N/A: Los personajes no me pertenecen.

Si alguien ya lo leyó, hice unas pequeñas correcciones y agregue una pequeñas cosas. La importante por si no se habían dado una idea (que no creo, jaja es demasiado obvio xD ) es al final. Gracias por leer.

Prologo

-¿Y bien? ¿Qué opinas?

La sonrisa en su rostro era una clara señal de un intenso entusiasmo. Harry la veía sostener aquella pequeña ropita de bebe de color azul y negro, la cual ella misma había tejido.

-Es perfecto-le susurro acercándose a ella para tomarla del rostro con ambas manos.

-Te noto preocupado. ¿Sucede algo? – sacudió la cabeza en negación en el momento en que ella dejaba caer una de sus manos sobre las de el para apretarla con fuerza.

Intento permanecer calmado.

-Harry…

-No es nada amor, es solo que… - lanzo un fuerte suspiro y la tomo de las manos para llevarlas a sus labios y besarlas- no quiero irme.

-Harry James Potter- le hablo con tal seriedad que lo hizo casi reír- esto es una misión seria por lo cual me dijiste, tienes que ir si no ¿Cómo piensas mantenerme a mí y a mi hijo?

La envolvió en un fuerte abrazo, mientras una pequeña risa salía de ambos.

-Te extrañare tanto-le susurro meneándola entre sus brazos, no quería irse de su lado y menos cuando esperaba a su hijo.

-Son solo 3 meses Harry. – se separó de el para darle una cálida sonrisa- estaré bien, cualquier cosa iré con tu tía Petunia.

-Aún sigo sin comprender como fue que cambiara tanto.-fijo su vista hacia un punto del techo impactado.

-Se le llama divorcio-se burló.

Harry negó con la cabeza con gracia, pero tenía que admitir que desde que Petunia había dejado al tío Vernon y Dusley, su vida y su humor se habían vuelto diferente. Era una persona más alegre, amable y velaba prácticamente por ellos día y noche.

-Por cierto tu maleta esta lista, usted puede desaparecer en el momento que desee.

Harry iba a replicar cuando el timbre de la puerta sonó, cosa que lo alarmo un poco al ver la hora. ¿Quién iría a una casa a la 1 y algo de la noche?

-¿Esperas a alguien?- le pregunto Harry caminando hacia la puerta sin dejar de verla, algo dentro de él le comenzaba a molestar. -¿No dirás nada?-alzo la ceja, su semblante se torno seria y enojado al silencio de la joven.

Ella lo miro confundida, la actitud que había mostrado en esos momentos no fue de su agrado, odiaba cuando dudaba de ella.

Abrió la puerta con rapidez solo para ver a su Tía Petunia detrás de la puerta con una sonrisa en el rostro y miles de bocadillos en una bandeja sobre sus manos.

-Supe que alguien se iría hoy y viene hacer compañía- dijo entrando a la casa sin invitación, cosa que provoco un extraño ambiente incómodo que no pasó desapercibido por la tía Petunia. –Ven querida, ven a ver lo que te prepare- le hablo para intentar espantar aquel momento.

Harry la vio asentir con la cabeza dejándolo solo sobre la sala de estar, no supo que decir en esos momentos por lo cual, solo opto por traer su maleta en completo silencio.

Una vez que regreso se las quedo mirando esperando el momento en que se dieran cuenta de su presencia, tuvo que carraspear varias veces para que ambas giraran y dejaran de meterse a la boca toda esa comida chatarra que tanto les gustaba.

-Harry… ya casi son las 2 de la noche ¿seguro que tienes que irte hoy?

-Si tía, de hecho tendremos una larga noche en el ministerio.

-Ni hablar- encongio los hombros acercándose a el- espero y termines antes de los 3 meses, no es sano dejar a tu mujer tanto tiempo solo.

-Lo sé, lo bueno es que estas aquí para cuidarla, te lo agradezco mucho- sonrió dándole un abrazo con fuerza.

-Descuida, los dejare para que se despidan-le dio un apretón sobre el hombro antes de llevarse varias comidas a la recamara donde pasarían la noche viendo películas.

-Lo siento yo no quise parecer un…- comenzó

-Sabes que no me molesta que me celes Harry- lo interrumpió, se lamió los labios mientras pensaba muy bien lo que le diría- pero no me parece justo que dudes de mi cuando el que se va varios meses seguidos eres tú.

-Jamás haría una cosa así, te amo y eres lo más importante para mí.- se acercó a ella para tomarla de los brazos con fuerza.

-Yo no digo eso, yo se que e amas, yo no dudo de ti.

-Perdóname, no debí ponerme así- la encarcelo en un abrazo que ella correspondió con igual de intensidad.

-No, no debiste-la escucho reírse contra su pecho- Te amo Harry.

-Y yo a ti… no sabes cuánto- la abrazo nuevamente y aquel dolor en su pecho volvía a regresar, la culpa jamás lo dejaría en paz.

-Anda, es hora de irse – le dijo con una sonrisa antes de unir sus labios con los de él, para después hacer la aparición.

Y ahora que estaba de pie frente aquel edificio, su mente seguía con aquella mujer que lo esperaba en el mundo muggle con una sonrisa. Harry siempre quería llevarla con él al mundo mágico, odiaba estar lejos de ella pero sabía que era imposible y que correría muchos riesgos de hacer aquello.

Se miró la mano donde jugaba con aquel pedazo de plata que brillaba con la luz de la luna, primero tenía que arreglar las cosas, no sería fácil pero esperaba que aquellos 3 meses fueran suficientes para acabar con esta situación y aquel sentimiento que sentía cada vez que dejaba el mundo muggle y a ella…

-¡Harry!- una voz lo hizo regresar a la realidad, sintió aquellos brazos delgados envolver su cuello con intensidad, le devolvió el abrazo casi por inercia, sin emoción ni felicidad, era una vacío y sin expresiones.

La joven se separó con nerviosismo, ella sabía que desde hace tiempo las cosas iban mal entre ellos, Harry no quería lastimarla así que se quitó el anillo con cautela y lo guardo en sus bolsillos, desviando la mirada.

-Tenemos que hablar Ginny…-menciono mientras se colocaba su otro anillo de bodas... el primero.