ADVERTENCIA: Ni Naruto ni sus personajes me pertenecen. Hago esto sin fines de lucro y por pura diversión.

I

Promesa

Sakura abrió su casillero y de la nada una espuma salió de él. Suspiró. Ya estaba algo acostumbrada a ser el blanco de burlas.

-¡Sakura! Ay, ¡YA ESTOY CANSADA DE ESTO!

-Tranquila, Ino-chan, estoy acos…

-¡NO DEBERÍAS ESTAR ACOSTUMBRADA A ESTO, SAKURA! ¡ESTO PASA DESDE LA ESCUELA MEDIA!

-Es cierto, Sakura-chan. No puedes seguir soportando esto toda la preparatoria también.

-Hinata-chan…

Sí, sólo sus dos amigas y un amigo más, que no estaba presente, la cuidaban y la protegían del acoso. Y era cierto, pues ella había soportado el acoso y burlas conforme subía de grado en grado. Pensó que el acoso iba a terminar cuando fuera a la preparatoria de Konoha, pero la mayoría de los alumnos de su escuela fueron ahí, así que el acoso siguió. Ino y Hinata, sus dos mejores amigas desde el prescolar, la ayudaban y la protegían, pero no siempre lograban su cometido.

-¡SAKURAAAAAA-CHAAAAAAAN!

Ino voltetó los ojos y Hinata sonrió, algo sonrojada. Llegaba el otro amigo en el grupo.

-Ohayou, Naruto – sonrió Sakura.

Uzumaki Naruto, novio de Hyuuga Hinata y mejor amigo de Haruno Sakura y de Yamanaka Ino. Sí, ahora el grupo estaba completo. Había llegado trayendo la alegría y todo se fue por la borda cuando el rubio de ojos azules se fijó en la espuma que salía del casillero de Sakura.

-¡¿Otra vez?!

-Sí, de eso hablábamos antes de que llegaras, Naruto-kun – dijo Hinata.

-Deberíamos hablarlo con los profesores – dijo Ino.

-¿Para qué? – suspiró Sakura.

-¡Para que pongan un alto a esto, Sakura! – exclamó Ino.

-Ayer fui a hablar con el director y no ha hecho nada. De todas formas, hoy termina el primero año de instituto, y luego sólo tendríamos que venir a la clausura en una semana y media… Se acabará, e intentaré hacer algo para que no me molesten en el siguiente año – dijo Sakura, limpiando con unos paños que tenía en su mochila su casillero.

-Dime, Sakura-chan, ¿vas a entregar esa carta? – dijo Ino, con una sonrisa.

-No sé… - murmuró Sakura.

-Sakura-chan, él es el único hombre, aparte de Naruto-kun, que nunca te ha dicho nada – dijo Hinata.

-Sí, pero tiene a todas las porristas corriendo detrás de él…

-¡HEY! – exclamararon Ino y Hinata.

-Ok, ustedes no – dijo Sakura, mientras veía a Naruto empezar a reírse como loco.

-No creo que él te haga sentir mal, Sakura-chan – dijo Naruto, al calmarse -. Él nunca ha hablado mal de ti y te gusta desde la escuela primaria, ¿no? ¡LUCHA POR ESO SAKURA!


Ya habían terminado las clases del día, y con ellas, el último examen. Las vacaciones que daban final al primer año de preparatoria daban inicio y la oportunidad de entregarle la carta que tenía en sus manos estaba empezando.

-Uchiha-san – murmuró cuando estuvo a su lado.

-¿Hmmm? – preguntó, o hizo un ruido, mirando en su dirección, guardando sus pertenencias en la mochila –Sakura – mencionó a modo de saludo.

-Uchiha-san, por favor, acepta… - Sakura le tendió un sobre. Pudo ver, que detrás de Sasuke, Ino, Hinata y Naruto le hacían señales de ánimo.

Uchiha Sasuke, el chico más popular de la preparatoria, incluso estando en primer año, recibió el sobre y lo miró con detenimiento. Ino y Hinata ahora se abrazaban saltando de alegría y muchas chicas que se enteraron por un chismoso veían con ojos atónitos el que Sasuke haya recibido el sobre de "esa" tipa desubicada.

Sakura no empezaba a creerse su suerte, hasta que la realidad cayó como un balde de agua fría. El Uchiha rompió en dos el sobre que había recibido y se lo lanzó a la cara. Ino y Hinata, de haber estado saltando de alegría, casi se caen y miraron la escena sin poder creerlo. Naruto endureció sus puños y tuvo que ser sujetado por su novia. Sasuke se puso de pie y quedó, con su metro ochenta, quince centímetros más alto que Sakura.

-Que quede claro, Haruno – ya no la llamó por su nombre -, que no me interesas. He sido amable contigo por el simple hecho de que Naruto te considera una de sus mejores amigas, pero hasta aquí queda la amabilidad. ¿De veras crees que aceptaría algo así de alguien como tú? Mírate, deberías conocer tu lugar. Nunca me gustaron las chicas como tú, y te lo dejo en claro ahora. No me interesan las mujeres que tienen forma de pelota.

Sakura empezó a sentir que las lágrimas se acumulaban en sus ojos. Naruto logró soltarse del agarre de Hinata e Ino y le golpeó a Sasuke en la cara.

-¡TEME! ¡NO HABÍA NECESIDAD DE DECIRLE ESO! – le gritó Naruto.

Hinata e Ino se acercaron a Sakura. Hinata tomó su mochila y empezaron a llevársela del salón, pues la chica estaba en shock, y derramaba lágrimas sin deternse.

-¿De veras pensó que Sasuke-kun iba a aceptar salir con ella? – preguntó una pelirroja, a la que Sakura miró.

-Vete a volar, Karin – escupió Ino.

-Deberías conocer tu lugar, cerda – rió otra pelirroja.

-Púdrete, Tayuya – murmuró Hinata.

Consiguiendo más insultos de los usuales, Sakura salió de la preparatoria, con la imagen de Naruto golpeando a Sasuke y Sasuke devolviéndole algunos golpes. Ino la llevó hasta su casa y se quisieron quedar con ella. La madre de Sakura había llegado temprano del trabajo y se enteró, por medio de Hinata e Ino, de lo sucedido. Suspiró y les dijo a las chicas que no se preocuparan, que ella se encargaría de su hija.

Luego de unos minutos, la mamá de Sakura, Haruno Hikari, subió las escaleras al cuarto de su hija llevándole una taza de agua con una barra de chocolate. Abrió la puerta y se encontró a su hija mirándose en un espejo de cuerpo entero.

-Sakura… - empezó su mamá.

-No mamá, no digas nada. Tienen razón, TODOS tienen razón. Soy una pelota – dijo llorando.

-El físico no es lo único que importa – empezó Hikari.

-Pero es en lo que todos se fijan – lloró Sakura -. Yo pensé que Sasuke-kun era distinto... y ahora… ¡Todo será peor! – sollozó, sentándose en su cama.

-Sakura-chan, te íbamos a comentar esto más tarde, pero mejor te lo digo ahora… A tu padre le han ofrecido trabajar en New York, y tenemos que salir a más tardar en cinco días. Es una sucursal de la empresa y él tiene que ir como representante… Tú sabes que ser gerente tiene sus ventajas y desventajas, pero… No iremos, tal vez por medio año o un año…

-¿ME DEJARÁN? – exclamó Sakura.

-Por supuesto que no, hija, te llevaremos… Y aprovechemos esta oportunidad.

Cuando su madre salió de la habitación, Sakura tomó la barra de chocolate y la botó al basurero. No quiso nada, ni siquiera el agua, siguió llorando sin consuelo aparente. Aparte de todo lo que pasó, ahora se marchaba de su querido Japón, lejos de sus amigos. Se miró en el espejo nuevamente, esta vez en ropa interior.

Sí, tenían razón en llamarla cerda, en llamarla pelota. Con su metro sesenta y cinco pesaba casi cien kilos, era redondita y no tenía gracia alguna. El único atractivo de ella eran sus ojos y su cabello, pero nadie se fijaba en eso pesando lo que ella pesaba.

Sí, tal vez pudiera desconectarse de todo y aprovechar ese viaje, porque, si iba a regresar en un año, no volvería siendo la Sakura que todos conocían.

Ella iba a cambiar.

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Avance del siguiente capítulo:

Por fin, había logrado su cometido.

-"Espérenme, que te vas a arrepentir" – pensó Sakura, pasando sus manos sobre su vientre plano.


Ok, nuevo fic. Se me ocurrió hace poco y decidí escribirlo. Pronto actualizaré "Corazón Gitano", asi que espero que me sigan leyendo.

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