Disclaimer: El anime y manga de Hetalia Axis Power pertenecen a Estudio Deen y a Hidekaz.

Advertencias: AU, Crack, Incest, Lime, Ideas melosas mal escritas.

Aclaraciones: -Las parejas que se tratarán son: EscociaxFranciaFem, GalesxInglaterra, IrlandaxCanadáFem e IrlandaNxIslancia.

-Las palabras que se utilizarán para los capítulos están basadas en la "Tabla Dulce" de Musa Hetaliana. Son 13, pero en vista de que no quería dejar episodios disparejos, los últimos dos temas serán de mi creación :DD así que habrá 15 capítulos.

-No sé si había que pedir permiso para tomar de base la tabla DDD: pero me atreví a proceder sin hacerlo. Ahora, en caso de que alguien sepa si tengo que excusarme, por favor, háganmelo saber con amabilidad y yo enseguida me pondré en marcha :DD

¡Hola a todos! Vaya, ha pasado algún tiempo desde la última vez que publiqué algo nuevo por aquí XDDDU Bueno, sólo diré que pasé una temporada de imaginación muerta, a la que se sumó mis deberes en el frío mundo de los adultos. Sin embargo, ahora que ya he tenido momentos para relajarme, estoy con nuevo ánimo para continuar molestando ;DDD y con eso de que encontré las famosas tablas de Musa Hetaliana, ¡wo! Tuve que escribir algo XDDDD Habrá momentos cursis –no muchos, espero. Y otros que dejarán volar parte de mi pervertido ser *3*

Espero que pasen un rato agradable :DD

Gracias. Owari~

FranciaFem: Françoise Bonnefoy

CanadáFem: Madeline Williams


"La Dulce Vida"


— Gelatina —

Según Scott Kirkland


Esto era absurdo.

Demasiado.

Lo era al grado de que estaba a punto de estrellar la cabeza en la fina repisa de mármol que tanto enorgullecía a su anfitriona.

No lo podía creer, ¿cómo fue que se prestó a semejante situación?

— Tienes cara como de que te quieres aventar por la ventana, querido~ — sonrió con ligera burla que, de forma extraña, hacía juego con el delantal violeta que traía — No te preocupes: podrás hacerlo una vez que terminemos~

— No estás tratando de hacerme sentir mejor, ¿cierto? — se dobló las mangas de la camisa, fastidiado y tristemente resignado — Aunque tampoco lo esperaba: puedes ser una verdadera perra cuando te lo propones.

— ¡Eso fue muy grosero! — reclamó con fingido dramatismo — ¡Y yo que sólo quería ayudarte!

— No pretendas ahora que herí tus supuestos sentimientos — rodó los ojos, gruñendo por lo bajo — Lo que quieres es divertirte a costa mía.

— ¿No es más llevadero cuando ambos lo sabemos~? — le mandó un beso en el aire — Además, no es como si no fueras a sacar algo bueno de esto~

— Claramente tu concepto de "bueno" difiere del mío.

— ¡No tanto! Porque si fuera así, no estarías aquí.

Eso era medio cierto: cuando Françoise lo invitó a su departamento con el pretexto de "enseñarle a preparar gelatina" –que en esencia representaba una tremenda estupidez-, leyó entre líneas que quería pasar tiempo a solas con él.

… bien, en específico: hacer cosas con él con mayor libertad que la que ofrecía su pequeño cubículo de la oficina, o en el peor de los casos, el del baño. Por supuesto, cada escenario improvisado funcionaba para aplacar la necesidad que ella le despertaba con fogosos besos y que correspondía con caricias que la dejaban en la misma condición, pero no rechazó la propuesta de un sitio más cómodo. Por favor.

Al menos no en vista de que aquella francesa le ofrecía más características que se colocaban en el igualitario nivel de su pasión.

Una mujer que gozaba de la capacidad de otorgar una charla divertida e inteligente, además de un sexo tan bueno como para hacerlo recurrir a ella cada que tenía la oportunidad, merecía más atención de la habitual. Pasar más tiempo a su lado del que compartían en la cama no era un sacrificio.

Pero, en verdad, no imaginó que lo de la gelatina fuese en serio, ¡qué absurdo! ¡Tenía ganas de quemar ese maldito mandil que hacía juego con el azul de sus pupilas! Y como dato extra, él no necesitaba aprender estupideces como aquella, ¿qué tenía de especial la dichosa gelatina? Sólo era grenetina con agua de sabor. Incluso un sujeto con sus pocas cualidades culinarias –había que admitirlo aunque fuera en su mente- podía dominar algo tan simple sin la necesidad de practicar. Mierda.

— Primero debemos hervir agua – sonrió coquetamente — ¿Por qué no buscas una olla pequeña, Scott? Hay varias en la alacena alta de la izquierda.

Contuvo las ganas de mandarla al carajo, ¿por qué estaba haciendo esto, de todos modos? Si no iban a tener sexo, o a hablar de algo práctico, lo mejor era largarse a un bar donde sí sabrían tratarlo.

Jah, como si pudiera a esas alturas. Doble mierda.

Maldiciendo por lo bajo, se estiró un poco para buscar esa jodida olla. En cuanto la tuviera en las manos, juraba que la estrellaría contra…

— ¿Sabes? — detuvo sus pensamientos cuando la sintió abrazarlo por la espalda, pegando su cuerpo con inusitada ansiedad. Percibió su perfume agradable de rosas justo en la punta de la nariz — Me alegra que estés aquí.

Carajo, qué absurdo.

Pero se permitió sonreír de lado, a la vez que bajaba las manos para atraparla a gusto.

Estúpida gelatina. Más valía que saliera bien.