¿Pero qué es esto, una persona desconocida que tiene el descaro de venir y plagiar un fanfic que llevaba siglos sin ser actualizado y después fue borrado?
Nah. No soy una persona desconocida, soy la autora original. Si bien es posible que queden por allí personas que me recuerden, recordaran también como en los últimos años las actualizaciones de mis fanfics decayó enormemente. Parte de ello era porque se me dificultaba escribir y mi perdida de interés en el fandom de Naruto no ayudó. Después vino el final del manga y aunque traté de ser positiva y dejar que no me afectase, pues... sí, al final sí lo hizo con el nuevo manga de Boruto, al ver como los personajes que tanto amé se convertían en una mala versión de sí mismos, así que, despechada, borré todos mis fanfics y pensé en dejar más o menos mi carrera de fanficker atrás.
Distintos Caminos siempre fue una cosa diferente y aunque mi amargura hacia el destino que tuvo la historia de Naruto sigue allí, Distintos Caminos continua brillando de una manera semejante a como siempre lo hizo. Una vieja amiga que me ha tolerado todo este tiempo aún tiene fe en mí, así que pensé que podría tratar una última vez y ver si conseguía terminar este fanfic.
Finalmente ¿Por qué no usé mi anterior nick con el que todos me conocían? Porque honestamente no creo necesitarlo. Por otro lado ¿Por qué no usé mi anterior cuenta?... pues porque tengo cerebro de chorlito y en mi acto de protagonista de tragedia, cuando borré todo, olvidé también pasar la información de la vieja cuenta a la lista donde tengo anotadas este tipo de cosas.
Así que aquí estamos de nuevo, en el comienzo de todo otra vez.
¸,ø¤º°°º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø,¸¸, DiStInToS CaMiNoS ¸,ø¤º°°º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø,¸¸,
Prólogo
Su cabeza dolía tremendamente y aún luego de varios minutos de haber despertado, no lograba identificar en dónde se encontraba. Su cuerpo estaba completamente adolorido, casi podría jurar que cada uno de sus músculos se hallaba lastimado de alguna forma. Su mente revuelta le estaba haciendo una mala jugada, al negarse a cooperar un poco con su situación, limitándose a recordar vagamente lo sucedido antes de que perdiese la consciencia.
Se había enfrentado a Naruto y había intentado acabar con su vida. De nuevo.
Sin embargo en aquella ocasión todo había sido de una forma completamente diferente. Sasuke estaba molesto, terriblemente iracundo debido a que su objetivo no estaba logrado y aparentemente, si seguía a ese paso, jamás lo estaría. A pesar de que se había encargado de matar a Orochimaru y obtener un poder que le pareció suficiente para vencer a Itachi... aun así no había podido conseguirlo. Si bien era cierto que su hermano al fin había accedido a pelear con él, en antiguas tierras Uchiha, a pesar de haber luchado con la única cosa en mente que matarlo, al final fracasó.
Era cierto que se había acercado extraordinariamente a los poderes de Itachi y aunque casi consiguió su objetivo, Itachi sencillamente volvió a escapársele, diciéndole que cuando fuese más fuerte, volviese a buscarlo... pero que lo felicitaba ya que había hecho un gran trabajo, porque que era un poco menos débil de lo que esperaba. Y así, el tiempo pasó de forma lenta y trastornante. La impaciencia, la rabia y la poca lucidez que venía mostrando desde hacía meses fueron el suficiente aliciente como para hacerlo actuar de una forma que podría considerarse "imprudente". Únicamente así podría justificarse aquel estúpido comportamiento que llevó a cabo.
Para Naruto y su equipo, había sido únicamente la finalización de una misión donde cada uno acabó tan mal o peor como su compañero, pero nadie podía negar que quien había acabado peor parado era el rubio. Desde luego, Uzumaki Naruto jamás aceptaría que prácticamente podría estarse desangrando internamente y que el dolor era casi insoportable, por la simple y sencilla razón de que era demasiado orgulloso como para admitirlo siquiera. Y de esa forma sería completamente capaz de andar hasta su aldea y dejar que la Hokage lo examinase para curarlo de emergencia y después partirle la cabeza por su necedad. Sí, para ellos fue una misión terminada, pero para Sasuke y Hebi fue algo que no podían desaprovechar. En el pasado Sasuke hubiese ignorado y dado por menos este hecho, pero ahora, en aquel estado tan exasperado y alterado en el que se encontraba, decidió aprovechar de la forma mas rastrera posible cualquier oportunidad, como si al final hubiese aprendido también de Orochimaru sus artes desleales. Porque a pesar de que había hecho de todo para obtener aun más fuerza, estaba seguro de no haberlo conseguido; necesitaba de más para tener en sus manos el poder que le permitiese arrebatarle la vida a Itachi... y el único poder que le daría la victoria era el del Mangekyou Sharingan. Matar a Naruto para obtenerlo y seguir las palabras de su hermano no era lo que quería, pero ahora, luego de tantos años de espera y de estar sumido en la más profunda oscuridad, su deseo de venganza por fin era más fuerte que el deseo de no seguir los pasos de Itachi.
De esa forma fue como emprendiendo camino con Hebi, se dispuso a atacar, encontrándose con quienes ya se esperaba: Kakashi, Sai, Sakura y claro... Naruto.
Una pelea cuatro contra cuatro parecía ser lo más justo, sino se contaba con que a diferencia de ellos, Kakashi y su equipo no estaban restablecidos del todo de su anterior enfrentamiento.
No valía demasiado extenderse tanto en recuerdos perdidos. Porque al final había logrado mandar a Naruto al suelo, sin que éste pudiese levantarse de nuevo, lo que había estado esperando era sin duda eso, con una de sus técnicas en su máximo poder y cegado por la anterior batalla violenta que habían llevado a cabo, juraba que verdaderamente esta vez pondría fin a la vida de su ex-amigo, si es que realmente alguna vez había sido su amigo y no simplemente una debilidad en su camino.
Algo debió de pasar en ese lapso de tiempo, pues lo último que a su mente acudía era como Kusanagi, envuelta en un más que mejorado chidori, se dirigía irrefutablemente hacia un punto en concreto en el pecho del rubio: el sitio donde estaba el corazón. Estaba consciente de que si dañaba aunque fuese ligeramente el corazón, el chackra del zorro se inutilizaría... que ironía, que tanto en sentido literal como figurado, el punto débil de Naruto fuese su corazón. Pero justo en ese momento una intensa luz rojiza le cegó por completo a pesar de su sharingan activado; un calor abrasador lo rodeó completamente y sintió como si llamas voraces de fuego comenzaran a consumir su cuerpo fibra a fibra.
Y ahora estaba allí. Acostado en quién sabía que parte, sintiendo el frió del ambiente y un innegable olor a hospital. Eso era todo; había ido a atacar a Naruto, casi lo mata y seguramente algo lo salvó... y para "mejorar" las cosas él había sido el derrotado. Rogaba no tener que estar en Konoha, pero no encontraba razón más lógica de que se encontrase en ese momento en un hospital; no cabían dudas sobre eso.
De no ser porque era seguro que su cuerpo estaba atiborrado de calmantes y a saber que más drogas que le impedían moverse, ya se hubiese puesto de pie desde hacía mucho. Pero al menos ahora ya podía decir que tenía la mente lucida y eso lo agradecía enormemente, de hecho, se encontraba utilizando todo el autocontrol que tenía para no alterarse demasiado y ser presa de sus propias emociones, ya que después de todo, aparentemente por culpa de eso había terminado en semejante estado. Ahora lo que debía de hacer era pensar todo con calma, usar toda la frialdad que tenía y comenzar a idear un plan para escapar. Debía de estar completamente tranquilo o de nada le serviría tener la mente clara.
La situación no podía ser tan mala, pese a todo. No estaba apresado de pies o manos. Lo primero era averiguar cómo era su entorno, de ahí, podría asegurarse de cuál era el mejor plan de acción a seguir. Por el momento tendría que olvidarse de qué sucedió, para pensar en cómo salir.
Al abrir pesadamente los ojos, notó al instante como todo estaba en oscuridad, lo que ya había supuesto. Intentó incorporarse pero su dormido cuerpo no lo dejó, sin más, soltó una casi inaudible maldición, comprobando también que su garganta estaba seca y dolía ligeramente.
- No te esfuerces, no conseguirás nada por el momento.
Sasuke se paralizó ligeramente, sorprendido de saber que no se encontraba tan solo como creía. Debía de ser que sus sentidos estaban ligeramente adormilados, pues no había reparado anteriormente en la otra presencia en la habitación.
Paseó su vista rápidamente por todas partes, pero asombrosamente, la oscuridad era total.
– De ser tú, yo usaría el sharingan ¿O prefieres que encienda una luz?
De nuevo ahí estaba aquella voz que al instante juzgó como algo nefasto. Sin embargo, se le hacía tremendamente familiar, como si la conociese desde siempre... había que agregar que estaba claro que su locutor sabía quién era él, de otra forma no existía explicación alguna de por qué había mencionado sobre su herencia de línea sucesoria.
– Ni sharingan ni luz ¿Eh? Hablemos en las sombras entonces.
Sasuke detestó el tono tan prepotente, confiado y casi burlón que tenía el otro; rápidamente logró adivinar de que se trataba de alguien joven.
– Sasuke... te llamas Sasuke ¿Me equivoco?
Hmn, entonces quizás no lo sabía quién era él después de todo. Sasuke no hizo cosa alguna más que soltar un gruñido inconforme, dejando en claro que bajo ningún concepto tenía la intención de responder.
– Que poco cooperativo –la voz sonó burlesca– Ya encontraremos la forma de sacarte las palabras, dime, Sasuke... ¿Qué haces aquí?
El Uchiha quiso haberse reído y soltado uno de sus mejores insultos ¿Cómo demonios iba él a saber qué hacía en ese lugar? ¡Sasuke debería de ser quien preguntara eso!
Unos cuantos segundos de silencio bastante pesado cayeron, Sasuke maldijo, ya que si no estuviese tan débil, seguramente podría tomar a la persona que le hablaba como rehén y utilizarlo de allí para escapar de aquel maldito lugar en el que estaba. Aunque quizás no sería tan fácil, no creía que hubiesen mandado a cualquiera a custodiarlo.
– Vamos, Sasuke –arrastró el nombre de forma molesta– Dame una buena explicación de tu existencia.
Definitivamente eso era más de lo que iba a soportar de un perfecto desconocido, sin duda alguna en cuanto lograse establecerse, iría a cortarle la cabeza al impertinente que se atrevía a hablarle de ese modo.
– Jódete –murmuró Sasuke con voz ronca–.
– Oh, normalmente necesito a Naruto para eso –la voz le respondió cargada de ironía–.
Sasuke se esforzó entrecerrando los ojos para mirar al otro, era definitivo que no podía utilizar el sharingan, al menos no hasta que se restableciese un poco más. La mención de Naruto había sido poco inesperado, pues cada vez estaba más convencido de que debía de estar en Konoha... maldito Naruto... ¡Ese pedazo de imbécil! Ahora seguramente estaría regocijándose de haber traído a Sasuke Uchiha de vuelta a la aldea. Y Sasuke realmente se odio a sí mismo, se odio casi tanto como odiaba a su hermano por haber sido tan imprudente... claro ¿Cómo iba a saber que terminaría perdiendo? Si prácticamente había ganado, casi había conseguido asesinar a la única persona que después de Itachi, merecía realmente morir a sus manos y a las de nadie más.
– Bien, me estoy dando cuenta de que no vamos a llegar a ninguna parte... ¿Te parece que ilumine este lugar?
El moreno no se molestó en responder, después de todo, poder observar donde estaba le sería de ayuda, así como también ver a la persona que había estado jugando peligrosamente con su paciencia.
Inesperadamente el sitio se iluminó, dejando ver lo que en apariencia era una habitación común y corriente como la de cualquier enfermería. La mullida cama se encontraba sobre un suelo terroso lo cual discordaba con cualquier piso de hospital; Sasuke no tuvo que estirar demasiado el cuello para ver que en el suelo había un montón de símbolos que en conjunto formaban un sello, que supuso, estaba rodeando la cama. Entonces era una posibilidad de que no se sintiese tan débil por medicamentos, sino por aquel misterioso sello que sin duda alguna estaba activo... ya que sin duda alguna era un sello para aprisionar; eso lo había sabido con tan sólo ver un poco de él. Por lo demás, las paredes oscuras y la ausencia de algún otro mueble eran lo único que podría considerarse fuera de lo común. Sasuke decidió entonces que ya era hora de dignarse a mirar a quien lo acompañaba, pues ya había conseguido dar con su presencia guiándose a través de su voz. Con parsimonia giró la cabeza, entornando los ojos hasta voltear directamente a una de las esquinas, la que casualmente estaba más cerca de la única puerta que había en la habitación.
Un jadeó casi sorprendido salió de su garganta, cuando por fin descubrió el rostro del otro.
En ese momento, Sasuke definitivamente pensó que quizás no tenía la mente tan lucida como estaba imaginando, ya que apoyado cómodamente sobre una pared, cruzado de brazos y vistiendo un traje de ANBU fácilmente reconocible como los de Konoha... se encontraba precisamente él.
Sí, otro Sasuke idéntico en apariencia le devolvía la fría mirada con sus orbes negras. Aunque no había que dejarse llevar, seguramente no se trataba más que de un truco ninja barato.
– No lo creo –habló su otro yo– Me ofende que pienses que soy un truco ninja barato.
Sasuke parpadeó, ahora si ligeramente sorprendido, estando seguro de que no había hablado en voz alta. El otro Sasuke sonrió con una terrible autosuficiencia, mientras que se enderezaba, echando hacia atrás el cabello que tenía recargado sobre uno de sus hombros. Sólo entonces Sasuke se percató de que a diferencia suya, la replica que tenía enfrente poseía un cabello largo que se encontraba perfectamente amarrado por una cinta blanca, llegando bajo sus hombros. La repulsiva idea de que realmente tenía un gran parecido con Itachi no dudo en asaltarlo.
– Ahora sí que te has pasado –dijo la copia– Mira que pensar que me parezco a mi hermano... harás que tenga otro trauma por su culpa –chasqueó la lengua– ¿Sabes lo mucho que a Naruto le agrada mi cabello largo? Le vas a arruinar el gusto.
Sasuke tuvo se encontraba en la terrible situación de no saber qué pensar y necesitaba bastantes explicaciones sin duda alguna. Por su parte, el otro Sasuke sencillamente lo miró fijamente, antes de soltar una carcajada.
Tal vez sí estaba un poco trastornado después de todo.
Continuará...
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Como aclaraciones finales, no sé cuánto tiempo me tomará volver a subir todo el fanfic hasta el punto en el que se había quedado, ya que debo editar los capítulos, escribir anexos nuevos, además de que volveré a leer todo el manga para intentar volver a poner mi mente en el punto en el que estaba cuando me encontraba escribiendo esto.
Como último y supongo que más importante: este fanfic ya NO contendrá lemons. Lo que quiere decir que removeré los que estaban, pero probablemente deje el lemon estelar de la "primera vez" que se encontraba en los anexos, pero a partir de allí, ya no escribiré lemons, al menos no completos. Probablemente siga poniendo contenido +18, pero como dije, no serán escenas enteras o demasiado explicitas. ¿Qué, por qué? Porque escribir lemons siempre fue mi talón de Aquiles y porque en éste punto de mi existencia, me interesa más que las personas que vayan a leer este fanfic lo hagan porque les interesa la trama y no por qué haya la oportunidad de que lean una escena de sexo, que para eso les aseguro que el fandom está lleno de fanfics que pueden ofrecerles eso.
En fin, como era mi viejo lema: A quienes hayan leído esto, se los agradezco de todo corazón.
.:¤°— "A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto y de pronto, toda nuestra vida se concentra en un sólo instante..." —°¤:.
(P.S. El nombre se fue pero no se salvan de las frases cutres del final =P)
