El aeropuerto de Vale estaba completamente lleno.
Era exactamente como ella esperaba que fuese, al fin y al cabo, ese era el día en el que los nuevos estudiantes de la academia Beacon empezarían su educación ahí.
Como haría su haría su hermana mayor, la increíblemente guapa y talentosa antigua alumna modelo (por lo menos en cuanto a notas) de Signal.
Mientras que ella, la pequeña, adorable y socialmente torpe Ruby Rose, se quedaría en Patch cursando su tercer año en la escuela a la que solía ir Yang.
Eso la trajo un mal sabor de boca. Escuela a la que solía ir. Eso la recordaba cómo pasaría sus próximos años hasta empezar Beacon.
Sola, sin amigos... Pero hey, por lo menos tendría a Zwei.
O quizás, como la había asegurado en numerosas ocasiones su padre (Taiyang), encontraría a alguna persona con la que se llevaría genial y con la que vivir numerosas aventuras alrededor del fantástico mundo de Remnant, capturando criminales y matando a todo Grimm.
La pelirroja se tuvo que ahogar la risa con toda su fuerza para evitar que una carcajada saliera por su boca.
Yaaaaaa... Eso CLARAMENTE iba a ocurrir.
No es que fuera acosada ni nada. Su padre y su tío eran profesores de Signal y su hermana, con lo sobreprotectora que era, no dejaría jamás que alguien la tocara siquiera un pelo.
Pero ya habían pasado dos años y los grupos de amigos ya se habían establecido. Solo podría conocer personas si ella iniciaba la conversación y como que eso no iba a ocurrir. Las únicas personas con las se llevaba medianamente bien eran uno o dos amigos de Yang que se olvidarían de ella el momento de pisar Beacon.
Sacando de la bolsa de plástico que tenía en sus manos una galleta, Ruby decidió empezar a comer para que su mente dejara de pensar en lo que la aguardaba en su nuevo año escolar.
Al principio, solo fue una galleta.
Luego dos.
Después tres.
Seguidamente fueron cuatro.
A continuación fueron... Bueno, ya os hacéis una idea.
Al final, las galletas de chocolate se acabaron en menos de un minuto y Ruby se quedó sola (o lo muy solo que uno puede estar en un aeropuerto lleno de gente), sin galletas y, lo más importante, sin Lien para comprar más.
Así que Ruby decidió observar las armas de los futuros estudiantes de Beacon. Si no podía desviar su mente con galletas, lo haría con su otra afición.
"¡UN MARTILLO LANZA GRANADAS!" Gritó en su mente Ruby, saltando en el asiento donde se encontraba al ver a una pelirroja con dicha arma en la espalda "¡OH, OH! UNA ESPADA QUE USA POLVO DE FUEGO... ¡Y UNA MOTOSIERRA QUE SE TRANSFORMA EN UN REVOLVER!" La quinceañera empezó a mover la cabeza como loca, asustando a las personas que tenía a su alrededor, quienes se fueron alejando con lentitud de ella.
Y de repente, como si de destino se tratase, sus ojos se fijaron en el arma de un chico rubio que se encontraba a diez asientos de ella.
"¡ESO ES...! Una... ¿Espada con funda que se hace escudo?" No podía ser cierto... Ese chico que tenía la edad para ir a Beacon... ¿Tenía un arma tan simple?
Era herejía. Algo imposible que no debería existir.
¿Dónde estaba el polvo? ¿El francotirador? ¿el revolver? ¿la ametralladora? ¿el lanza granadas? ¿el mosquete?
Instintivamente, Ruby se fue acercando poco a poco al chico.
Estaban a diez pasos...
-Muy bien, Jaune. Tú puedes hacerlo...
Seis...
-Papá ya se ha ido, no hay vuelta a atrás.
Cuatro...
-Bueno, ¿qué es lo peor que puede pasar?
Uno...
-Oh, Dios... ¡Podría mo-! ¿Eh?
Ruby empezó a examinar la espada del futuro alumno de Beacon a centímetros de distancia.
-P-Perdona- los oídos de la pelirroja captaron el sonido de alguien hablándola y, lentamente, sus ojos empezaron a moverse hacia arriba.
E inmediatamente Ruby supo lo que había hecho. Se encontraba a centímetros del... Ahem, "culete" del chico.
-¡AH!- La chica se cayó al suelo de la sorpresa.
-¡¿Estás bien?!- Y, por primera vez, la joven Rose vio la cara del chico.
No era particularmente apuesto, ni tampoco tenía la cara de un cazador curtido en combate.
Llevaba una armadu- hey, ¿era eso rubio natural? Yang y él tendrían muchas cosas de las que hablar. Su hermana siempre se había quejado de no tener a nadie con quien hablar acerca del cuidado especial de su cabello, pues toda persona que habían conocido con pelo rubio lo tenía o teñido o era Taiyang.
-A-Ah, estoy bien. Siento haberte molestado- la joven miró a un lado con sus mejillas coloradas y muy avergonzada.
-No es nada- negó con la cabeza el rubio con una pequeña sonrisa tímida. Y, ofreciéndola su mano, se presento- mi nombre es Jaune Arc.
Aunque Ruby no lo sabía, en ese momento Jaune quiso decir: «corto, dulce, suena bien, las damas lo adoran», pero el chico pensó que hacer eso en mitad del aeropuerto NO sería una buena idea.
-Ruby- y agarrando su mano, la joven Rose se levantó del suelo.
Ambos esperaron que el otro siguiera con la conversación.
Pero vieron que eso no llegaría a ningún lado.
Tardaron treinta segundos en darse cuenta de ello, pero por lo menos se dieron cuenta.
-Así que...- Empezó Jaune, tosiendo un poco para ganarse la atención de la pelirroja- ¿por qué estabas tan cerca?
Las mejillas de Ruby se tornaron de un color rojo intenso. Y tragando saliva, empezó a hablar:
-Es tu arma- Jaune frunció el ceño confundido.
-¿Mi espada?- Instintivamente, el rubio se llevó la mano derecha a la vaina, que se abrió para formar un escudo, casi golpeando a una persona que estaba pasando por detrás- l-lo siento mucho- tocando el escudo, este volvió a su forma original- ¿qué la pasa?
-No es una pistola.
Ninguno de los dos dijo nada por unos segundos.
-...¿Perdón?
-¡La he estado mirando un buen rato pero no parece que se pueda transformar en nada! Ni puede utilizar polvo, ni tampoco se convierte en un arma con la que atacar a distancia- Ruby no solía comerse la cabeza con facilidad pero el concepto de algo tan simple había sido hasta ese momento... Inimaginable para ella.
Jaune se empezó a frotar el brazo, algo nervioso.
-E-Era de mi tatarabuelo. La usó para luchar en la guerra- explicó, a lo que Ruby asintió.
-Bueno, mí me gusta. No hay mucha gente hoy en día que aprecie los clásicos- comentó la chica, lo que provocó que Jaune se tocara la nuca y desviara su mirada en dirección al suelo.
-Sí... Los clásicos- de repente, la voz de una mujer sonó por los altavoces de la sala.
-Atención. El vuelo para los estudiantes de la academia Beacon saldrá en cinco minutos. Que todos los estudiantes se dirijan a la entrada inmediatamente para hacer un recuento.
El rubio pareció hipnotizado por las palabras de la señora por unos segundos, Ruby incluso llegando a pensar que se había dormido de piés.
Sin embargo, tras darle una palmada en el hombro, el chico salió del trance y miró a Ruby.
-Creo que ese es tu viaje.
Los ojos del espadachín se tornaron como platos.
-¿Tú no vienes?
Eso fue como si la hubieran echado encima agua congelada.
Habia entablado una conversación normal con un desconocido perfectamente, quizás incluso llegando al punto de ser... ¿Medio amigos?
Y probablemente no le volvería a ver porque iría a Beacon. Claramente Jaune no se acordaría de una extraña chica que conoció en el aeropuerto dos años más tarde, que sería cuando Ruby iría a Beacon.
-No... Perdón, me tengo que ir- debía buscar a su padre. Él había estado asegurándose de que Yang no hiciera ninguna chorrada pero si ya se marchaban los alumnos, estaría buscandola.
-¿Ruby?- E ignorando a Jaune, ella siguió adelante, evadiendo al chico entre la multitud.
Lancaster
Utilizando el retroceso que Crescent Rose la proporcionó, la chica de ojos plateados se avalanzó con rapidez encima del último dron de entrenamiento, cortándolo limpiamente en dos.
Jadeando un rato, Ruby cambió la forma de su querida guadaña, convirtiéndola en un francotirador que guardó en su espalda bajo la rojiza capa que siempre llevaba puesta.
Se encontraba en el campo de entrenamiento local de Vale. Puede que el coger una nave para ir a la gran ciudad fuera algo pesado pero es que el de Patch era una birria comparado al de Vale.
Según su tío Qrow, los mejores lugares donde entrenar localizados en el reino eran: Beacon, Signal (que solo abría entre semana) y el campo de entrenamiento Yellow Star; este último siendo donde estaba Ruby.
La joven Rose salió del establecimiento y se fue al parque cercano como hacía siempre que iba al centro.
Y como siempre, sacó su botella de agua fresca que se empezó a beber.
Y como siempre, disfrutó de los rayos de sol que iluminaron su cara mientras tomaba el líquido con gusto.
Y como siempre, se puso a pensar acerca de su vida.
Esa era una costumbre que había cogido de su madre. Qrow siempre la había dicho que Summer Rose tenía la extraña costumbre de, tras entrenar, tirarse al suelo sin importar como fuera el terreno. Al parecer, entonces empezaba a hablar de cualquier tema sin importar su importancia.
De cómo estaba mejorando el equipo, de los proyectos asignados por los profesores, de si STRQ seguiría unido tras graduarse, de todo lo que la faltaba por mejorar, de cómo sería su siguiente misión...
Así que la pequeña Ruby, al escuchar por primera vez ese dato de su madre, decidió hacer lo mismo para tratar de sentirse aunque fuera un poco más cercana a la fallecida mujer.
-No tiene la suficiente edad ni la experiencia necesarias para estar en Beacon- soltó con firmeza Glynda Goodwitch a su jefe.
El profesor Ozpin, director de Beacon, tomó su taza de café de la mesa y miró directamente a los ojos a la rubia.
-Diría que esta joven ha demostrado un nivel muy por encima de la mayoría de cazadores y cazadoras de su misma edad, quizás sea incluso más habilidosa que varios de los nuevos estudiantes que empezaran a cursar este año.
Los ojos de Ruby brillaron ante los elogios del profesor y hubiera dicho gracias de no ser por la galleta que tenía metida en su boca.
-Eso no es suficiente- intervino Goodwitch antes de que Ozpin volviera a hablar con la pelirroja- también hay varios factores que tener en cuenta, entre ellos estando el que empezó la pelea contra Torchwick sin tener siquiera un plan y dañando propiedades por la falta de dicha estrategia.
El director miró fijamente a su empleada.
-Por favor, Ozpin- dijo exasperada la mujer- sabes tan bien como yo que su experiencia es insuficiente, y no solo eso. Taiyang claramente no estará contento si le cuentas que dejaste que su hija de quince años entrara en tu escuela para adolescentes de DIECISIETE años- Ruby se mordió el labio. Era cierto que su padre se negaría con rotundidad si tenía la opción- pero si igualmente quieres intentarlo, ve y pregúntale si da su consentimiento. En ese caso, no tendré objeción alguna si la señorita Rose es admitida.
El misterioso hombre cambió el objetivo de su mirada a Ruby, a quién observó por unos segundos para luego suspirar.
-La proporcionaremos una aeronave para volver a Patch, señorita Rose- ella bajó su cabeza- esperamos poder verla dentro de dos años entre los nuevos estudiantes de nuestra academia.
Había estado tan cerca de ir a Beacon.
Eso provocaba que un sabor amargo se formara en su boca. Si ni siquiera se la hubiera acercado el director, entonces ella ahora estaría como siempre.
Triste de no estar con Yang, pero aceptando que era algo que no podía ser evitado.
Pero Ozpin la dio esperanza. Esperanza que fue arrebatada por Glynda Goodwitch.
Soltando todo el aire que llevaba guardado en su boca, Ruby bebió un poco más de agua y se preparó para volver a casa. Ya no la quedaba nada más que hacer y volver a Patch pronto para empezar a hacer sus deberes de historia parecía una muy buena idea.
Había escuchado rumores en el pasado de lo que les pasaba a los que no llevaban sus deberes hechos al tío Qrow.
Al parecer no era algo bonito.
Levantándose del banco de madera, la estudiante estrella de Signal empezó a caminar hacia la salida cuando escuchó una voz decir:
-¿Ruby?- La chica frunció ligeramente el ceño. Esa voz la sonaba de algo, pero no sabía muy bien de quién era- ¡Ruby, hola!
Girándose, ella vio que quien tenía detrás era un chico rubio y alta que llevaba una armadura y tenía como arma...
Una simple espada en su funda.
-...¿Jaune?- El espadachín con el que habló el día que Yang se fue a Beacon vino a su mente.
El joven respiró aliviado.
-Que bien, por un momento pensé que me había equivocado de persona- una sonrisa apareció en sus labios.
-¿Qué haces aquí, Jaune?- Preguntó Ruby confusa.
-Mi compañera de equipo, Nora, me dijo que este es un buen lugar de entrenamiento y decidí venir a probarlo.
Antes de que el rubio pudiera continuar, la pelirroja siguió hablando:
-¿Entonces por qué no practicas en Beacon? Tiene las mejores instalaciones de todo Vale para ayudar a los cazadores- no veía el sentido de hacer un viaje en aeronave a la ciudad si tenía disponible el lugar perfecto.
Las mejillas del espadachín se tornaron de un color rosado y empezó a observar el suelo
-A-Ah, bueno...- Levantando la mirada ligeramente, él miró los confusos ojos plateados de la joven que tenía delante y decidió que no tenía el mínimo sentido ocultar la verdad- no soy muy... Habilidoso... O fuerte... O rápido. Así que pensé que haría el ridículo en Beacon, entrenando con todos los estudiantes. Por lo menos aquí puedo decir que solo lo hago como pasatiempo si alguien pregunta.
"Wow... Su ego es incluso más pequeño que el mío" esos pensamientos hicieron que Ruby quisiera golpearse a sí misma en la cara.
Había pensado negativamente de la persona que creía que se olvidaría completamente de ella en unos días, cuando esto no había sido cierto. ¡Incluso estaba entablando conversación voluntariamente con ella sin necesidad de que Yang iniciase la conversación o forzase a la otra persona a hablar con ella!
No. Debía a ayudar a la persona que tenía delante a tener más confianza.
Teniendo en su mente pensado con exactitud lo que iba a decir, Ruby se preparó.
¿Se sentiría ofendido por el que alguien dos años menor se ofreciera a entrenarle? ¿Pensaría que casi ni se conocían y que era una tontería?
Entonces recordó uno de los consejos que su padre le daba más a menudo.
-No pienses negativamente. Tú solo cree en ti misma. Si te ignoran aún cuando tratas de hablar con ellos, entonces no se merecen ser tus amigos.
"Vale, solo cree en ti misma. Puede que seas socialmente torpe, pero no lo eres lo suficiente como para fastidiar esta".
-...Si quieres, podría ayudarte a entrenar.
Jaune pareció pasar por varias etapas. Primero estuvo la sorpresa, luego la vergüenza y por último la de la timidez.
-...No sé, ya te dije que no quería que nadie me viese entrenar.
-Venga, no puede ser para tanto- era un estudiante de Beacon, no podía ser tan malo como decía.
Suspirando, Jaune se llevó instintivamente la mano a Crocea Mors, su espada.
-Muy bien, vamos allá.
Quince minutos más tarde, la barra de aura de Jaune había caído al quince por ciento mientras que la de Ruby se mantenía a un cómodo noventa y ocho.
Y lo peor era que solo había perdido aura por intentar utilizar su semblanza y caer al suelo por tropezarse.
-Hah, hah, hah...- Jadeó Jaune, poniéndose en pie con la ayuda de su espada- bueno... ¿Qué tal?
¿Qué podía decir? Claramente el decirle que lo había hecho horriblemente mal no era una posibilidad, pero tampoco iba a mentirle.
-Esto...- Llevándose la mano a su cabello, empezó a hablar:- diría que no piensas antes de atacar. Mi tío siempre me dice que uno tiene que analizar a su oponente antes de pelear para tratar de llevarse el mínimo número de sorpresas posible... Ah, y creo que deberías dejar de atacar de frente todo el rato, eso te hace algo predecible.
El rubio asintió mientras seguía tratando de coger el máximo aire posible.
-Gracias, has sido de gran ayuda- el cumplido de Jaune causó que la piel de Ruby se volviera de un color rojizo.
-No ha sido nada.
Si era sincera consigo misma, no podía creerse que alguien como Jaune hubiese entrado en la prestigiosa academia Beacon. Claramente no tenía la habilidad y su experiencia también parecía ser mínima.
Mucho menores a las suyas, las cuales fueron "insuficientes" para Beacon.
Moviendo la cabeza de lado a lado, la pelirroja dejó de pensar en ello. Eso solo traería frustración. Quién sabe, quizás Jaune era tan inteligente que entró en la academia prácticamente solo gracias a sus conocimientos.
-Hey, Ruby- la chica giró la cabeza para ver a Jaune, quien había guardado su arma en el escudo y lo había puesto en su cadera. por alguna razón, parecía estar dudoso de algo- te importaría... ¿Te importaría ayudarme a entrenar a partir de ahora?
-...¿Eh?- Fue el único sonido que Ruby pudo hacer.
-Como has visto, soy basura en lo que se refiere a pelar, así que me preguntaba si podrías ser mi entrenadora- el rubio se rascó la mejilla- te agradezco mucho que me hayas ayudado hoy, y aunque me hayas dado una completa paliza, siento que por lo menos he aprendido algo.
Eso sí que era inesperado.
-¿P-Pero qué pasa con tu equipo? ¿No te pueden ayudar ellos?
Jaune suspiró.
-Ellos... Ellos ya me han ayudado bastante- la batalla contra el Deathstalker se le vino a la mente. Si él no hubiera estado ahí, todo hubiera acabado exactamente igual, quizás incluso más rápido al no tener a nadie a quien proteger- no quiere ser una carga para ellos y que solo me vean como el idiota estancado en el árbol- claramente eso debía ser una broma que solo ellos sabían, algo como "rodillas normales" que tenían ella y Yang- a-aunque no pasa nada si no quieres. Ya has sido una increíble amiga al ayudarme esta tarde.
Un momento.
Él acababa... ¿Él acababa de llamarla su amiga?
-¿Yo soy... Soy tu amiga?- Preguntó algo confusa.
-¿Hm? Por supuesto que sí. Mi madre siempre me dijo que los extraños solo son amigos que aún no has conocido. Tú eras una extraña a la que conocí y con la que hablé, y que encima me ayudó- cada punto que daba Jaune tornaba un tono de rojo más profundo las mejillas de Ruby- debería ser un loco para no considerarte mi amiga.
La chica se quedó completamente callada, anodadada por lo que había dicho la persona que tenía delante.
Y al final, tomó una decisión.
-Muy bien, señor Arc- empezó con una voz mandona que podría pertenecer perfectamente a la profesora Goodwitch- estaré dispuesta a entrenarlo a partir de ahora pero no es pero menos de su cien por ciento en todo momento, ¿entendido?
Jaune asintió energéticamente haciendo el saludo militar.
-¡Sí, profesora...! Profesora...
"Ni siquiera sabe mi apellido" se dio cuenta Ruby, colocando sus manos en su boca para evitar empezar a reír.
-Profesora Rose- dijo al final con una gran sonrisa.
-¡Profesora Rose!
Mirando la hora en su scroll, la recién nombrada entrenadora se dio cuenta que habían estado charlando bastante tiempo y que debería ir encaminándose a la aeronave si planeaba llegar a casa antes de las cinco.
-Creo que ya tengo que irme, Jaune. Mi padre se enfadará si no estoy en casa para las cinco- el chico asintió y sacó su propio scroll.
-¡Espera! Antes de irte, ¿te importaría intercambiar números? Así podré saber cuando puedes entrenarme.
Y eso hicieron los dos.
Ese día, Jaune volvió a Beacon tras haber tenido dos sesiones de entrenamiento con drones por el consejo de Ruby, llegando bastante sudoroso y cansado. Sin embargo, Pyrrha se dio cuenta que portaba una gran sonrisa.
Ruby Rose viajó en la aeronave, pensando varias cosas. Entre estas, la más frecuente era lo bien que se lo había pasado hablando con Jaune toda la tarde.
Ese fue el comienzo de una gran amistad.
Lancaster
Las sala estaba a oscuras.
Solo se podían distinguir dos figuras en la oscuridad.
El heredero de la familia de guerreros, Jaune Arc.
El poderoso y talentoso cazador en entrenamiento, Cardin Winchester.
Con dificultad, el rubio se mantuvo en pie, apoyándose en su espada.
-Heh- Cardin colocó su garrote en sus hombros, claramente ya creyendo que la victoria era suya.
Pero el joven guerrero, primogénito de dos de los mejores cazadores de Remnant y hermano mayor de siete amables y cariñosas damiselas no se rendiría.
Empezando una carrera hacia su contrincante, el aguerrido combatiente alzó su espada, preparado para asestar un golpe certero.
Tristemente, el fuerte cazador contra el que se enfrentaba era más experimentado que él, logrando evadir su acuchillamiento y contraatacar con su maza.
Por fortuna, el heredero logró defenderse con ayuda de su fiel escudo, recibiendo el mínimo daño.
Viendo que solo le quedaba una posibilidad, el caballero cerró los párpados y se armó de valentía.
Volvió a abalanzarse contra quien en ese momento era su enemigo.
Cardin se vio entretenido ante el nuevo lance que el Arc quiso iniciar, preparándose para bloquear la espada que estaba seguro que sería golpeada contra su maza.
Pero todo fue una trampa.
Jaune Arc aprovechó ese momento para dar una voltereta y colocarse frente a la espalda de Winchester.
Utilizando toda su fuerza, el guerrero colocó su pie firmemente en el suelo y se lanzó a los cielos, haciendo un corte vertical a su contrincante, movimiento el cual la gran maestra tan grácil como cierta rosa que como viento se movía le enseñó.
Desafortunadamente, el ataque solo sirvió para enfurecer al poderoso Winchester, que aprovechó el que su oponente estuviera en el aire para cogerlo del cuello y tirarlo con gran ímpetu contra el duro suelo.
Y así terminó la pelea para el joven Arc.
Ruby soltó una carcajada.
-¿En serio?- Parecía que casi ni se podía controlar- ¿primogénito? ¿Doncellas?- ahí perdió todo el control- ¿maestra tan grácil como cierta rosa que como viento se movia?
-Hey, que sepas que he pasado bastante tiempo pensando como podía decir esto, incluso tuve que coger un diccionario- Jaune se llevó la mano a su pelo- pero en serio. Muchas gracias por entrenarme. Sin ti, no hubiera podido ni darle un solo golpe a Cardin, ¡incluso ángel de nieve pareció algo sorprendida cuando me vio usar esa técnica.
Ruby no negaba que Weiss Schnee hubiera sido sorprendida por la jugada de Jaune.
Solo que pensaba que había estado más extrañada por el que siquiera hubiera dado un golpe a el que su amago había sido muy eficaz.
Pero no le quitaría la ilusión, eso era lo que hacían los amigos.
O por lo menos, eso suponía.
-Hm... ¿Y Cardin no te ha dicho nada? Por lo que me has dicho, no es más que un matón- ella odiaba a la gente así. ¿Cómo podía uno tratar de hacer la vida de otra persona peor conscientemente? Ese Winchester no era más que un racista estúpido por lo que el rubio la había contado.
-Nah, solo me envió la típica mirada de: "pagarás por lo que has hecho"- eso último lo dijo de manera tan exagerada que Ruby empezó a sonreír- pero Nora se ocupó de ello. Pasó delante suyo, le susurró: "pieernaaaas..." Y Cardin se quedó callado.
Todo lo que Jaune la contaba acerca de su equipo parecía increíble. Pyrrha era la siempre amable campeona, Nora nunca paraba y podía aparentemente levantar su propio peso cinco veces y por último estaba Ren, que era el silencioso, pero confiable miembro del equipo.
Cada uno de ellos era increíblemente diferentes del resto, pero igualmente podían ser grandes amigos y se llevaban genial.
Ruby quería un equipo así. Ella deseaba tener personas que la aceptaran, aún con todos sus fallos.
-Venga, una más- la pelirroja se levantó de la silla donde estaba y sacó Crescent Rose.
-Muy bien... Tú puedes, Jaune- se aseguró a sí mismo el rubio preparando Crocea Mors.
Y corrieron el uno hacia el otro.
Lancaster
El espadachín se desplomó en el suelo.
-¿¡Estás bien!?- Exclamó Ruby corriendo hacia él- ¡siento haberte dado tan fuerte, es que vi que lo estabas haciendo muy bien y me emocioné demasiado! Lo siento mucho, Jaune, perdona-
-No pasa nada... Ha sido culpa mía por distraerme- la tranquilizó el chico, poniéndose en pie.
-Muy bien...- Soltó Ruby, los dos caminando hacia el parque para sentarse en el sitio que tenían.
Jaune cogió su botella de agua de la mochila que llevaba consigo y tomó un largo trago, su compañera decidiendo hacer lo mismo.
-Hah- soltaron los dos a la vez, lanzándose miradas alegres el uno al otro.
-Y bueno, ¿qué tal en Signal?
-Fatal. No sé ni como, pero antes de ayer estuve paseando a Zwei por la playa antes de ir a clase y se comió mis deberes de historia justo cuando tío Qrow se acercó a mí. ¡Nunca había hecho algo así! ¡Es un buen perro!- El rubio sabía perfectamente cómo se sentía uno. Recordaba perfectamente cuando un perro callejero le persiguió durante treinta minutos por su pueblo y Jaune tuvo que sacrificar sus deberes para escapar- y papá ha estado muy ocupado por culpa de algún estudiante de cuarto que está castigado por romper una ventana sin querer con su arco. ¿Tú?
Bebiendo un poco más de agua, él empezó con su historia:
-Bueno... Honestamente, de pena. Cardin me tiene contra las cuerdas- juntando sus rodillas en el banco, Jaune miró al cielo azul- me está haciendo chantaje y si no hago todo lo que me dice que haga, adiós Beacon. Pero estoy fallando a mi equipo pasando todo el rato con Cardin y estoy seguro que piensan que no me merezco el puesto de líder- él suspiró y envió una mirada triste a Ruby- supongo que incluso tras toda la fe que has puesto en mí y todo lo que me has ayudado, soy un fracaso.
Sí, debían odiarle. Sobretodo Pyrrha.
El día había sido horrible. Tenía que hacer una redacción extra para Oobleock y Cardin no paraba de meterse con él.
Pero no había sido lo suficientemente malo como para eso.
-Eh, Pyrrha... Sé que estoy pasando por una etapa difícil, pero no estoy tan deprimido- comentó mirando la caída que había desde el tejado al suelo- siempre puedo ser un granjero o algo por el estilo.
-¡NO!- La chica lo alejó del borde, dándose cuenta de a qué se refería- J-Jaune, sé perfectamente que estás teniendo dificultades en clase y que aún no eres el más fuerte de los guerreros, así que... Quiero ayudarte.
La pelirroja se esperaba que su líder se entusiasmara, pero no fue así.
Su cara reflejó confusión y duda.
-¿Qué?
-Podemos entrenar aquí después de clase, donde nadie podrá vernos.
Jaune sabía perfectamente que necesitaba toda la ayuda posible. Era algo que tenía asimilado y fue esa razón por la que le pidió ayuda a Ruby.
¡Había mejorado muchísimo! Hacía un mes, él solo podría haber realizado el movimiento que utilizó contra Cardin en un videojuego.
Pero gracias a Ruby, él había mejorado. Ella había tenido toda la paciencia del mundo para entrenar a alguien de un nivel tan inferior al suyo.
Y ahora Pyrrha... Estaba hablando como si todos sus esfuerzos... Lo que era más importante, como si los esfuerzos de RUBY hubieran sido en vano.
Eso le molestaba.
-...¿Crees que necesito más ayuda? ¿TU ayuda?- el rubio sabía perfectamente que sus palabras sonaban ofensivas, pero no sabía otra manera de ponerlo. No quería que Pyrrha lo entrenase. Weiss dejó claro cuando le conoció que Pyrrha era una cazadora de un nivel profesional y si se preocupaba de él todo el rato, no mejoraría para nada.
Él no quería eso. Sí todo su equipo se dedicaba a hacerlo mejorar y él acababa siendo el único que avanzaba, se sentiría aún peor consigo mismo.
-¡N-No! Eso no es lo que quería decir- las palabras de Jaune parecieron traer duda a la anteriormente determinada Pyrrha.
-Eso es lo que acabas de decir- protestó el líder del equipo JNPR.
-Jaune, todo el mundo necesita un pequeño empujón de vez en cuando- eso era completamente cierto, pero él ya había sido empujado en múltiples ocasiones desde que empezó el año escolar y no quería una más- no te hace nada diferente al resto de nosotros. Entraste a Beacon, lo cual dice mucho de lo que eres capaz.
El chico formó un puño con su mano derecha y contuvo su frustración.
-Te equivocas, yo no pertenezco a esta escuela- antes de que Pyrrha dijera algo más, Jaune la interrumpió- ¡no! Yo... ¡Yo no me merezco estar aquí! No estuvo en una escuela de combate como Signal o Sanctum, no pasé ningún examen, no fui entrenado por un profesional para luchar contra Grimm... Solo obtuve un expediente académico falso y mentí- Jaune suspiró- ahora no me puedes decir que me merezco estar aquí, ¿eh, Pyrrha?
Después todo fue historia. Le contó que lo hizo por su sueño de ser héroe, la dijo que se fuera, Cardin subió al tejado...
-Jaune... No sé de qué es ese chantaje del que me hablas, ¿pero por qué no dejas de seguirle el juego a Cardin y te vas con tu equipo? Estoy seguro que no es para tanto y si les cuentas lo que te está haciendo es matón, seguro que te ayudarán.
-No... Ruby, yo...- Le costaba decirlo. Una vez ya le había enseñado qué podía pasar si soltaba sus secretos sin tener en cuenta su alrededor, ¿y si era un error decírselo a Ruby? ¿Y si debía callárselo?
No... No. La chica le había estado ayudando desde el principio y se merecía saber la verdad.
-No me merezco el puesto en la academia Beacon. Siempre quise ser un héroe, pero mis padres nunca me dejaron atender a ninguna escuela de combate, así que decidí conseguir un expediente falso y entrar para tratar de lograr mis sueños.
La mente de Ruby se quedó en blanco.
Ella había aceptado el entrenar a Jaune, guardándose para sí misma toda la molestia que la provocaba el que alguien tan débil como Jaune estuviera en Beacon mientras que ella se quedó fuera.
¿Y al final resultó que él no entró por mérito propio? ¿Que simplemente cogió información falsa y le dejaron entrar mientras que ella estuvo entrenando prácticamente desde que aprendió a caminar solo para ser denegada?
Antes de que pudiera hacer algo de lo que se arrepentiría, Ruby se levantó y empezó a andar con furia hacia la salida del parque.
-¡Ruby!- Ella le ignoró, utilizando su semblanza para escapar rápidamente de él.
Y Jaune Arc se quedó solo.
Lancaster
Su mente estaba completamente en blanco.
Le acababa de mandar que él tirara... ¿Que él le tirase el tarro a Pyrrha?
-¿A qué esperas, Jauney Boy?- Preguntó con tono de burla Cardin- esa chica... Creyéndose que puede venir y deslumbrarnos a todos con su... Perfección- parecía que cada sílaba salida de la boca del bravucón estaba llena de resentimiento- es el momento de darla una lección. Escuché lo que dijiste hace una semana, Jauney. A ti también te molesta que doña perfecta siempre crea saber lo mejor... Así que hazlo.
Él miró a la savia encontrada en el bote y tragó saliva.
Ahí estaba su equipo completamente solo recogiendo lo necesario para completar la tarea de la profesora Peach.
Nora bebiendo toda la savia posible.
Ren tratando de evitar que Nora siguiera.
Pyrrha entreteniéndose observándolos mientras continuaba con su labor.
Estaban tan felices, los tres juntos pasándoselo bien.
-Jaune... No sé de qué es ese chantaje del que me hablas, ¿pero por qué no dejas de seguirle el juego a Cardin y te vas con tu equipo? Estoy seguro que no es para tanto y si les cuentas lo que te está haciendo es matón, seguro que te ayudarán.
Podía detenerse ahí mismo. Podía bajar junto a ellos y contarles todo. Seguro que pasaría como Ruby le intentó razonar y le dejarían volver al grupo con los brazos abiertos.
Sin embargo, ¿merecía la pena? Si Cardin se chivaba y le contaba todo al director, no solo le echarían de Beacon. También iría directo a la cárcel.
Él levantó el brazo y se preparó para lanzar la savia a Pyrrha.
Una mala acción por las muchas buenas que realizaría en el futuro cuando se convirtiera en cazador. El equipo JNPR sobreviviría a algo así, ¿verdad?
Pero entonces no valdría de nada.
No valdría de nada quedarse en Beacon si seguía así.
Ya había perdido a una gran amiga solo por haber sido egoísta. Ruby no había hablado con él desde la última vez que hablaron cinco días antes y eso fue por decidir quitar el puesto en la escuela a alguien que probablemente había trabajado mucho más duro que él.
Si decidía tirar ese tarro a su compañera, entonces todo iría a peor para él.
Cardin y su equipo aún le tendrían contra las cuerdas, pues el chantaje no desaparecería.
Lo único que cambiaría, sería que perdería todo el apoyo de su equipo.
Pyrrha dejaría de hablar con él, viendo que todo lo que había pensado de él hasta la fecha había sido erróneo.
Nora le trataría como a un miembro cualquiera de CRDL, deseando romperle las piernas.
Ren sería el único que se dignaría a tener interacciones con él, pero esas serían solamente miradas llenas de frialdad y molestia.
No... No podía lanzar ese bote.
-¿Qué pasa, Jauney?- Antes de que la voz pudiera continuar, Jaune se giró y tiró toda la savia en dirección a esta.
-¡NO!- Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que había hecho.
La armadura de Cardin estaba cubierta de savia.
-Eh...
-Te acabas de meter en un lío muy gordo- susurró el usuario de maza amenazante.
De un fuente empujón, Jaune cayó al suelo con fuerza.
Tratando de levantarse con rapidez, el rubio trató de impulsarse con las piernas y encima conseguir distancia entre él y el matón.
Pero no lo consiguió.
Cardin le cogió por la armadura y le dio un fuerte puñetazo, volviendo a lanzarle a la rojiza hierba del bosque Forever Fall.
-Eso no ha sido muy inteligente, Jauney- volviendo a agarrarle, Jaune fue levantado- voy a asegurarme de que eres mandado a tu mami en pequeños pedacitos.
-No me importa lo que quieras hacerme... Pero no vas a meterte con mi equipo- había cometido muchos errores desde que entró en Beacon. Separarse de su equipo y perder a Ruby como amistad habían sido dos de ellos.
No iba a permitirse cometer uno más.
-¿Qué? ¿Piensas que hablar así te hace un hombre duro?- los pies del espadachín fueron separados del suelo- ¿crees que ahora eres un hombre grande y fuerte?
Aún tras esas palabras, Jaune sonrió. Sí que sonaba agradable. Él defendiendo a su equipo.
Puede que solo hubieran estado juntos durante un mes, pero Jaune se sintió como si les conociera de toda su vida.
Cardin pareció enfardarse ante el prospecto de que Jaune estuviera sonriendo aún en la situación en la que se encontraba.
Su puño salió disparado a la cara de Jaune, preparado para dejarle un ojo negro, dándole completamente igual el aura.
Mas ninguno de los dos esperó que una luz blanca les envolviera.
Lancaster
Según el scroll, eran las tres y media.
Quince minutos había pasado Jaune Arc esperando en el parque.
Sin hacer nada salvo dar vuelta.
Habían pasado dos días desde la excursión al bosque de Forever Fall y, extrañamente, todo acabó bien.
Vale desde el tejado de Beacon era precioso.
El edificio donde se encontraba el despacho del director desprendía una brillante y calmante luz verdosa que iluminaba la noche.
Las estrellas brillando con gran intensidad, recordando a Jaune lo tranquilo que era simplemente observarlas.
La atmósfera que tenía la ciudadela, sin prácticamente ni un solo sonido. Solo el viento y su propia respiración.
-¿No estás con Cardin esta noche?- La voz de Pyrrha fue una sorpresa para él, quien pensaba que se encontraba completamente solo. Ni siquiera había escuchado la puerta abrirse- pensaba que erais los mejores colegas.
Por un momento, el rubio pensó que mencionar el sarcasmo que acababa de utilizar la pelirroja sería una buena manera de iniciar la conversación, pero decidió no hacerlo. Quería ir directo al grano.
-Pyrrha... Lo siento muchísimo- se disculpó- fui un idiota... ¡Tú solo intentaste ser amable y yo...! Yo te grité e insulté y... Y...
-Jaune- dicho estudiante sintió como la mano de Pyrrha se posaba en su hombro- en ningún momento me insultaste.
-Puede que no lo dijera, pero mis palabras tenían ese significado- admitió avergonzado, forzándose a mirar al suelo- y no solo eso. He sido un fracaso de líder y amigo.
Tras sus palabras, él esperó escuchar el sonido de los pasos de la chica de Mistral alejándose.
No se imaginó que empezara a reír.
-Oh Jaune- el chico levantó la cabeza y miró a su compañera, quien poseía una sonrisa- puede que sí que hayas estado ausente esta última semana, pero no pasa nada. Sabemos que Cardin te ha estado chantajeando y que hiciste todo lo posible- el corazón de Jaune empezó a latir con más fuerza. ¿Sabemos? ¡Eso significaba que Ren y Nora habían averiguado lo de su expediente!- Cuando vimos al equipo CRDL correr, supimos que tú estarías con Cardin y fuimos a ayudarte... Solo para encontrarnos con que ya habías terminado con el Ursa Major- las mejillas del rubio se enrojecieron ligeramente al escuchar eso. ¡Fue suerte! Solo lo consiguió gracias al último ataque, y este hubiera fallado de no ser por ese extraño movimiento de su escudo en el último momento para bloquear la garra del Grimm- y digamos que al oírte decirle a Cardin que no tratara de meterse con nosotros más... Bueno, digamos que Nora decidió investigar.
La cara de Jaune palideció y sus ojos se abrieron como platos.
-Nora no le rompió las piernas, ¿no?- Preguntó con urgencia.
No quería que se metieran en problemas por hacerle algo así a Cardin.
Aunque tuviera que forzarse a sí mismo a rechazar la alegría que le venía a la cabeza al imaginarse a Nora moviéndose lentamente a Cardin con Magnhild.
-No, aunque no porque no quisiera- respondió Pyrrha con una leve carcajada- Ren tuvo que darla un poco de café para poder llevarla sin resistencia a nuestra habitación pero...- La campeona tosió- bueno, digamos que cuando se despertó, aún seguía teniendo bastante energía y tuvimos que calmarla. Así que, como ahora vuelves a estar con nosotros, ¿podrías pedirle a la profesora Goodwitch que arregle la cocina?
-Eh... Claro, por supuesto- respondió Jaune.
Con una sonrisa aún en sus labios, Pyrrha empezó a caminar hacia la puerta para volver dentro del edificio.
-¡Espera Pyrrha!- La pelirroja se paró en seco- querría pedirte consejo sobre una cosa.
Ella se encontró junto a él en un abrir y cerrar de ojos.
-¿Sí?
Inhalando todo el aire posible, Jaune se preparó para lo que iba a decir.
-Desde que empezó el curso, he estado entrenando con alguien todos los fines de semana- la pelirroja pareció estar algo sorprendida, como si hubiera tenido la certeza de que Jaune preguntaría acerca de otra cosa- se llama Ruby y es una estudiante de Signal. Nos conocimos cuando estuve esperando en el aeropuerto para salir a Beacon y luego nos encontramos cerca de ese centro de entrenamiento tan famoso en Vale. ¿Sabes de dónde hablo?- Pyrrha asintió con firmeza y Jaune no pudo evitar fijarse en lo cerca que estaba de él y toda la atención que parecía estar poniendo en su historia- bueno... La cosa es que después de haber tenido la charla contigo y de ser chantajeado por Cardin, estaba muy frustrado. Ella lo notó mientras entrenábamos y me preguntó que pasaba, luego la hablé de mi expediente y ella... Se fue. Simplemente... Se fue- Jaune apretó el puño- puede que no sirva de nada, pero me gustaría quedar con ella mañana y hablar de lo que pasó... ¿Tienes algún consejo?
Y esa charla le llevó a donde estaba. En el parque junto al centro donde solían entrenar los dos.
Suspirando, el rubio decidió ir a la máquina expendedora más cercana y comprar una chocolatina.
De repente, él se giró y miró detrás suyo.
"Qué extraño... Sentí como si alguien me estuviera siguiendo" frunciendo el ceño, siguió con su objetivo de conseguir algo que comer.
-¡Nora!- Soltó Pyrrha en voz baja detrás de un árbol- ¡casi nos delatas!
La rompepiernas por excelencia se rascó la mejilla con una sonrisa.
-Lo siento, Pyrrha. ¡Pero es que mírala!- La chica más hiperactiva de Beacon señaló a una joven de rojo escondida bajo la sombra de un árbol que no dejaba de mirar a su líder- claramente es ella y no va a hacer nada si nos quedamos quietos, ¡no podemos dejar que alguien tan mona como ella esté tan triste! Bueno, no tan mona como tú, Renny, pero ya me entiendes. Es que es MUY adorable el que mire a Jaune así y quiero hacer ALGO.
Una sonrisa floja apareció en la cara de la pelirroja. Claramente no le hacía mucha gracia lo que había dicho Nora.
Pero debía admitir lo sorprendente que era el que pudiera decir todo eso en una sola bocanada de aire.
-Yo aún sigo diciendo que no estamos respetando su intimidad y que probablemente esto no es legal- comentó Ren frunciendo en ceño, su tono volviéndose inmediatamente más seco- y dejando eso aparte, ¿por qué llevamos estos disfraces?
-Por favor, Ren. Estamos en una misión de incógnito- la chica señaló los mostachos claramente falsos que cada uno de ellos llevaba, después a las largas gabardinas marrones y por último a los sombreros de copa negros- tenemos que pasar desapercibidos.
El amigo de la infancia de Nora arqueó su ceja.
-Tú casi te descubriste a ti misma hace menos de un minuto.
-Tenía un plan en ese caso- respondió con alegría.
-Darle con el martillo a Jaune para que se desmaye no cuenta como plan.
-Eso no era lo que estaba pensando- la cara de poker de la joven no pudo engañar a nadie- no. Por supuesto que no. Nope. Nay. Nanay.
Mientras tanto, Pyrrha volvió a observar a Jaune, quien estaba volviendo al banco donde estaba antes mientras comía poco a poco una lonza del chocolate.
E inesperadamente, quien había estado entrenando a su líder desde el principio, Ruby Rose, empezó a moverse con lentitud hacia él.
-Oh, Dios... Ya empieza- soltó Nora, ya habiendo dejado de hablar con Ren. Al parecer, había decidido dedicar toda su atención a mirar con atención los acontecimientos que se encontraban a segundos de suceder mientras se frotaba el mostacho- excelente...
Ruby Rose se lamió los labios y se acercó poco a poco por la espalda a su amigo.
Esa semana había sido horrible para ella. Desde el momento en el que la aeronave a Patch despegó y se dio cuenta de lo que había hecho, su estado de animo se volvió lamentable.
No tenía la más mínima idea de por qué. Poseía toda razón para estar enfadada. Ella había trabajado durísimamente, dejándose la piel en construir la mejor arma, en ser la más habilidosa de Signal, en demostrarle a Yang que no era una niña pequeña a la que no podía dejar sola medio segundo.
Y no fue aceptada en Beacon.
Por otra parte estaba Jaune Arc, quien había logrado entrar en la academia haciendo trampas y mintiendo.
Pero igualmente, ese dolor que sintió en su pecho cuando se dio cuenta de las consecuencias que podían tener sus acciones fue indescriptible.
Su padre estuvo increíblemente preocupado. Él claramente se dio cuenta de que algo pasaba y trato de hablar con ella.
Solo utilizó la excusa de siempre, que se entristeció al ver que aún no había hecho un solo amigo en Signal en lo que llevaba de curso.
Taiyang la abrazó y dio un beso en la cabeza, prometiéndola que los amigos llegarían antes de que se diera cuenta y que solo debía seguir intentándolo.
¡Ella no quería amigos en Signal! ¡Quería pasárselo bien con Jaune! Quería seguir entrenando con él. Quería seguir riéndose con él cuando ella se tropezaba al utilizar su semblanza o él se daba solo en la cara con su escudo. Quería seguir leyendo comics de X-Ray and Vav con él y discutir cada capítulo. Quería sentarse en el banco que tenían en el parque y disfrutar juntos del sol.
Así que cuando recibió el día anterior un mensaje de voz de Jaune en el que decía que quería hablar con ella de lo que ocurrió, ella no dudó en comprar un billete a Vale.
Y ahí estaba.
Tratando de reunir el valor suficiente como para saludarle.
Ruby cerró los ojos y respiró hondo, alargando poco a poco su mano para tocar el hombro de Jaune.
No había vuelta a atrás. Si estaba tan cerca, iba a hacer algo.
-H-Hola, Jaune- dijo mientras movía su mano con una sonrisa incómoda tras haber tocado el hombro del rubio ligeramente para llamar su atención.
Los ojos del chico se abrieron como platos.
-¡R-Ruby! Esto... Hola- devolvió el saludo- quieres... ¿Quieres un poco?
-No gracias- respondió en voz baja la chica, rechazando el chocolate que se le había sido ofrecido.
Los dos se sentaron en el banco de siempre y se quedaron en silencio.
-Así que...- Jaune tosió- el expediente...
-Sí...
El espadachín suspiró y se frotó el brazo izquierdo.
-Ruby, lo siento muchísimo si te ofendí co-
-No, no tienes por qué disculparte- aseguró la pelirroja con rapidez- es todo culpa mía. No tuve que haber reaccionado así.
-Todo fue por culpa de que yo hiciera trampas para entrar en Beacon. Ruby, yo...- Un suspiro salió de su boca- desde joven, mi sueño siempre ha sido ser cazador. Era todo lo que quise y jamás deseé otra cosa... Pero mis padres no querían que entrenase. Mi padre nunca me ayudaba cuando quería practicar con la espada y mi madre no quiso que fuese a la prueba de entrada a Signal cuando tenía la edad... Hace poco vi que tenía una oportunidad. Una oportunidad de entrar en la academia Beacon y poder estudiar para convertirme en cazador, en héroe- sus ojos parecieron brillar ligeramente- lo que quiero decir, Ruby, es que aunque esto haya provocado nuestra pelea, nunca jamás me arrepentiré de esta decisión. Ya que me no solo hizo que esté cumpliendo mi sueño, sino que me ayudó a conocer a gente increíble como Pyrrha, Nora, Ren... Como tú, Ruby.
Siguiendo su monólogo, él se quedó callado, aguardando a que la chica de ojos plateados hablara.
-...Guau. No sabía que nuestro líder podía ser tan profundo.
-He de decir que también me ha dejado impresionado.
-Jaune...
Dejando a un lado al resto del equipo JNPR, Ruby aún no había conseguido decir ni una sola palabra.
"Así que por eso quiso entrar en la academia... Para convertirse en héroe. Aún sabiendo que todo el mundo sería mejor que él y que podría morir, lo hizo porque desea ser alguien que pueda ayudar a la gente" como Summer... O como ella.
-¿También tuviste que usar el diccionario para eso?
¿¡Qué estás diciendo!?" Se gritó a sí misma inmediatamente después de que las palabras salieran de su boca. "Oh, Dios... Lo he fastidiado todo".
Mas, para su asombro, Jaune soltó una pequeña carcajada.
-Puede... ¿Quizás?- Rascándose la nuca, continuó- la verdad es que sí. No quería estropear el momento.
Ruby relajó sus hombros, dándose cuenta de que el rubio no había sido ofendido por sus palabras.
Era su turno.
-Yo también... Yo también debo disculparme, Jaune- tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad para no apartar la mirada de los ojos de su amigo- es que... Me molestó que tú entraras simplemente por tener un expediente academico mientras que yo hubiera estado tan cerca y no lograra ser admitida.
El chico mostró sorpresa y, seguidamente, nerviosismo.
-¿C-Casi entraste a Beacon? Pero si no tienes los diecisiete años necesarios para entrar- el espadachín se mordió el labio- lo siento.
Debía volver a disculparse. No podría haberse permitido el no decir nada tras ver como su rostro se tornaba triste.
-No es nada- murmuró en respuesta Ruby- ocurrió dos semanas antes de que empezara el curso. Estaba relajando en una tienda cuando ese criminal famoso, Roman Torchwick, trató atracarla. En resumen, derroté a sus compinches y casi le atrapé- suspirando, la usuaria de guadaña continuó:- el profesor Ozpin me contó que le impresioné y que quería que entrara en Beacon, pero la profesora Goodwitch intervino diciendo que aún era demasiado inexperta- su cara mostró frustración- es que estuve tan cerca... Tan cerca de entrar junto a mi hermana, junto a ti... Es por eso por lo que me enfadé tanto cuando me contaste lo de que entraste en Beacon haciendo trampas.
Una vez termino de decir toda la verdad, la pelirroja se encogió en una bola.
Ella no se esperó que cierto rubio la envolviera con sus brazos.
-No tenía ni idea, Ruby- comentó Jaune con un tono que expresaba remordimiento- puede que mi sueño siempre haya sido ser un héroe pero si hubiera sabido lo que te pasaba, te hubiera dado mi plaza, te lo juró- puede que ya no pudiera hacer nada y que ese juramente no sirviera de nada, pero igualmente trajo algo de alegría a Ruby.
De repente, un par de brazos rodeó sus cuellos por detrás
-Ahhhhh, eso ha sido precioso- los dos giraron sus cabezas con lentitud y, al ver la cara de quien había dado el abrazo.
E inmediatamente saltaron hacia atrás por la sorpresa, cayendo al suelo.
-¡NORA!- Gritó Jaune- ¿qué haces...? ¿¡REN, PYRRHA!?
La campeona y el prácticamente ninja salieron de su escondite, Pyrrha portando una sonrisa que indicaba su vergüenza y Ren suspirando y soltando en bajo una disculpa.
El nerviosismo de Ruby aumentó. El estar rodeada de tanta gente que nunca había conocido, personas con las que Jaune vivía, la resultaba muy incómodo.
-No te preocupes, Ruby- Nora la cogió de los brazos, provocando que la chica de ojos plateados soltara un pequeño chillido- nosotros te ayudaremos a entrar en Beacon el año que viene. ¡Así no tendrás que esperar tanto!
-¿¡EHHHH!?
Mientras tanto, un cuervo en otro árbol soltó un graznido.
Taiyang le contó que Ruby había estado muy distante la última semana y él, como su tío, se preocupó; por lo que decidió investigar por su cuenta.
Sin embargo, parecía ser que no hubo nada de lo que preocuparse.
Qrow alzó el vuelo en dirección a Patch. Su compañero de equipo estaría eufórico cuando le contara lo que había averiguado.
Lancaster
They see you as small and helpless.
They see you as just a child.
Surprise when they find out that a warrior will soon run wild.
Prepare for your greatest mo-
-¿Eh?- Ruby miró confusa detrás suyo, sorprendida por que alguien la quitara los cascos. Una gran sonrisa apareció en sus labios al ver quién la había interrumpida mientras hacía sus deberes- ¡Yang!
La chica se levantó inmediatamente de la silla donde estaba sentada y la dio un gran abrazo.
-Hola, hermana- respondió la estudiante, pero Ruby se dio cuenta de que algo iba mal.
Su sonrisa parecía forzada.
Su mirada estaba alicaída.
En general, todo su cuerpo mostraba cansancio y falta de fuerzas, algo que la joven de ojos plateados jamás se esperó ver en Yang Xiao-Long.
-¿Qué te pasa?
-¿Que qué me pasa? No es nada, her- Ruby la lanzó una mirada firme que mostraba que no creía ni por asomo lo que la rubia decía, provocando que la chica soltara un suspiro- es solo que... Bueno, acaba de terminar el semestre de Beacon y estoy algo cansada. Ya has empezado los deberes de vacaciones por lo que veo, ¿no?- Ruby asintió- bien, bien... Creo que voy a dormir un poco.
Y así sin más, se echó en la cama.
La pelirroja frunció el ceño.
Había seguido entrenando con Jaune todos los fines de semana, incluso tras haber conocido a su equipo. Ella creyó que se sentirían ofendidos al ver que su líder había acudido a otra persona.
Pero no fue así.
Ellos decidieron que cada uno tendría sus propios días para entrenar a Jaune y que así le ayudarían a adaptarse a pelear contra distintos oponentes.
No solo eso, también la habían estado enseñando un montón de cosas. Historia, los Grimm, matemáticas... Eran amigos increíbles y se sentía asombrada de haberlos conocido.
Y no lo habría hecho de no ser por Jaune.
El chico había estado destrozado tras los últimos exámenes del semestre, pero al parecer los había pasado todos raspados para su alivio.
¿Pero Yang? Ella era alguien que no encontraría la más mínima dificultad en la prueba de combate y Ruby tampoco creía que nada escrito la hubiera derrumbado tanto.
-...Ake... Blake...- Yang empezó a hablar en sueño y los ojos de Ruby se abrieron como platos, mirando a su hermana sorprendida.
Blake...
¿Sería esa la clave para resolver el misterio?
Decidida, Ruby guardó el bolígrafo que había estado utilizando en su estuche y salió de su casa con rapidez y se fue al bosque, llevando consigo solo su scroll y Crescent Rose, esta última solo por seguridad. No podía arriesgarse a ser oída.
Si su padre la escuchaba, tendría que resolver varias preguntas. Quién era Blake, a quién llamaba...
-¿Ruby?- La voz de Jaune llegó a sus oídos.
-Jaune, ¿conoces a alguien llamado Blake?
N/A Espero que os haya gustado este capítulo. Os aviso que esta historia no va a ser larga, como mucho será de cuatro capítulos. Ya habéis visto el formato que estoy utilizando y que estoy saltándome varias cosas para ir al grano, como mucho utilizando Flashbacks.
También digo que últimamente he estado algo ocupado, así que no esperéis que el la siguiente actualización sea dentro de poco.
En fin, muchísimas gracias por leer mi fanfic ^-^
