-Jason Grace, Hijo de Júpiter- Dijo Jason intimidado ante la mirada que recibía de Hera.

-Thalia Grace, Lugarteniente de Artemisa- Dijo Thalia con una sonrisa desafiante. Poseidón sonrió, esos ojos azules no engañaban a nadie, viendo que Zeus iba a hablar, se adelantó.

-Eh, Thalia- Thalia no se sorprendió por su tono amable, Poseidón siempre fue (en su opinión) el mejor de los olímpicos –Tu progenitor divino.

-Soy Hija de Zeus- Contestó Thalia en un tono neutro casi aburrido.

Zeus, que estaba indignado por las órdenes de las Moiras, prestó más atención desde que Jason se presentó, Hera lo iba a matar. Sin mirarla, sintió olas de ira hacia su divina persona y no dudó que luego le esperaba una tremenda discusión.

Hera se puso furiosa, dos semidioses de la MISMA MORTAL, una griega y un romano. ¡Su marido no tenía límites! Zeus, Júpiter o lo que fuera, se iba a enterar. Le echó una mirada hostil que para variar Zeus ignoró.

Todos los olímpicos esperaban ver como Hera iba a lidiar con eso, esperaban gritos y peleas pero ella se limitó a mirar mal a Zeus.

Tratando de sonar tranquila, Piper se presentó.

-Piper McLean, Hija de Afrodita- Dijo con temor. Afrodita sonrió ¡Tenía una hija allí! Aunque se preguntó porque el corazón de su niña estaba tan lleno de dudas.

-Travis y Connor Stoll, Hijos del Hermes- Hablaron al unísono con sonrisas traviesas que hicieron sentir a Hermes muy orgulloso de sus alborotadores hijos.

-Pólux, Hijo de Dionisio- Dijo con tristeza éste, al recordar a su gemelo.

-Clarisse La Rue, Hija de Ares- Ares se sorprendió por tener una niña y le dirigió una sonrisa de verdad, sin burla ni sarcasmo. Afrodita (que sintió el amor de Ares por su hija) les sonrió a los dos.

-Miranda Gardiner y Katie Gardner, Hijas de Deméter- Hablaron juntas las hermanas. Deméter sonrió a sus hijas sin embargo la sonrisa desapareció y la reemplazó un ceño fruncido al captar las miradas de los hijos de Hermes.

-Will Solace, Hijo del increíble Apolo- Dijo Will con una encantadora sonrisa que logró sonrojar a más de una diosa. Apolo le sonrió socarronamente a Hermes por su tan atractivo hijo.

-Rachel Elizabeth Dare, Oráculo de Delfos- Dijo la pelirroja sonriendo por el gesto sorprendido de Apolo.

-Semidioses y Quirón- Habló Hestia feliz por la familia que eran esos semidioses, aunque notó una tristeza constante, en cada uno de ellos –Las Moiras han hablado y su voluntad es que leamos este libro basado en la perspectiva del héroe Perseus Jackson-.

El humor del grupo cambió drásticamente. Hestia pudo notar una gran esperanza emanar de un cuerpo, la hija de Atenea aún tenía esperanza, no sabía de qué, sólo sabía que era mucha.

-Semidioses, siéntense con sus progenitores divinos- Habló Deméter.

Los Olímpicos adoptaron un tamaño normal e hicieron aparecer un trono para Quirón.

Cada semidiós se reunió con su progenitor, Hefesto, Afrodita, Ares, Deméter, Apolo, Atenea, e incluso Dionisio abrazaron a sus hijos y les hicieron sentarse en sus tronos (cada uno tan grande como la cantidad de personas que se sentarían en ellos).

Jason temeroso de acercó a Zeus.

-Padre- Dijo el rubio mientras se arrodillaba.

-Siéntate hijo mío- Respondió el rey de los Dioses mirando al trono de su hermano. Jason se sentó al lado de su padre y observó lo mismo que él, Thalia acercándose a Poseidón.


Lo sorprendió el abrazo de la ojiazul, pero la abrazó con la misma intensidad. Cuando se separaron Thalia sonreía y le explicó que él siempre había sido muy bueno con ella (incluso más que su propio padre) Poseidón también le sonrió, había algo en Thalia que le hacía querer protegerle.

Jason siguió con la mirada a su hermana hasta que ésta se acercó a Zeus.

-Padre- Dijo aburrida, mientras se inclinaba frente al dios.

Zeus miraba atónito como su única hija se acercaba a Artemisa sonriendo y se sentaba a su lado.

-Bueno, alguien debe comenzar a leer- Dijo en voz alta Apolo –Si no les molesta, seré yo- Guiñó un ojo a las hijas de Deméter haciendo que éstas se sonrojaran y Deméter y los hermanos Stoll pusieran mala cara.

-Lee lo que dice al reverso, Hermanito- Apuntó Atenea divertida.

Apolo refunfuñó algo que sonó como "cerebrito" antes de leer el reverso del libro.

Los mestizos han dedicado mucho tiempo a prepararse para la batalla decisiva contra los titanes,

Ahora todos los semidioses sabían qué exactamente iba a relatar el libro.

Aunque saben que sus posibilidades de obtener la victoria son mínimas. El ejército de Cronos es ahora más formidable que nunca y, con cada dios y cada mestizo que logra reclutar, aumentan los poderes del maligno titán.

Los dioses no cabían en su sorpresa, no podía ser que Cronos se levantara de nuevo.

Percy

A la mención de su nombre, los semidioses prestaron más atención a la sala, como si Percy fuera a aparecer de la nada.

fracasa en un primer intento de detener en alta mar

"Alta Mar" Resuena en la cabeza de Atenea, había visto la reacción de su hija al escuchar el nombre del muchacho e inevitablemente, le dedicó una mirada hostil a Poseidón.

las arrolladoras huestes de Cronos e, inevitablemente, estalla la contienda más sanguinaria y espeluznante de todos los tiempos, un auténtico enfrentamiento por la supervivencia. Los olímpicos se esfuerzan en mantener a raya la furia desatada del monstruo Tifón.

-Imposible- Dijo Zeus -YO mismo encarcelé a Tifón-.

Los dioses ahora sí que estaban sorprendidos, el único monstruo al que temían. ¡El futuro no podía ser tan malo!

Cronos ordena el avance definitivo hacia la ciudad de Nueva York, donde el monte Olimpo, en lo alto del Empire State, se encuentra prácticamente indefenso.

-¿!Por qué no estamos ahí?!

Pararle los pies al implacable Señor del Tiempo dependerá exclusivamente de Percy Jackson y un pequeño ejército de jóvenes semidioses...

Los que estuvieron en la batalla, gimieron al recordar todas las vidas que se llevó Cronos.

La profecía largamente anunciada en torno al decimosexto cumpleaños de Percy se hace por fin realidad.

-¿Cuál es la profecía?- Preguntó Atenea impulsada por su curiosidad.

-Supongo que más delante de dirá-Dijo Annabeth decaída, ¡quería a su Percy de vuelta!*

Atenea la miró preocupada, pero no pudo preguntar porque Apolo siguió leyendo.

Y mientras la batalla por la civilización occidental se libra con brutal ensañamiento en las calles de Manhattan, Percy abriga la terrible sospecha de estar luchando tal vez contra su propio destino.

-Eso es todo- Dice Apolo aún aturdido por lo que acababa de leer.


*: Hay un fanart llamado "I want my Percy Back" de keeofeedingthebears (en deviantart), lo recordé cuando escribía esta parte XD (es muy cute).