La historia es de mi total autoria, los personajes de Candy Candy no me pertenecen, son obra de sus respectivas autoras, el presente material es para mayores de edad y amplio criterio, si no gusta leer este tipo de material aun esta a tiempo de cambiar de historia.

Un buen amigo.

Por Cielo Azul A.

-¡Candy, Candy! ¿Qué sucede? Te nos vas de este planeta continuamente.

La voz chillante de Annie me saca de mis recuerdos, muy gratos recuerdos.

-No sucede nada, estoy enumerando en una lista mental todos los pendientes que aún tengo que terminar antes de salir de vacaciones.

-¿Te vas de vacaciones?

-Claro, jamás me he tomado unas buenas vacaciones, esas que de verdad valgan la pena llamarlas como tal.

-Me parece perfecto, responde Paty con su dulce sonrisa.

-¿Vas con Albert?, pregunta Annie

-No lo creo, él tiene muchas ocupaciones y no quiero interferir en ellas.

-Vamos Candy, sabes que en cuanto le digas que te vas de vacaciones él te pedirá el itinerario a seguir; además tal vez ahí por fin suceda lo que ya tenía que haber sucedido, no entiendo por qué esperas tanto.

-No es que yo sola decido, es un acuerdo tácito que tenemos de que pasaremos al siguiente nivel cuando así lo deseemos.

-¿y tú no lo deseas?

Vaya que Annie era insistente pero no obtendría una sola palabra de mi boca por el momento, en realidad me gustaba ver como se devanaba los sesos en sacar un por qué Albert y yo no habíamos pasado a otro nivel.

-Chicas, me voy porque aun me quedan muchas cosas por hacer, pero quiero verlas antes de irme.

-Candy, no le hagas caso a Annie, las cosas sucederán cuando así lo quieran y ni cuenta te vas a dar.

-Gracias amiga, las quiero y cuídense.

Nos despedimos con besos y abrazos prometiendo que las llamaría para un próximo encuentro con una Annie insistiendo en que debería pasar a más con Albert y una Paty que solo ponía ojos en blanco ante la insistencia de la otra.

Llegue a mi pequeño apartamento al cual le tenía un gran cariño, en el había vivido momentos tristes, alegres, emocionantes y muy felices y por ello no me veía viviendo en otro lugar, aquí Albert me confesó sus sentimientos, me beso por primera vez, me hablo al oído de cuán grande era su afecto, me mimo con el desayuno, comida y cena según a la hora que estuviera, como abandonar un lugar con tanta historia como la que tenemos Albert y yo.

Lo extraño tanto y este viaje que ha hecho de casi un mes se ha convertido en un tormento para mí, sus llamadas, correos y hasta video llamadas no son suficientes y sufro más cuando a mi memoria vienen las noches maravillosas que hemos compartido en mi cama o en la suya, ¡Ahhh!, un suspiro que probablemente había retenido desde que estaba con las chicas por fin lo dejo escapara, si Annie supiera que Albert y yo hemos pasado a todos los niveles que nos han sido posibles, viajo en los recuerdos, en los besos y las caricias que me prodiga cuando estamos juntos, la suavidad de sus manos y lo apasionado de sus besos en conjunción con esos labios que despiertan un frenesí en mi, son demasiados recuerdos para una noche en soledad así que decido irme a tomar una ducha muy fría y luego a dormir.

Después de un baño relajante decido que no quiero dormir sola, quiero sentirlo aunque sea en recuerdos así que me desnudo nuevamente y me meto entre las sabanas blancas, abrazo su almohada que aún conserva su aroma, me inundo de él y dejo a mi mente volar, puedo escuchar el sonido de los autos a lo lejos, la luz de la luna alcanza a filtrarse por la ventana, cierro los ojos e intento iniciar mi viaje.

De pronto se me eriza la piel, un peso se hunde en el colchón y ese aroma tan suyo me inunda por completo.

-¿Me extrañaste cariño?

Sonrío como una tonta a la pregunta pero a la vez de alegría por tenerlo por fin después de tanto tiempo lejos, me he vuelto adicta a sus besos, caricias, su cuerpo y al sexo con él.

Intento girarme pero él me lo impide, insisto y me distrae con el toque de sus manos, acaricia mis pechos, besa mi oreja y me susurra al oído.

-Permíteme demostrarte cuanto yo te he extrañado.

Se desnuda y se cuela en mi cama, se envuelve en mis sabanas, me envuelve con sus manos y recorre cada recoveco de mi cuerpo, sus hábiles dedos inician la magia, me llena de besos para encender mi cuerpo.

Toma mis manos y las extiende sobre mi cabeza, me ata al cabecero con su corbata y me dedica una mirada por demás prometedora, atrapa mis labios besándolos con deseo y amor mientras desciende a mi cuello y se dedica a mis pechos lamiéndolos lentamente y ahora no solo sus dedos son diestros, su lengua me acaricia, su boca me succiona mientras gemidos de placer se escapan de mi boca y sé que eso lo excita porque continua con ímpetu mientras desciende lentamente, se detiene en mi monte de venus y juguetea con su lengua en mi ombligo mientras yo me retuerzo.

Toma mis piernas y las separa lentamente yo me dejo hacer porque solo lo quiero dentro y sin embargo me tortura con la desdichada espera, se dedica a mis piernas hasta llegar a mis pies, vuelve a subir.

-¿Todo esto es para mí?

-Todo lo que quieras tener.

Llega a donde lo quería tener, por fin clava su lengua, acaricia, hurga y encuentra porque ya me tiene tan dispuesta, lame y succiona con fuerza, bebe cada gota del rio de placer que ha liberado pero no me es suficiente, lo quiero y lo deseo dentro como solo él me lo sabe hacer, gimoteo porque quiero su lengua pero también su miembro.

Abandona mi cuerpo y me observa mientras yo contemplo como se lame los labios, me toma de las caderas y al fin lo tengo dentro, fuerte, duro e intenso, lo siento vibrar tan dentro y cada estocada es un grito de placer y solo puedo desear darle tanto como él me está dando en este momento, así tan dentro me lleva por placeres intensos, esos que me recuerdan porque me he hecho adicta al sexo.

-Lo quiero todo, dámelo todo Albert.

Mis palabras lo encienden y las cumple al pie de la letra porque lo siento vibrar más y más dentro mi mente se nubla cuando estallamos en un majestuoso deleite.

Exhausta de tanto placer me envuelvo entre sabanas extiendo mi brazo y acaricio a mi amigo que ha sido un gran consuelo, mi dildo adorado que me regalo tanto placer pero sin acercarse al infinito gozo que me da mi Albert, lo sostengo con la poca fuerza que me queda mientras me pierdo entre sueños.

-Cariño ¿me extrañaste? –me pregunta en tono amoroso y acercando más su cuerpo al mío

Aun soñolienta su cuerpo siempre logra despertarme.

-Albert, ¡por fin te tengo de regreso! me abalanzo y él me toma en brazos.

-¿Qué tienes en la mano? –me pregunta en tono divertido.

Me sonrojo, como decirle que este es un amigo, un buen amigo y mi consuelo cuando tengo que sufrir su ausencia física.

Me besa y me sonríe.

-Solo espero que él no me supere. –me dice con una sexy sonrisa.

-Nadie vibra tan dentro de mí como solo tú puedes hacerlo cariño.

***************FIN****************


Notas de la autora.

Gracias por acompañarme en su tiempo y lectura, este minific lo hice inicialmente para la GF 2015 pero por causas diversas no lo publique.

Subiré poco a poco fic´s que Albert me ha inspirado y porque no, los que en un futuro también me inspire.

"Sus comentarios alimentan mi imaginación"

Gracias por leerme.