Nota del autor: Varios de mis fics toman en cuenta Purple Haze Feedback como parte del canon de Vento Aureo.


La llegada de Narancia como parte de la pandilla de Buccellati fue un hecho especial. Él fue descubierto un día por Fugo, cuando aún Abbacchio no formaba parte de la pandilla, lo vio hurgando la basura en un callejón y el niño decidió llevar a Narancia con Buccellati.

Desde ese momento Buccellati cuidó de la salud de Narancia, quien deseó retribuir su acto de bondad formando parte de su pandilla, pero Buccellati lo desaprobó.

Narancia lo intentó por sus propios medios, y de nuevo, con la ayuda indirecta de Fugo, tomó la prueba de Polpo y la superó, formando desde ese momento parte de Passione y acoplándose a la pandilla de Buccellati, así que se integró como tal varios meses después.

Esa noche la mente de Buccellati divagaba en los otros dos integrantes de la pandilla, él no era tan despistado del cambio de rutina empleado por Fugo y Abbacchio, él no estaba seguro qué estaba sucediendo, pero había algo allí. Buccellati pensaba también en el incremento de ventas de drogas en los territorios de Passione.

— ¡Buccellati, ya me bañé!

En la cocina, Buccellati, terminaba de preparar el pescado para la cena, era su turno de la semana para cocinar.

—Oh, Narancia, te estaba esperando.

Narancia parpadea un par de veces, preguntándose el porqué la expresión de Buccellati parecía tan sombría.

Pero...

— ¿Qué? ¡¿Qué?!

Buccellati dijo que esperaba por él, eso hizo brillar los ojos de Narancia y olvidar todo lo demás.

Para Narancia, Buccellati es su héroe, la existencia de Narancia es para él, Buccellati es alguien que no puede ser sustituido por nadie en el corazón del adolescente. Narancia atiende el llamado lleno de expectativas, va hacia Buccellati como si se tratase de un cachorrito.

Sin embargo.

—Narancia, tu cabello está...

Narancia pestañea un par de veces con curiosidad y después toca su cabeza.

Algunas semanas atrás, cuando Narancia al fin pudo formar parte de Passione y se unió a la pandilla, lo primero que Buccellati le enseñó fue cómo tomar un baño.

Narancia después de la traición de sus antiguos amigos y el abandono de su padre, no era capaz de confiar de nuevo en las personas que lo rodeaban, él no sabía nada de la vida ordinaria desde la muerte de su madre… hasta la llegada de Buccellati. Por lo mismo, Narancia había olvidado algunos hábitos de higiene personal debido a la vida negligente que llevó en las calles, así que fue Buccellati quien lo volvió a habituar en el bienestar del baño diario, o dormir en una cama cómoda e incluso disfrutar de una buena cena.

Con ayuda directa de Buccellati, e indirecta de Fugo, Narancia recordó lo que era vivir en un hogar y volvió a confiar en los demás.

Buccellati estaba sorprendido por la calidez del joven y sus ánimos llenos de vida, era por esta razón que no quiso a Narancia en el mundo de la mafia y le había hecho prometer retomar los estudios.

Narancia creía sólo en la palabra de Buccellati, así que él quería volver a los estudios debido a Buccellati, quería superarse inspirado por él. Todavía no era posible, pero él pensó que en un futuro podía retomar los estudios, pensó en buscar ayuda de Fugo para ello.

El joven volvió a ver el cambio de ánimo en la mirada de Buccellati.

—Tu cabello está goteando.

—¡Oh! ¿Está demasiado mojado?

De forma inesperada, Narancia sacude su cabeza como un perro para eliminar el exceso de humedad tras el baño. Cientos de pequeñas gotas de agua salpican a Buccellati, el piso y parte de los muebles.

— ¡Hey! ¡Estás empapando todo aquí!

Buccellati señala hacia el corredor mientras suspira. Cuando Narancia sigue la dirección de su dedo se percata de todas las gotas de agua que humedecen el suelo.

—Además, tu ropa está mojada.

—¡¿Qué?! ¡¿Mi ropa?!

Hasta ese momento Narancia se percata del pijama húmedo en sus hombros y en la espalda, debido al agua que cae de su cabellera. Tan pronto como se da cuenta, la sensación de la tela adhiriéndose a su piel se torna desagradable. Buccellati libera otro suspiro, mientras Narancia suelta un chillido por la mala sensación y el frío.

—Te dije que te secaras bien con la toalla.

— ¡Oh! ¡Lo siento!

Una risa corta se filtra de los labios de Narancia, enmudece al recordar la expresión que había visto de Buccellati minutos atrás.

"¿Por qué Buccellati parecía enojado antes de entrar a la cocina?

Tal vez sea por la promesa que rompi..."

Era muy importante para Narancia mantener promesas con personas importantes.

Narancia no gustaba romper promesas con otros. Romper promesas traían desconfianza, por eso es importante no romperlas. El joven se había prometido a sí mismo superarse para ganar la confianza de Buccellati, pero, al hacer la prueba de Polpo había roto la promesa que le hizo a Buccellati sobre retomar los estudios y alejarse de Passione. Lo recuerda.

"¿Es quizá por eso que Buccellati está enojado?

O ¿Acaso es porque mojé el piso?"

Los hombros de Narancia bajan derrotados mientras lo piensa, y juguetea con el dobladillo de su pijama.

—No lo puedes evitar…,

Buccellati suspira de nuevo, Narancia levanta el rostro como si fuera repelido por su voz.

—Buccellati... ¡Tendré más cuidado la próxima vez! ¡Porque te protegeré! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡No te enojes!,

Narancia continúa exclamando, ocultando la intención real de su estado aterrado e incomprensible, porque romper la promesa, sólo dejó desconfianza, eso es lo que más teme de su relación con Buccellati.

—Narancia, ven aquí, —Indica Buccellati en voz baja, no parece perturbado, ni con los movimientos de Narancia ni con sus chillidos.

—Sí...,

De esta forma no hay poder de veto. Narancia camina hasta estar frente a Buccellati, esperando la siguiente instrucción mientras su corazón palpita.

Buccellati señala el piso con una cara seria.

—Inclina tu cuerpo hacía mí,

— ¿Qué?,

Narancia no comprende la orden, parpadea un par de veces.

—Ahora, de inmediato, sólo lo diré una vez más, inclínate hacia mí.

— ¡Espera un minuto!

La voz de Buccellati aunque tranquila, está llena de intimidación.

Narancia teme lo peor, por instinto sus músculos se tensan, al igual que mantiene las manos en puños intentando sobreponerse a la tensión. El joven cierra los ojos. Es un reflejo instintivo, de los días cuando su padre lo golpeaba. Narancia endurece el cuerpo, la mandíbula tensa para resistir el golpe.

Pero…

Buccellati no lo golpea.

Lo que siente es algo suave, esponjoso y confortable que estaba muy lejos de ser puños, una toalla envuelve la cabeza de Narancia y puede oler una suave fragancia a lavanda.

—Debes secar el cabello con la toalla o te resfriarás,

La voz de Buccellati fue suave mientras colocaba la toalla sobre la cabeza del chico.

— ¿Uh?

Narancia no sabe lo que sucede y por un momento pierde la voz. Buccellati sólo sonríe de forma leve.

—Pareces un perro mojado, Narancia, eres un subordinado muy problemático.

Narancia todavía está aturdido.

—Buccellati... ¿Estás enojado, verdad?, —cuestiona Narancia con algo de miedo, mientras Buccellati continúa secando su cabellera con la toalla.

Ante la pregunta, Buccellati parece sorprendido.

— ¿Por qué estás enojado? ¿Por qué...?, —Narancia detiene sus preguntas por un momento, tiene miedo de preguntar—, ¿No me odias por eso...? La promesa que rompí.

Buccellati detiene los movimientos de sus manos.

—Eres un idiota, Narancia, —La voz de Buccellati resuena en el silencio—, ¿Acaso no confías en nosotros?

Somos amigos.

—Trabajamos en equipo para complementar los lugares que faltan y para ayudarnos mutuamente. Dime lo que no puedes hacer y lo que sí puedes hacer. Eso es todo. Sólo tienes que hacerlo con el mayor esfuerzo posible.

Las suaves palabras corren por el cuerpo de Narancia como la ducha caliente tomó hacía un rato, la voz de Buccellati se precipita en el alma del joven y calientan su corazón.

—Ninguno aquí te odia por tu error, no en nuestro equipo, —continua Buccellati mientras termina de secar los cabellos de Narancia—, todos ustedes son miembros de la familia que es importante para mí como orgullo mío. Es lo mismo para el resto del equipo, para Fugo y Abbacchio. Me preocupo por ti, no lo digo solo de boca. Era por eso que quería otro futuro para ti.

— ¡Buccellati!…

Narancia se ve atrapado con lágrimas y levanta la cara, quería ver el rostro de Buccellati, los ojos claros de su jefe, piensa que esa es la misma mirada que Buccellati tenía cuando lo llevó al hospital meses atrás.

Finalmente Buccellati deja de secar los cabellos del joven.

—Narancia, ¿Comenzarás a usar la toalla a partir de ahora? Después podrás usar la secadora para el cabello que está en el cuarto del baño.

— ¿Me enseñarás, Buccellati?

—Por supuesto, ¿Vienes?

—¡Voy! ¡Quiero aprender! ¡Quiero que me enseñes a usar la secadora para el cabello!

Los ojos de Narancia brillaban llenos de felicidad, mientras Buccellati no podía evitar suspirar y esbozar una suave sonrisa.

—Esta vez te lo secaré yo, la próxima vez lo harás tú.

— ¡Sí!

Buccellati comienza a caminar hacia el cuarto de baño, Narancia se detiene aún pensativo. Una sonrisa brillante decora la faz del joven, debido al gesto cálido que Buccellati tiene para él, y sus palabras, le había dicho que no lo odiaba… lo más importante, Buccellati dijo que él era su familia.

"¡Importante, importante, Buccellati me considera su familia!"

Buccellati detiene sus pasos cuando se percata de que el joven se ha quedado atrás.

— ¿Qué sucede, Narancia? ven aquí.

Narancia camina hacia él sin dudar.

Esa "calidez" que él quería tanto en sus sueños mientras vivía en las calles, o tras la muerte de su madre ahora estaba allí con Buccellati.

Porque ellos son su familia.

Narancia siempre seguirá a Buccellati.