Aviso: Ni Kmy42 ni oodball167 poseen el Final Fantasy VII, así como ninguno de sus personajes y/o derivados.

Advertencia: El siguiente fic contiene escenas de sexo explícito entre Zack, Aerith y Cloud. Si no os gustan esa clase de fics... ¡¿Qué diablos hacéis leyendo esto?! (xD)

Nota de oodball167: Aunque la idea de hacer algo así pasó por mi mente al terminar de escribir "Encuentros" fue el empuje de Kmy42 lo que me hizo lanzarme a proponerle esta colaboración a 4 manos. Para terminar dejadme decir que si algo no os gusta podéis cargar las tintas contra mí y dejar en paz a Kmy42 (¿Qué queréis? Uno tiene alma de gentleman)

Nota de Kmy42: Hola a todos :D Bueno, me gustaría aclarar que una parte grande del crédito corresponde a oodball167 ya que él fue quien propuso la idea; yo contribuí en motivar y lanzar ideas a diestra y siniestra xDD. Todas las críticas son aceptadas, sean buenas o malas; y en caso de que sean malas atáquennos a los dos; para que oodball167 no pague el plato roto solo n.n

¡Disfruten la lectura!

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Tosió. La vejez no perdonaba a nadie, ni siquiera a los héroes. Cloud… se estaba muriendo. Ni tan sólo el mako y todas las células de Jenova que le habían inyectado hacía tanto podían vencer a la vejez. Frágil y delgado, con el aún indomable cabello ya canoso, los tiempos en que él y sus amigos habían salvado al mundo parecían ya muy lejanos. Mientras la temblorosa mano de Tifa le acariciaba la arrugada frente vio entrar a sus hijos en la habitación. Sonrió. Él y su mujer habían acordado llamarlos como a sus mejores amigos. Mientras su familia le rodeaba Cloud sentía que no podía ser más feliz. Sintiendo que su hora se acercaba reunió sus fuerzas para hablar… una última vez.

-Os quiero. A todos.

Vio que las lágrimas empezaban a inundar los ojos de Tifa, y que luego, poco a poco bajaban por las mejillas de ella.

-No llores, Teef. Volveremos a vernos.

- Cloud… No… - Las palabras salieron torpes de la fina boca de su esposa, pero la mirada que mantenía frente a su amor hizo que eso no tuviera la más mínima importancia.

Él logró acariciarle la mejilla una vez más, antes de que el cansancio se apoderara de él. Lentamente cerró sus ojos, por última vez en su vida, mientras exhalaba su postrer aliento.

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Abrió los ojos. Blanco. Un blanco puro y cálido extendiéndose hasta donde la vista podía llevarle. Se levantó, y para su sorpresa, le resultó extremadamente fácil. Con asombro advirtió que su cuerpo volvía a ser el de su época de aventuras. Sonrió y se echó a andar. Al cabo de un rato oyó unas voces familiares. Voces que no oía hace años.

-¡Mira quien tenemos aquí! ¡Es el cabeza de chocobo de Cloud!

-Pregúntale si tiene fuego. Pasar la eternidad sin poder pegar ni una calada es un puto coñazo.

Cloud se dio la vuelta y ante él se encontraban Barret y Cid. Al igual que él ambos parecían haber rejuvenecido hasta recuperar el aspecto que tenían después del conflicto con Deepground.

-Cid, Barret. Me alegro de veros. –De repente cayó en la cuenta. Si ellos estaban aquí... ¡Ella también!- ¡Amigos! ¿Habéis visto a Aerith?

Barret y Cid se miraron el uno al otro. Parecían algo incómodos.

- Bueno... Suele estar por aquí .

-Si, suele reconstruir su iglesia y pasar el rato ahí. No es que entienda como lo hace. Simplemente ves aparecer el edificio de la nada. –Cid parecía enojado. -¡Maldita mujer! ¡Hacer aparecer edificios sí! ¡Hacer aparecer un simple mechero no! ¡Estúpida fanática de la salud! ¡Mecagoentodo! ¡#%\~$!

-¡Donde está la iglesia! –Cloud se impacientaba por momentos.

-¡Y yo que sé, tío! Ahí, allí... ¡Nunca sabes donde va a salir! ¡Ah! Y antes que nada, tú no te vas de aquí sin contarme que hace Marlene. ¡Lo entiendes, pelopincho!

A continuación Barret sometió a Cloud a un tercer grado. Mientras Cloud intentaba responder a las preguntas del sobreprotector Barret, vio aparecer a lo lejos un edificio inconfundible. Empujando a Barret y a Cid para abrirse paso echó a correr a toda velocidad hacia su objetivo. Oyó vagamente a sus amigos gritarle que esperara pero les hizo caso omiso. Pronto volvería a ver a la florista.

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Cloud iba empequeñeciéndose en la lejanía mientras Cid sacaba un cigarrillo del paquete para sustituir el que Cloud había arrojado al suelo al salir corriendo.

-Maldito tío raro... –murmuró.

-Oye, Cid... ¿Cómo crees que va a reaccionar cuando llegue allí y vea de que va el tema? –Cid soltó una carcajada.

-¿Tú qué crees, Barret? Enrojecer como un tomate y salir por patas. Por lo que veo, sigue igual.

Ambos se echaron a reír hasta que Cid se dio cuenta que seguía sin mechero y empezó a soltar una sarta de juramentos capaces de ruborizar al mismísimo Barret.

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Cloud corría a toda velocidad. La iglesia iba acercándose. La emoción amenazaba con desbordar su corazón. Le había llevado cinco minutos llegar a pocos centenares de metros del edificio. Mientras se acercaba oyó la voz de Aerith. Frunció el ceño. Parecían ¿Gemidos, jadeos? Como si estuviera defendiéndose de alguien, ¿Y era un pequeño grito eso que acababa de oír? La adrenalina empezó a correr por sus venas. ¡Alguien estaba atacando a Aerith! Incrementó su velocidad. ¡Esta vez iba a llegar a tiempo de salvarla! No se sorprendió cuando vio aparecer a una versión invocada de la First Tsurugi en su mano. Sin reducir la velocidad irrumpió a través de la puerta, dispuesto a hacer frente a quien fuera. La iglesia era tal y como él la recordaba. Incluso tenía el estanque. Sin embargo no fue eso lo que atrajo su atención. Aerith seguía gimiendo, aunque Cloud se había equivocado completamente de razón.

La mandíbula se le aflojó al ver a la Cetra besándose apasionadamente con Zack. Este la atraía hacia su cuerpo con un brazo mientras la otra mano recorría todo el exterior del muslo de Aerith, levantándolo en el proceso. Una mano de Aerith recorría el bien esculpido torso del SOLDADO mientras la otra le tenía cogido por el cabello, manteniendo el húmedo beso. Fue entonces cuando Cloud advirtió que tanto Zack como Aerith estaban desnudos, con las ropas esparcidas por el suelo. Cloud no lograba despegar sus ojos de la pareja y vio cómo Zack rompía el beso para arrodillarse de modo que su boca pudiera juguetear con los espléndidos pezones de Aerith. Esta le pasó la pierna por el hombro y empezó a acariciar la cabeza y la espalda de Zack. Aerith tiró la cabeza hacia atrás y dejo escapar un pequeño gritito de sorpresa cuando Zack le dio un pequeño mordisquito en el pezón.

Cloud lo contemplaba todo atónito. Las emociones se agolpaban en su cabeza sin que atinara a discernir ninguna. Por un lado se alegraba de volver a ver a la florista y al SOLDADO, más aún de que el romance entre él y la Cetra no hubiera repercutido negativamente en la relación entre Zack y Aerith. No obstante no pudo sino sentir una creciente oleada de celos al observar cómo las manos de su mejor amigo acariciaban el perfecto cuerpo de Aerith, deteniéndose momentáneamente en las nalgas antes de cogerla por la cintura y levantarla en vilo.

Aerith pasó la pierna libre por encima del hombro de Zack, de modo que su sexo quedara tentadoramente al alcance de la boca de éste. Zack emitió un murmullo de placer antes de depositar a Aerith en el suelo con una gran delicadeza. Aerith suspiró y alargó la mano hacia la prominente erección de Zack, que gimió con el contacto. Estuvieron un buen rato así, Aerith acariciando el miembro arriba y abajo, moviendo el pulgar en círculos por encima mientras Zack paseaba su lengua por todo el cuerpo de Aerith, esparciendo besos y lametones desde el cuello hasta la cara interior de sus muslos, dedicando especial atención a los pezones y la región pélvica de la muchacha, lo que provocó que Aerith jadeara y se retorciera con un placer apenas contenido. Entonces Zack alojó su poderoso muslo entre las piernas de Aerith, presionándola con su cuerpo contra el suelo y besándola con una avidez equivalente al ansia que desvelaban las manos de Aerith, que estaban posesivamente sobre los glúteos de Zack, apretando hacia ella, incitando a Zack a dar un paso más.

La tormenta de sentimientos paralizaba a Cloud, y cuando quiso hablar las palabras se le atragantaron y solo pudo graznar el nombre de la Cetra.

-¿Aerith? –Zack y Aerith levantaron la mirada y le vieron. El tiempo se detuvo y ninguno de los tres halló palabras hasta que la florista y el ex primera clase lanzaron sendas exclamaciones a la vez.

-¡Cloud!

-¡Chocobo!

Mientras los dos pares de ojos seguían fijos en él Cloud sintió una oleada de calor en su cara y comprendió que debía parecer un tomate. Empezó a balbucear.

-Yo... Me... Yo... –Bajó la mirada, avergonzado. –No quería molestar.

Fue cuanto logró decir antes de salir corriendo como alma que llevara el diablo. Mientras se alejaba de allí oyó un grito.

-¡Cloud! ¡Espera!

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¡Bueeno! Ahora es cuando dejáis reviews (guiñando el ojo compulsivamente) y nos hacéis felices.

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