-0000OOOO-¿Quién?-OOOO0000-

¿Quién no ama los sábados por la noche?

¿Quién no ama desestresarse?

¿Quién diablos puede ser adicta al trabajo?

Yugito….

-Vamos Yugito te divertirás ya verás.- la muchacha estiraba a su amiga como podía dentro del local, le había costado una semana entera de ruegos traerla ahí.

-Como tu digas, pero aun pienso que hubiera sido mejor quedarme estudiando; el puesto de mi padre no es ningún jueguito tonto.- Termino haciéndose soltar; y arreglando un poco ese vestido que no le lucia nada mal; pero que para ella era demasiado extravagante; porque ella siempre había amado la ropa formal que dejara en claro lo importante que era y ahora solo se sentía una puta.

Las dos bellas muchachas se sentaron en una de las mesas pidieron unos tragos para estrar en ambiente; aunque Yugito no dejaba de pensar que todas esas personas solo perdían el tiempo.

¿Quién reza antes de ir a tomar unas copas?

¿Quién es tan fanático religioso que hace sacrificios?

¿Quién no puede tener una conversación sin nombrar al poderoso Jashin?

Hidan….

-Hidan, mierda podrías sacarte toda la vaina esa. – le dijo Kakuzu señalando su rosario; su cruz y hasta su anillo y es que estaba arto que el peliplata sea tan fanático.

-Y quedarme sin la bendición de ¡Jashin-sama! ¡No! – y beso una centésima vez más su cruz; y luego abrazo a Kakuzu del cuello mientras entraban al local. – con su bendición encontraremos bellas mujeres.

Su compañero solo rodo los ojos; ya estaba arto pero que podía hacer, si Hidan era el único amigo que tenia; se dirigieron a la barra y pidieron unos tragos para luego voltearse y examinar el lugar; de repente el religioso codeo a Kakuzu; señalándole una mesa en especial.

¿Quién aguantaría a un religioso fanatico?

Yugito

¿Quién aguantaría a una adicta al trabajo?

Hidan

¿Quién se creería que pueden tener química?

Tu…..

Hidan se acerco a la rubia sin el menor cuidado; vio como otros hombres también la deseaban, oró a su poderoso dios, para que tomara esos sacrificios en su nombre; y en menos de diez segundos tenia a la rubia solo para el.

-Lárgate idiota, que eres igual o peor que ellos.- La rubia ni lo miro es más ella continuo bebiendo sin inmutarse.

-Lo siento no puedo.- le dijo serio; y aprovechando que su compañero ya se había llevado a la pista de baile a la amiga de Yugito tomo asiento a su lado. – Jashin-sama me dijo que te trajo esta noche aquí explícitamente para mí.

Cualquier mujer normal se hubiera reído en la cara de Hidan cualquier mujer normal; pero Yugito no era como las otras mujeres, y lo que la conquisto no fue la frasecita, ni que nombrara a Jashin; sino, simplemente, fue su convicción.

-000OOO-FIN-OOO000-

Lo prometido es deuda y yo te he prometido un fic espero y te guste con mucho cariño para ti Daniel.