Me llamo Isabella Marie Swan, Bella, y tengo 18 años ¿Desde cuando? Casi unos 300 años. Si, así es, soy inmortal, o mejor dicho, una vampira al igual que mí hermano gemelo Emmett.

Si quieren saber, esta es nuestra historia:

Emmett y yo nacimos en Italia, alrededor del año 1790, nuestros padres eran Reneé y Charlie Swan.
En ese entonces se estaban produciendo muchos cambios en el mundo debido a la revolución industrial y demás.
En fin, dos días después de que cumplimos 18 años quise ir al mercado a comprar cosas para una cena especial, ya que nuestro padre regresaba de un largo viaje.
Por esos días Italia no era, precisamente, una ciudad segura y Emm quiso acompañarme, y yo accedí ya que sabía que tenía razón.

Al llegar al mercado Emm se quedo observando algunos artículos que mostraban en un puesto, por lo cual fui a otro no tan lejano a comprar la comida.

Flash Back

- Buenos días – me dijo el vendedor. Un hombre mayor de edad pero tampoco viejo. Debía rondar por los 40 y tantos años más o menos.

- Buen dia – respondí.

Por alguna razón ese hombre no dejaba de mirarme y eso me estaba inquietando.

- Si desea vegetales mas frescos tengo unos mejores por aquí – y me indico lo que parecía un callejón sin salida, pero debía de ser mi imaginación.

- Claro, pero… - no creo que a Emmett le haga mucha gracia.

- Descuide, comprendo, puedo vendérsela a alguien más – dijo y vi que tenia la intención de irse.

- No, no, esta bien – le dije temerosa de perder esa oportunidad, los vegetales estaban escaseando últimamente.

- Bien, por aquí – y comenzó a caminar por aquel lugar tan aterrador.

Me voltee a ver si Emmett vendría conmigo y lo vi hablando animadamente con el vendedor, así que seguí a ese hombre tan extraño.

Continué caminando hasta que él se detuvo, pero no veía nada.

- Al fin – le escuche decir y sentí que me empujaban y chocaba contra una pared.

- ¡Suélteme! – Grite cuando sus manos se movían por todo mi cuerpo.

- Cállate a menos que quieras morir preciosa, y así no será divertido – me mostro un cuchillo que tenia escondido y rasgo la parte superior de mi vestido antes de volverlo a guardar.

Con una de sus manos me cubrió la boca impidiendo que gritara mientras que con la otra no paraba de tocarme, mientras que yo luchaba inútilmente por evitarlo.

- ¿Bella? – Escuché a Emmett preguntar por mí. En un descuido de aquel monstruo logre morderlo y grité por ayuda.

- ¡Emmett!

- ¡Bella! – lo oí decir y pude observar como venia corriendo en mi dirección.

- Chiquilla estúpida

En ese instante sentí que me golpearon fuertemente el costado izquierdo del estomago, pero cuando lleve mis manos a ese sector, sentí como se llenaban de un líquido un poco espeso: Sangre. Me había apuñalado.

- ¡Bella! – alcance a ver que mi hermano había golpeado a aquel hombre y éste se encontraba inconsciente en el suelo, al momento que caía de rodillas mientras que me sujetaba con fuerza la zona del abdomen.

- ¿Emm? – logre articular.

- Tranquila Bells te llevare a que te curren esa herida – su voz sonaba llorosa.

- No llores… solo… diles a mamá y papá que los… amo – ya me estaba costando trabajo respirar.

- No, no, ¡NO!

De pronto pude ver que había alguien detrás de Emmett.

-Emm, atrás – logré decir, pero fue demasiado tarde. Emmett se arqueo a causa del dolor, pude ver que aquel ser despreciable lo había herido también.

- Emm – vi que el hombre corría en el momento en que mi hermano cayó a mi lado.

Una vez estuvo tendido pude ver que sangraba demasiado.

Vamos a morir, pensé

- Be… lla

- No… hables – le dije. Estábamos muy débiles.

- Te quie… ro – susurró.

- Yo también

Permanecimos tendidos, con nuestras manos unidas, esperando la muerte, pero ésta no llegaba.

De un momento a otro sentí que alguien nos observaba y con la escasa fuerza que poseía moví mi cabeza lentamente y vi una sombra que se acercaba hacia nosotros.

Ya había utilizado todas mis energías y me entregue a una especie de inconsciencia.

- No te… le… acerques – escuche a mi hermano hablar, al mismo tiempo que me cubría protectoramente con sus brazos. Yo, por otro lado, no me podía mover o hablar, pero percibía cada cosa a mí alrededor.

- No les hare daño – dijo una voz muy bella – quiero ayudarlos.

- Sálvala – fue lo único que respondió mi hermano y luego, se desmayó.

- No, Emm… - logre hablar, pero sentía que mi cuerpo se encontraba en sus últimos minutos.

- Escúchame – me pidió aquella voz – no queda mucho tiempo, puedo salvarlos a los dos, solo dime una cosa: ¿Querrían vivir eternamente el uno junto al otro?

- Si… - respondí dudosa. A mi me bastaba con saber que Emm se salvaría…

Mi pensamiento fue interrumpido cuando sentí a alguien morderme el cuello, y abrí mis ojos asustada al sentir como un ardor comenzaba a expandirse en esa área. Vi que hizo lo mismo con Emmett y rápidamente ambos estábamos retorciéndonos del dolor que sentíamos.

- Listo – escuche y con total asombro vi que aquel hombre nos cargaba a Emmett y a mi en uno de sus hombros y nos llevaba como si fuéramos plumas.

Hecho a correr a una velocidad inhumana, pero en ese preciso instante no podía pensar en nada que no fuera el fuego que sentía en mis venas.
Con todo el coraje y fuerza que fui capaz de conseguir en mi interior pregunté:

- ¿Qué nos… pasa?

- Se están transformando – contestó.

- ¿En qué?

- Vampiros

Fin Flash Back

Así por culpa de ese maldito humano Emm y yo somos lo que somos.
Aquel ser que nos salvo fue mi mejor amigo, Demetri.

Demetri es un rastreador experimentado que trabaja para los Vulturis.
El sintió el olor de nuestra sangre y fue a cazar a aquella fuente de alimento, pero no lo hizo, sino que nos salvo.

Jamás había comprendido por que lo hizo, él, a diferencia de Emm y yo, no seguía la dieta "vegetariana", hasta que un dia fui decidida y se lo pregunté; Me dijo que era porque me quería, que al verme no pudo siquiera pensar en hacerme daño, que con solo verme supo que tenia que estar con él y que, como Emmett era parte importante en mi vida, y jamás lo perdonaría si lo dejaba morir, lo mejor era transformarlo también.

Me sentí muy alagada con la confesión pero yo no sentía lo mismo por él; a pesar de esto el me pidió que le diera una oportunidad y le deje claro que no quería herirlo, pero que si algún dia necesitaba a alguien a mi lado, él era el primero en mi lista.

El accedió gustoso (debido a que no era una negativa total) y me prometió que a pesar de que sabía que no tenía posibilidad, eso no modificaría para nada nuestra amistad, lo cual agradecía.

Bueno, en fin, ahora Emm y yo nos encontramos en Volterra como invitados especiales. Desde hace un tiempo Aro nos había ofrecido un puesto en su guardia, puesto que ambos rechazamos; no somos asesinos.
Aro insistió mucho con esa oferta, ese es el principal motivo de nuestra estadía en Volterra; él estaba convencido de que si veíamos como serian nuestras vidas, decidiríamos cambiar de opinión, por lo cual le sorprendió nuestra 2º negativa.

¿Por qué tanta insistencia?

Fácil. Emm y yo tenemos dones.
Emmett puede controlar los 4 elementos: agua, tierra, aire y fuego, mientras que yo tengo varios poderes: 1º Poseo un escudo tanto mental como físico lo cual me hace intocable. 2º Soy telepática y telequinetica, puedo entrar en la mente de otra persona y mostrarle mis pensamientos y puedo mover objetos con mi mente. 3º Puedo copiar, extraer o incluso "prestar" los dones de otros vampiros, por lo cual somos los mas poderosos ya que poseo todos los dones de la guardia y los comparto con Emmett. Somos invencibles.

En Italia creen que mi don es el escudo, dado que cuando nos adentramos en el castillo por primera vez, Aro no pudo leer mis pensamiento y Jane tampoco pudo herirme; y con respecto a Emm no saben de la existencia del suyo, pero saben que si logran convencerlo me tendrán a mi y si lo tienen a él significa otro gran luchador en la guardia.

Pero bueno, esto no es de mucha relevancia, lo que importa aquí, es lo que ocurrirá en nuestro nuevo hogar:

Forks.