Antes que nada NO PERMITO LA ADAPTACIÓN DE NINGUNO DE MIS FIC´S ASÍ COMO SEAN SUBIDOS EN OTRAS PAGINAS ETC... ETC. PARA ELLO PRIMERO CONSÚLTENLO CONMIGO!
Hola!, al final de cuentas no pude dejarlo tan abierto el Final de Mi Martirio, por eso decidi hacerle la continuación, muchas gracias por el apoyo de todos ustedes, al final del día, me alegra hacer algo que les guste a ustedes y me lo digan abiertamente.
Espero poder en esta nueva parte de la historia poder complacerlos. Los amo, nunca lo olviden, sin más que decir... ¡Sean bienvenidos una vez más!
ADVERTENCIAS: escenas 18+, lenguaje obsceno, violencia.
ACLARACIONES: las letras en cursiva son hechos del pasado. Unas que otras que estan en cursiva y negrita recuerdos.
¡GRACIAS POR LEER~!
~TU REGRESO~
Su mirada perdida daba mucho a que desear mientras veía a través de la ventana, sus hermosas facciones contrastaban con aquel ser que una vez había sido, aquel magnifico ser puro que había sido corrompido, recargo su mano sobre el vidrio, mientras se olvidaba del resto del mundo, sus ojos muertos decían mucho de ella en ese instante no era de extrañar… regresa, regresaba a casa —si es que de alguna manera se podría llamar aquel lugar donde sufrió miles de desgracias—, suspiro de mala gana mientras algunos largos mechones de su cabello obstruían su rostro. Haruno Sakura, heredera de una inmensa fortuna de las Industria farmacológicas, laboratorios y Hospitales Haruno, condenada a vivir según las reglas de su familia, siendo una marioneta de sus juegos y actos, no era para menos que no estuviera interesada en regresar. Se había ido como una niña de apenas dieciocho años, ahora después de siete años regresaba como una mujer, una exquisita belleza, digna de ser "una esposa trofeo", o al menos ese fue el destino que le impuso sus padres, sus facciones se volvieron más finas y duras, su cuerpo se había transformado de uno inmaduro a uno con curvas en lugares estratégicos, donde cualquier hombre quisiera llegar a alcanzar y solo uno tendría ese derecho, su cabello también había crecido, hasta llegar a la altura de sus glúteos bien formados, sus pechos habían se habían crecido de igual forma a un tamaño perfecto. El delirio de todos… el martirio de uno solo.
De un solo hombre cuyo nombre siempre decidió mantener en secreto de aquellos que aún no la conocían, y que estaría siempre grabado en su piel, por años….
— ¿nerviosa? —giro su rostro encontrándose con unos orbes ónix que ni siquiera disimulaban la dicha de verla sufriendo por dentro.
—no —respondió a secas, tragando la bilis que emergía de ella.
—Nuestros padres están ansiosos por vernos —sonrió mostrando una hilera de dientes blancos, disfrutando el momento.
—si por vernos te refieres a ser una vez su muñeca de trapo de la cual al final obtuvieron lo que quisieron, que pueden usar a su preferencia y obligar a casarnos, estoy segura que tú también lo estarías… Sasuke. —siseo con amargura, el moreno sonrió de lado, beso el dorso de su mano, incitándola a seguir por ese camino.
—Deberías cuidar tu lenguaje, mi princesa podría escucharte —señalo a una pequeña niña de al menos cinco años, que dormida tranquilamente a unos cuantos metros de ellos, sus manos se volvieron frías, bajo la mirada y apretó con fuerza su mano libre, había muchas cosas que en ese tiempo había cambiado… una de ellas, que era madre.
—Ella no debería ser tu hija… —dijo a lo bajo esperando que no escuchara.
— ¿Por qué no? Esa pequeña niña necesitaba de un padre, yo de un hijo, en este caso, éramos perfectos el uno para el otro.
—ella jamás será tu hija Sasuke… es hija de… —callo enseguida sus ojos se volvieron rojos de ira y sintió el verdadero peligro en el aire.
—Di su nombre y te juro que nunca lo volverás a ver —trago grueso intentando no llorar en el transcurso.
— ¿podrías al menos dejarme verlo? —murmuro reprimiendo un sollozo.
—todo a su tiempo…
—dijiste que…
—dije que solo lo verías si te casabas conmigo y tenías un hijo a mi lado, solo una de esas promesas será cumplida, pero la otra no… ¿Por qué habría de cumplir yo a su totalidad?
—…—no respondió temiendo en equivocarse en la respuesta.
—Descansa, después de la boda hablaremos de este tema —le beso en la mejilla recostándose en su lugar mientras miraba por la ventana derramando una gota sobre su mejilla. Si al menos nunca la hubiera encontrado… si ella no hubiera sido tan tonta en confiar en esa persona, en aquellas palabras. Lloro en silencio mirando a la nada.
Despertó desorientada una vez que pasaron los analgésicos, se incorporó de inmediato al recordar la imagen del moreno en la habitación sintiéndose alterada por completo, miro a todos lados esperando que fuera un mal sueño, una ilusión fruto de su imaginación y cansancio, una treta de los medicamentos que quería recordarle de aquello que había escapado y dejado atrás, giro a su lado solo para ver a un hombre de traje, estaba cerca de la puerta, su semblante era serio y miraba con ira y desolación su celular, algo pasaba. De eso no tenia duda la chica, el semblante de aquel peliazul daba mucho que desear, demasiado, el entrejo fruncido mientras en su mente especulaba maldiciones y esperando que lo que estaba en su celular no fuera verdad.
—¿Hermano? —susurro la Haruno llamando la atención del hombre.
—Sakura, ¿te sientes mejor? —se acercó inmediatamente mirándola con preocupación en sus ojos, que trato de desvanecer en vano.
—Creo que si… tuve una pesadilla —comenzó a decir la chica mientras su hermano cerraba con fuerza sus labios— Sasuke estaba aquí, él besaba mi frente y… —el rostro se descumpuso por completo—, pero eso no es posible, ¿no es así? Sasuke está en Japón y jamás…
—Nunca digas nunca, Sakura… —Sus sentidos se congelaron por completo giro su rostro a la derecha abriendo los ojos completamente sudando frio, sintiendo como su corazón bombeaba a todo lo que daba, la persona que se había encargado de que su vida se fuera a la mierda estaba ahí, mirándola con una cruel sonrisa.
—Sasuke… pero, ¿Qué…?
—Te dije que ibas a ser mi esposa, te gustara o no —se acercó con lentitud a ella.
—¿Sui-chan? —sollozo con miedo.
—Nos tiene atados, Sakura —negó con la cabeza, no comprendía nada—, acaban de comprar todas las acciones de la familia, nos jugaron una treta, la familia Haruno perdió todo, nuestros padres están en la calle, Sasuke intercedió junto con su familia, sobrevivimos por ellos, nuestros abuelos se metieron en el asunto, no piden nada, no piden dinero a cambio, ni acciones, propiedades…
—¿Qué están pidiendo? —murmuro con miedo.
—… a ti —dijo cerrando los ojos con dolor
— ¡NO! —gimió con fuerza mientras las lágrimas caían en sus mejillas—, no, otra vez, por favor —apretó con fuerza las sabanas mientras el moreno terminaba de cerrar la distancia entre ambos, el peliazul no le quitaba la mirada de encima.
—Debo decir que me sorprendió cuando te fuiste, no creí que tuvieras las agallas para dejar ir todo, incluyendo a Kakashi —se congelo en cuanto lo menciono—, ¿de verdad creíste que no encontraría la forma de encontrarte? —le levanto el rostro mirándola con adoración y odio.
—Puedes tener a cualquiera —comenzó a decir la pelirrosa—, ¿por qué tengo que ser yo? ¡¿Por qué mierdas tengo que ser yo?! —beso su frente.
—exactamente por eso, porque puedo tener a cualquiera, menos a ti, es por eso que te necesito, eres mía, y siempre lo serás.
—Jamás seres tuya… —Susurro contra él, haciendo que sonriera ladinamente.
—Lo serás si quieres a tu familia… —se quitó de su lugar cargando al pequeño ser que estaba en una cuna cerca de la pelirrosa, haciendo que sudara frio. Su bebé. Fruto del amor de Kakashi y ella. —, ¿y si quieres ver a este pequeño ser de nuevo?
—Aléjate de mi bebé… —suplico desgarrándose la voz, intentando levantarse de la cama cayendo al suelo al instante, haciendo que su hermano corriera a socorrerla.
—Sasuke, es suficiente —amenazo Suigetsu.
—No, no lo es —empezó a mecer al pequeño ser mientras se acurraba a su pecho—, desgraciadamente no lleva mi sangre, es una lástima, pero… podríamos llegar a un trato que convengan a ti y tu familia.
— ¿Qué es lo que quieres? —Dijo está apretando las manos de tal manera que se pusieron blancuzcas de la presión que estaba ejerciendo.
—Cásate conmigo, y dame un heredero —su rostro se volvió blanco de repente y sintió que la sangre se helo de un momento a otro.
— ¿ca…casarme contigo? ¿Un hijo? —sudo frio.
—Es lo menos que podrías darme después de humillarme metiéndote con nuestro sensei —escupió con acidez—, escapaste de Japón, de nuestro compromiso y para terminar el asunto, tuviste un bebé con ese idiota…
—Tu provocaste todo esto… —lo interrumpió— tú lo hiciste, si realmente me amas como dices, jamás hubieras hecho algo para lastimarme… al contrario, hiciste todo para alejarme, no te quieras hacer la víctima —Sus ojos se entrecerraron, camino alrededor de la habitación con el bebé.
—te diré que… lo admito, pero tú también la tienes, Sakura, no me desquitare con este bebé si es lo que piensas, lo odio, porque no lleva mi sangre, pero lleva la tuya, y a ti te amo. —contuvo el aliento la chica—, pero llevara mi apellido —trago grueso la chica—, será Uchiha y no Hatake o Haruno, estará bajo el régimen que eso implica, su cabello plateado será pintado de negro y diremos que este bebé es de los dos, nos casaremos, primero por lo civil aquí en California esperaremos un tiempo y después en Japón, será la ceremonia religiosa.
— ¿Qué te hace pensar que aceptare este trato? —Dijo sonriendo de manera histérica—, ¡¿Qué te hace pensar que me sacrificare dos veces por una familia que me vendió como si fuera un maldito ganado?! —Comenzó a gritar—, por mí que se pudran en la calle —dijo llorando, importándole poco lo que la miraran de esa manera—, ellos son un montón de…
—porque los amas —dijo finalmente el moreno—, los amas a pesar de todo, y también a Hatake… —callo en cuanto lo menciono—, y amas a este bebé sobre cualquier cosa, si lo quieres de verdad entonces hazte a la idea de que serás mi mujer, me darás el heredero que estoy buscando, estaremos casados una temporada… a tu hijo no le faltara nada, será también mío, no permitiré que nada le haga daño, y seré yo el encargado de que su vida sea solo feliz, pero será un Uchiha, Solo piénsalo de esta manera, ¿Qué haría si Kakashi se enterará que tiene un hijo? Y no solo eso, que te lo llevaste lejos de Japón para que no tuvieras que verle la cara cada vez que fuera a verlo junto a Rin —bajo la mirada un poco, no había contemplado aquella posibilidad.
—Él jamás me buscaría… —dijo no del todo convencida, pues una parte de ella aun deseaba que él fuera en su búsqueda.
—es una posibilidad que no puedes descartar… y te consta Sakura, si te quedas en la situación actual en la que estas, que estoy al tanto que tienes una fuerte cantidad de dinero por inversiones, ¿crees que eso ayudaría a tu familia? ¿A pagar todo lo que nos deben? Solo piensa en este bebé…
—Sasuke, basta, mi hermana aún está cansada por lo del parto, ella necesita descansar y…
—está bien… —dijo la pelirrosa interrumpiendo a su hermano. —lo haré…
—Sakura, no tienes que sacrificarte una vez más… nosotros podemos…
—no lo hago por mi familia esta vez Suigetsu —dijo mirándola con dolor en sus ojos, reflejando tristeza y amargura. — lo hago por mi bebé…—cerro sus ojos con dolor, le ayudo a levantarse con cuidado, depositándola en la cama, se acomodó tratando de verse fuerte aun con la fragilidad que transmitía.
—… —le devolvió el moreno a la chica aquel bebé que aun dormía plácidamente, era ajeno a toda aquella situación. A aquel dolor que volvería a experimentar.
—creo que sería bueno ponerle un nombre, ¿no te parece preciosa? —levanto el rostro tragando la bilis que emergía de ella.
—Kai —dijo retándole con la mirada, a lo que este sonrió ladinamente.
—Me agrada, Kai, Uchiha Kai… —salio de la habitación en cuanto sono su celular al inmediato, con la mano le indico al peliazul que lo acompañara fuera de la habitación, dejando a la pelirrosa sola.
—No… —susurro la pelirrosa sonriendo con una lagrima—, Hatake Kai —murmuro abrazando a aquel frágil ser con dolor en su máximo esplendor.
Sakura seco sus lágrimas, se levantó de su asiento yendo a algún otro lugar lejos del Uchiha, se acercó al bar que había en el avión que era propiedad de su "esposo", era realmente una estupidez todo aquello el fingir amarlo, el fingir ser feliz alado del hombre que le había destruido la vida, y lo peor de todo… haber traído al mundo a un hijo, un segundo hijo, que le había terminado por romper el alma, al ver que Sasuke no estaba satisfecho con el resultado. Toda su vida en siete años había sido una miseria, había tenido contacto con sus padres en lo mínimo, hablaban de vez en cuando y la última conversación fue para reprocharles todo lo que habían provocado, eso fue durante su segundo embarazo, termino su madre por golpearla en la mejilla, haciendo que ella le odiara y se lo dijera sin ningún temor a las represalias, pues aunque sabía que Sasuke le estaba usando de igual manera, jamás permitiría que le pusieran un dedo encima. Y así fue. Quedo prohibido para ambas mujeres el verse más cuando fuera estrictamente necesario, esto ocasiono un abismo entre ambas, incluyendo en la relación con sus nietos.
Y aunque quisiera no admitirlo, la vida de sus hijos había sido demasiado dulce, tranquila y precisa como había dicho Sasuke, Uchiha Kai y Uchiha Sarada, eran los herederos de su fortuna, que aunque Kai no era su hijo biológico, lo amaba más de lo que había pensado en un principio llegaría a amar… aunque su cabello era plateado y sus ojos color jade era un recordatorio para Sasuke que no llevaba su sangre, ese niño se había ganado a pulso su amor y el apellido que intentaba representar con una gran rectitud incluso veía muchas cosas de él en su hijo, aunque claro, cosas positivas, nunca nada del lado obscuro que representaba Sasuke, a diferencia de su hija. Que lo odiaba por la manera en que era tratada, dejada en segundo lugar, siendo de vez en cuando recompensada, comparada con su hermano mayor, después de todo, él no un Uchiha como tal, y lo sabía la pequeña aunque callaba aquellos pensamientos tan extraños. A la vista de todos, ella parecía ser la que fuera no deseada, como si sus logros e intentos de ser la preferida fueran para exactamente nada.
—Mamá… —giro su rostro encontrándose con la menor de los Uchiha, la pequeña tenía su cabello largo hasta la altura de su espalda, usaba unos lentes rojizos y un vestido a juego, se acercó a la pelirrosa haciendo que esta se pusiera a su altura.
— ¿Sucede algo cariño? —dijo mirando con devoción a la morena.
— ¿peleaste de nuevo con papá? —sus ojos se agrandaron un poco, congelando la sonrisa que había mantenido hasta ese momento.
— ¿de qué hablas cariño? Tu papá y yo estamos bien.
—entonces ¿por qué llorabas? —la pelirrosa giro a ver a sus espaldas esperando no ver a Sasuke cerca de ellas.
—Estoy un poco nostálgica, sabes que no me gusta Japón, tiene recuerdos no muy felices para mí.
— ¿entonces por qué vamos? ¿Y porque Kai-chan no está con nosotros? Quiero a mi hermano conmigo —trago grueso evitando llorar ante lo recién dicho.
—Cariño… tu hermano ya nos alcanzará, no te preocupes por eso, ¿está bien? Y vamos porque… bueno, ya lo veras, pero no debes estar afligida, prometo que todo estará bien.
—… —la morena vio a través de la pelirrosa, era obvio que mentía, pero ¿qué podía hacer? Absolutamente nada. Después de todo ella no era la hija predilecta como su hermano, además sabía que el matrimonio de sus padres a esas alturas no era más que una mentira, su madre era infeliz, y su padre se iba ocasionalmente con otras mujeres en sus ratos libres, sabía todo eso con la tierna edad de siete años… y odiaba pretender ser también feliz. — Tampoco quiero ir a Japón —dijo simpatizando con su madre.
— ¿ya le dijiste a tu padre? —Negó con la cabeza. —Es mejor que no le digamos por el momento, ¿de acuerdo? Después hablare con él, esperemos que no nos quedemos por mucho tiempo.
— ¿Qué pasa si nos quedamos más tiempo del que debemos? —arrugo el entrejo con preocupación.
—No será así Sarada —dijo la pelirrosa besando su frente—, prometo que no será así, regresaremos a casa pronto.
—Por favor, Señor y Señora Uchiha, colóquense sus cinturones de seguridad estamos llegando a nuestro destino.
—Ya oíste pequeña, ve a sentarte… —la morena obedeció a su madre mientras esta hacia lo mismo, ayudo a su hija a colocarse el cinturón de seguridad mientras se sentaba a un costado de Sasuke haciendo lo propio con ella.
— ¿de qué hablaron ustedes dos allá atrás? —pregunto el moreno observándola de lado.
—Quiere ver a su hermano… —dijo a medias la pelirrosa—, no es para menos, yo también quiero ver a mi hijo Sasuke. —no hubo respuesta, solo una sonrisa ladina de lado. Cerró los ojos con fuerza tratando de no preocuparse ni sentirse como una mierda por el poder que tenía sobre ella. Paso alrededor de diez minutos para que bajaran del avión mientras un hombre le ayudaba a bajar los últimos escalones que unían la tierra con el avión, en cuanto piso el último, sintió todo el peso que había reprimido en aquellos años de su ausencia. El principal. Hatake Kakashi, el hombre que había amado con locura y que seguía grabado en su corazón. Trato de tragarse aquel sentimiento pero a medida que daba los pasos, mas recordaba aquel hombre, aquellos, besos, aquellas caricias, cariños, promesas rotas. Se detuvo un momento antes de entrar al auto dándose cuenta al inmediato…
Estaba en el mismo aeropuerto en el que había huido hacia tiempo. Giro a ver a su marido quien sonreía de lado. Lo había hecho a propósito, midiendo su reacción, no dijo nada, retuvo el aliento tratado de no emitir un sollozo, mientras la morena le miraba curiosa, aunque claro, su madre ya le había anticipado el dolor que representaba aquel viaje para ella.
Entraron finalmente en el auto, donde ella permanecía callada y sin ningún motivo para hablar, aunque Sasuke se empeñaba en hablar de sus días de escuela frente a Sarada quien entendía menos aquella situación tan molesta para su madre. — ¿mamá? —se giró la pelirrosa a ver a su hija quien reflejaba una clara preocupación por ella.
—estoy bien cariño, solo un poco mareada por el viaje. —sonrió la pelirrosa.
—Papá, vayamos al hotel, mamá no se siente bien —dijo la pequeña a lo que este solo sonrio de lado, frunciendo el entrejo la Uchiha—, ¡Papá! —grito haciendo que el chofer mirara por el retrovisor el castigo que había impuesto el moreno a la pelirrosa.
—iremos a un lugar a donde tu mamá se sentirá mejor Sarada, tranquila… —la pelirrosa no entendio el significado de aquellas palabras pero solo significaban una cosa. Problemas, después de todo siempre representaba eso para ella los planes del Uchiha.
Tardaron alrededor de veinte minutos en llegar a su destino y cada vez más sentía un enorme peso sobre su persona, Sasuke al contrario lucía maravillado con toda la situación, verla de esa manera, con tal poder sobre la pelirrosa hacía excitarlo a un punto enorme, pararon en seguida, abrió la puerta el Uchiha extendiendo su mano a Sakura, indicando que debía salir, en cuanto estuvo fuera, su hija iba con el mismo ejemplo de sus padres, pero simplemente el moreno se lo impidió. —tu no vas Sarada. —dijo sorprendiendo a ambas mujeres.
—pero… papá…
—llévala a la mansión Uchiha —ordeno al chofer que arranco al inmediato.
— ¡Mamá! —Grito haciendo que esta tratara de seguir al auto y el moreno le detuviera de ambos brazos.
— ¡Sarada! —grito con dolor, preocupación y llanto en su persona. — ¿Qué mierdas estas planeando Sasuke? —Dijo con rencor—, ¡es tu hija, maldita sea! Ella…
—¿aún no reconoces dónde estamos? —dijo esta vez llamando su atención, miro con atención por primera vez el lugar, y sintió como su corazón se estrujaba a más no poder, sus manos se pusieron frías, y su cabeza en blanco.
—… ¿por qué estás haciendo esto? —Susurro apenas.
—creí que sería bueno lo que ha sido de él en todos estos años…—cerro sus ojos abriéndolos de inmediato suplicando piedad.
—Vamonos —dijo comenzando a caminar.
—No —le detuvo—, estoy harto de que siempre él esté presente en todo, en tu vida, en la de mi hijo, en tu corazón…
— deje ese tema por la paz… ¡¿No puedes hacer lo mismo con un carajo?!
—¡No! —escupió el Uchiha.
—¡Ya soy tu esposa, tenemos una hija!, ¿Qué más quieres de mí? ¡¿que jodidos quieres de mí?!
—¡que seas mía solamente joder, que no pienses en ese maldito hijo de puta mientras te hago mi mujer, que solo me ames a mí! —grito fuerte llamando la atención de los presentes cercanos.
—Sabes que eso es imposible… —dijo con lágrimas derramándose en sus mejillas—… yo… yo lo…
— ¿Sucede algo aquí? —sus sentidos se congelaron al unísono, perdió el sentido de la realidad. Era su voz.
—Ka… Kashi… —susurro girando a verlo, mientras el moreno no le quitaba la vista de encima con una sonrisa de superioridad, cosa que no comprendió del todo la chica.
—Sakura… —murmuro el hombre con nostalgia y sorpresa, una mínima fracción de segundos pareció eterno para ambos, nadie se movió ni dijo nada, solo los sentimientos reprimidos en la mujer y el hombre se desbordaron a un punto inimaginable. Ella profesándole ese amor inocente, él, reprochando en silencio aquel dolor que le ocasiono con su huida…
—Kakashi, mi vida, ¿Sucede algo? —escucharon a un tercero, una mujer de cabellos dorados acercándose a la escena, una mujer con ojos color jade. Una que se colocó a su lado, entrelazando sus manos, con tal dulzura que hizo que la pelirrosa se pusiera pálida e hiciera una mueca de dolor, tratando de contener las lágrimas que ya fluían en sus mejillas, tratando de no quebrarse. Sintió como Sasuke le apretó de la cintura y fue cuando lo entendió por completo… Él lo sabía, y el verdadero infierno, estaba por comenzar.
¡Hasta aquí el capitulo!, espero que haya sido de su agrado, saben que pueden opinar abiertamente y decirme que les pareció, mcuhas gracias por todos estos años de su apoyo con Mi martirio, esta segunda parte, planeo hacerla más dramatica y con más acción.
PD. En unos días actualizaré Sucumbida ante el deseo. ;)
¡Los amo! ¿me regalan un review?
