Prólogo

Tsuna se levantó adolorido. Sus riñones dolían como si hubiese luchado contra Xanxus la noche anterior, pero no. El culpable no es Xanxus, sino su guardian de la nube y actual novio, Hibari Kyoya. El oji-miel estaba tan ensimismado que no se dio cuenta de lo que su intuición le decía.

Se le había hecho raro que Kyoya no estuviera para cuando despertó, aunque apenas le dio importancia ya que el oji-metálico tenía sus manías.

Entró al comedor y miró a sus amigos, quienes tenían su atención en Dino, quien estaba al otro lado de la mesa.

- ¡Buenos días chicos, hola Dino-san! -Exclamó llamando la atención de todos.

Se extrañó al ver los rostros de sus guardianes, llenos de odio y rabia.

- ¿Qué sucede?

- ¿¡Cómo puedes preguntar que sucede, maldito!?

Eso asustó al moreno, el peliplata nunca le había levantado la voz y menos aún, insultado. Antes de que pudiera hablar otra voz lo interrumpió.

- Nos has decepcionado, Tsuna...

El rostro de Yamamoto tenía una sonrisa irónica.

- Esto es horrible, Sawada.

Ryohei no había gritado ni añadido "extremo" a su frase.

- Lambo-san no se esperaba esto de Tsuna-nii

La pequeña vaquita lloraba en brazos de la niebla.

- Boss...

La mirada de Chrome valía más que mil palabras.

Tsuna miró a su último rayo de esperanza. Kyoya le lanzó una mirada desaprobatoria y se retiró de la sala. Tsuna se rompió por dentro, era la primera vez que el azabache lo miraba de esa forma, y, al paso que iba, la última.

- ¿Q...Qué he hecho? -Preguntó sollozando

- Dame-Tsuna, mandaste a nuestros mejores asesinos a atacar la base Cavallone... Nuestra alianza con ellos era irrompible y lo sabes, una traición de esa forma tan solo es culpa del jefe.

Tsuna se quedó anonanado, en ningún momento había atacado a la famiglia de su querido hermano.

- Y...Yo no he sido, no tengo por que hace...

Antes de que pudiera terminar la frase una bala fue dirigida hacia el costado del menor.

- R...Reborn...

El sicario guardó su pistola y cuando dio la vuelta sus guardianes empezaron a atacarlo.

-No merece la pena pelear contra la basura.

Oyó de los labios del bebé antes de caer en la inconsciencia.