-Dulce Princesa… ¿Quieres ir al cine conmigo?
Apenas lo escuchaba mi mente estaba en un lugar lejano en ese momento…
-Disculpa… ¿Qué?
-Dije que si querías ir al cine conmigo, veremos una película de acción, si quieres.
Sonrió algo avergonzado, mi héroe sin defectos; Finn.
-Lo siento, Finn pero estoy muy ocupada…quizá en otra ocasión.
Odiaba rechazarlo, pero era cierto, estaba ocupada con mi reino, era mi única razón de vivir…
-Ah…bueno, está bien.
Podía notar la tristeza en sus ojos, me dolía pero no podía hacer nada. Finn tenía que entender que no podía amarle, no cuando cientos de personas dependen de mí.
Después de un arduo día de trabajo me dirigí a mi habitación a descansar, el que fuera princesa no significaba que todos me veneraran, creía que era más bien lo contrario pero estaba bien yo vivía para ellos, eran mi salvavidas lo que habían hecho que aun siguiera viva después de tanto sufrimiento…
No, Bonnibel, no. No podía permitirme pensar en ello, creía que ya lo había superado pero cada vez que cerraba los ojos veía su rostro. El rostro de la persona que alguna vez fue mi razón de vivir…
Procuraba no pensar en eso, me ponía muy retrospectiva y casi siempre terminaba llorando…me recosté con un nudo en la garganta, intentaba distraerme con cualquier cosa pero su rostro, sus recuerdos, las miles de palabras que me dijo…parecían ser más poderosas que todo.
Yo no había perdido solo a una persona que amaba, había perdido parte de mi vida, un futuro…
Cerré los ojos intentando conciliar el sueño, pero no pude dormir…no me di cuenta de en qué momento perdí la conciencia…
