Titulo: Hurricane.
Resumen: AU, Una joven estudiante, entra en el instituto Grand line conocido como uno de los centros más peligrosos y raros del mundo, donde su vida aparentemente tranquila, cambia al conocer a unas pandillas tan distintas como ella. LAWXOC.
N.A: Sé que hay muchos fics como este, pero por favor darle una oportunidad. Disfrutad de la historia:)
N.A2: Bien pues aquí comienza mi primer FF de One piece. Soy nueva en esto, mi gramática y ortografía aun no son muy buenas, y puede que la historia se haga en algunos puntos algo ilegible (Lo siento). Bien, la historia será narrada en primera persona por mi OC, Nicte Black, una joven con un carácter variable. Las palabras, expresiones o nombre con * serán explicados al final del fic. Cada capítulo tendrá su canción, que será el nombre del capítulo y al lado saldré el grupo o interprete de esta.
Rango T: por el lenguaje usado, situaciones un poco "Sensibles", lime. (En capítulos futuros, tal vez lo suba a M.)
Disclaimer: One piece, las canciones usadas y las marcas, no me pertenece, hago esto sin ánimo de lucro, solo para pasar el rato.
Capítulo 1: Welcome to the world. (Kevin Rudolf)
Hoy sería un día normal, pero el destino, los dioses o quien fuera el que decía eso, no lo quiso para mí.
Me desperté con la alarma del despertador, o eso hubiera echó si no me hubiera tirado toda la noche en vela. Así que me limite a revolverme en la cama, abrir los ojos, y a porrear el botón del despertador para que se callase. Me levante de la cama, en el momento que toque el suelo con los pies me arrepentí de haber abandonado el calor de la cama y con todo el coraje del mundo, afronte el frio glacial que era mi cuarto en esos momentos. Era una de esas ocasiones en el que piensas mandarlo todo a la mierda y convertirte en un pingüino para poder vivir en la Antártida, total el glaciar era el único lugar donde mi casa se podía haber tele trasportado en esa noche.
De camino al baño me fui estirando mientras dejaba un rastro de ropa por el suelo hasta la misma entrada de este. Después de cerrar la puerta tras de mí, me metí en la ducha. Creía que el agua caliente me despejaría un poco pero lo único que sentía cuando el agua me lamia la piel con una lengua ardiente, era sueño. Salí de la ducha antes de que mi amuermada mente me abandonara a las tierras mágicas de los sueños y dejase a mi cuerpo en la estocada. Cogí una toalla negra y la envolví en mi cuerpo, mientas me mire en el espejo que estaba empañado con el vapor de la ducha, con la mano deshice la cortina blanquecina que me impedía verme en el.
Mi rostro era el mismo de siempre, piel de porcelana, nariz pequeña, labios rojizos, ojos grandes de color azul verdoso con un toque de dorado alrededor de las pupilas, las ojeras ese día pensaron en hacer su gran entrada y por desgracia adornaban mis ojos con su color moráceo. Al menos no me apareció una constelación de granos que adornase mi frente o las mejillas. Suspire y comencé a cepillarme los dientes mientras me peinaba mi larga melena castaña, cuando lo tenía desenredado me hice un moño bajo y medio desecho sujetando con una horquilla. Me maquille muy poco ya que solo usaba mascara de pestañas, ayer line negro, un poco de cacao para los labios y un anti ojeras para tapar esas cosas de debajo de mis ojos. Una vez estaba lista dirigí mis pasos hacia el vestidor.
Rebusque en los cajones hasta dar con un conjunto de ropa interior, algo sencillo, solo un sujetador blanco con una calavera negra en la copa derecha y las bragas igual pero con la calavera más grande. Me puse la ropa interior y continué en la busca del pantalón perfecto para hoy, entonces fue cuando lo vi, allí tirado en una esquina del vestidor descansaban mis jeans pitillo negros rotos. Sin pensarlo mucho me los puses y ya de paso también cogí una camiseta de manga corta roja. Y por ultimo me calce unas zapatillas altas rojas.
Culmine mi look con unas cuantas pulseras en ambas muñecas, un colgante largo que era una calavera y una gargantilla con una púa de guitarra y por ultimo unos pendientes de púas de guitarra. Eche un último vistazo a mi aspecto y sonreí al ver el resultado, no estaba nada mal.
Baje las escaleras en dos en dos y corrí hacía la cocina.
-Buenos días, mi muñequita vudú. –Esa era mi madre, que mas verme asomar el hocico en la cocina me sonrío. -¿Qué tal esta mañana?
-Pues…tengo sueño. –Dije con una sonrisa cansada.
-Te acostumbraras a este horario, tarde o temprano.
Mi madre era muy optimista en esos casos, se llamaba Ruth y era abogada. Se me hacia raro verla a estas horas de la mañana, normalmente estaba de camino al trabajo, pero no le di mucha importancia a eso. Siempre que me veía sonreía y me llamaba muñequita vudú, el mote que me gane a pulso en mi niñez cuando me dedicaba a arrancarle las cabezas, clavarle agujas, desmembrarlas, tirárselas a mi hermano mayor… a todas las muñecas que me regalaban.
Mientras mi madre me contaba algunas noticias sacadas del periódico que leía todas las mañanas y tengo que reconocer que me daban igual, me dedique en abrir y cerrar armarios de la cocina en busca de algo dulce que llevarme a la boca. Al fin halle tan ansiado tesoro y cogí unas galletas. Las devore con gusto. Mi madre me ofreció una taza con café con leche y la acepte con una sonrisa, tal vez eso me espabilaría un poco así que me la bebí del tirón.
-Hoy empieces la escuela, ¿no? Pregunto mi madre mirándome de forma amenazadora.
-Sí. Respondí de forma automática.
-Espero que tengas suerte y te adaptes a este sistema educativo.
-Supongo, pero no es cuestión de suerte.- Comente esbozando una sonrisilla. Sabía que mi suerte no la decidiría un gato*, y eso de adaptarse en un terreno desconocido y hostil era una aventura que no debería perderme. Sera interesante. –si no de tenacidad.
-Pareces una vieja.
-Eso lo eres tú. Le ofrecí una de mis miradas más dulces e inocentes que era capaz de poner.
-Serás bruja.-Mascullo ofendida. –Por decir eso te bajare la paga.
-Pero si no tengo paga.
-Exacto. Sonrió satisfecha consigo misma.
-Vele, lo que tú digas. –Dije antes de subir a mi cuarto. –Ya hablaremos de eso.
Cogí mi bandolera negra decorada con chapas de grupos de música, parches de símbolos raros y algún que otro descosido estratégico, dentro metí mi teléfono móvil, la cartera, las llave, un pequeño neceser y mis libros. Agarre mi Mp3, me coloque los auriculares, seleccione la canción, cogí mi cazadora con capucha blanca y volví a bajar a la cocina.
-Me voy.- Dije a mi madre haciéndole un gesto de despedida con la mano. –O llegare tarde.
Oí como me decía algo detrás de mí, pero no estuve atenta ya que llevaba la música muy alta y salí corriendo de casa.
…..
Llegue a la escuela justo a tiempo de entrar a las clases. Mi primera impresión fue, ¿Dónde leches me he metido? Sabía que ese instituto era bastante conocido por la cantidad de jóvenes "Rebeldes" que asistía a él, pero el hecho de que en la entrada hubiese unos cuantos coches de policía, me dio tan mala espina que subí el volumen de mi mp3 tanto que la gente que pasase a mi lado podría escuchar perfectamente la canción, que estaba escuchando.
Entre en el edificio, mi presencia parecía no perturbar el lugar, al contrario la gente pasaba de mi, parecía no desentonar y eso hizo que cayese en la cuenta de que yo era ignorada allí donde fuera. No sería un pensamiento muy positivo llegar en plan pesimista, el primer día de clase, así que simplemente ignore el hecho. Eche un simple vistazo a mí alrededor, para situarme.
Mi vida era como esa galleta que se quedaba más tiempo sumergida y al sacarla se rompía. Me quedaba tanto tiempo metida en mis pensamientos que me olvidaba que había más gente a mí alrededor. Ese tipo de acciones por mi parte habían hecho que me criara como una chica independiente y un poco insegura de mi misma.
Mire el horario para saber cual era mi primera clase. Salí otra vez corriendo, hacia la primera clase. Música. Adorada la música, siempre tenía una canción en mente, canturreándola de vez en cuando o casi siempre. Pero como asignatura, no me agradaba mucho. Conté los pasos hasta la misma puerta de la clase, no sabía cómo explicar esa extraña costumbre, pero algo seguro era que me tranquilizaba.
Llame a la puerta, llegaba unos minutos tarde, espera a ser recibida. Cuando lo conseguí empuje la puerta con un suspiro. Mire expectante al profesor. Era un hombre muy alto y delgado, que vestía de forma extravagante como si fuera de la época victoriana, llevaba unas gafas de sol oscuras, y su pelo afro negro era puntualizado por un sombrero de copa.
-Yohohoh.- se rio el profesor de forma estruendosa. –Pasa señorita, ¿Serías tan amable de mostrarme sus braguitas?
Me quede con cara de "WTF?*"
-Quizás.- Conteste con una sonrisa satisfecha. Algunos alumnos comentaron varias cosas que conseguiría sacarle los colores a un cadáver, otros se limitaron a reírse, y otros casi solo chicas me miraron con sorpresa y desagrado. –Soy Nicte Black. La nueva alumna.
Brook se rio a carcajada limpia, y mientras eso ocurría señalaba un hueco vacio donde podía sentarme.
-Siéntate…allí…entre…Luffy y Penguin.- Dijo el profesor recuperando el aire perdido.
Asentí y fue hacia donde me dijeron. Me senté de forma inadecuada y mire a los dos chicos que me miraban con curiosidad.
-Hola.- Salude moviendo la mano a la par que esbozaba una sonrisa.
-Hola.- Contesto uno de ellos. –Soy Luffy. Añadió riéndose. Luffy llevaba un sombrero de paja que le quedaba bien con su pelo negro desordenado, sonreía de una forma natural como un crio, y tenía una cicatriz debajo del ojo.
-Hola.- Dijo el otro. –Soy Penguin. Y con eso alargo su mano, se la estreche no sin antes vacilar y sonrió. Este llevaba un gorro blanco con un pompón rojo y su nombre grabado en el.
-Gracias, me gustan vuestros sombreros.- Conteste divertida.- Pero yo soy más de capuchas.
…
La campana sonó y dio por finalizada la clase, ahora era el turno de descanso. Recogí mis cosas –pocas- y me dirigí a la salida del aula, pero conforme salía una mano extrajera me agarro la muñeca. Con una expresión de fastidio encare al dueño de la mano.
-¿Qué?-Pregunte carente de emociones a Luffy, que me agarraba del brazo y sonreía como un idiota.
-Ven con migo.- Se limito a decir él antes de tirar de mi, hacia no se sabe dónde.
Llegamos al patio y observe con detenimiento a mi alrededor, parecía el típico patio de instituto de un anime. Luffy aun seguía tirando de mí, y a juzgar de su prisa podía jurar que: se moría de hambre. No me extraño mucho, porque yo también sentía mi estomagó rugir por comida. Obediente pero alerta, le seguí hasta la zona que parecía ser "verde". Allí en la sombra que daba un gran árbol, había unas cuatro personas que parecían esperarle. Mi primera impresión fue: ¿Qué pinto yo aquí? me detuvo en seco, Luffy por su parte me soltó y me miro con cara de no entender nada.
-¿Uh?- Musito el pelinegro inclinando la cabeza hacia un lado.- ¿Qué pasa?
-Nada. –Conteste con una sonrisa. –Pero me gustaría ir antes al baño.
Era mentira, pero necesitaba estar sola un rato para olvidarme del mundo y centrarme en la canción que estuviera escuchando en esos momentos.
-Ok.- Parecía tragarse mi excusa barata, porque sonrío y comenzó a correr hacia el árbol. –Te veré luego entonces.
Sin despedirme siquiera me di la vuelta y volví a entrar en el edificio principal. Subí las escaleras hasta la azotea. Antes de abrir la puerta que me separaba de la libertad, unas voces llegaron a mis oídos. Parecían estar discutiendo, por que de vez en cuando una de ellas se elevaba de forma amenazante, pero luego una más calmada le replicaba. Me quede sentada en el suelo, en una zona donde si abrían la puerta no me pudiese dar y a la par donde podía escuchar todo claramente.
-Siempre tan molesto. –Dijo una de las voces, la más violenta. – ¿Cuando aprenderás a mantener tu lugar?
-cállate. –Le corto la más calmada. – Se lo que hecho y no es nada que deba molestarte, Eustass-ya.
Vaya, esto era una riña entre chicos y parecía que iba a durar mucho. Me moría de curiosidad, pero si me pillaban estaba muerta. Así que decidí desconectar del mundo, saque mi mp3 y me coloque mis cascos. Con una gran sonrisilla seleccione una canción al azar.
…
Una patada en mi pierna, me saco de mis pensamientos y me encontré de nuevo en el mundo de los vivos. Abrí los ojos de golpe –parecía la típica escena de la una película de acción, cuando el protagonista se despierta después de ser secuestrado- centre mi mirada en la zapatilla de quien fuera que me dio. Era un chico, por su pie grande lo pude deducir, además parecía tener dinero ya que sus zapatillas eran de marca y no de una muy barata. Fui subiendo la mirada poco a poco por la pierna, analizando todo. Era alto y atlético, aunque con un sentido de la moda algo personal, ya que llevaba vaqueros rojos, Camisa blanca lisa… No tuve tiempo de seguir analizándolo ya que él me volvió a dar una patada, para llamar mi atención. Lo consiguió ya que enseguida lo encare.
Su rostro era pálido, llevaba maquillados los labios, llevaba el pelo de punta y era de color rojo brillante (Creo que quería hacerle competencia a sus pantalones), encima a modo de diadema llevaba unas gafas como de soldador y sus ojos burlones de un color ámbar me miraban de forma descarada. Pero mi vista se fue a la gente que estaba detrás de él. Nunca había visto ese tipo de gente, al menos no delante de mí. Uno de ellos tenía una larga melena rubia y su flequillo le tapaba los ojos, otro parecía sacado de pesadilla antes de navidad, porque parecía un muñeco vudú y tenía el pelo azul y por ultimo uno que llevaba un collar con dos hojas de hacha en miniatura y mostraba una expresión de aburrimiento. Tenían aspecto algo gótico y brutal.
Ese fue mi límite y comencé a reírme tan escandalosamente que sentía como comenzaba a dolerme la tripa. El tipo me volvió a patear y eso me llevo a levantarme, vi como su boca se movía y los otros comenzaban a reírse. Así que me quiete los auriculares y sonreí como una azafata de concurso televisivo.
-¿Qué?- Intente sonar lo más calmada posible, pero el hecho de que me hubiese pateado tres veces hizo que mi voz sonase con un poco de ira.
-¿Qué haces aquí? –El ignoro mi pregunta y se cruzo de brazos. –Esta zona es de nosotros.
Eso me hizo reír, provocando que él me mirada con odio. Ese pelirrojo no sabía donde se había metido.
-Que yo sepa el instituto es público, no de una panda de "Malotes". –Dije burlona y haciendo especial énfasis en la última palabras. –Pero tal vez sea culpa mía…, como soy nueva y todo eso.
Mi explicación pareció hacerles gracia. Eso ultimo que había dicho, lo dije de forma inocente y con ojos de cordero degollado. Así que no debió sorprenderme que eso despertara su lado sádico. En menos de lo que canta un gallo tenía a ese tipo sobre mí, apresándome contra la pared y su cuerpo. Yo no hice nada y ni siquiera trate de defenderme, solo nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos. Eso se volvió una guerra de miradas y yo no pensaba perder. Pasados unos segundos el pelirrojo se retiro de mí, y yo pude respirar tranquilamente. El entonces sonrió.
-Eres una chica rara. –Dijo sin duda en su voz. Eso me hirió un poco, pero no me importo mucho. –Cualquiera ya se hubiera marchado corriendo y llorando con solo vernos. Pero tú no, y eso me gusta. Soy Eustass Kid.
El tendió su mano y ya me la quede mirando. Era grande y fuerte, igual de pálida que su rostro y llevaba las uñas pintadas. Además el era con quien estaba discutiendo la otra voz. Pero no mencione nada y me limite a estrecharle la mano.
-Nicte Black.- Dije sonriendo. Su cara pareció palidecer más de repente, y su apretón de mano perdió fuerza y muy lentamente la retiro de la mía. -¿Qué?
Todos ellos me miraron algo perturbados. Todo el habiente de diversión, fue sustituido por uno de tensión –Romantica ja, ja- .
-¿Tu padre es, Heracles Black? –Fue el rubio quien hablo ahora.
Me sorprendió que ellos conocieran a mi padre, pero si eran unos jóvenes delincuentes, era norma que les sonase el nombre de mi padre y mas mi apellido. Mi padre Heracles, es escritor y solía dedicar casi todo el día a escribir y leer. Parece un rollo, ¿Verdad? Pero eso era solo era fachada en realidad, es un jefe de la mafia.
Asentí muy lentamente, como quien habla con un perro. Ellos se pusieron nerviosos. Eso no me gustaba y decidí cortar por lo sano.
-Sera mi padre, pero yo no tengo nada que ver con sus asuntos. –Dije calmadamente como quien no quiere espantar a un montón de aves.
Pareció que mi inténtenlo para calmar el habiente, dio en el clavo. El grupo relajo su postura y Kid regreso a su habitual postura de macho alfa.
-Así que una pequeña como tú, puede ser peligrosa. –Bromeo ganándose una mirada gélida por mi parte.
-Puedo ser de muchas maneras. –Replique con una sonrisa picara.
El timbre sonó y yo me disponía a abandonarlos, pero una mano me agarro del brazo. Era Kid se empeño a acompañarme a clase. Por el camino me termine de presentar al grupo, el rubio le llamaban Killer, el peli azul Heat y el deprimido Wire. Me entere que ellos controlaban la parte sur del instituto –La zona del patio, solo la zona sur y la parte del gimnasio- y que eran muy temidos por todos. Pero me aseguro que yo le había caído en simpatía y que no me aria nada malo, no sabía si reírme o llorar, preferí sonreír y asentir.
Mientras estuvimos intercambiando números de teléfono y algún que otro comentario. Todos se nos quedaban mirando conforme andábamos y eso me hizo sentir un poco atacada. Estaba acostumbrada a ser discreta y no llamar la atención, pero eso se fue al garete al tener a Kid a mi flaco izquierdo, a Killer al derecho y a Heat y Wire detrás.
Me hacía sentirme como una estrella de alfombra roja. Eso me provoco que me riera de mi propia broma personal. Los chicos se detuvieron y se me quedaron mirando con cara de "Esta loca y ha olvidado tomarse su medicación". Hice lo mismo y me detuve, el solo hecho de pensar en ellos como unos guardaespaldas me hacía reírme. Me calme un poco y me entere de que estábamos a solo una clase de la mía. Les mires con alegría y sonreí.
-Aquí te abandonamos. –Dijo Kid con una sonrisa. –Nos veremos.
-Hey. –Les llame antes de que se pudieran marchar. Cuando se giraron yo sonreí con todos los dientes y alce una mano a modo de despedida.
…..
Las clases acabaron y ya éramos libres, menos yo. La pandilla de Kid estaba afuera del instituto esperándome. No sabía muy bien porque estaban allí, pero de todas formas, les salude.
-Te estamos esperado, enana. –Dijo Kid sonriendo y comenzando a andar. –Vamos.
Les comencé a seguir pero no me hizo gracia su "cariñoso" apodo. Llamarme enana era como llamar a la música innecesaria. Tuve la necesidad de romper el silencio, acelere el paso y me coloque al lado de Kid.
-¿A dónde vamos? – Pregunte como quien no quiere la cosa.
-Es una sorpresa. Contesto mirándome y sonriendo de lado.
-No me gustan mucho las sorpresas. –Replique de forma infantil, enfurruñada. –Dímelo y ya.
-Impaciente ¿Eh?
Parecía que lo disfrutaba y a mí eso me ponía enferma. Le saque la lengua y él se rio.
….
* Mi suerte no la decidirá un gato: Se refiere a la superstición de que si un gato negro se cruza en tu camino tendrás mala suerte.
*Wtf?: Las siglas de, "What the fuck?" Que quiere decir "¿Qué coño?"
Vale por mi parte nada más que añadir, Dejar reviews plis que me hacen ilu ^^. Venga hasta luego. :D
