NOTAS: Se me ocurrieron unas ideas locas para un fanfiction, así que lo que pase de aquí en adelante puede ser cualquier cosa. Sobra decir que al estar situado después de la tercera temporada está lleno de spoilers de la misma y de las anteriores.
Son capítulos más cortos (la mayoría) que los de mi anterior escrito, eso me va a permitir actualizar más a menudo. Y en cuánto a lo largo, pues pretendo que dure bastante.
Espero vuestros comentarios/críticas/reviews.
ACTUALIZACION 09/04/2014: He corregido unos detalles y reescrito algunas partes porque me han dicho que los primeros capítulos eran un poco confusos. Espero que ahora den más pistas, aunque la explicación de lo que pasa está algunos capítulos más tarde. Disfruten de la lectura.
Fue como si de pronto hubiera despertado de un sueño y el mundo que la rodeaba se hubiera vuelto real. Inspiró el aire como si fuera la primera vez que llenaba sus pulmones de aire. Un cúmulo de emociones la golpeó de pronto y la dejaron casi sin aliento.
Ella comenzó a percibir el mundo a su alrededor lentamente, a vislumbrar las formas de los muebles de su casa. Bo se arrastró hasta el sofá de la sala angustiada. Se llevó la mano al pecho y sintió su corazón golpearla violentamente. Tomó el vaso de alcohol que descansaba sobre la mesita frente a ella y vertió el contenido rápidamente en su interior. Sintió las lágrimas caer por su rostro y algo dentro de ella pareció romperse. Agarró el vaso de nuevo y volvió a repetir los mismos pasos varias veces, hasta que perdió la cuenta.
Miró alrededor asustada, sin comprender realmente por qué se sentía así. Ella realmente parecía no recordar nada. Trataba de pensar en cómo había podido llegar hasta allí, pero solo podía acordarse del olor a azufre y una explosión a su alrededor. No había más detalles que le sirvieran para entender lo que estaba pasando.
Realmente, tardó bastante tiempo en darse cuenta de que alguien la miraba fijamente. Ella se asustó al encontrarse los orbes de color azul observarla desde la distancia. Puede que el alcohol que había estado tomando la dejara más aturdida de lo que pensó en un principio.
—¿Bo-Bo? —dijo Kenzi con la voz entrecortada.
Bo la miró como si desconfiara de ella, pero ella era su amiga, no debía de tenerle miedo. La humana la observó con detenimiento y con el semblante ensombrecido por el miedo y la preocupación. Bo pestañeó varias veces, pero finalmente, no pudo detener las lágrimas y ocultó su rostro desolado entre sus manos, convirtiendo un ligero sollozo en un llanto sonoro con rapidez. En seguida, sintió el confort de los brazos de su amiga, pero su abrazo no fue nada reconfortante, en verdad; sintió la angustia arder en su pecho con más fuerza.
—¿Qué ha pasado aquí? —preguntó la gótica dulcemente. La súcubo fue incapaz de responder, las palabras se ahogaron en su garganta—. ¿Bo? —volvió a insistir su amiga con cierta alarma en el tono de su voz—. ¿Es la doctora? ¿Le ha pasado algo a Lauren? —le preguntó.
«No puedo salvarlos a los dos, así como tú no pudiste amarnos a los dos». Aquella frase entró como un cuchillo amenazante atravesando su mente peligrosamente. Bo recordó a Lauren y sintió mucho dolor al hacerlo, pero no pudo recordar más, solo esas palabras saliendo de su boca. La súcubo se aferró a Kenzi y hundió su rostro en el hombro de su amiga. La humana la sujetó con fuerza entre sus brazos cuando la fae comenzó a temblar.
—¡Por el amor de Dios, dime algo! —le gritó con los ojos inundados en lágrimas.
Nuevamente, la angustia se amontonó en la garganta de la súcubo impidiendo que pudiera pronunciar palabra. No hubo respuesta. Bo sentía su pecho arder en llamas. Su mente caía en la desesperación y lo único en lo que podía pensar era en Lauren. Aquel nombre le evocaba dolor, pero no se lo podía sacar de la cabeza, no podía tomar un respiro, era una tortura continua que la sumía en una eterna agonía. Y ya no podía pensar en nada más, no quería indagar más profundo en su mente.
—Necesitas descansar —dijo de pronto Kenzi.
La súcubo la miró con los ojos inundados en lágrimas. Su amiga sonrió de manera forzada mientras se ofrecía de apoyo para cargarla. Fueron juntas a la habitación, abrazadas. A Bo le pareció extraño que, a pesar de sentir el cuerpo de Kenzi junto a ella, la sintiera lejana, como una falsa impostora. Temió que, de nuevo, una kitsune psicótica se hubiera apoderado de ella, pero todo debía de ser efecto del cansancio. Bo se dejó caer sobre su cama cuando finalmente llegaron a ella.
—Duerme un poco, despeja tu mente y luego analizaremos lo que está pasando —le susurró su amiga mientras la arropaba.
Kenzi se sentó en la cama junto a Bo, esperando a que se durmiera, vigilante de que estuviera cómoda y tranquila. La súcubo pronto pareció caer en las garras del agotamiento, pero solo cerró los ojos.
El teléfono de la súcubo comenzó a vibrar después de unos minutos. Kenzi estiró el brazo para tomar el aparato que descansaba sobre la mesilla de su amiga. Frunció el ceño extrañada al leer en la pantalla "la odiosa valkiria". Estuvo a punto de ignorar la llamada, pero decidió contestar.
—¿Dónde está Bo? —gritó desde el otro lado Tamsin.
—Whoa —Kenzi se levantó rápidamente de la cama evitando despertar a Bo, pero la súcubo estaba observando todos sus movimientos con los ojos entrecerrados—. Más calma y amabilidad. Señorita, más vale que tenga una buena excusa para…
—Pásame a Bo, tengo que hablar con ella —la interrumpió rápidamente.
—Cualquier cosa que quieras decirle, se la diré yo más tarde, cuando haya despertado. Está cansada y ha pasado una noche horrible.
—Pues que se tire a algún amante de los suyos y se reponga. Es urgente. Necesito hablar con ella. Ya.
—Creo que eso no va a ser posible, querida. No creo que esté de humor para alimentarse. Tu urgencia va a tener que esperar hasta más tarde…
—¡Ni se te ocurra colgar! —le gritó Tamsin desde el otro lado del aparato—. Dile a Bo que se trata de Lauren.
—¿Lauren? —Kenzi frunció el ceño mientras observó de reojo a Bo que parecía dormir—. ¿Qué pasa con ella?
—Sé dónde está y tiene que venir ahora mismo aquí —le contestó Tamsin.
Bo se levantó de un salto de la cama. La manta que la tapaba salió volando hacia la pared. Había escuchado la conversación telefónica y su cuerpo se agitó alertado al oír el nombre de Lauren. Kenzi la miró con preocupación y mucha confusión. La súcubo tomó el teléfono de entre las manos de su amiga con un gesto brusco.
—¿Qué pasa? —preguntó alterada sin ni siquiera saber con quién hablaba.
—Es Lauren —escuchó decir a Tamsin con angustia—, va a matar a Dyson. Tienes que venir al Dal ahora mismo.
