La chica del pijama verde:
Era una noche el 23 de junio, en el que me atreví a hablarle. Ella era una chica muy extraña. Os contaré: ni siquiera sabía su nombre, por lo que podía apreciar en la oscuridad de mi habitación tenía el pelo largo y los ojos chocolate y lo que más resaltaba de ella, un pijama verde. Desde el 11 de junio, esta chica, a la medianoche exacta, venía con sus ojos chocolate y su pijama verde a mi habitación, se sentaba en una silla que había y al amanecer no estaba. Nunca me atrevía a hablarle, hasta el 23 de junio…
Ella, mientras yo pestañeaba, ya se había sentado y me clavaba su mirada.
-¿Hola? – se le oyó respirar entrecortadamente.
-¿Estás despierto?- preguntó con su melodiosa voz. Nota mental: tiene voz muy dulce.
-No, hablo en sueños ¿Tu que crees?- dije con ironía. Ella simplemente rió.
-Debí suponerlo. Supongo que soy la única que habla en sueños…
-¿Podrías decirme quien eres y porque te metes siempre en mi habitación?- pregunté sin vacilación, su voz me hacía sentirme en confianza.
-Tú me conoces, y… no te pienso contestar. Hasta mañana. – y se fue. No se como ni por donde pero se fue.
Al día siguiente, hablé con Alice.
-Edward, ¿Qué te pasa? ¿Tienes insomnio?
-Mmm… ¿Qué decías? – bostecé.
-DIGO QUE SI TIENES INSOMNIO, EDDIE! – chilló ella.
-NO ME LLAMES EDDIE. Y NO TENGO INSOMNIO. – respondí chillando también.
-Ahh…-sonrió. Con esa sonrisa de "algo bueno va a pasar".
-Alice, a propósito, tu conoces a alguien que tenga un pijama verde?- pregunté.
-¿Verde? Emm…No.- respondió. –Nos vemos luego.- me dio un beso en la mejilla y se fue.
A la noche:
-Edward, ¿no quieres cenar? – preguntó Emmett.
-No, no tengo apetito. Buenas noches.- me fui a "dormir", que en realidad, debería decir esperar.
-Vaya, que puntual.-esa voz…ahora estaba sentada más cerca, muy cerca.
-Hola.
-Mal el día ¿verdad?.-asentí.- Si, el mío también. ¿Sabes lo malo que es reconocerte y cuidarte desde las sombras sin que tengas ni idea de que existo?
-Mmm… ¿No?-respondí, aunque sonó a pregunta.
- Jaja, lo suponía.-suspiró.
-Mmm… ¿puedo encender la luz?- pregunté, ansioso de que, ojalá, contestara que si.
-No se….es tu habitación, no la mía.
-De acuerdo, lo tomo como un si.
Encendí la luz y entonces mi corazón se hinchó. Pelo caoba hasta la cintura, cara en forma de corazón, ojos chocolate profundos, tez pálida…un ángel….Isabella Swan. ¿Isabella Swan?
-Bella…
-Se que es tonto…pero supongo que esta era la única forma de observarte sin que lo supieras...
-¿Sin que supiera el que?- estaba muy intrigado, pero esto no me lo esperaba.
-Que te amo desde el primer día que te vi aunque tu no sientas lo….-pero su monologo se vio interrumpido. ¿Por qué? Simple, porque mis labios estaban sobre los suyos.
-Te amo.
Así fue como nos declaramos mutuamente la mujer con la que estoy casado y tengo dos hijos: Renesmee y Anthony. Y con la quiero pasar toodooo lo que queda de mi vida.
FIN =)
