Bueno, aquí les vengo con otro de mis locos y extraños Fic's. Esta vez lo hice de la reciente caricatura Miraculous Ladybug. Es un pequeño vistazo de como creo se conocieron Ladybug y Chat Noir (¡Lo amo!) así que… espero y lo disfruten. ¡Comencemos!
Cabe aclarar que es el primero que hago así que si no es correcto o los personajes son muy OC… pues perdón, aun me falta ver los capítulos unas tres veces más para poder representarlos a la perfección.
Disclaimer: Los personajes no son de mi propiedad, solo algunas de las locas cosas que sucederán.
.
.
El inicio de todo
Después de terminar con la patrulla de esa noche, Ladybug y Chat Noir se detuvieron en uno de los techos de las casas para poder descansar un poco. Miraron juntos el atardecer que empezaba a dar su espectáculo. Ella miro de reojo a su fiel compañero soltando un suspiro.
-¿Ese suspiro es por mí, my lady? –preguntó Chat Noir coquetamente
-Sí –respondió sin pensarlo mucho.
-¡¿Enserio?! –Su voz estaba impregnada de felicidad – ¿Ahora corresponderás mis sentimientos?
-¡No, no me refería a eso! –Agito rápidamente las manos frente a su cara al entender sus palabras
-¿A no? –La decepción estaba pintada en su rostro
-Es solo… que recordé algo –sonrió con melancolía
-¿Qué cosa? –pregunto él, ahora interesado
-Recordé el día que nos conocimos –una diminuta sonrisa apareció en los labios de la enmascarada heroína.
-Ese fue un día muy interesante –concordó él
.
[Un año atrás]
Marinette despertó esa mañana sintiendo que sería un día normal. Se aseo como siempre y finalmente bajo a tomar el desayuno. Cuando entro al comedor, miro montones de globos, un pastel en el centro de la mesa y una pequeña pancarta que decía "Feliz Cumpleaños Marinette"
-¡Felicidades Marinette! –corearon sus padres y su mejor amiga, Alya.
-¿Mi…mi cumpleaños? –pregunto sorprendida caminando hacia donde se encontraban sus seres queridos.
-¡Se lo dije señor Dupain, ella lo olvidaría! –se jactó Alya
-Querida –dijo la madre acercándose a ella para darle un abrazo –Como es posible que pudieras olvidar tú cumpleaños –pregunto con una sonrisa
-Yo… he estado un poco distraída estos días –confesó
-Pues hoy tienes que centrarte en pasarla bien. ¡Disfruta tu día! –chillo su mejor amiga
Pasaron el resto de la tarde disfrutando de los deliciosos postres que sus padres habían hecho y, cuando finalmente se terminaron, ambas decidieron bajar al parque que estaba no muy lejos de su casa.
-¿Y, que tal tu cumpleaños? –preguntó Alya
-Genial. Gracias por eso –sonrió dándole una mordida a uno de los dos cupcakes que traía en las manos.
-Pues como regalo de cumpleaños –Alya busco en su bolso –te he traído esto –Le entrego un paquetito rectangular envuelto en papel rosa con un listón negro –Es para que puedas escribir todo lo que pasa por esa cabeza tuya –le toco la frente con el dedo haciendo que Marinette riera un poco
-Gracias, pero no tenías que molestarte –comenzó a remover el listón cuando una voz las interrumpió
-¿hoy es tu cumpleaños, Marinette? –Un chico rubio y de ojos verdes se acercaba a ellas.
-Oh, hola Adrien. Sí, hoy es su cumpleaños –contesto Alya al ver que su amiga no reaccionaba – ¿Tienes algún presente por allí? –sonrió juguetonamente logrando recibir un golpe por parte de su amiga
-N…no es mi cumpleaños… ¡Digo! Sí es mi cumpleaños pero no lo es… ¡Quiero decir! No… no es necesario que me des algo –finalizo golpeándose mentalmente
-Lamento no traer algo conmigo –se llevó la mano detrás de la nuca –Pero… permíteme darte un abrazo –le sonrió con confianza sin percatarse de lo que provocaba en esa chica de cabello azabache
-¡Vamos, que esperas! –le susurro Alya levantándola y logrando que quedara frente a frente con él.
-Feliz cumpleaños –murmuro acercándose al cuerpo de ella y estrechándolo unos segundos. Marinette no sabía que hacer pero sus manos y su mente sí.
-Gracias, Adrien –contesto en el mismo tono abrazándolo de vuelta.
La cumpleañera intento memorizar eso con toda la nitidez que pudiera. Inhalo el delicioso olor que desprendía por el perfume, guardo en su mente esos brazos rodeando su espalda y parte de su cintura y el cosquilleo en la mejilla que provocaban sus rubios cabellos. Ese mágico momento duro solo unos segundos ya que la no tan disimulada risa de Alya los regreso al presente. Marinette se alejó completamente sonrojada y Adrien solo se veía un poco incómodo.
-Bueno, que disfrutes tu día –dijo cortésmente el rubio
-gr…gracias –contesto torpemente la cumpleañera y el chico finalmente se fue.
-Bueno, creo que hoy es el mejor cumpleaños de tu vida ¿No es así? –La codeo Alya –Mira que recibir un abrazo por parte del chico más popular de la escuela y tu amor platónico no es cualquier cosa.
-regresemos a casa, Alya –pidió Marinette sintiendo que poco a poco se perdía en su mundo perfecto con Adrien.
.
-¿Podemos pasar, Marinette? –pregunto su madre desde la entrada de su habitación
-Claro –dejo el libro que leía en la cama y miro como sus padres subían hasta sentarse con ella – ¿Qué pasa? –pregunto un poco nerviosa por la seriedad de sus padres
-Tu abuela nos dio algo hace mucho tiempo. Cuando aún eras muy pequeña –comento su madre –ella quería que te lo diéramos cuando cumplieras los quince años*
-¿La abuela les pidió que guardaran un regalo para mí? –pregunto sorprendida
-Sí –respondió el padre buscando algo en la bolsa de su pantalón –cierra los ojos y extiende las manos –pidió con una sonrisa amable. Marinette obedeció la orden y en cuestión de segundos, algo hacia presión en sus palmas –Puedes abrirlos
Frente a sus ojos se encontraba una cajita roja con el fondo de un negro terciopelo, en medio de eso, se encontraban un par de aretes circulares pintados de rojo con cinco motitas negras haciéndolos parecer un par de mariquitas.
-Son…son hermosos –exclamo mirando a sus padres –muchas gracias –dejo la cajita a un lado y los abrazo con todo el amor que sentía por ellos y su abuela.
.
Cuando la noche llegó, Marinette miraba atentamente los aretes algo hipnotizada por ellos. Suspiro y paso un dedo por encima de uno haciendo que una luz cegadora llenara su habitación. Cuando pudo recuperar la vista no notó nada diferente, miro a su alrededor comprobando que nada estaba fuera de su lugar y finalmente miro hacia la cajita. Abrió los ojos con sorpresa y terror al ver que ya no eran de color rojo y negro, sino que ahora estaban completamente negros.
-¡Ayuda, alguien que me ayude! –se escuchó una vocecita desde un pomo cercano a ella.
Con temor y curiosidad se asomó y ahogo un grito al ver lo que adentro se encontraba atorado. Un pequeño ser de color rojo y unas manchitas negras intentaba zafarse sin éxito alguno. Marinette, algo apenada por la criatura, la ayudo hasta que salió completamente dejando ver una cabeza un tanto grande y un cuerpo desproporcionadamente chico.
-q…que eres tú –intento no sonar muy grosera. Aun le tenía miedo a esa cosa
-Mi nombre es Tikki y soy un Kwami –se presentó con una sonrisa –dime, ¿Cuál es tu nombre?
-Marinette Dupain-Cheng
-Es un placer conocerte –extendió su pequeña mano y Marinette la estrecho –ahora, te contare lo que haremos.
Después de un poco de explicación rápida por parte del kwami, algunas dudas aclaradas y la aceptación de la chica, Marinette Dupain-Cheng se convirtió en la nueva Ladybug.
.
-¡Esto es divertido! –Exclamo con emoción Ladybug al columpiarse por Paris con su yo-yo.
-Sabía que te gustaría –respondió Tikki desde el arete –ahora, a destruir unos cuantos villanos
-Pero yo no sé pelear, mucho menos destruir villanos.
-No te preocupes –respondió el kwami –Eres nieta de Lea Cheng, llevas en la sangre el instinto de lo que harás.
Como si de una prueba se tratara, un estallido se escuchó a lo lejos al igual que sirenas que se transportaban al lugar de los hechos. Ladybug se dirigió al sitio desde los tejados hasta encontrarse con un hombre que lanzaba continuamente pelotas explosivas a algo en movimiento.
La nueva heroína bajó hasta quedar cerca del villano y, al ver que lanzaría sus pelotas explosivas a las personas, corrió con su yo-yo amarrándolo de los pies haciéndolo caer de golpe. Después de ese momento su cuerpo reacciono solo. Estaba tan concentrada en el monstruo, que no vio cuando una pelota se acercaba a ella hasta que fue tarde. "Soy la súper heroína más inútil de la historia" pensó mientras esperaba su inminente muerte. Pero eso nunca llegó, en lugar de eso, el sonido de un golpe y un rugido al estallar la pelota fue lo único que escucho.
-¡Strike! –Grito una voz – ¿Te encuentras bien? –pregunto con preocupación su salvador. Levanto la vista y pudo ver a un chico de lo más extraño. Era un chico rubio, de unos ojos completamente verdes y con pupilas alargadas como los gatos. Orejas negras sobre su cabeza, antifaz y traje del mismo tono negro y una cola con forma de cinturón que se movía como si fuera real. –My lady –hizo una reverencia ante la chica después de salir de su asombro –Mi nombre es A…Chat Noir y de ahora en adelante te seguiré a donde quiera que vallas –tomo su mano y estuvo a punto de besarla cuando ella la quito inmediatamente algo sorprendida.
El grito de frustración del villano no se hizo esperar y los dos dejaron los juegos para ponerse en guardia.
-Qué puedo hacer… que puedo hacer –murmuraba Ladybug
-¿Cómo podemos detener a ese sujeto? No me explicaron que hacer después de salvar a la damisela en peligro –dijo con un puchero
-Yo no soy una damisela en peligro –dijo ella
-Acabo de rescatarte de una muerte inminente –se jacto el chico de extraña ropa gatuna
-Pero en este momento no soy una damisela en peligro –miro sus orejas moverse un poco –gatito –sonrió ante su comentario –ahora, sígueme.
Corrieron hacia el enemigo y con agiles y coordinados movimientos pudieron derrotarlo. Después de haber arreglado todo con su poder, Ladybug miro a su felino compañero.
-Aun no me has dicho tu nombre, my Lady –le tomo la mano y antes de depositar otro beso ella la quito nuevamente
-Ma…Ladybug –contesto con una sonrisa
-Como te dije antes, mi querida Ladybug. De ahora en adelante te seguiré a donde sea que vallas.
Un sonido se escuchó en los aretes y el anillo de los nuevos héroes
-Creo que es hora de irnos –dijo Ladybug
-Te acompañare a tu casa –se ofreció Chat Noir pasando un brazo por los hombros de la chica haciendo que esta lo quitada con un pellizco –Pero my Lady, ¿Por qué tan mala con tu salvador? –pregunto con voz coqueta
-No es que sea mala. Es solo que aún no te conozco lo suficiente como para dejarte conocer mí casa, gatito.
-Mew, eso es injusto –dijo con otro leve puchero. Sus miraculous volvieron a avisar el poco tiempo que les quedaba –Muy bien, esta vez ganaras, my lady. Pero algún día sabré donde vive la que ahora es dueña de mi corazón –coqueteo caminando hacia atrás y haciendo una reverencia.
-ese chico es raro –murmuro una vez lo perdió de vista.
Se apresuró a llegar a su casa antes de que su transformación terminara. Cuando estuvo segura en su habitación y Tikki hubiera regresado a su estado original, pensó en todo lo que había pasado. ¿Realmente ese chico extraño la seguiría, y que quería decir con la dueña de su corazón?
.
Ladybug escucho su arete sonar y se levantó del tejado mirando aun el atardecer.
-¿Nos vemos mañana, my lady? –pregunto Chat Noir coquetamente
-Nos vemos mañana, gatito –acaricio su cabello haciendo que él cerrara los ojos con placer.
Ella hecho a correr nuevamente con dirección a su casa y sonrió ansiosa por lo que le avecinaba el siguiente día. Tal vez pudieran atrapar a algún villano esa vez.
.
.
.
*La historia de donde saque esto se llama "La hija de la Suerte" y está escrita por Raven Okami, pasen a leerla ¡Está genial! xD
.
¡Y aquí está mi idea! Loca ¿No?
Espero que les haya gustado tanto como a mí me gusto escribirla. Por favor, dejen sus lindos reviews dándome consejos para mejorar o para lanzarme tomates xD. *Se coloca un casco* Los esperaré con ansias.
Sin más que decir, me despido
Bye bye
.
.
Yare-Usagi
