Como siempre, Skip Beat no me pertenece, pero esos nuevos cd dramas serán míos, los compraré en preventa...

Burnin' down

Capítulo 1:

No sabían cómo llegaron a esta situación. Ambos sabían que desde el día en que Ren le confesó a Kyoko que él era Kuon y Corn, su relación había cambiado para bien, pero Kuon quería ganarse su completa confianza antes de confesarle sus sentimientos.

Era cierto que él se daba cuenta de que Kyoko sentía algo, pero no sabía que era exactamente y nunca habían hablado de ello. Simplemente eran amigos, pero… ¿y entonces? ¿cómo llegaron a esto? ¿Cómo de una amena plática sobre su infancia llegaron a los besos y de ahí a estar completamente desnudos en su cama después de hacer el amor varias veces?

-¡Kuon! ¡Debías confesarte primero! ¡No llevártela a la cama! ¡Soy un cavernícola! Pero…sus besos…sus miradas…sus caricias…ella también quería eso, ¡no es como si la hubiera obligado! ¡Para nada! ¡Esto fue cosa de los dos!-

Kyoko estaba en las mismas.

-¡Dios! ¿Qué ha sido eso? Yo solo me dejé llevar cuando él me besó, y una cosa llevó a la otra y terminamos haciendo… Sé que él siente algo por mí, es una de las razones por las que acepté esto, pero…tal vez debimos detenernos, aunque…se sintió tan bien…-

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Kyoko y Kuon platicaban sobre su infancia en el departamento de él.

-¿Por qué te burlas de mí? ¡Era el reino de las hamburguesas! Sabes que las amo-

-Jajajaja-reía el actor-lo sé, pero te veías adorable-

-Gracias-a estas alturas de su relación, Kyoko ya aceptaba los cumplidos que le dedicaba pero aún se sonrojaba.

-Me encanta cuando te sonrojas-le confesó.

-¿Y culpa de quién crees que es?-

-¿Mía?-

-¡Sí! ¡Tuya!-

-Oh, eso me agrada y aún puedo hacer otras cosas para que te sonrojes aún más-

Kuon estaba decidido a contarle sus sentimientos esa noche, pero por el momento solo quería besarla. Y así lo hizo. Extrañaba sus labios. Encajaban perfectamente en los suyos.

Kyoko se sorprendió, pero anhelaba tanto ese momento. Comenzó a corresponder cómo se le ocurrió. La distancia que los separaba, ya no existía, parecían un solo ser. Las manos vagaban por el cuerpo del otro y sus piernas estaban totalmente enredadas. Ninguno de los dos supo cuándo, pero en unos minutos se hallaban sin ninguna prenda de por medio.

Kuon sabía que iba demasiado aprisa, pero las miradas que Kyoko le daba lo incitaban a seguir por ése camino. Así que, si la iba a hacer suya en ese momento, entonces lo haría bien. Tenía que disfrutarlo ella, él podía quedar aparte.

Acarició todo su cuerpo, conociéndolo, grabándolo en su memoria. Se tomó su tiempo y nunca dejó de besarla. Quería demostrarle toda esa devoción que sentía por ella. Quería que se diera cuenta de una vez por todas que era hermosa, que era la mujer más hermosa del mundo.

Kyoko solo sentía. Sus manos, la forma en la que la acariciaba, la forma en la que la hacía sentirse en el cielo.

Kuon devoró sus pechos con ansias, las acciones de Kyoko ante su contacto le decían que lo estaba haciendo bien, pero si ella mantenía sus ojos cerrados no podía estar totalmente seguro de que no le causaba dolor.

-Kyoko mírame, por favor-le susurró con una voz ronca que Kyoko no le había escuchado antes.

Poco a poco abrió los ojos para mirarlo como le pidió.

-Mantén tus ojos abiertos. Mírame. Quiero ver el placer en ellos-

La chica se mordió los labios para evitar que algo saliera de su boca, pero consiguió dejar sus ojos abiertos.

-Tampoco te muerdas el labio, te vas a lastimar. ¿Quieres gritar? ¿Quieres gemir? ¿Quieres suspirar? Hazlo. Quiero escucharte-

De a poco, soltó sus labios prisioneros.

-Así está mejor-

Kuon le puso ahora atención a su parte más íntima. Nunca había hecho algo así y no tenía idea si lo hacía bien, pero comenzó a escuchar los suspiros que Kyoko soltaba, al principio bajos y luego aumentaron de volumen. Esto le dio más seguridad.

Kuon se detuvo después de un rato considerable. Quería que ella también explorara. No de la misma forma tal vez, pero quería que conociera.

-Kyoko-

Ella lo miró.

-Ven-

La tomó de la mano y la sentó en la cama.

-¿Quieres tocar?-

-¿Eh?-logró pronunciar.

-Tócame. Conóceme-

Kyoko no se encontraba muy segura de aquello, pero al ver a Kuon recostarse en la cama, quedando a su merced, se convenció de hacerlo. Recorrió su cuerpo tal y como lo hizo siendo Setsuka.

Kuon solo sentía como sus pequeñas manos lo tocaban tímidamente, pero ese contacto era más que suficiente para excitarlo más de lo que ya estaba.

Dejó que ella lo tocara hasta que ya no pudo soportarlo más y se lanzó sobre ella.

Kyoko quedó aturdida.

-¿Kuon?-

-Perdón, pero yo…-

Se dirigía a su entrepierna, pero antes de que pudiera llegar a su destino, Kyoko lo detuvo.

-Espera, aún no he hecho lo mismo-

-¿Eh?-Kuon no sabía de qué le estaba hablando.

Kyoko tomó el liderazgo de nuevo. Y acercó sus manos a lo que le estaba llamando la atención. Ren se dio cuenta de cuál era su propósito.

-Espera, no tienes por qué…grrrr….gruñó a sentir cómo sus manos empezaban a trabajar.

Simplemente se recostó y disfrutó de esa nueva experiencia.

Pero se sorprendió aún más cuando de sentir sus manos, ahora sentía algo húmedo. La miró y lo que vio no lo olvidaría jamás. ¿Kyoko haciendo eso? Increíble y lo hacía tan bien.

Cuando sintió que estaba por llegar a su límite, se sentó y la retiró delicadamente.

-¿Qué es lo que…?-su pregunta quedó en el aire cuando vio el por qué Kuon la había detenido de su labor.

No quiso penetrarla enseguida, la besó ferozmente nuevamente y así aprovechaba a recuperarse un poco. Decidió que era una buena idea introducir uno de sus dedos en el interior para prepararla para el intruso que estaba por llegar.

Jugueteó unos momentos en ese lugar, hasta que decidió que ya estaba más que lista para recibirlo.

La recostó tranquilamente y sin prisas, la besó dulcemente para luego acomodarse entre sus piernas.

-Kyoko, por favor, si te duele, dímelo y me detendré-

Ella asintió.

Kuon entró poco a poco sintiendo su estrechez. Al ver que su cara cambió y unas lágrimas traicioneras escapaban de sus ojos, se inclinó para besarle la frente.

-Shhh, tranquila-

Terminó de entrar y no se movió, solo le daba pequeños besitos en todo su rostro.

-¿Lista?-

-Creo…-susurró.

-Ok. Ahí vamos mi Kyoko-

Comenzó con un vaivén lento para que se acostumbrara. Kyoko gemía bajo de él y se sostenía con fuerzas de las sábanas. Enredó sus piernas en su cadera, atrayéndolo hacia ella.

-Más…atinó a decir.

Kuon aceleró sin perder el control, solo dándole lo que ella pedía.

Aquello estaba sucediendo, era como un sueño.

Kyoko se sentía desfallecer, ¿acaso esto podría ser mejor?

Cambiaron varias veces de posición, mientras ambos se sintieran completos eran más que suficiente.

La habitación se llenó de deseo, de pasión y de amor, en donde dos personas al fin se transmitían todo lo oculto en su corazón por tanto tiempo, aún no dichas con palabras, pero con esas miradas, esos besos, esas caricias, la sensación del roce tan íntimo de sus cuerpos, decía muchísimo más.

Se amaban.

El amor era mutuo.

Y el deseo también.

Casi al amanecer se quedaron dormidos, exhaustos por la actividad realizada.

Despertaron un par de horas después, abrazados uno al otro.

-Buenos días-le dijo mirándola a los ojos.

-Buenos días…-Kyoko escondió su rostro en el pecho de él.

-¿Kyoko?-

-Kuon...-

-Creo que tenemos mucho que decirnos ¿no?-

Ella no respondió.

-Kyoko, yo…-

-Te amo Kuon-

Esta repentina confesión lo dejó boquiabierto. Ya lo había comprendido, pero escuchar esas palabras salir de esos labios que tanto le gustaban era encantador.

La abrazó fuertemente para susurrarle al oído.

-Yo también te amo Kyoko-

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Digamos que ésta es una combinación de Daydream y Le ha ganado el corazón a la razón.

No sé cuántos capítulos tendrá, pero creo que entre 3 y 5.

Ya saben que me gusta jugar con las personalidades de Ren y Kyoko, pero con los lemon nunca estoy segura, así que espero sus comentarios al respecto :)