Mi primer Oneshot, Zutara, por supuesto xD


Otra vez se encontraban discutiendo.

La chica de ojos azules con el príncipe siempre estaban peleando, gritando…

Esta vez había sido por culpa de Zuko, quien decía que la comida de Katara no era precisamente la mejor que había probado…

- Pues si tanto la criticas, cocina tú! – Decía embravecida.

- Lo haría si no fuese que tengo mis manos atadas al árbol…

Katara tenía que darle de comer en la boca, para no desatar las manos del príncipe y evitar que el joven se escapara. Cuando asomó la cuchara a la boca de Zuko, este dijo:

- No pienso comer esa basura.

La chica se enfureció tanto que tiró su comida en la cara del exiliado y se marchó.

Todos los demás observaban en silencio la escena, pero como era de noche, se levantaron y se fueron a dormir. No sin antes dejar a Sokka vigilando al prisionero.

El príncipe había sido capturado por el Avatar y sus amigos, y siempre permanecía atado en un árbol y en constante vigilancia.

Mientras todos dormían, Katara fue a tomar un baño en una laguna cercana.

Zuko fingió que estaba dormido, engañando así a Sokka, quien, acto seguido, también se durmió.

El príncipe, aprovechando que por fin nadie lo veía, quemó las sogas y escapó.

Mientras corría hacia cualquier dirección con tal de alejarse lo más rápido posible, escuchó un ruido y fue a averiguar de donde provenía.

Se quedo estupefacto al ver aquella escena: Katara completamente desnuda, bajo los débiles rayos de la luna, jugando con el agua.

Jugando y riendo, moviendo su cuerpo lleno de curvas que lo enloquecían. Estaba tan perdido en esa hermosa imagen… Decidió actuar.

Mientras Katara se bañaba, Zuko se fue acercando cautelosamente por su espalda, él también se sacó sus prendas, y cuando estuvo lo suficientemente cerca de ella, la tomó por detrás.

Con una mano tapaba su boca sin permitirle gritar, y con la otra rodeaba sus caderas. La chica no entendía qué sucedía hasta que escuchó la voz del príncipe:

- Calma, soy yo.

Katara hacía movimientos bruscos, lo golpeaba, trataba de sacárselo de encima pero Zuko era bastante fuerte, ni siquiera con agua control pudo vencerlo. El chico la dio vuelta, quedando así frente a frente, y la besó a la fuerza. Katara primero opuso resistencia, pero luego se dejó llevar. Cuando él se apartó, ella quedó contemplando los ojos de Zuko y sintió como una fiera salvaje dentro suyo que pujaba hacia fuera queriendo salir a toda costa.

Se estaban besando nuevamente, pero esta vez era Katara quien había comenzado.

Sus cuerpos se llamaban y se deseaban desde hace mucho tiempo, era tanta la pasión que habían encerrado en secreto ambos que al dejarla salir, terminaron su acto de amor a un lado de la laguna, entre hojas y árboles.

Amanecía en el bosque. Sokka se despertó, miró el árbol y se tranquilizó al saber que Zuko no había podido escapar, o eso pensó él.

Katara estaba sirviendo el desayuno y todos se levantaron. Era un día nuevo. Uno distinto.

Mientras Katara le daba de comer a Zuko, los dos enamorados se miraron felizmente, porque sabían que la luna había sido la única testigo de aquel romance, y que ella guardaría bien el secreto entre los dos jóvenes.

Desde ese día, cada noche Katara desataba al prisionero y dejaba que sus cuerpos se embriagaran de pasión, solo con la promesa de que el príncipe volvería a ser atado y esperara hasta la próxima noche…

Fin