En primer lugar, decir que los personajes y derechos de esta historia pertenecen todos a la autora de Kaichou wa maid-sama, Hiro Fuyiwara. Gracias, Hiro, por habernos presentado a Misaki, Usui y el resto de personajes-que-me-comeria-en-cualquier-momento (excepto Tora, que me tengo un odio profundo, lo siento para sus fans -'). Bueno, pues alla va la historia, que la disfruteeeeeeeen!


1. Monos, gatos... y ladrones

- ... y esta es la razón por la que los hombres descienden del homo sapiens sapiens –explicaba el guía–, él mismo teniendo como antecedente el primate.

La clase de Misaki había ido a ver el Museo de las Ciencias de la ciudad. Un verdadero desafío para la Presidenta del Consejo Estudiantil, ya que mientras que las chicas escuchaban atentamente al guía, los chicos no hacían más que crear problemas. Ahora mismo se estaba dando uno:

- Has visto Sanshita, todos somos descendientes del mono excepto tú, que lo sigues siendo –se escuchó decir a Usui en ese momento–.

- ¡Misakiiiiiiii! –se quejó lloriqueando el aludido–.

Por quinta vez desde que habían entrado en el Museo, Misaki se vio obligada a intervenir y separar los dos chicos.

- ¡Shintani! ¡Deja ya de lloriquear! ¡Y tú, Usui, deja de acosarle!

- ¿Misa-chan quiere que solo la acose a ella? –se burló Usui haciendo ojos de perrito inocente–.

- ¡Maldito alienígena pervertido!

- Pero Misakiiiiiii… protesto Shintani con voz infantil.

- ¡Deja ya de comportarte como un crio! dijo alguien detrás de Misaki.

Era Charlotte, la chica francesa que había llegado hace un mes. Su familia se había mudado a Japón por el trabajo de sus padres, los cuales murieron poco después en un accidente de coche. Charlotte se quedó al cuidado de una tía de orígenes japoneses cuyos escasos recursos financieros determinaron la escolarización de la joven en Seika. Bajo su aire dulce, Charlotte tenía un carácter duro que empeoraba con la presencia de Shintani. No les soportaba a él y sus enfantillages* como ella decía.

- Vámonos Misaki –le dijo a la Presidenta señalando al resto de la clase, que se iba hacia la siguiente parte del recorrido–.

- Hai, vamos.

Media hora más tarde, la visita se había terminado.

- Ahora tendrán un cuarto de hora para visitar algunas de las estancias que no hemos visto, relajarse en nuestra cafetería o comprar algo en nuestra tienda –informo el guía–. A las 7:15 deben estar en la entrada del museo junto con sus profesores.

- ¿Charlotte, qué tal si vamos a ver los animales disecados?

- Bonne idée*, Misaki.

Las dos amigas se dirigieron hacia esa parte del museo, seguidas de Usui y Shintani. Vieron koalas, tigres, loros, cobras, mariposas tan grandes como sus manos… Al llegar a la sección de los chimpancés, Usui se paró un momento. Su mirada pensativa atrajo la atención de Misaki.

- ¿Qué pasa Usui?

La cara del rubio se volvió hacia ella, pasando de ser seria a ser de perrito.

- Ya está con su mirada de Chat Botté* –dijo Charlotte con su marcado acento francés.

Charlotte había comparado esa mirada con la del gato con botas de Shrek y desde entonces el nombre se le había quedado.

- Misa-chan, no te parece que ese macaco se parece a Sanshita? –pregunto Usui señalando un mono con un plátano en la mano.

Sin poder evitarlo, Misaki miro a Shintani… que también tenía un plátano en la mano. Se dio la vuelta para que Usui no la viera riéndose.

Como aún les quedaba tiempo, el grupo de amigos pasó a la sección siguiente: mineralogía. Estaban a punto de entrar en la sala cuando las luces se apagaron, quedando todo sumido en la oscuridad. Los cuatro se pararon, mientras que por todo el museo se oían gritos de terror y llantos de niños asustados. "Pobres de los que estén con los animales disecados", pensó Misaki.

Antes de que ninguno de ellos pudiese decir nada, oyeron un ruido de cristal roto a pocos metros delante de ellos. Los músculos de Misaki se tensaron:

- Ladrones –susurró–.

Estaba a punto de ir a por ellos, cuando alguien la cogió de la mano y le susurró al oído:

- Aun no, en la oscuridad no ves nada. No quiero que Ayuzawa se haga daño.

Un escalofrió la recorrió de arriba abajo, ¿o fue de abajo a arriba?, al notar la presencia de Usui. El más mínimo contacto con él hacia que sus niervos estuviesen a punto de estallar como fuegos artificiales…como aquellos fuegos artificiales de aquella noche en la playa o en la fiesta del colegio... ¡¿Pero en qué estaba pensando?!

En ese momento, oyeron distintamente las voces de dos intrusos:

- ¡Con estos pedruscos nos haremos ricos!

- ¡Cállate y mételas en la bolsa!

Sí, ahora que se fijaba, Misaki podía oír el ruido de piedras entrechocándose. La Presidenta, cuya vista se había acostumbrado rápidamente a la oscuridad, pudo ver cinco personas moviéndose. Una de ellas cogió lo que parecía un extintor y lo lanzó contra una de las vitrinas. Empezó a sonar una alarma.

- ¡Idiota! ¡Esa era la única que no había que romper porque tenía alarma!

- No puede ser… –murmuró Charlotte al escuchar la voz–.

La chica dio un paso en la oscuridad.

- Hyoko… ¿eres tú? ¿Sois vosotros chicos?

Las figuras dejaron de moverse, el silencio únicamente interrumpido por el grito de la alarma. Uno de los ladrones avanzó hacia ellos:

- ¿Charlotte?

Términos estrellita XD

Enfantillages: niñerías

Bonne idée: buena idea

Chat Botté: gato con botas


Holaaaaaa! Aqui una loca que adora Kaichou wa maid-samaaaa! Enfin, siendo algo serios (yo seria, que rarooooo), aqui va mi primer fanfiction. Dejenme sus reviews, diciendome que les ha parecido sin miedo. Sobretodo, gracias por haber leido este primer capitulo, que he hecho partiendome de risa con mi hermana (la estoy contagiaaaaando).

Ya tengo los siguientes capitulos hechos, solo me falta ponerlos a limpio. Pero de ahi a que los cuelgue... qué teorias macabras diréis que podrian explicar el fin de esta historia? jejeje, ya vereis, ya vereis (siiiii, adoro el suspens! ^^)