Hola, he vuelto con un fic quizás un poco mas serio, triste...por aquello de que el último que hice era de humor, asi que este será mas triste...o haré lo que pueda :P.

Dije que el título sería: "Aunque tú no estés" pero no le veía mucho sentido con la historia, asi que lo preferí cambiar.

Nota: Los personajes no me pertenecen, son de J.K Rowling, yo solo los tomo prestados.

Te echo de menos

1

Caminó hacia los jardines con cierto miedo recorriéndole por las venas, pero el valor siempre le superaba con creces y continuó impasible a los cuerpos inertes que estaban tirados en el suelo.

Esquivó varios hechizos que intentaban atravesar su pecho con la intención de que el Señor Oscuro no hiciese esfuerzo alguno.

La tierra temblaba, y la notaba caliente, muchos de los suyos habían muerto, pero con gran valentía.

Harry miraba hacia abajo, con lástima, pero muy orgulloso de toda la gente que dio la vida por salvar al mundo mágico.

La mitad de ellos eran compañeros de Hogwarts.

Lloraba, pero no se avergonzaba de ello, porque temía que eso fuese lo último que haría.

Iba al encuentro de Voldemort, momento tan temido y a la vez tan esperado.

Seguía andando por todos los jardines empuñando la varita con tanta rabia que la madera empezaba a oler a quemado.

Tenía sed de venganza, quería matar a ese ser cuanto antes, y si moría en el intento, esperaba que otros lo hiciesen por su persona, porque sino jamás descansaría en paz.

Lo mataría para pagar el dolor que le provocó a tanta gente, gritará de dolor hasta que le pida clemencia, y cuando se la pida, le destruirá finalmente y todas esas lágrimas que se derramaron por su culpa se verán evaporadas y se marcharán al igual que se irá él y su maldad.

Todo estaba muy oscuro, pero todo lo tenía muy claro, nunca había estado tan seguro de sí mismo, y jamás lo estará.

Subió por un sendero donde los muertos no yacían y una espesa niebla ocultaba lo que se encuentra al final del camino.

Pero Harry lo sospechaba.

Ni siquiera recodaba el rostro de su enemigo, tenia cierto aspecto de serpiente, y la tez blanca pero... ¿quién sabe si el tiempo lo ha cambiado a peor?

O a mejor.

Harry atravesó la espesa niebla con cierta dificultad, la cortina de humo hacía un circulo en el que él se encontraba rozando la salida y Tom Ryddle justo enfrente de él.

Te estaba esperando-. Dice el asesino, Harry le miro a los ojos y descubrió que los tenía rojo sangre, la sangre que se había derramado esa noche.

De la sorpresa, Harry intentó dar un paso hacia atrás, pero la niebla que había atravesado se había vuelto sólida como la piedra.

Voldemort empezó a dar vueltas alrededor de Harry, examinándolo con una media sonrisa, este, mientras seguía empuñando la varita fuertemente y con la mandíbula apretada, miraba al frente.

Bien, supongo que con diecisiete años ya estarás capacitado para luchar conmigo ¿no es así Potter?

El chico respondió a la pregunta con un sólido silencio y con su semblante serio.

¡Responde!-. El Señor Oscuro se volvió hacia él para tenerlo enfrente y le apuntó a la frente.

Es increíble –continuó fascinado mientras recorría con la punta de su negra varita la cicatriz de Harry, este sentía que la cabeza se le partiría en dos- es increíble que sólo te dejase está cicatriz mediocre y tu casi me matases...

Tu nunca estuviste vivo -. Le interrumpe Harry, pero en décimas de segundos se dio cuenta de que no fue lo correcto.

Voldemort frunció el ceño y le miró con interés mientras le preguntaba:

¿Por qué das por hecho esa afirmación?

Harry guardó silencio durante unos segundos, pero respondió mirando al frente:

Porque una persona no puede estar viva si no se tiene corazón.

¿Y quién te dice que no me lo hubiesen robado?-. Le pregunta furioso el asesino sin dejar de apuntar con su varita al chico moreno.

Harry se calló al oír eso, y pensó que ya era demasiado tiempo de conversación, quería acabar con esto ya.

No estamos para hablar en este lugar ¿no? -. Le dice Harry mirando como ondea la capa de Tom Ryddle.

Tienes razón, no estamos para eso, voy a acabar contigo cuanto antes, voy a deshacerme de ti y así no interrumpirás mis planes nunca más. ¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que quiero conseguir con todo esto?

Ya me lo dijiste una vez, y sino lo supongo...

Conquistar el mundo, -le interrumpió el asesino-pero solamente conquistando el mundo no conseguiré nada, también quiero conquistar la muerte.

Acabó la frase con una risa estridente y apuntó a Harry, este rápidamente no esperó a que hiciese ningún comentario mas, empuñó su varita y le lanzó el hechizo que había aprendido meses antes y que es letal:

�¡AVADA KEDAVRA!

Un haz de luz verde salió de la varita de Harry hacia el pecho de su enemigo, pero este hizo un hechizo protector, y la magia rebotó otra vez hacia Harry.

El chico se echó hacia un lado y una roca le golpeó la cabeza, haciendo que le saliese una hebra de sangre.

Estaba sentado en el suelo mirando a Lord Voldemort, este se acercaba más y más, pero el no tenía miedo, porque ya lo pensó antes de enfrentarse:"Si estoy a punto de morir, no tendré miedo..."

Harry susurraba para sí mismo las palabras, "no tendré miedo, no tendré miedo...".

¿Qué es lo que no tendrás Potter?-. Dijo Tom con sorna, haciendo la caracola con su mano en el oído derecho.

A Harry le vino una ráfaga de valor que le hizo levantarse y gritó:

¡NO TE TENGO MIEDO!

El grito que profirió hizo que las paredes se desvaneciesen y que Voldemort se tambalease en el sitio y con mirada de terror dijo:

Si no mueres hoy, te haré vagar por todo el mundo cual fantasma invisible, sufrirás tanto que te arrepentirás de esto toda tu vida.

Harry miraba aterrorizado a Voldemort, pero este agachó la cabeza y aprovechó para lanzarle el hechizo que no consiguió matarle antes.

AVADA KEDABRA

Lo susurró, pero el chorro de luz que salió fue más potente que la vez anterior, Voldemort cayó al suelo y miró a Harry, de su boca, una bocanada de aire salió, de un color verdoso, formando una serpiente, sus últimas palabras fueron:

La serpiente te hará pagar lo que yo no pude hacer.

Harry no entendió esa frase, pensó que eran delirios.

Entonces del cuerpo inerte de Lord Voldemort, emergió una sombra blanca, que le miraba con los ojos perdidos en el infinito, con la cabeza gacha, subía hacia arriba como si estuviese siendo tirada con unos hilos invisibles de los hombros.

Harry miraba los ojos de sombra, y cuando se quiso dar cuenta, el alma de Lord Voldemort puso los ojos en blanco y cogió a Harry del cuello, y elevándose con él su cuerpo cayó como si de un trapo se tratase y Harry se miró y vio que era blanquecino al igual que el alma de Voldemort.

¿Eso significaba que había muerto?

No, no lo estaba, no lo podía explicar, simplemente, lo sabia, sabia que estaba vivo, asi de simple.

Miró hacia abajo y vio que su cuerpo empezó a correr, tan deprisa que salió despavorido, gritando de dolor, Harry supuso que su cuerpo debe de estar sufriendo, pero él... su alma...

No sentía nada.

Quedó inconsciente, pero poco a poco se dio cuenta de que se encontraba en el colegio, se miró pensando que todo lo que había pasado era un sueño, pero era cierto, seguía blanquecino, seguía invisible.

Caminaba por los pasillos de Hogwarts intentado hablar con alguien, pero nadie notaba su presencia, se cruzó con un fantasma, pensando que a lo mejor él si que le podía ver.

Eh, eh... ¡EH! –tampoco reaccionaba, Harry le intentó coger de los hombros, pero no pudo, lo traspasó como si fuese agua.

Entonces eso quería decir que era más que fantasma.

La desesperación le recorrió todo el cuerpo y empezó a gritar, pero no sentía desahogo alguno, gritaba y no se deshacía del nudo en la garganta, intentaba llorar y no podía.

Estaba en un calvario.

Empezó a pensar en que a lo mejor alguien mas le podría ver, pero todo el mundo le ignoraba, pasaba al lado de Neville, al lado de Luna, y no ocurría nada, no le veían, Harry estaba solo.

Se sentó a pensar en todo lo que le estaba ocurriendo, empezó a contar los días que han pasado desde la batalla final (no se acordaba de cuanto tiempo había pasado) y se planteó la idea de que ahora tendría que vivir así para siempre, y que tendría que verle el sentido positivo a la vida, pero le resultaba muy difícil asimilar todo lo ocurrido en un momento.

Miró el reloj y se dio cuenta de que ahora mismo era la hora de comer en el mundo real.

Empezó a andar hacia el Gran Comedor, con mucha hambre, seguía los pasos de todos los alumnos que iban a la sala a comer.

Pasaba al lado de Padma Patil, al lado de Blaise Zabinni y algún que otro Slytherin.

Entró y vio toda la sala con banderines negros y todos los profesores de cabezas gachas, cuando todos los alumnos decidieron sentarse (incluido Harry) el profesor Dumbledore se levantó y miró a todo el alumnado, en sus ojos se divisaba una profunda tristeza, su rostro, antes juvenil a pesar de los años que cargaba a cuestas, se volvió viejo y cansado.

Con la voz temblando el profesor comenzó su discurso:

Queridos alumnos de Hogwarts, todos sabemos lo que perdemos con la desaparición del joven salvador del Mundo Mágico: Harry James Potter.

Hizo una pausa en la que Harry se quedó petrificado y empezó a mirar a los comensales de la mesa de su casa, podía ver a Hermione y Ron, ella llorando por su muerte y Ron abrazándola dándole su apoyo.

Quizás algunos no lo conocieron –continuó el profesor- como la persona que en realidad era, como un ser humano bondadoso y humilde ante todo.

A Harry el corazón se le llenaba de impotencia, gritaba y gritaba, pero nadie le oía, y sabia que no estaba muerto porque sentía su cuerpo hambriento y triste.

Pero todos sabéis que es lo que hizo –prosiguió Dumbledore- nos salvó a todos de la muerte segura, dio su vida por nosotros, y eso es algo que por lo menos yo, se lo agradeceré eternamente.

El profesor terminó el discurso y se sentó, la profesora Mc Gonagall lloraba en el hombro del profesor Lupin, que para sorpresa de Harry, había vuelto a Hogwarts a dar clases.

Harry se enfadó y se levantó de la mesa intentado romper algo, pero no consiguió deshacer nada porque todo lo atravesaba.

Corría por los jardines buscando a su cuerpo, para poder sumergirse otra vez en él, para poder hacer una vida normal, para que la gente no sufriese mas por su muerte.

Pasó un mes y Harry empezó a asimilar que tendría que estar así durante bastante tiempo, por no decir para siempre, así que empezó a hacer su rutina diaria.

No quería ver a sus amigos, porque les veía sufrir y no soportaba eso, pero un día Harry paseaba por la enfermería y oyó unos gritos, llantos que le resultaban familiares.

Siguió el camino y se encontró algo que jamás pensó que ocurriría.

En un baño, Ron gritaba con Hermione en el regazo, ella estaba viva, lo sentía, era una sensación muy rara, pero cuando se moría alguien, él lo predecía, y este no era el caso, el único problema era que Ron no veía a Harry y él creía que había muerto.

De repente, apareció la profesora Mc Gonagall:

Weasley que... -miró a Ron y a Hermione y le ordenó gritando: -¡Llévela a la enfermería, rápido!

Ron empezó a correr, y cuando pasó cerca de Harry vio que Hermione estaba cubierta de sangre, por las muñecas.

Miró en el suelo del baño, y vio una cuchilla llena del liquido rojo.

Harry salió corriendo detrás de Ron y entró antes que nadie a la enfermería, la enfermera, estaba muy ocupada intentando curar a un enfermo que había dentro de un biombo, y además, sería ignorado igualmente.

La puerta se abrió y apareció Ron con Hermione en brazos gritando:

Señora Pomfrey¡Ayúdeme!

¿Qué pasa Weasley? –la enfermera miró a Hermione y se puso blanca y actuó rápidamente –déjela en esa cama, y márchese, yo me ocupo.

Ron estaba llorando, preocupado¿qué pasaba si ahora perdía a Hermione? no podía dejarle solo, primero Harry y ahora Hermione... no lo soportaría

No me marcharé –negó rotundamente.

Márchese, o llamaré al profesor Dumbledore.

Ron decidió marcharse, pero esperó en la puerta, hasta que la señora Pomfrey le dijo que podía entrar.

Harry observaba toda la escena, primero sintió angustia, mas de la que albergaba normalmente en su interior, y luego, aunque muy leve, algo de felicidad, pero que se esfumó en cuestión de segundos.

Ron pasó a la enfermería y vio a Hermione dormida en la cama, con los rizos esparcidos por toda la almohada, y él estaba fascinado con su belleza, le acarició la barbilla y le susurró:

Sabía que no me podías abandonar así, juntos lo superaremos.

Le dio un beso muy leve en los labios. Y se tumbó junto a ella, mientras le cogía sus delicadas manos, con las muñecas vendadas debido a los cortes.

Harry se sentó en el suelo y empezó a mirarlos, se sentía culpable de haberle provocado a Hermione tanto dolor, de haber sido el causante de que ella quisiera morir, y lloró otra vez.

CONTINUARA...

Espero que os haya gustado, si no, hágamelo saber ¿si?

Ahora os dejo y os veré en el próximo capítulo.

Un beso...

NäTÿBläcK