Determinación

Introducción

Capítulo 1: Sin existir

Pareciera desde aquella tarde lluviosa en el balcón de industrias futuro, después de una apasionada declaración llena de verdades, ilusiones y calladas esperanzas pero al fin y al cavo retractada por su dueña. Todo sería algo menos que un recuerdo, un trato secreto entre ambos, de callar y guardar silencio.

Ciertamente había cosas que el niño rubio en ese momento decidió ignorar, inclusive hacer como si nunca hubiese ocurrido, la rubia por su parte decidió que en ese momento era lo más cómodo y conveniente, después de todo no era agradable sentirse total mente desnuda de sus sentimientos ante él.

La frase ''fue solo el calor del momento'' dicha por el rubio y seguida por la confirmación ''así es Arnold te odio y nunca lo olvides' ', fue una balsa de salvación para ella, para ella y para su atormentado corazón. Si una balsa de salvación enviada por los dioses para sobrevivir al diluvio en el que se encontraba.

Así que se fue alegre, saltando y corriendo a lo que parecería el final perfecto.

Cualquiera que la viera pasar pensaría que la lluvia que recién comenzaba era la que humedecía sus mejillas, que la manera en que corría no era sino porque quería llegar a un refugio para protegerse de la lluvia o estaría por alcanzar y golpear a alguien que la hubiera hecho enfadar, que esos rasgos de dolor no eran más que la viva muestra de estar furiosa, porque después de todo, ella era Helga G. Pataki, la niña matona del cuarto grado de la ps 118 , la más malhumorada, sarcástica y nada simpática en la historia de Hillwood.

En cambio ella no lo negaba, estaba abatida, bien que mal su amado era cortes y amable y no la rechazo, si la hizo retractarse y valla que eso era aún peor que un rechazo. Un rechazo significaba que él tomaba en cuanta sus sentimientos pero no los correspondía, en cambio esa acción hacía notar que el rubio no solo no la correspondía, sino que también decidió aparentar que tales sentimientos no existían .

No existía el milagro de navidad que Helga había hecho posible para él, No existían los poemas y poemas ya en varios volúmenes escritos por su puño y letra. No existían las muchas cosas que ella avía hecho y sacrificado por él.

No existía, no existía, la queno existía era ella para él.

Después de eso sería mentira decir que la gran Helga G. Pataki no se sumió en una profunda depresión que llegaba de la añoranza hasta la nostalgia, de la ira a la calma, y de la negación a la autocompasión.

Pero de pronto, una mañana Helga G. Pataki apareció de nuevo, ya no lloraba ni maldecía, mucho menos andaba melancólica por las esquinas.

Habían pasado todas la vacaciones y la rubia se levantó, se ha puesto su listón rosa y ha salido hacia la escuela en su primer día de clases de 5 grado, y se le ve una mirada definida llena de convicción, si bien es cierto que no existe para el niño rubio ella se hará notar, definitivamente ella existirá.

Continuara….

Primer fic espero que les guste y me den una oportunidad…=3