Todos los personajes pertenecen a JK Rowling y esta novela es sin fines de lucro

Título del capítulo: It's time to begin (Es hora de comenzar) It's time- Imagine Dragons.


- ¡Claro que no! Ya lo he decidido, ¿qué es lo que no se entiende?

- ¡Claro que sí! Acá el único que no entiendes eres tú.

- No volveré a ese lugar. No quiero- suplicaba el chico- ¡No puedo hacerlo!- dijo casi rogando.

- No tienes opción- gritaba ella. Una mujer rubia, un poco mas baja que él- ¿Qué piensas hacer? ¿Piensas que conseguirás trabajo, a caso? ¿Piensas poner un pie en el Ministerio y que miles de ofertas de trabajo o puestos vacantes se presenten a tus pies? Por favor, no me hagas reír.

El chico no le contestó, simplemente se limitó a observar las negras maderas del piso. Fue el hombre el que habló esta vez.

- Hijo, tu madre tiene razón. Debes regresar a Hogwarts y terminar tus estudios- Lucius, seguía bastante demacrado, ojeras y arrugas hacían ver su rostro más viejo de la edad que tenía. Al no recibir respuesta, continuó- Nuestra familia ya no tiene la importancia que antes tuvo. Debes aceptarlo, porque negarlo no te va a llevar a ningún lado.

- ¡No voy a regresar! No me interesa si no puedo entrar en el Ministerio, buscare algún otro empleo, ya veré qué hago. Pero no quiero volver al colegio.

- No importa si no consigues trabajo en el Ministerio. ¿Te piensas que es en el único lugar donde odiarían tener a un Malfoy como empleado? ¡Nuestro apellido fue perdiendo el respeto y se ganó el desprecio de todos!- gritó ella, ya exhausta de esa discusión.

Draco se la quedó mirando fijamente sin decir una sola palabra. Los aires fríos y calmos de Narcissa ya la habían abandonado hacía tiempo.

- Por favor, Draco. Pon los pies en la tierra. Ni siquiera has terminados tus estudios en el Colegio. Tu apellido te juega en contra en estos momentos de tu vida. ¿Y tú piensas que conseguirás avanzar si no terminas tus estudios? Tu apellido no lo puedes cambiar, pero sí tienes la opción, el deber,- se corrigió así misma- de terminar el Colegio.

Él había fijado sus grises ojos otra vez en el suelo, con la cabeza de lado. Dando a entender que no le interesaba esa charla, que simplemente quería irse de allí cuanto antes. Apretando la mandíbula para reprimir un grito, un insulto, una erupción de enojo y frustación frente a los gestos de su hijo, Lucius habló de nuevo. Poniéndole una mano en el hombro a modo de caricia y comprensión, le dijo:

- Mira, Draco. Tú volverás a Hogwarts y estudiarás este año. Terminarás el colegio y después vas a tener más posibilidades de avanzar en tu vida. No nos importa si estás de acuerdo o no. Lo harás porque es una decisión que tomamos por tu bien- miró al piso como avergonzado, tomó aire y volvió a levantar la cabeza serenamente- Ya he cometido demasiados errores que te arruinaron la vida como para seguir cometiendo otros. Esto es lo mejor para ti, quieras o no. Y va a ser mejor que pongas predisposición de tu parte, porque nuestra opinión no va a cambiar.

Lucius se retiró de la sala, Narcissa le dio una caricia en la mejilla con una expresión de profunda tristeza y se fue atrás de su marido.


-Realmente no entiendo porque no quieren volver.

- ¿Para qué?- preguntó el más alto de los tres.

- ¿Cómo para qué? Nos perdimos el último año y sé que en nuestras vidas, necesitaremos ese conocimiento. A parte no es justo que entremos a estudiar para Aurores sin haber terminado nuestros estudios.

- ¡Claro que lo es! Si nos dieron ese beneficio por algo es. Nos lo merecemos. Con todo lo que hicimos. A parte, Hermione, honestamente, ya estás hablando como McGonagall- dijo entre algo incómodo y divertido.

- ¡No sabes cuánto me alegro!- dijo ella tratando de hacerse la ofendida.

- Sin nosotros y sin todas las cosas que hicimos, nunca hubiesen podido ganarle a Voldemort ¿para qué queremos volver? Ya demostramos que podemos hacer lo que los Aurores hacen sin necesidad de cursar nuestro último año. Es más, ya podrían ir dándonos nuestras licencias- está vez fue el otro chico el que habló. El de lentes.

- Si, pero una cosa no tiene nada que ver con la otra. Ser Auror es totalmente diferente a lo que tuvimos que pasar.

- Sí, es mucho más fácil. Sobre todo ahora que la mayoría de los Mortífagos están en Azkabán y Voldemort muerto.

Hermione soltó un bufido en señal de exasperación y dijo:

- ¡Yo estoy emocionadísima por volver!- dijo Hermione con una amplia sonrisa y mirándolos de forma incrédula a ambos chicos. Se negaba a que ellos no tuvieran ganas de volver a estudiar.

- Pero tú eres rara, a ti te gusta leer. Te gusta la presión de los exámenes- dijo Ron mirándola extrañado, como si la hubiese conocido hacía una semana.

- Nunca entendí porque a ti no. A parte estarán Ginny y Luna.

- Sí pero no será lo mismo- dijo Harry.

- No, claro que no, porque ustedes se niegan a ir- se levantó del suelo y sin más se fue de la habitación de Ron. Ya tenía bastantes preocupaciones en su cabeza como para que ese par de vagos le complicaran más la existencia. Volver a Hogwarts era lo único que la mantenía distraída y con ganas de levantarse cada día con una sonrisa. Y no iba a dejar que sus amigos le arruinaran lo único que la hacía completa en ese momento.


Ginny iba junto a Harry, ambos estaban un poco tristes ya que no se verían hasta las navidades. Pero él había decidido no regresar al igual que Ron. Ginny por otro lado, debía terminar con sus estudios. Ron y Hermione iban más atrás acompañados por la señora y el señor Weasley. Ron llevaba el carrito con el baúl de Hermione junto a la jaula de Crookshanks. Harry, más adelante, hacía lo mismo con el de Ginny. Ya casi era la hora de la partida del tren cuando, a lo lejos, distinguieron tres personas rubias en el andén. Ninguno de los cuatro creía que Draco fuese a regresar. Ni mucho menos que sus padres lo acompañasen hasta la estación. Debido a todo lo que pasó, los Malfoy ya no eran tan populares ni tan bien recibidos como antes.

Ron miró a ambas chicas y les dijo:

- Cuídense de ese idiota desagradecido. Por más que todo haya terminado, no confío en él.

Y mientras volvía a darle un vistazo a Draco, le dijo a Hermione: Espero que la pases lindo estudiando como un elfo doméstico.

- Gracias, Ronald- dijo Hermione con un tono irónico en su voz- Como verás, yo sí espero de corazón que les vaya bien en sus prácticas como Auror, y por favor- dijo mirando a ambos chicos como una madre preocupada mira a sus hijos- tengan cuidado. Adiós Sr. y Sra. Weasley. Gracias por todo, otra vez.

A continuación esbozó una sonrisa y les dio un pequeño abrazo a ambos. Los Weasley siempre habían sido como una segunda familia para ella. Mientras Ginny se despedía de Harry, pensó en cuánto había afectado la pérdida de Fred a esa familia. Miró a la Sra. Weasley que le sonreía a su hija y pensó que nunca volvería a ser la misma mujer, pero sin duda seguiría dando todo por el resto de sus hijos y se alegró al pensar que Molly tenía muchas razones por las cuales seguir luchando. Y que Arthur seguiría a su lado, sin importar lo que pasara.

Ya dispuestas a subir al tren, Hermione se quedó parada junto a la puerta, esperando que su mejor amiga entrara su baúl y sus pertenencias. Volvió a mirar en dirección a la familia Malfoy y sus ojos se encontraron con los de Draco, por unos segundos ella no supo qué sentir. No se habían visto desde la Batalla y por lo visto, ninguno pensaba volverse a ver. Y sin embargo, allí estaban. Mirándose fijamente a los ojos, con bastantes metros de distancia entre uno y el otro. Hermione se sorprendió al encontrarse con su mirada. No estaba cargada de odio o asco, como antes. No supo definir esa conexión pero lo cierto era que no podía despegar sus ojos de la persona que tantas veces la había herido por su estatus de sangre. Y no entendía por qué ni por qué Draco tampoco apartaba sus ojos de los de ella. ¿Qué hacía él allí?

Ginny terminó de entrar y le dijo a Hermione:

- Vamos, ¡que se nos hace tarde! Entra tus cosas, ¿o a caso te has arrepentido?

- Claro que no, Ginny. No digas tonterías- respondió Hermione volviendo en sí.

Entró su baúl con las demás cosas y se dispusieron a buscar a Luna en alguno de los compartimientos del tren escarlata.

No tardaron en hallarla y sentarse junto a la rubia que las recibió con su típica sonrisa soñadora. En cuanto el tren arrancó despidieron a los chicos con la mano y una sonrisa. Hermione estaba tan emocionada por regresar que, por el momento, no sintió remordimientos al no extrañar a sus amigos. Aunque sabía que ese año iba a ser totalmente diferente, estaba feliz por tener la posibilidad de volver a pisar ese castillo que tanto le gustaba y por aprender cosas nuevas.

Incluso en ese momento, ni siquiera los pensamientos que últimamente ocupaban la mente de Hermione la mitad del tiempo, pudieron opacar su alegría. Ya habría tiempo de sobra para seguir preocupada por sus otros asuntos, pero en ese viaje nada iba a interferir en ella. Disfrutó de un gran trayecto con la compañía de sus dos mejores amigas, Ginny y Luna. Y se sintió tan feliz de poder estar junto a ellas. Después de todo lo que habían pasado era increíble que todo hubiera vuelto a la normalidad.

Ya había oscurecido por lo que, con tantos años de experiencia, Hermione fue capaz de reconocer que faltaba poco para llegar. Salió del compartimiento para ir a cambiarse. A medida que iba pasando por los corredores y la gente de otros compartimientos la veían pasar, se quedaban mirándola asombrados. Incapaces de creer que Hermione Granger había vuelto al Colegio. Incapaces de creer que alguien como ella, que había luchado contra Voldemort, que había desaparecido por tanto tiempo y que había sido una parte fundamental para derrotar al mago más tenebroso de los últimos tiempos, había vuelto para seguir estudiando. No era un asombro de disgusto, si no que todo lo contrario. Pero eso no implicó que Hermione se sintiera observada como un bicho raro o como un trofeo en exhibición. En el fondo se sintió un poco feliz porque se dio cuenta de que la miraban con admiración, pero de todos modos, la vergüenza fue un poco más grande.

Comenzó a apresurar su paso y después de cambiarse, volvió a emprender el camino al compartimiento donde sus amigas la estarían esperando. En el camino, observó por una de las ventanas de la puerta de un compartimiento. Allí había sólo una persona. Draco Malfoy se encontraba mirando por la ventana, a pesar de que está no mostraba nada del exterior, ya que era de noche. Sólo se podía ver el reflejo del lugar en ella. Estaba tan oscuro afuera que el vidrio parecía mas un espejo que una ventana. Tenía una mirada triste, pensativa y de soledad. Y como ella esperaba, él se encontraba totalmente solo en el compartimiento. Este año ninguno de sus "amigos" regresarían. Ni los de ella tampoco, a excepción, claro, de Ginny y Luna. Pero en el fondo, Hermione entendía como debía sentirse el pobre. Por una fracción de segundo, se planteó entrar y luego, sacudiendo su cabeza pensó:

- Por favor, Hermione, ¿en qué estás pensando? Sigue caminando.

Volvió a su compartimiento y vio que las chicas ya se estaban terminando de preparar. Notaron como el tren había aminorado la marcha hasta que se detuvo, por supuesto, en Hogsmeade. Estaba ansiosa por volver a ver el castillo. Esperaba que todo estuviera en sus condiciones de nuevo. Haberlo visto tan destruido le había dolido en lo más profundo de su ser. Aunque de eso, claro está, se dio cuenta mucho después de que el caos había cesado. Bajó del tren junto a sus amigas, con una gran sonrisa en el rostro. En el mismo momento en que puso un pie en el andén y una ráfaga le desacomodo el pelo, supo que ese, a pesar de todo, iba a ser un gran año para ella.


Empecé escribiendo esta historia en otra página (potter fics), mi usuario es untiltheveryend03, igual que acá. No es un plagio, la historia es mía.

Espero que les haya gustado, es mi primer fic Dramione (ya escribí uno pero fue un One shoot). Cualquier crítica, consejo, recomendación y/o un simple comentario diciendo qué les pareció se agredece. En serio, no saben lo feliz que soy cuando recibo sus comentarios. De verdad espero que les guste. Un saludo (: