Un escalofrío recorrió su espina dorsal al darse cuenta de que ya eran las cuatro y treinta de la madrugada.

Inclinó su cabeza un poco hacía la izquierda para poder ver a Midoriya, y a Shoto se le hizo de lo más tierno el leve sonrojo que adornaba las mejillas de Izuku.

Las blancas cortinas que decoraban aquella habitación se balancearon suavemente por una ligera brisa y Todoroki sintió ganas de cerrar aquella ventana, pero separarse de los cálidos brazos de su pareja no era una opción para él.

Siente que le falta el peso de la sangre, la aspereza de la mejilla.

—Es difícil ser un héroe. —susurró hacia la nada misma.

Miró a su pareja, miró su cabello, el cual se encontraba rebeldemente alborotado. Miró sus pecas; ocho en total. Miró sus cejas, ligeramente despeinadas, miró su nariz, bonita y pequeña, miró sus párpados, sus pestañas y por último, sus labios.

Acercó uno de sus dedos hacia la mejilla de su pareja y luego la acarició suavemente, con dulzura.

¿Qué hubiera pasado si Izuku hubiera perdido hasta la última gota de aliento? De tan sólo pensar en un mundo sin su enamorado, un sentimiento amargo se incrustaba en su pecho y un nudo en el estómago que avecinaba un mal momento se hacía presente.

Las peleas de hoy habían sido duras; lo notaba por el rostro cansino de Midoriya.

Había sido una grandísima suerte el hecho de que Recovery Girl se encontrase cerca, pero sí ella no hubiera estado ahí, tal vez Midoriya hubiera…

—¿Shoto? —el susurro de su pareja lo alejó de sus más oscuros pensamientos. —¿Te encuentras bien? —la cama hizo un pequeño crujido en cuanto el pecoso se incorporó en ella.

—Sí, sólo…—parecía como si un gato le hubiese mordido la lengua, pues las palabras no salían de su boca. —Pensaba.

—Sabes que si necesitas algo estoy aquí, puedes hablar conmigo si así lo deseas. —se veía preocupado.

—¿Por cuánto tiempo?

El silencio reinó por unos segundos.

—¿A qué te refieres? —su semblante preocupado había pasado a uno verdaderamente confundido.

—Actuaste imprudentemente ayer. Pudiste haber muerto. —su voz no tembló en ningún momento, aunque lentamente se debilitaba. —Sabes… ¿Sabes el miedo que sentí cuando no respondías? ¿el miedo que sentí por la probabilidad de haberte perdido?

Nuevamente la habitación había quedado en silencio.

—Shoto, mírame. —ordenó.

Todoroki así lo hizo.

—Tócame.

Y volvió a obedecer.

Sus manos tocaron los labios de Midoriya por unos segundos.

—Estoy vivo. Estoy aquí contigo. ¿No es eso lo que importa?

—Sólo…

—Todoroki, no me iré.

Sabía que su pareja tenía un leve conocimiento sobre su miedo infantil.

El miedo a ser abandonado nuevamente.

—Y me aseguraré de que así sea. Yo… me aseguraré de ser el héroe que te proteja.

Y acto seguido, plantó un beso en sus labios.


Este drabble se lo dedico a Ara, ¡te quiero!

También, se lo dedico con mucho cariño a la página de Facebook TodoDeku [Todoroki & Midoriya], que en éstos momentos se encuentra haciendo una convocatoria. ¡Vayan a visitarla!

Gracias por leer.