¡Hola! Es la primera vez que subo algo acá, así que espero que lo disfruten. Este one-shot está inspirado en la canción "Jueves" de La Oreja de Van Gogh, y obviamente en Alice y Jasper de Stephenie Meyer. Gracias por leerlo, y dejen un review, si les gusta. ^-^ ¡Besos!
Me miré en el espejo por última vez, con la espalda erguida tanto como podía y una sonrisa pequeña en mi rostro. La cinta purpura contrastaba con mi cabello negro y le daba un toque más romántico a mi peinado. Terminé de alborotar mi cabello en puntas y caminé fuera de mi armario, que era mucho más grande que mi habitación en sí… Nunca podría dejar de agradecerle a mi padre que me permitiera todos mis caprichos.
Hoy estaba tan emocionada como el día anterior y el martes, y el lunes incluso. Lo vería de nuevo, y así no tuviera la valentía de hablarle, podría al menos imaginar que él lo hacía y que yo le interesaba tanto como él a mí... Indoloro, en muchas formas, frustrante en otras. Luego de cumplir con mi rutina diaria, llegué a la estación del metro de forma puntual para poder tomar el que acondicionaba mi alegría diaria. Observe múltiples personas de cualquier tipo que llenaban el lugar, apuradas algunas por llegar a tiempo a su empleo, otras relajadas, esperando que les traería este nuevo día.
Alisé mi falda favorita –una de las pocas prendas que usaba varias veces al mes- con algo de impaciencia. "Debes hablarle, Alice, ¿morirás por ello?" Pensé infundiéndome valentía. Decidí que le hablaría esta vez, no tenía nada que perder y después de todo… podía usar el auto para ir a la universidad todos los días. Suspiré bajando mi cabeza, justo antes de que el tren se detuviera y se ocupara con la gente necesaria.
Agarré fuertemente el tubo con mi pequeña mano para evitar caer o tropezar por el movimiento continuo del tren. Mi mirada seguía baja, y mis pensamientos se tornaban algo ridículos. Deseaba ser más guapa, algo más lista… Así tendría la seguridad de hablarle, sin temer sufrir por arriesgarme. Alcé mi vista y allí estaba él. Adoraba cuando usaba esa bufanda de color beige, pero tal vez estuviera enfermo, a pesar de que estábamos en marzo, el frío continuaba. Estaba sentado en el otro lado del vagón algo concentrado en el periódico, con su ceño fruncido y un molesto cabello rubio que atravesaba su mirada.
Daría lo que fuera por apartarlo de su rostro. Suspiré y desvié mi rostro por la ventanilla, viendo nada más que el paisaje borroso. Mis ojos, desobedientes, regresaron a su rostro descubriendo su mirada en mí. Sentí como la sangre calentaba mis mejillas, por la vergüenza, y cerré mis ojos, para luego sentir decepción porque él ya no me miraba.
Era el momento, ahora o nunca, porque no quería perder más tiempo. Sin embargo, aunque tenía las ganas de hablarle, mi razón me convencía de lo contrario mientras mi pequeño cuerpo se movía entre el espacio disponible para llegar a él. Sus ojos cafés claros estaban de nuevo sobre mí, y producían en mi cuerpo aquel escalofrío que me agradaba tanto. No obstante, sucedió de nuevo, aquella decepción se apoderó de nuevo de mí cuando dejó de mirarme, tanto que me volvió aun más pequeña de lo que era.
— Ja-Jasper —tartamudeé y musité con fuerza al llegar finalmente donde él estaba inconscientemente. Levantó su mirada y dejé de sentir que estabamos rodeados de otras personas. Solo estábamos los dos. Se puso de pie, y me miró fijamente. Levanté un poco mis cejas y él me sonrió de una forma que aceleró mi corazón y provocó que contuviera la respiración.
— Al fin… Te estaba echando de menos —Mi corazón dio un vuelco de la emoción, y creí que justo en ese momento moriría.— No te conozco, pero te echaba de menos.
Dejó de entrar luz en el vagón, y sentí una mano cálida que tomaba la mía y entrelazaba los dedos con ella. Valientemente, levanté mis manos y acaricié su rostro, antes de ponerme en puntillas, y besé sus labios como anhelaba hacerlo desde hacía tanto tiempo.
—Te quiero —Susurró con suavidad a mi oído, y sonreí ampliamente antes de responder.
"Dices que me quieres, y yo te regalo el último soplo de mi corazón..."
