Prologo

Unos gritos y unos sonidos escandalosos alertaron a los vecinos, quienes no vacilaron en llamar a la policía; dentro del departamento se estaba librando una fuerte pelea.

Una joven de cabello largo y negro cubierta solo por una fina bata de seda se abalanza sobre el enmascarado que había allanado la residencia. Los dos cayeron sobre la mesa de centro de vidrio de la estancia rompiéndola en mil pedazos; la joven logra incorporarse rápidamente y comienza a forcejear con el individuo – ¡ella es mía, me pertenece! – grito el intruso al tiempo que empuja a la joven contra un librero en la pared que dividía a la estancia del comedor. La joven da un pequeño grito de dolor pero no permitió que esa lesión la distrajera de su tarea.

- ¡Ella no es tuya, jamás lo fue, solo te aprovechaste de su bondad, de su amabilidad; la humillaste, la torturaste y aun así ¿osas reclamarla como tuya?! – el sujeto se libero del agarre firme sobres sus manos, golpeo su rostro con su puño derecho y los dos cayeron al suelo; se incorporo rápidamente sobre la mujer y coloco sus manos enguantadas sobre el cuello de la morena.

- ¡Calla mujer, que puedes saber tu de sus sentimientos, tu jamás entenderías como me miraba, las sonrisas que me dedicaba – el enmascarado hablaba mientras apretaba mas y mas el cuello de la morena; por su parte, la joven hacia todo lo posible por liberarse, trataba de alcanzar también el cuello del individuo pero no lo lograba, opto por buscar algo a su alrededor que pudiera utilizar hasta que encontró un jarrón de vidrio que se había caído cuando la empujo contra el librero, lo tomo con su mano izquierda y se lo estrello en la cabeza, desorientando al hombre, quien cayó de nuevo al suelo adolorido por el golpe.

Mientras tanto en la habitación principal, una mujer de cabello castaño estaba acurrucada en una esquina con los ojos fuertemente cerrados y sujetando las sabanas de la cama, repitiendo para ella misma – esto no es real, esto no está pasando, esto no está pasando. – fue hasta que escucho el sonido de vidrio quebrándose y un grito de dolor proveniente de la estancia que la castaña reaccionó.

La morena se incorporo rápidamente y comenzó a toser y a inhalar apresuradamente para recuperar el aliento. – Solo veías lo que querías ver ¡maldito enfermo! – decía la mujer mientras se frotaba el cuello – y manipulaste todo a tu conveniencia – dijo la mujer al incorporarse completamente. El sujeto se recupero del golpe y se coloco en cuclillas apoyando su mano sobre la puerta de vidrio que daba a un pequeño balcón. - ¡Pero eso termina aquí y ahora! – la morena tomo impulso y se abalanzó contra el intruso, rompiendo la puerta por la fuerza del ataque y cayendo sobre el suelo del balcón, rodaron un par de veces y golpearon el barandal de vidrio templado con tal fuerza que también se rompió; la morena alcanzo a sujetarse de la orilla del balcón, clavándose a su paso varios cristales regados en el piso; el individuo rodo sobre ella y cayó al vacío, sin embargo logro sujetarse de la pierna derecha de la mujer antes de caes al vacio, esto provocó que los pedazos de vidrios se clavaran mas profundo en sus manos, aumentando el dolo y haciendo casi imposible sostenerse por la cantidad de sangre que comenzaba a acumularse.

La morena trataba de aferrarse al piso del balcón pero el peso extra lo estaba volviendo realmente difícil. – ¡si no es mía entonces no será de nadie, y me asegurare de que así sea! – el sujeto saco una pequeña navaja de su bolsillo y se lo enterró en la pantorrilla de la joven, provocando una herida profunda; la joven grito de dolor y llego a oídos de la mujer de cabello castaño.

Al escuchar ese grito desgarrador, la joven reaccionó y sin pensarlo dos veces se levanto de su resguardo y se dirigió corriendo al origen de tanta conmoción, al salir del pasillo observo toda la destrucción que habían dejado a su paso pero no veía a ninguno de los dos, se acerco a balcón y pudo notar las manos temblorosas de alguien en el borde, corrió a su encuentro y las sujeto fuertemente tratando de alar a la persona, cuando abrió sus ojos para ver el avance que había hecho, vio con horror como el sujeto subía por la espalda de la morena con una navaja en su mano dispuesto a clavarla en su cuello.

- ¡Noooo! – fue el ultimo sonido que se escucho antes de que el silencio se adueñara del lugar.