Capítulo 1.
El departamento estaba frío como una heladera cuando llegó del trabajo. Odiaba ese tipo de detalles, el mundo muggle era tan terriblemente imperfecto. Pero, después de años de vivir en él había llegado a pensar que tenía cierto encanto.
Le gustaba pensar en que si alguien hubiese llegado hace 5 años y le hubiera dicho que él, Draco Malfoy, iba a vivir tan bien en un departamento muggle y a hacer amistades verdaderas en ese mundo que tanto despreció durante la primera mitad de su vida, le habría lanzado un cruciatus.
Pero la verdad era que huir del mundo mágico había sido la mejor decisión que había tomado en su vida entera. Él, el chico especializado en decisiones erróneas, había elegido bien por primera vez. En ese lugar estaba lejos de recuerdos dolorosos, de gente que lo señalaba, de las palabras hirientes que llegaban al correo en forma de tinta sobre el papel, de amores imposibles... de todo. Y además tenía amigos. Personas que le querían y se interesaban en él, en lo que era sin importar su pasado, un pasado que obviamente desconocían.
Descansó un rato antes de tomar una ducha y arreglarse para reunirse con sus amigos como cada viernes. Iba tarde así que decidió aparecerse unas calles antes y caminar hasta el bar desde ahí. A pesar de estar tan bien adaptado al mundo muggle seguía detestando los taxis. Nunca sabía qué decir durante el viaje, era incómodo como la mierda y no le gustaba que la gente pensara que era un engreído. En realidad, Draco era un engreído, pero era un engreído que había aprendido que en el mundo no mágico, al que ahora pertenecía, la amabilidad era como una llave mágica y siendo esa la única clase de magia que se podía permitir usar en público decidió volverla su arma secreta. Las primeras veces casi le dolía físicamente el tener que fingir sonrisas a desconocidos pero con el paso del tiempo todo se había vuelto más fácil aunque, si podía evitar situaciones que requerían fingir amabilidad, como el tomar un taxi, lo hacía.
Caminó bajo las luces del alumbrado público hasta llegar al bar en donde no tardó ni dos segundos en identificar a sus amigos, sentados en la misma mesa de siempre. Ralph le hizo una seña con la mano en cuanto lo vió y Draco se acercó. Después de un minuto de saludos y apretones de manos ya estaba sentado entre ellos y con un vaso en la mano sin saber con exactitud qué contenía.
Tan acostumbrado estaba al protocolo de aquellas reuniones que hasta la segunda ronda se percató de que había una chica entre ellos. Ralph tenía un brazo alrededor de sus hombros y se percató de la mirada confundida de Draco así que hizo que todos guardaran silencio para hablar fuerte.
— Bueno, ahora que Dean ha llegado creo que es hora de decirles a todos el motivo de la reunión de hoy .— dijo, usando el nombre falso que Draco le había dado a todos.
La mujer que tenía al lado sonrió y Draco no pudo evitar pensar en que parecía una chica agradable. Tenía una mirada que inspiraba confianza. Era una lástima que tuviera el cabello de aquel color naranja zanahoria que tan malos recuerdos le traía al rubio. Demasiado familiar, demasiado Weasley. Aunque aquella chica nada podía tener de Weasley, ella parecía más que soportable.
La voz de Ralph interrumpió sus pensamientos de repente.
— Quería que todos estuvieran presentes porque quiero hacer oficial mi compromiso con Caty.
Todos se miraron entre sí, confundidos. No sabían que Ralph tenía una novia y por supuesto que no se esperaban una noticia así aunque se alegraban de que el solitario Ralph hubiera encontrado a alguien que le hiciera sonreír fuera de aquel bar.
— Le he conocido en el hospital, no pregunten cómo, no es una buena historia.— continuó Ralph arrancando una sonrisa a todos los presentes.— Sé que deben pensar que estoy loco pero...— hizo una pausa para girarse hacia Caty y mirarla a los ojos mientras hablaba.— estoy completamente seguro de que ella es la mujer de mi vida y no pienso dejarle ir de mi lado tan fácilmente.— finalizó mientras se acercaba a Caty para besarla.
Toda la mesa rompió en gritos y aplausos y Draco se les unió un segundo después. Él jamás había pensado en algo como el matrimonio ni en mantener a una persona a su lado más de una noche o, si bien les iba, una mañana. Pero había algo en la mirada que Ralph le dedicó a Caty que le hizo desear que alguien le mirara de la misma forma, que alguien deseara atar su vida a la suya. Draco no permitió que el pensamiento fuera más lejos. Su vida estaba demasiado llena de mierda como para permitirle a alguien adentrarse y formar parte de ella de esa manera.
Uno a uno los amigos de Ralph le felicitaron a él y a Caty. Después de otras dos rondas ya estaban todos puestos en ambiente y bromeando como si Caty siempre hubiera sido parte del grupo. Draco no se había equivocado al pensar que Caty era una chica agradable, lo era.
En un momento de la noche Ralph se disculpó y fue al baño así que Caty aprovechó para acercarse a Draco y tratar de entablar conversación de una manera más directa.
—Así que tú eres Dean ¿cierto?
Draco asintió con una sonrisa que no tuvo que fingir, justo como la primera vez que había hablado con Ralph.
—Me han hablado mucho de ti, Ralph te considera su mejor amigo, lo sabes ¿no? Bueno, así es. Me gustaría ser tu amiga también ¿qué tal si me hablas un poco de ti?
Draco dudó un momento antes de responder.
—Bueno, no hay mucho que decir, tengo un restaurante, o más bien una cafetería que espero convertir pronto en restaurante. Mi vida gira alrededor del negocio y estas reuniones. Soy aburrido como la mierda, lamento si escuchar eso te decepciona.
Ambos sonrieron antes de que Caty volviera a tomar la palabra.
—Entonces ¿cómo es que conociste a Ralph y a todos ellos?
—Oh, antes ambos asistíamos a un club de lectura, algo pequeño. Tuvimos algunas charlas interesantes sobre literatura y filosofía y después de que el grupo se disolviera continuamos encontrándonos junto a algunos otros amigos. Es como un hermano para mi. La verdad es que siempre fui un muchacho bastante solitario y bueno, mírame ahora, me desconozco.— terminó Draco con una sonrisa.
—Así que ya no te gusta la idea de ser solitario y misterioso.— dijo Caty en algo que sonó más a afirmación que a pregunta. — Bueno, Dean, si estás dispuesto yo podría presentarte a mi linda hermana que...
—Oh no, no, no, no.— interrumpió Draco de inmediato.
—Mira, sé que quizá yo soy algo, demasiado extrovertida pero ella es diferente, ella es...
—Mira, no dudo que tu hermana sea una linda persona, justo como tú. No es eso, en serio no es eso, es solo que... digamos que no me siento a gusto saliendo con emm, mujeres.— dijo Draco, seguro de que sus mejillas blancas se habían vuelto rojas como manzanas.
—Oh, entonces tú eres ¿gay? — respondió ella apenada.
—Sí, supongo que si, soy gay.— dijo, recuperando su color.
—Disculpame en serio,Ralph jamás lo mencionó, bueno, no es como si lo tuviera que mencionar, no.— guardó silencio un instante antes de que sus ojos brillaran como si hubiera tenido una idea brillante.— tengo un amigo. Él trabaja para mí, verás, tengo una librería y bueno, él es el segundo al mando. Es tan lindo y te aseguro que se llevarían tan bien.— Por tercera ocasión, fue interrumpida por Draco quien le hizo un gesto con la mano indicándole que era momento de dejar de hablar.
— En serio, no te preocupes. Estoy bien, no estoy buscando una relación o algo así.
— No estaba insinuando que tuvieras que acostarte con él, Dean. Solo creo que es buena idea que se conozcan. Ambos tienen tanto en común, de acuerdo a lo que Ralph me ha contado de ti. Creo que serían buenos amigos, solo déjame hablar con él y ver qué pasa después.— finalizó con una sonrisa y ojos de cachorro.
Draco en serio no quería conocer más personas pero pensó que no afectaría en nada hacer un amigo más así que asintió sin esperar el efusivo abrazo de Caty que llegó después de eso.
Ralph carraspeo divertido, anunciando su llegada y Caty se separó de Draco para darle un corto beso en los labios y echarle los brazos al cuello a su prometido.
—Dean ha accedido a que le presente a un amigo.— le informó Caty.
—Dean, disculpa, esta mujer es bastante impertinente. — le dijo Ralph en tono de broma mientras le daba una mirada de "no tienes porqué hacer esto".
—No, no te preocupes, quizá ella tenga razón y yo necesite, emm, ¿ampliar mi círculo social?— dijo Draco resignado.
—Caty ¿le has lavado el cerebro a mi mejor amigo mientras yo orinaba?— dijo con horror fingido.
—Oh, cállate. — respondió ella para después acercarse a Draco de nuevo.— por cierto, voy a hablar con mi amigo, quizá y hasta se puedan encontrar la siguiente semana. Oh, casi lo olvidó, su nombre es David Malfoy.
Draco casi escupió el trago que le acababa de dar a su bebida.
