Spike
Ya eran dos meses desde que habían cumplido diez años y con la edad Splinter les había dado permiso de salir solos a caminar por la alcantarilla siempre y cuando no se alejaran mucho de casa. Desde entonces venía de vez en cuando a este lugar y se sentaba en la oscuridad a ver la superficie bajo aquella rejilla en alguna calle del barrio de Brooklyn.
Los humanos transitaban sobre él, algunos con trajes elegantes pasaba rápidamente con sus portafolios, en grupo los niños pequeños pasan jugando mientras sus madres iban tras ellos, los adolescentes caminaban tranquilamente y los más ancianos iban lentamente. Todos bajo aquel cielo azul claro y brillante, mientras que su familia y él debían esconderse en las sombras y caminar bajo las calles de Nueva York, sabia que a su familia no le importaba y tampoco le atraía mucho la superficie, pero el envidiaba a los humanos capaces de caminar sin grandes problemas en las calles, en un parque o en la playa bajo la luz del sol o la luna, sin preocuparse por ser cazados por su aspecto.
Llevaba un rato allí sentado viendo y escuchando conversaciones banales y algunas sin sentido. Vio borrachos a la luz del día, vagabundos, raperos, punks, góticos, emos, otakus, de todo un poco en aquel rato. El sol ya comenzaba a ocultarse, sabía que algunos niños salían a esta hora de la escuela y al poco rato no tardaron en hacer su aparición. Un niño le llamo la atención, venía desde la vereda del enfrente y traía una tortuga en un frasco que no paraba de mostrar a los otros niños.
- Wow, ¿de dónde sacaste esa tortuga tan pequeñita?
- Acabo de comprarla en la tienda de mascotas de la esquina, me fui rápido para alcanzar a comprarla y mostrárselas. Aunque es solo una recién nacida ¿pero esta cool verdad?
- ¡Claro! Solo tienes que verle esas escamas verdes y ese pico puntiagudo.
- No sabía que las tortugas tenían pico.
- Pues sí, fíjate que con solo mirarla se nota.
- ¿Ya pensaste en un nombre?
- Aún no, pero lo decidiré después. El señor de la tienda me dijo que era macho.
- Como que se esta quedando dormida.
- ¿No estará muerta?
- La tapa tiene orificios para respirar, ¿cierto?
- No, espera – El niño miro a la tortuga en el frasco, al ver que no se movía lo agito débilmente, no reacciono, así que la agito otra vez. La tortuga no reaccionaba y ahora con mucha más fuerza agito el frasco haciendo que el animal se golpeará con su contenedor, entonces reacciono – He, menos mal que sigues viva, no te atrevas a morir todavía que te acabo de comprar.
- Ábrele un poco el frasco, no vaya a ser que se ahogue.
- Sí, eso mismo estaba pensando.
Los niños se alejaron y lo ultimo que alcanzo a ver era como la pequeña tortuga trataba de llegar lo más arriba posible, como tratando de escapar de su prisión mientras recuperaba el aliento.
Raphael se levanto, ya era hora de volver a casa o se metería en problemas. Se alejo con la pequeña tortuga aún en mente, lamentando un poco que tuviera a un niño tan frío que la cuidara. ¿No noto que había lastimado a la tortuga?
"´^*^`"
Habían pasado cuatro días desde la ultima vez que había salido solo, las cosas en casa estaban algo lentas y además Leo lo había vencido en el entrenamiento. No le gustaba perder contra su hermano, contra ninguno de ellos, no le gustaba verse débil, sentirse débil, él es el más fuerte, no se supone que sea débil. Prefirió alejarse antes de que su temperamento le causara problemas a él y su familia. Se sentó en el mismo lugar, la sombra de la tarde era amplia así que se puso lo más cómodo posible. Al poco rato escucho a alguien acercarse, era la voz del niño del otro día, aquel con la tortuga en el frasco.
- Estúpida tortuga, ¡¿cómo te atreviste a morder mis cosas? Claro y como no te basto me mordiste a mi y a mis padres. ¿Te gusta que te agite el frasco? ¿Eh? ¿Te gusta? No cierto, pues a mi tampoco me gusto nada de lo que hiciste, estúpida tortuga.
El niño se paro sobre la rendija y Raphael tuvo cuidado de apegarse a las sombras. Este traía dos dedos vendados, se detuvo un rato a mirar con enojo al animal, luego volvió a agitar fuertemente su contenedor.
- No quiero volver a verte, ojala y te mueras de frío aquí abajo.
El niño dio vuelta el frasco y la tortuga se golpeo contra la tapa. Entonces lo abrió y dejo caer al animal. Vio como la pequeña tortuga cayo y se golpeo contra la rendija de metal antes de caer entre uno de los agujeros. Raphael alargo su mano agarrando a la pequeña tortuga en la oscuridad justo antes de que se golpeara con el piso de la alcantarilla, sobre él escucho al niño alejándose feliz de haberse desecho del animal.
Era una tortuga tan pequeña, cabía fácilmente en la palma de su mano, el animalito se levanto lentamente y lo miro, sus ojos se veían cansados y tristes. Comenzó a caminar lejos de la rendija y una vez que estaba seguro que nadie podría verlo ni oírlo desde arriba se sentó y dejo a la tortuga suavemente a su lado.
La miro por un tiempo y la tortuguita hizo lo mismo con él. En sus ojos negros podía ver sus ojos verdes reflejados, el animal aún tenía esos ojitos cansados pero ya no se veía tan tristes, incluso parecía sonreír. La tortuguita camino hacía él y cuando alcanzo su mano froto su cabeza contra ella.
Una sonrisa se le escapo – De nada.
La tortuga lo miro y asintió – ¿Me entendiste? – Esta vez la tortuga solo lo miro – Sí, debe haber sido solo una coincidencia – Volvió a tomar a la tortuga en sus manos – Velo así ahora no tendrás que soportar más a ese niñato, seguro que trababa mal y por es lo mordías.
La tortuga lo miro y luego mordió su mano. Sus ojos se abrieron de la sorpresa y dejo escapar un pequeño alarido. ¡La tortuga lo había mordido!… aunque no le dolía. Se calmo un poco y vio que la pequeña tortuga aún tenía su pico cerrado sobre su piel, pero no lo mordía lo suficientemente fuerte como para hacerle daño. La tortuguita noto su mirada y dejo de morderlo, ahora los dos volvían a mirarse mutuamente.
- Eres extraña – Dijo por fin, la tortuga volvió a morderlo, pero esta vez un poco más fuerte, como diciendo Mira quien habla – Sí supongo que tienes razón – La tortuga lo soltó – Eres bastante ruda, me gusta eso. Me pregunto que nombre te habrá puesto ese pendejo, seguro te puso algo cursi o tonto que lo mordiste, ¿no? – La tortuga seguía mirándolo – Sí fueras mi mascota te pondría algo más macho, más masculino y rudo, algo como… ¡algo como Spike! Sí, ese nombre te viene, solo miro ese pico puntiagudo que tienes – Río entre dientes.
- Mew – Se hizo eco en la alcantarilla y Raphael miro a la tortuga responsable de aquel sonido.
- Mew, ¿tú haces mew? Un poco más y me recuerdas a un gato – La tortuga lo mordió – ¡Hay! Ya, esta bien ya entendí, no me burlare de tu mew. De cualquier modo. ¿Por qué hiciste ese sonido? ¿Te gusto el nombre?
- Mew.
Raphael sonrío – Jaja, esta bien, serás Spike – Raphael miro a la rendija a lo lejos, la luz del sol era cada vez más tenue, pronto oscurecería. Si no se daba prisa se metería en problemas. Miro a Spike en su mano, este se había acostado en ella. ¿Qué iba a hacer con él? Splinter no les dejaba tener mascotas, tampoco podía llevarlo consigo, pero tampoco tenía tiempo de buscarle un mejor lugar a la tortuga.
Se quedo parado viendo a la pequeña tortuga en su mano. Spike descansaba tranquilamente en ella, ya no se veía cansancio ni tristeza en el rostro de su amigo. Suspiro, sabía que se arrepentiría de lo que estaba apunto de hacer, pero no dejaría a Spike sólo, tan solo era una cría de tortuga y no se atrevía a dejarlo sólo, lo llevaría con él… al menos por esta noche, ya mañana le buscaría un lugar donde pudiera estar fuera de peligro y donde pudiera conseguir comida por si sólo. Sabía que las alcantarillas no eran un buen lugar para una tortuga bebé. Junto sus dos manos y comenzó a caminar, con el movimiento Spike se despertó y al notar que tenía más espacio se acomodo a gusto.
"´^*^`"
Mikey estaba sentado en el sofá terminando de leer un cómic de Nobody de Mirage cómics. Es uno de esos súper héroes oscuros y que no tenían súper poderes que salvaban a la gente y actuaban en la noche, así como lo hace Batman, así como estaba seguro podría hacerlo él si tenía la oportunidad.
Con su visión periférica vio a su hermano Leonardo salir del dojo.
- Mikey – con desgano dejo de leer – ¿Ya volvió Raphael?
- Aún no Leo, pero debe estar por llegar en cualquier momento – Su hermano asintió y siguió caminando en dirección al taller de Donnie, esta semana les tocaba a ellos hacer la cena. Desde su ultimo cumpleaños el maestro Splinter les había dicho habría turnos para hacer la comida, para que así aprendieran a cocinar y que lo harían en grupos de dos, porque no quería que hubiera accidentes en la cocina o comida quemada y que si necesitaban ayuda o tenían alguna duda le preguntaran, además de que cuando a alguno no le tocara cocinar lo haría él.
Con eso ya sabía que esta noche comerían verduras, sus hermanos se habían enfrascados estos días con la vida sana y de vez en cuando en lugar de hacer o pedir pizza les servían ensalada con algo para comer. Él prefería la pizza en todo momento y lugar, ya quería que fuera su turno, convencería a Raph de que solo comieran pizza esa semana.
En ese momento hoyo la puerta de la guarida abrirse y vio a su hermano de antifaz rojo entrar rápidamente y algo nervioso en dirección a su habitación. Eso era extraño, dejo su cómic en la mesa y se levanto, en ese momento vio a Leo y Donnie que caminaban hacia la cocina, ninguno le había prestado atención. Si Raph estaba con algo entre manos prefería descubrirlo discretamente, eran raras las veces que Raph se veía nervioso, solo se veía así cuando estaba en problemas o tramaba alguna broma, no veía razón para que estuviera en problemas así que… ¡estaba tramando una broma! Sí era así definitivamente quería estar dentro y no aguársela, se dirigió a la habitación de su hermano y con cuidado abrió la puerta.
Raph abrió la puerta lo más rápido que pudo y entro corriendo con Spike escondido entre sus manos aún durmiendo, noto que su hermanito Michelangelo estaba en el sofá leyendo un cómic, o haciendo que leía un cómic. Mikey lo había visto entrar y ese destello de curiosidad en sus ojos le advirtió del peligro. Cerro la puerta tras de sí y miro nervioso en su pequeña habitación ¿Dónde podía esconder a Spike? Sabía que Mikey no tardaría mucho tiempo en aparecer en su habitación. Rayos, lo único que tenía era un closet, su hamaca y unas frazadas. Abrió las puerta del closet, su equipo para entrar y sus cómics estaba dentro, además de que al cerrar la puerta quedaría a oscuras y con poco espacio… descartado, miro a su hamaca… descartado, miro a las frazadas en el piso. Podría ser, solo necesitaba crear espacio suficiente para que Spike pudiera esconderse sin que lo aplastaran las frazadas. Tomo unas pocas pesas y las dispuso bajo las frazadas, dejando un pequeño espacio para Spike, era como una cueva. Dejo a la pequeña tortuga en el piso y la miro.
- Escúchame bien. Ni mi papá ni mis hermanos pueden verte, así que quédate aquí escondido hasta que yo te diga. ¿Entendiste? - Señalo con su dedo la pequeña cueva improvisada, Spike miro donde señala, mordió levemente su dedo y luego se acostó a dormir en el escondite improvisado, se levanto a cerrar las puertas de su armario justo a tiempo para ver a Mikey entrar a su cuarto.
- Oye Raph – Mikey cerro la puerta tras de sí, una sonrisa traviesa estaba pintada en su rostro - ¿Qué haces?
- Nada, no hago nada. ¿Por qué tendría que estar haciendo algo? – Dijo pretendiendo estar enojado, Mikey solo sonrío más alegre.
- Vamos Raph, no me engañas, yo se lo que estas haciendo.
- ¿Sabes? – Dijo sin poder evitar mostrar su sorpresa y sus nervios.
- ¡Pues claro! Es súper obvio, estas tramando una broma contra Leo y Donnie, ¿verdad?
Raphael volvió a respirar, ¿Cuándo había dejado de hacerlo? - ¿Una broma?
- Sí, una broma. Es por eso que entraste rápido, porque no creo que lo hayas echo para evitar problemas, no te metiste en problemas, ¿o sí?
¿Qué le decía?, rayos, incuso si le decía que era por una broma le preguntaría de que se trataba y si podía unírsele, siempre le decía lo mismo cuando lo pillaba tramando algo, pero si le decía por lo otro… igual se había tardado un poco en volver a casa con Spike, estaba seguro que igual había vuelto más tarde de lo normal - No es por una broma Mikey y no me metí en problemas, más bien estoy tratando de no hacerlo.
Mikey lo miro – ¡Ah! Estabas preocupado por el maestro Splinter, no te preocupes, salio a buscar comida así que no estas en problemas – La sonrisa traviesa de su hermano había desaparecido, el peligro estaba pasando.
Sonrío - ¿Y Leo?
- Esta en la cocina con Donnie.
- Menos mal, mejor voy a verlo antes de que piense en delatarme con el maestro Splinter.
- Sí claro, lo que digas. Y yo que pensé que podríamos hacer una buena broma – Mikey y Raph comenzaron a salir de la habitación.
- ¿Y quien dice que no podemos?
Mikey lo miro sonriente – ¡¿Lo dices en serio? Porque tengo una gran idea que involucra esas sabanas en el piso –Mikey se volvió a mirar justo hacia al escondite de Spike, su alegre animo cambio por uno curioso y entrecerró los ojos. Raph miro a su hermano con preocupación.
- ¿Sí? Y cual sería esa – Miro a las sabanas, el no veía nada extraño, nada que delatara a su pequeño amigo, así que tal vez si se hacía el tonto su hermano olvidaría lo que sea que había visto.
Mikey pestañeo un par de veces y volvió a sonreír – Bueno, ¿recuerdas la otra vez que vimos esa película de fantasmas?
- Sí – Raph puso una mano sobre el hombro de Mikey mientras lo volvía a dirigir fuera de su cuarto, volteo por ultima vez para notar que Spike había sacado su pequeña cabeza de la cueva y lo observaba, por suerte la sabana que estaba sobre él era del mismo color de su piel y seguramente por eso le había pasado desapercibido. Había tenido suerte.
- Pues si usamos unos cuantos hilos, unos globos y las sabanas sumado a otra película estoy seguro que podemos hacer que Leo y Donnie caigan. ¿No te gustaría ver sus caras de miedo?
- Jaja, claro, pero primero tendríamos que encontrar una lo suficientemente buena para alterar a Leo – Dijo mientras cerraba la puerta de su cuarto y apagaba las luces. Ahora que lo pensaba, Spike también necesitaría algo para comer.
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Cenaron alegremente, o al menos Leo, Don y el maestro Splinter lo hicieron, mientras Raph y Mikey tuvieron que conformarse con la ensalada césar que les toco de cena. Era obvio para cualquiera que hubieran preferido comerse hasta una pizza con tan solo lechuga encima que solo la ensalada, si al menos la pizza con lechuga seguía siendo pizza.
Dado que Leo y Donnie habían cocinado y le maestro Splinter había ido a buscar comida era el turno de Mikey y Raph para lavar los platos. Una vez terminado y tras una pequeña batalla con agua Raphael había quedado solo en la cocina mientras el resto de su familia se preparaba para dormir. Lo bueno de que habían comido solo hojas esa noche era que podría sacar fácilmente una pocas hojas de lechuga para su amigo en la habitación, una vez termino de guardar los platos secos abrió la puerta del refrigerador y saco el alimento para su amiguito, entonces volvió a su cuarto, dentro Spike seguía acostado en el lugar que le había dicho y solo salio cuando Raphael le dijo que comiera. A penas tuviera la oportunidad iría a dejar a Spike a Central Park, no quedaba muy lejos de su casa y el lugar tenía muchos lagos y plantas para su amigo.
NA: Otra idea que no podía sacarme de la cabeza. Desde que supe que se iba a estrenar esta serie y en un momento de aburrición me metí a la pagina de nick y me encontré con este dato, de que Raphael iba a tener una mascota: una pequeña tortuga. Lo encontré una adición adorable y un tanto extraña, ya que las tortugas de por si son lindas, pero Raph es una tortuga también, que es como que alguien fuera un humano mutante y tuviera a un humano como mascota... raro :P
En fin, a mi me gusto la idea, ya que espero que tanto Casey como Klunk vuelvan a aparecer en esta entrega. ¿No sería genial que Klunk tuviera un amigo con quien jugar? Y si Klunk definitivamente aparece ya tengo pensado algo para un fic dedicado a las posibles aventuras del duo de mascotas ninja :D
¡A este fic solo le queda un cap :P y es mi primer fic de capítulos para las tortugas!
