Oneshot. AU del capítulo Le Dessinateur. Nathaniel es el chico popular de la escuela e hijo de la alcaldesa de París, y Chloé es una tímida artista. Al mismo tiempo, Adrien es un chico que sueña con ser un ingeniero físico, y Marinette es una modelo muy popular e hija de un famoso ingeniero. Chlonath.
Nota Aclaratoria:
1) Los personajes no me pertenecen, salvo por algún OC que de pronto aparezca. Créditos a Thomas Astruc y compañía
2) Contiene spoilers de la segunda temporada
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EN OTRA VIDA
Laboratorio de Química, Colegio Françoise Dupont
Chloé sonrió ampliamente mientras su lápiz pasaba rápidamente por la hoja blanca de su cuaderno de dibujo. Desde siempre ella había sido admiradora de los superhéroes que solían salvar París todos los días.
¡Oh, como soñaba con ser una superheroína y pelear junto a ellos dos!
La chica siguió dibujando con toda su concentración, mientras sentía que la voz de madame Mendelev parecía desaparecer poco a poco en la distancia. Jamás había sido muy hábil en ciencias: ese era Adrien.
Si alguien le gustaba más que esos dos superhéroes era el tímido e inteligente Adrien Agreste. El chico había sido su compañero desde hacía muchos años, y siempre había admirado que fuera tan bueno, tan guapo y perfecto.
"Aww… Adrien", pensó la chica.
Chloé siguió dibujando, soñando con el día de que fuera una superheroína y, si tenía suerte, llegar a salvar a Adrien junto a Ladybug y a Chat Noir. ¡Sería tan perfecto! Según su cómic, ella era una superheroína llamada Queen Bee, más poderosa que Ladybug y Chat Noir, y se la pasaba salvando al mundo de Hawkmoth.
Volvió a sonreír, ilusionada, pero fue sacada de su mundo imaginario por un golpe en su escritorio. Chloé dio un respingo de sorpresa cuando vio la mano de la profesora caer de golpe sobre su libreta.
-¡Chloé Bourgeois!- dijo madame Mendelev en voz alta- ¿otra vez estás dibujando? ¡Por eso te va tan mal en la clase de ciencias!-
Chloé enrojeció terriblemente al sentir los ojos de todos en la clase mirándola fijamente, incluido Adrien.
"Oh, no, esto no puede estar peor", pensó la chica, pero pronto se iba a dar cuenta de lo equivocada que estaba.
-Yo… yo… lo lamento…- dijo Chloé, tartamudeando. No era buena hablando, y mucho menos cuando toda la clase tenía los ojos sobre ella.
-¿Ah sí?- dijo madame Mendelev- sal de la clase inmediatamente y ve a la oficina del director, y ahora sí realmente lo vas a lamentar-
Chloé se sentía de lo más avergonzada, pero como pudo guardó sus cosas en su mochila, y tomando su libreta de dibujos, la abrazó contra su pecho mientras caminaba a la salida del laboratorio. Pero cuando iba pasando por la primera fila, alguien sacó su pie para hacerla tropezar. Chloé cayó al suelo de bruces, soltando su libreta para meter la mano y no darse con el suelo en la cara.
-Oh, mira esto, Sabrina- dijo la molesta voz de Nathaniel, el chico pelirrojo que estaba sentado en la primera fila, quien le había puesto el pie para hacerla tropezar.
Nathaniel era el único hijo de la alcaldesa de París, madame Kurtzberg, y era un chico de lo más mimado. El chico pelirrojo gustaba de molestar a sus compañeros, y era el responsable de la mayoría de los akumas ocurridos en el colegio.
-Mira esto, Sabrina- repitió Nathaliel, y Chloé levantó la vista, avergonzada, desde el suelo. Palideció con una expresión horrorizada. ¡Su némesis tenía su libreta de dibujo! ¿Cómo se atrevía a tomarla?- la tonta de Chloé se dibujó a sí misma como superheroína… y mira a quien está salvando en su comic, es Adrien…-
Al decir esto en voz alta, toda la clase, excepto Adrien y Marinette, se echaron a reír de ella. Chloé intentó levantarse y extendió la mano para quitarle la libreta a Nathaniel, pero no la alcanzó y volvió a caer, esta vez sobre la mochila del pelirrojo, quien aún no había terminado de atormentarlo.
-Hey, Nerdrien- dijo Nathaniel, dirigiéndose a Adrien y mostrándole la hoja donde estaba el dibujo de Chloé como Queen Bee salvando al chico rubio- esta perdedora está realmente enamorada de ti-
Chloé alcanzó a ver que Adrien se ruborizó levemente, y se levantó de golpe. Con un gesto rápido, la chica arrebató su cuaderno de las manos de Nathaniel.
-¡Dame eso!-
-No me extraña, Chloé y Nerdrien son un par de perdedores, están hechos el uno para el otro- dijo Nathaniel.
-¡Calla!- estalló Chloé, hablando en voz alta. ¡No podía soportar esa humillación!
-Ya es suficiente, Chloé, sal de aquí- dijo madame Mendelev.
La chica tomó sus cosas y salió del laboratorio de ciencias arrastrando los pies. Mientras caminaba por el pasillo hacia las escaleras que llevaban a la oficina del director, no pudo evitar que algunas lágrimas se escaparan de sus ojos.
¿Porqué le tenía que pasar eso a ella?¿Porqué Nathaniel tenía que ser tan cruel? ¡Si ella no le había hecho nada! Sí, podía ser el hijo de la alcandesa, pero no era dueño de la ciudad, y eso no le daba el derecho a ser así con todo el mundo.
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Horas más tarde
Finalmente, monsieur Damocles la dejó castigada después del colegio, y Chloé estaba treinta minutos después de la hora de salida pasando la escoba por el patio del colegio. Por poco había olvidado lo que había sucedido en el laboratorio, sobre como Nathaniel se había burlado de ella por estar dibujando y por estar enamorada de Adrien.
¡No podía creerlo!¡Todo el mundo ya sabía que estaba enamora da de Adrien! Él mismo lo sabía, y eso era, para Chloé, el fin del mundo.
Chloé golpeó el suelo con la escoba, haciendo un gesto enojado. ¿Porqué le pasaba eso?
-Hey, Chloé, ¿qué estás haciendo?- dijo una voz masculina, y la chica puso los ojos en blanco. Con una sonrisa astuta y una pose como si fuera dueño de la escuela, Nathaniel caminaba hacia ella- te faltó un sitio ahí en el suelo, cabeza de limón-
Chloé le lanzó una mirada de enojo.
-¿Y se puede saber que haces aquí?- siseó ella.
-Ah, nada importante, mademoiselle Bustier me castigó, y tengo que quedarme a limpiar- dijo Nathaniel, cruzándose de brazos y lanzándole una sonrisa astuta- pero como ya lo estás haciendo tú, supongo que no es necesario que me ensucie las manos con este trabajo de sirviente-
Chloé le dio la espalda y siguió barriendo.
-Para ser una chica aburrida, al menos puedes barrer- dijo Nathaniel, sentándose en la banca más cercana.
-Habemos personas que sabemos como ganarnos la vida trabajando- siseó Chloé de nuevo, haciendo reír a Nathaniel.
-Ya, ya, no te enojes, limoncita- dijo Nathaniel, sonriendo astutamente- lo decía como un cumplido. ¡Rayos, qué malagradecida eres!-
Chloé entrecerró los ojos, pero siguió dándole la espalda, concentrada en su trabajo, pensando que quizá sería mejor ignorarlo. Sabía que Nathaniel estaba enamorado de Marinette Dupain-Cheng, la famosa modelo que estudiaba con ellos, pero todo el mundo sabía que ella estaba perdidamente enamorada de Chat Noir. Chloé sonrió levemente. Ese era el karma pateándole el trasero.
-Estaba pensando- continuó diciendo Nathaniel, rodeando sus ojos- ¿porqué te gusta ese perdedor de Nerdrien? Es un perdedor-
Chloé gruñó, pero lo ignoró. No iba a reconocer su existencia, al menos hasta que se disculpara con ella por cómo la había tratado en clase. ¡Cómo lo odiaba!
-Además, ese Nerdrien está embobado con Marinette. ¡Ja! Como si fuera posible- continuó el pelirrojo- quizá deberías decirle a tu enamorado que no está a la altura una chica tan hermosa como Marinette… somos el uno para el otro-
La chica volvió a gruñir, pero continuó con su obstinado silencio.
-Una artista de segunda y un físico frustrado… serían una buena combinación- dijo Nathaniel en voz baja- ¿qué opinas de eso, cabeza de limón?-
Chloé ya había tenido bastante.
-Que sueñas con que Marinette te va a dar la hora- dijo la chica rubia en voz alta, girándose hacia él con una expresión molesta- a ella le gusta Chat Noir, así que pierdes tu tiempo, tomate-
Nathaniel parpadeó, sorprendido. Chloé jamás le había hablado así a él, o a nadie más. La miró más detenidamente. La cabeza de limón tenía las mejillas enrojecidas de coraje, y apretaba la escoba entre sus manos como si fuera a romperla. El pelirrojo no sabía porqué, pero había una chispa en sus ojos que le parecía muy atractiva, y que le gustaba mucho.
Al notar que el pelirrojo la miraba con tanta intensidad, Chloé se ruborizó furiosamente y le volvió a dar la espalda, volviendo a barrer como si el suelo fuera la cosa más interesante del mundo.
Nathaniel sonrió levemente y se acercó a ella. La hizo girarse hacia ella, y le quitó la escoba de las manos. Chloé estaba tan sorprendida que no sabía como reaccionar. Nathaniel la empujó levemente, haciéndola caer sobre la banca, y se puso a barrer lo que faltaba.
-A propósito…- dijo el chico- lamento lo que sucedió hoy. No estuvo bien-
Chloé no podía creer lo que estaba viendo. ¿Nathaniel, el hijo de la alcaldesa, se había disculpado con ella? ¿Y estaba barriendo y cumpliendo con su castigo? Pero no dijo nada. Solo siguió con la mirada al pelirrojo hasta que terminó la hora de castigo, y ambos fueron libres para salir del colegio.
-Bueno, te veré mañana en clase, cabeza de limón- dijo Nathaniel, sin darle importancia a lo que había pasado- y si dices algo de lo que sucedió aquí, te arrepentirás. Y créeme, yo cumplo mis promesas, sobre todo las de venganza-
Chloé rió en voz baja.
-Mis labios están sellados- dijo la chica.
Nathaniel estaba mirándola amenazadoramente, pero sonrió y salió del colegio hacia la calle, donde su limosina lo esperaba. Una vez que se quedó sola, Chloé se echó a reír. Quizá el pelirrojo no era tan malo después de todo.
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FIN
¡Hola a todos! Pues este es un oneshot que me ha estado dando vueltas en la cabeza desde hace mucho tiempo. Espero que les haya gustado. Pronto subiré el siguiente fic, me faltan 4 capítulos de escribir. Muchas gracias a los que me siguen leyendo. Hasta pronto.
Abby L.
