Los personajes de Bleach no me pertenecen.


Una Nueva Oportunidad

Algo está mal, puede sentir como una inexplicable intranquilidad se intensifica en su interior. ¿La razón? No la conoce. Pero sea lo que sea, le carcome de a poco. Posa la mirada en el equipo, el deterioro es evidente en cada individuo — Uno menos —su zanpakuto destroza las entrañas del espécimen.

Se siente sudado, hastiado, cansado y de sobremesa está gravemente herido. ¿Cómo es que una misión de tres semanas se prolonga tanto tiempo? La respuesta está frente a sus ojos. Reproduciéndose más rápido que cucarachas, su enemigo es la personificación de la plaga.

Pero no se da por vencido, eso sí que no. Su orgullo nunca se lo permitirá, el Gotei trece puede dar testimonio de ello. Empero es consciente de la fachada tallada desde la juventud. Más que cumplir con las órdenes del viejo Yamamoto, proteger al seireitei, salir victorioso, si es que lo consigue, junto con su escuadrón y ser recibido con gratitud, acepta en el recóndito de su ser que el único motivo es ella.

Aún puede recordar aquellos cristalinos ojos al momento de comunicarle sobre su partida, aún puede sentir aquellos frágiles brazos rodear su cintura y como su haori se humedece, aún puede rememorar la promesa de retorno…

Definitivamente esto tiene que acabar, y simplemente volver.

Se encuentra profundamente consumido en pensamientos, que no es consciente del movimiento de su nuevo adversario. Aquella hoja afilada se desliza en su interior y sus destruye sus entrañas.

— ¡Taicho! —parece la voz de Renji, intenta mantenerse en pie, pero el desaliento le conduce a un mundo opaco, en el que extrañamente, recibe el sosiego que anhelaba.

Hisana…


Una flor de sakura baila en el viento. Jūshirō Ukitake observa la tumba de aquel par.

La vida sabe hacer sus cosas— evoca los acontecimientos que heló a muchos.

Tras la partida de Byakuya, el estado de salud de Lady Kuchiki había empeorado de manera dramática, y los múltiples intentos de Retsu Unohana no hacían efecto alguno.

Ella falleció en el ocaso, y Byakuya le acompaño en el amanecer. Casi parecía un plan de la vida.

Una suave carcajada se escapa de sus labios — ¡Que irónico! Si fue la muerte la que los unió de nuevo, la que les dio… una nueva oportunidad.


Muchas gracias por leer esta pequeña historia.

Si puedo leer algún comentario de tu parte me haría muy feliz! :*