Nota del Autor: ¡Hola! Bueno, soy nueva en esto. Nunca antes había publicado algo aquí en FF, pero sinceramente, tengo demasiados writer-crushes. Estos son algunos drabbles que escribí porque quería matar el aburrimiento. Si te gusta, y quieres ver más drabbles con palabras, ¡enviame unas! Acepto peticiones de cualquier clase. *-* ¡Disfruten y recuerden dejar su review/feedback! 3 -MissZombie.


Adam

Nadie, en todos los sentidos, se podría resistir a la belleza masculina de Adam Levine. Ni siquiera el propio hombre, de eso estaba seguro Sherlock Holmes. La señora Hudson le había obligado a limpiar la casa, así que había buscado entre la computadora de John, y ¡tara! Adam Levine sin camisa y con esa puta canción. Estaba seguro que había empezado a bailar, ¡si señores y señoras! ¡Sherlock Holmes, el mismo, bailando Moves Like Jagger! Para cuando terminó la canción, John entró y vio al hombre sin camisa.

"Sherlock, ¿qué haces?"

Ojo

"¡John! ¡Quédate quieto por amor a la Reina que es mi hermano!" le regañó el más joven.

"¡Cállate tú Sherlock!"

"¿Por qué debería de hacerlo? ¡Deberías de agradecerme por curarte el ojo!"

"¿Agradecerte? ¡Me tiraste un lápiz al ojo, imbécil!"

Cámara alemana (Leica)

"Deberías de aprender a tomar fotos analógicas, Sherlock." Dijo un día John, después de despertarse en la misma cama.

"¿Para qué debería hacer eso?" preguntó de vuelta, dándole una calada al cigarro.

"Bueno, son más pequeñas que las modernas y podrías tener tus fotos propias sin necesidad del permiso de Lestrade. Además de qué phgmmm..."

John no pudo seguir hablando ya que Sherlock le había plantado un beso en todos los labios. "¡Eres un genio John!"

"Elemental, mi querido Holmes."

Pepinillo

Era la cuarta vez esa noche que el Doctor Watson sentía el cambio de peso de la cama, al parecer o Sherlock se había vuelto sonámbulo o había algo que lo preocupaba. Y después de dos años, estaba seguro de que a aquellas alturas nada le molestaba. John no sentía ni oía a su novio volver así que levantándose con cuidado, camino hasta las escaleras, tomando su bastón como arma; ya que la última vez que tomo su arma una noche así casi mata a Mrs. Hudson. Al ver la luz de la nevera, John miro a su novio haciéndole pruebas a unos pepinillos.

"Sherlock, deja a los pobres pepinillos tranquilos. Bob Esponja es una caricatura, ¡por amor a dios! ¡Los pepinillos no se les cuentan cuentos antes de comérselos!"

Voz

John se despertó una mañana, y se fijó que era tranquila. Cerrando los ojos con una sonrisa, los abrió de nuevo con miedo. Demasiado tranquilo. Se levanto y bajo las escaleras para fijarse que Sherlock ya había hecho café. "Buenos días." Dijo John con cuidado, para no asustar a Sherlock. Pero fue Sherlock quien lo asusto a él; esa mirada de desgracia no era normal. Le entrego un papel y se lo entrego a su novio, junto a un beso en la frente. La nota rezaba, con una delicada escritura a mano: HE PERDIDO MI PUTA VOZ.

Hoy iba a ser un día divertido.

Sombrero

"Oh vamos, querido. ¡Ese sombrero te queda hermoso!" le dijo la Señora Hudson divertida. Era invierno, y hacía frio en las calles de Londres así que ella le había tejido un sombrero azul para que combinara perfecto con su bufanda. Sherlock solo resoplo y soltó algo como 'no pienso usar esto'. "Yo pienso que te vez guapo con él." Watson dijo, sonriendo honestamente. El hombre se veía adorable con aquel gorrito tejido, parecía hasta más joven. Dicho esto, Sherlock dejó una sonrisa a medias salir.

Bolígrafo

"John, mete tu mano en mis pantalones."

"¡Sherlock! ¡No estamos en situación para eso!"

"Por amor a la Reina, Watson. Hay una navaja-bolígrafo en mi bolsillo."

"Es más fácil decir...espera, ¿navaja-bolígrafo? Eso es nuevo."

"Calla y mete esa mano."

Boxers

A Sherlock le encantaba el Doctor John Watson en todos los sentidos, todos los momentos que pasaba con él; aunque él no lo demostrara. Pero su momento favorito, o como quieras llamarlo, es ese cuando el de cabellos oscuros se despertaba más temprano y veía a el militar acostado de espalda, solo con una sabana tapando la parte de abajo, dejando ver todas sus cicatrices y parte de su ropa interior –cuando la tenía a veces-. Los boxers de John Watson son muy sexys, esa era la conclusión a la que llegaba Sherlock Holmes cada mañana.

Sonrisa

Cuando Sherlock le daba una sonrisa, John se derretía como un helado fuera de la heladera. Pocas veces lograba ver aquella sonrisa verdadera y menos poderle escuchar reírse con tal libertad. Una de las cosas que le enamoro del otro hombre fue su sonrisa y también su risa. John nunca había escuchado ni visto aquellas cosas a ninguna persona en este mundo que hicieran que su corazón latiera como un demonio. Oh, Sherlock.

Venus

"¿Qué es eso, tío John?" preguntó un niño de cuatro años de edad. "Ese punto allá arriba."

"Ese es Venus, es un planeta." Respondió el mayor, sonriéndole.

"Oh, ¡es muy pequeñita!" rió el pequeñito.

Sherlock tenía que darle las gracias a Harriet –Harry- luego por haberles dejado a Hugo con eso ellos. Él nunca había visto escena más adorable en su vida.

Piercings

"Sh-Sherlock, ¿qué es eso?" Preguntó John, tragando saliva trabajosamente; señalando dos puntos metálicos en la cadera de su novio.

"Mis nuevos piercings. ¿Te gustan?" Preguntó, cambiándose el pantalón para ponerse el de dormir.

"Ah...Si...eh...si." carraspeo John, intentando esconder el bulto de su entrepierna. Tenía que admitir que Sherlock se veía caliente con esos piercings.

Girasol

Todos sabemos muy bien que el señor Sherlock Holmes no es un hombre muy convencional en todos los sentidos. Pero eso sí, era bien amoroso con su Doctor Watson, porque sabía que nunca encontraría a alguien como él. Una mañana John llegó a la clínica y Sara le dijo que le había llegado algo. "¿Algo?" preguntó el militar con el ceño fruncido. Pero al abrir la puerta de su consultorio solo suspiro. Girasoles-amarillos-por-todo-el-sitio. Y en la mesa una pequeña carta que citaba: "Feliz tercer aniversario John. Te amo." John solo pudo sonreír.

Saxofón

Aunque Sherlock Holmes no escuchara mucha música, a excepción de las piezas viejas para violín; le encantaba el sonido del saxofón en las canciones de blues. Así es señores. A Sherlock Holmes le encantaba el Blues tanto como le encantaba el Doctor Watson. Todos los días se aprenden cosas nuevas, ¿no?

Sketchbook.

Una vez, John encontró un cuaderno de dibujo, obviamente llenos de dibujos hechos a carboncillo. Algunos daban miedo, como una cara viniendo hacía ti, otros eran de John; cosa que le sorprendió. Pero otros eran, al parecer más viejos, había uno de Mycroft cuando era joven y otro de la señora Hudson, no tan viejo como el anterior. "¿Qué tienes allí Watson?" preguntó Sherlock, desde la puerta de la habitación. "Dibujas muy bien, Sherlock." El hombre menor solo encogió los hombros, pero con una sonrisa le dio un beso mariposa en la nariz al militar. "Siempre eres el primero en elogiarme, gracias."

Wushi. (Fondue, ñiqui ñiqui, +M, ¿me explico?)

"Sherlock." Susurró al sentir a su novio, apretarlo en un abrazo, sintiendo como el de cabello oscuro le besaba por el cuello. "¡Vamos John! ¡Se que quieres Wushi!" John que iba a besarlo, se separo y le miro feo. "¿Wushi Sherlock? ¿En serio?" "Oh vamos Doctor, cállate de una bendita vez y bésame. Sé que te gusta el término. "

Balcón.

Tres años después de que Sherlock se "suicidara", John se encontraba en el balcón de Baker St. 221B, como siempre hacia aquel día. Pero tenía un presentimiento de algo diferente, algo iba a suceder. Tomando un cigarro de su bolsillo –manía que saco de Sherlock-, lo encendió y le dio una calada. Al fijarse en la acera del frente, casi se cae del balcón. "Sherlock..." corrió con todas sus fuerzas, y al abrir la puerta el hombre estaba allí, sonriendo. "Perdón John."

Cromosoma.

"Tío Locke, ¿qué es un cromosoma?" preguntó el pequeño Hugo, sentado al lado del hombre que veía por el microscopio.

"¿Por qué preguntas Hugo?" Sherlock preguntó de vuelta. Su tolerancia a los niños se había mejorado con él tiempo, le había agarrado un cariño enorme a su sobrino.

"Por que escuche que le dijiste a tío John que tenía unos cromoshomas y genesh muy seshis, algo así." Dicho esto, se escuchó un pfffff como si escupieras algo.

"¡SHERLOCK!" gritó John, desde el otro lado de la habitación.