¡Hola a todos!

He vuelto tal como prometí. Espero que todos estén bien, y a mis seguidores les agradezco mucho por la paciencia que me tienen en estos tiempos de ausencia casi asesina que he tenido. Voy recuperando el toque poco a poco, y les prometo pronto las continuaciones de algunos fics que han tenido fama.

Pero antes quiero volver a tratar con un fanfiction largo, capítulo tras capítulo. Esta vez les traigo uno de una pareja a la que volví a agarrarle afecto después de tanto tiempo, inclusive aunque la serie ya tenga mucho tiempo de existencia. La serie "K" ha sido una de mis favoritas, y aunque muchos quieran lincharme, el MikoRei se volvió mi OTP junto con el SaruMi.

Así que aquí los dejo, y les prometo actualizarlo cada miércoles si el fic es bien recibido. Espero con mucha paciencia sus reviews, y ojalá les guste, lo hice con mucho amor.


Título: La última nevada

Pareja: MikoRei [Mikoto Suoh x Reisi Munakata ]

Advertencia: Las advertencias saldrán conforme avancen los capítulos.

Disclaimer: Ni K ni ninguno de sus personajes me pertenece. Todo pertenece a sus respectivos autores.


"No te vayas, sigue respirando. Quédate a mi lado siendo como eres. Abre los ojos y dime que es mentira, mírame a los ojos y sonríe..."

Prólogo: "Su mano era tan cálida que la nieve podría derretirse..."

Era una linda mañana, con el sol brillando en lo más alto del firmamento anunciando el inicio de un nuevo día. Y disfrutando de tal tranquilidad se encontraba un pequeño niño de escasos 7 años de edad sentado sobre un sube y baja. Cualquiera diría que sólo esperaba a que su amigo llegara para que jugase con él, pero no, no había nada parecido.

Él era Reisi Munakata, un niño algo solitario, más que nada por la educación que recibía en casa, y además vivir siempre en una familia que seguía a cabalidad las normas de educación, perfecto comportamiento, digno del sucesor de la familia Munakata.

Pero Reisi no quería eso, quería ser como cualquier otro niño, quería salir a jugar, quería tener amigos sin asustarlos después con su comportamiento tan recto y educado, pues que algunos niños le decían "rarito" por tal acontecimiento. Repentinamente el asiento en el que estaba el pequeño niño se elevó, provocando que Munakata cerrase los ojos con fuerza por el inesperado susto que conllevó aquella acción. Y abrió lentamente sus párpados, observando al otro lado a un niño de su misma edad, mirándolo fijamente como buscando descifrar la expresión en su rostro.

—¿Por qué estás tan solito? —preguntó el recién llegado—. El sube y baja no es para que lo juegues tú solito, ¿te puedo acompañar? —Reisi no supo ni de qué manera reaccionar, pues en poco tiempo ya su cuerpo subía y bajaba en aquel juego, impulsado inconscientemente por sus piernas cuando era su turno.

Horas pasaron, y entre los niños se formó una amistad casi instantánea, misma en la que Reisi logró encontrar esa felicidad que tanto deseaba desde hacía muchísimo tiempo. Mikoto Suoh, un niño tan sólo meses mayor que Reisi se había vuelto ese destello de luz en medio de la oscuridad que rodeaba la vida de un pequeño Munakata.

—Mikoto... ¿volveré a verte? —se atrevió a preguntar el de anteojos con una expresión algo desanimada en el rostro cuando llegó la hora de retirarse— No quisiera que dejáramos de ser amigos...—finalizó con las mejillas rojas.

Y el pelirrojo se acercó un poco al de lentes, colocando su mano sobre la mejilla de éste y sonriéndole de forma dulce.

—Claro que volveremos a vernos ¿no acaso somos amigos? —y extendió su dedo meñique hacia el menor, provocándole una amplia sonrisa a éste. Reisi entrelazó su dedo con Mikoto, dejando así una promesa silenciosa de que ambos estarían juntos por siempre sin importar las circunstancias.

El día entonces terminó con Reisi volviendo a su hogar, mirando de reojo a su nuevo amigo, el primero que tenía, el primero que lo hacía sonreír de forma sincera, y por supuesto, el único que con tan solo el toque de su mano había logrado derretir el aparentemente helado corazón de un miembro de la familia Munakata.