¡Habemus segunda temporada! Oh sí baby. Rasen llegó con noticias espectaculares para todos. Y es que al final sí se hizo :D Y ahora tendremos más de Daiki y Axelle, sus dramas, la comedia, la intriga, de todo un poco. Esta temporada llega renovada y promete hacer vibrar sus corazones, así que demos inicio a esta emocionante aventura que nos mantendrá ocupados por unos meses más (owo)9 Y bueno, agradecimientos a todos los que se mantuvieron al pendiente de Addicted to U y la apoyaron a su manera. ¡Chicas, esto es para ustedes con todo mi oscuro y torcido corazón!

Capítulo 111

Nuevo enfoque

No era la primera vez que tenía que trabajar en un set de filmación, pero las dimensiones de aquel lugar definitivamente le dejaron sorprendida y le provocaron mirar en todas las direcciones posibles, especialmente por el gran número de personas allí reunidas. A su punto de vista había demasiada actividad para ser un sábado por la mañana.

Nadie allí le resultaba conocido, o eso era lo que creía hasta que sus carmesí ojos se toparon con esa dorada mirada que estaba más que contenta de estar allí, incluso cuando apenas eran las nueve de la mañana. Se notaba a leguas que amaba la atención; misma que recibía sin demasiada dificultad por esas chicas que iban desde maquillistas hasta las actrices secundarias que debían filmar dentro del primer capítulo de aquel dorama del que iban a ser partícipes.

—¡Axelle-chan, Axelle-chan! —saludó con entusiasmo y frescura propias de Kise Ryouta. La francesa simplemente le devolvió la cortesía y se aproximó hasta donde él estaba, causando cierto ruido en la concurrencia femenina—. ¿No es grandioso que vayamos a trabajar juntos?

—Sí, supongo que es emocionante. Aunque no estaba esperando que me metieran a actuar en un dorama…—decía esto mirando de reojo a su querida representante; ella había planeado todo cuando estaba felizmente de vacaciones en París.

—Y gracias a los papeles que tenemos no habrá problema alguno —después de ese beso para el especial de Navidad debía evitar futuros roces con su actual pareja.

—Bueno, igualmente tenemos co-protagonistas, y que no necesariamente terminarán como nuestros amigos —aclaró, devolviéndole a la realidad al rubio—. Pero que sea un amor ñoño y a la antigua, ayuda mucho.

—¡¿Ñoño?! —el blondo simplemente parpadeó confundido. A su punto de vista el romance de la historia era inmaculadamente dulce, natural y puro. Como el que cualquier chico desearía vivir.

—La cosa es que lo máximo que haremos será tomarles de la mano, abrazos o un beso en la frente…—continuó. Por lo visto ella ya se había leído todo el guión.

—¿Aominecchi está enterado de esto? —preguntó por si las dudas.

—Sí…Creo que lo tomó bien.

—¿Cómo que crees? —exclamó con cierto repelús.

—Desde que las clases iniciaron, Maeko me ha hecho trabajar diariamente como si no existiera mañana y sólo he podido hablar con él como gente decente los domingos…

—Aunque te entiendo…Entre el entrenamiento, la universidad y el trabajo, apenas y me queda tiempo para respirar…Pero es una fortuna que compartamos clase —sonrió lleno de ímpetu y felicidad.

—Me alegro.

—Chicos, no quisiera interrumpir su amena plática, pero tenemos que ponernos a trabajar o esto no saldrá a tiempo —irrumpió Naomi a esos dos.

—Ya habrá tiempo para que intercambien noticias, ahora deben arreglarse y meterse en su papel —habló sonriente Maeko. Esos dos se miraron y suspiraron en sintonía.

La escenografía fue colocada en la brevedad posible al tiempo que cada uno de los participantes terminaban de cambiarse y pasar por el usual maquillaje para lucir impecables frene a la cámara.

Y aunque en ese estudio se llevaran a cabo grabaciones de manera frecuente, el que una de las estrellas de aquel nuevo dorama fuera el controversial y apuesto Kise Ryouta tenía a todos a la expectativa, ansiosos de verlo actuar y demostrar que era algo más que una cara bonita y un as del basquetbol.

—Silencio señoritas –llamó a callar con amabilidad el director del rodaje. Tan temprano y todas allí ya andaban emocionadas con el blondo, mismo que había hecho su aparición en el escenario-. Repitamos nuevamente la escena, Kise-kun.

—Entendido, Fuchida-san —agregó sonriente. Si bien nunca había tomado clases de actuación, no iba a caer en el pánico; él podía hacer cualquier cosa que se propusiera si así lo deseaba.

—Daishi-kun, vete preparando, ya que pronto será tu turno también —advertía el hombre a la rubia, quien permanecía cerca del área de rodaje.

—Entendido —asintió rápidamente—. No es que esté nerviosa de actuar, lo he hecho muchas veces en las obras de Hadrien, pero…sigo sin percibir por completo a Kise como mi hermano…Contemplo las razones por las que fui arrastrada a esto…Ser rubia no deja nada bueno…—se lamentó en su interior.

La audiencia no podía estar más que complacida por la impecable actuación de Kise. Es que era como si hubiera nacido para ello, por lo que indudablemente le esperaba un gran futuro. Y más si su papel consistía en representar a un chico trabajador, estudioso, frío y que únicamente tenía cavidad para su pequeña familia.

No obstante, su actual compañera de trabajo y hermana menor dentro del filme, tampoco lo estaba haciendo nada mal. Por lo que estaban satisfechos con su desempeño; especialmente porque así reducirían la repetición de tomas y problemas con el resto que participaban, que siendo veteranos en el tema, no contemplaban con muy buenos ojos que unos novatos les arrebataran los papeles principales.

—Tomaremos un descanso de veinte minutos. Volveremos para la toma del salón de clases y la presentación inicial de Taniyama-kun —habló por último el director antes de retirarse.

—Pensar que esas gafas te quedan bien, Kise —elogiaba la francesa al chico.

—No hay nada que no me quede bien, Axelle-chan —comentó modesto el joven.

—Pues no ha sido tan difícil —prosiguió. Ambos caminaban hacia sus camerinos; el hambre ya estaba haciendo mella en ellos y debían almorzar antes de seguir—. Me ha tocado un papel fácil.

—Lo has hecho muy bien. Estoy seguro de que todos amarán tu actuación —comentó campante—. Con esto seguramente serás más famosa.

—Kise, parece ser que te están esperando para desayunar…—sus pies se detuvieron, y Ryouta hizo lo mismo unos cuantos centímetros después.

—¡Chicas! —allí estaba el pequeño grupo de cuatro jóvenes que estaban sonriéndole amigablemente, con cajas de obento en manos y su clara intención de invitarle a él.

—¿Quieres comer con nosotras, Ryouta-kun? —cuestionó una de ellas muy animadamente. Se trataba de la actriz que representaba el papel de la profesora que daba clases en la escuela de su pequeña hermana ficticia.

—Hay suficiente comida para los cinco —no sorprendía que su acompañante no formara parte del picnic mañanero.

—No te arrepentirás. Está bastante delicioso, Ryouta-kun —profesó otra, bastante liberal, que se acercó al blondo.

—Por supuesto —la cortesía y caballerosidad del modelo, algún día le costaría cara—. ¿Axelle-chan, vienes con nosotros? —mientras su dorada mirada se enfocaba en la chica, el resto miraban con desagrado que él estuviera invitándole, pero como no querían ser groseras ante él se abstenían de comentar.

—Yo comeré con Maeko, así que no te preocupes. Disfruta tu desayuno, Ryouta-kun —le sonrió tiernamente, dándole un par de palmaditas. Fue entonces cuando Kise recordó lo de las pelotas de basquetbol y supo a lo que se atenía.

—A-Axelle-chan…—su mano intentó tomar el hombro de la chica e impedir que le abandonara con esas mujeres, especialmente porque sabía lo que pasaría si se portaba demasiado condescendiente.

Desde el lugar en que Axelle y su representante se encontraban, se podía apreciar perfectamente tanto al rubio como a ese grupo de actrices que estaban resultando bastante platicadoras y encantadoras con él. Aunque era algo triste el hecho de que ellos comieran tan bien y ella sólo tuviera esas cosas compradas en el súper más cercano de camino allí.

Las consecuencias de no madrugar y prepararse algo decente.

—¿Nuevamente comerás eso, Axelle? —era una clara llamada de atención.

—Sí. No tuve tiempo de cocinar nada —prefería dormir como era debido a andar toda como un zombie.

—Iremos a comer a un buen sitio después de esto —suspiró con cansancio. No era la primera vez que hacía eso, pero no tenía caso regañarle.

—Maeko, al fin te encuentro —un tercero se unió a su plática, logrando que la peli verde se levantara de su asiento y dirigiera su atención hasta el recién llegado.

—¡Syu-chan, al fin llegaste! —saludó emotivamente la mujer. Incluso había intercambiado un abrazo con el alto muchacho.

—¡….! —Axelle casi se ahoga con el pedazo de onigiri que estaba masticando. Es que ella había sido la más sorprendida de todos.

—¿Estás bien, Axelle? —Maeko simplemente masajeó la espalda de la rubia, intentando que ese mal momento pasara.

—L-Lo siento…Es que me tomó por sorpresa…el que…—sus carmesí pupilas se posicionaron en esos penetrantes y vibrantes zafiros—. Taniyama-san estuviera aquí.

Kise no era el único que iba por la vida vistiendo de manera impecable y coordinada, ya que ese joven también gozaba de un buen gusto, y el que mantuviera su condición física en tan buen estado también aportaba puntos extras. Aunque eso importaba realmente poco cuando se apreciaba su atractivo que fácilmente lograba que cualquier fémina le mirara sin esfuerzo alguno.

—Puedes decirme simplemente Taniyama…No le agregues ese honorífico, me hace sentir viejo…—comentó con cierto humor el peli gris, guardando sus manos en sus bolsillos.

—Sí, sé que te preguntas que está haciendo él aquí —Axelle asintió lentamente; estaba que no se lo creía—. Es mi sobrino favorito, Axelle —sonrió llena de orgullo—. Además de cantante, es actor —informó tranquilamente.

—Taniyama Syuusuke, un placer.

—D-Daishi Axelle. El placer es todo mío —expresó tras intercambiar un apretón amigable con el joven.

—No vas a creerlo, pero Axelle es una gran fan tuya, Syu-chan. Hasta me hizo un relato detallado del concierto que tuviste a finales de noviembre aquí en Tokio —contó amenamente, logrando que la rubia empezara a ponerse roja de la vergüenza.

—¡Maeko! —replicó, indicándole que parara porque era vergonzoso—. Lamento eso…—soltó con nerviosismo.

—Descuida, no pasa nada. Mejor deja de molestarla, tía —regañó el cantante.

—No seas penosa, Axelle —le codeaba la peli verde, la francesa solamente suspiró. Eran demasiadas emociones para un día.

—Hagamos nuestro mayor esfuerzo, Daishi-kun —soltó con una tenue sonrisa.

—Por supuesto —quizás lucía relajada, pero sin duda estaba emocionada y sorprendida de que iba a trabajar al lado de ese joven al que tanto admiraba desde que estaba en secundaria.

Kise ya había concluido su desayuno, por lo que se limitaba a apreciar lo que pasaba del lado de Axelle. No le sorprendía que hubieran elegido a un tío tan bien parecido para el dorama, pero sí le llamaba la atención el verla tan motivada por un sujeto como él, como si fuera en cierto modo, admirado por ella.

—Su nombre es Taniyama Syuusuke, además de actor, es también el vocalista de Orpheus —comunicó una de las acompañantes del blondo—. Es el favorito para este tipo de doramas, por lo que nos sorprende verlo por aquí.

—¡¿Ah?! Así que ese chico es…—estaba que no se lo creía tampoco. Ahora con eso dicho ya entendía por qué Axelle estaba tanto incrédula como motivada por el peli gris—. Nada como conocer a la persona que tanto has admirado —por alguna razón le venía a la mente cierto chico al que admiraba de igual manera.

—Kise Ryouta, ¿no es así? —los dorados ojos del aludido se enfocaron de inmediato en la joven que se había acercado hasta él en su momento de abstracción.

—Sí, así es —saludó con sus típicas sonrisas derrite corazones.

Frente a sus ojos se posicionaba una hermosa joven de cabellos ondulantes y pelirrojos. Sus ojos esmeralda y el tono blancuzco de su piel le sentaban de maravilla. ¿Y qué decir de su anatomía? Hacía envidiar a más de una dentro de ese estudio.

—Mi nombre es Hamasaki Ayane, encantada.

—Un gusto.

—Me sorprendí mucho de que alguien como tú fuera a participar dentro de este dorama, Kise-kun. Pero por lo que he escuchado, lo has hecho magníficamente.

—Bueno, hago lo que puedo. Estoy esforzándome por dar lo mejor de mí.

—Solamente es cuestión de que te acostumbres. Estoy segura que después serás tan popular dentro del mundo de la actuación como lo eres en el modelaje.

—Muchas gracias, Hamasaki-kun —le era imposible resistirse a los elogios de una chica. Sencillamente estaba mal acostumbrado a que todas las mujeres le mimaran en algún momento dado de su vida.

—Veo que Syuusuke-kun también está aquí. Aunque no reconozco a la chica con la que está —indagó curiosa. Los mencionados estaban platicando en compañía de la manager de la rubia.

—Es modelo igual que yo. Se llama Daishi Axelle y es mi pequeña hermana en el dorama —habló lleno de entusiasmo. La verdad es que le divertía actuar en compañía de alguien a quien conocía.

—Ah, así que es ella. Había escuchado sobre su persona pero no la conocía físicamente hablando.

—Hemos trabajado juntos anteriormente para un especial de Navidad —relató, pasando por alto ese asuntillo que causó tantos problemas con sus respectivas parejas.

—Así que son buenos amigos, ¿no?

—Claro que sí. Es la novia de un viejo amigo mío —se calló de inmediato ante lo que había dicho. Sabía que no traería nada bueno revelar información como esa.

—¿Así que conoces al novio de Daishi-san? —curioseaba una de las chicas.

—¿Es modelo o actor?¿Es alguien del medio? —preguntaba una segunda.

—¿Es guapo, agradable?

—Ah…Tengo que irme, el director ya nos está llamando —comentó conservando la calma—. Me sorprende con lo popular que se está volviendo, que no hayan sacado esa clase de información al aire…O Axelle-chan tiene mucha suerte o Maeko-san es muy buena encargándose de eso…o ambas…

—Es desagradable que estén preguntándole a Kise-kun por algo como eso. Cada quien mantiene su vida sentimental en privado si así lo desea. Y si Daishi-san no quiere hablar sobre eso, respeten —refuto la pelirroja a esas chismosas que deseaban extender el cotilleo.

—Deben respetar la vida personal de los demás —indicaba el rubio. Esas mujeres solamente se limitaron a pedirle disculpas al blondo; malditas convenencieras.

Tras el descanso retomaron sus actividades, continuando con aquella motivación y el deseo de terminar lo antes posible el trabajo para poder abandonar el estudio y disfrutar de lo que quedaba de su sábado. Después de todo, el fin de semana era el único período libre de escuela y clubs, y querían disfrutarlo aunque fuera un poco.

—Eso ha sido todo por hoy. Los felicito, han hecho un espléndido trabajo. El capítulo uno de Cielo de Amor ha sido concluido —las sonrisas y aplausos también se les contagiaron a ese par de rubios que lo único que deseaban era irse de allí; había sido un sábado de extenuante labor—. Antes de que se vayan, Kise-kun, Daishi-kun, quiero informarles que mañana deberán estar en el estudio a la misma hora que hoy.

—¡¿Ah…?! —los insultos se quedaron en su interior. No podían faltarle el respeto a su superior.

—Naomi-san me comentó que no puedes estar viajando a Tokio entre semana por tu trabajo de modelaje y el club de baloncesto, así que mañana adelantaremos unas cuantas escenas que tendrás con Daishi-kun y Hamasaki-kun,. Así nosotros podremos hacer un par de capítulos entre semana.

¡¿Nuevamente no tendré vida esta semana…?! Tengo exámenes en la semana…—a Axelle ya no le importaba haber perdido ya el domingo, sino que ahora debía despedirse de su semana y tiempo libre; ser actriz apestaba.

¡Mañana planeaba invitar a salir a Aoi…! —sus planes se fueron al garete. Aunque estaba haciendo todo eso por una buena causa: ayudar a la castaña con sus dilemas económicos.

—Descuide, estaremos puntuales mañana —habló Naomi como si nada. Ella estaba encantada de la vida.

—Es normal que el director nos presione, ya que el dorama se estrenará en la primera semana de Febrero —comunicaba Maeko a su atormentada subordinada.

—…Bueno, el título queda…con el mes del amor y la amistad…—a ese paso seguramente no disfrutaría de esas fechas—. Espero que Daiki se tome con humor toda esta situación…

—…¿Esto significa que tendré que despedirme de mis fines de semana hasta que se acabe el rodaje de este dorama? —se preguntaba con temor creciente el chico.

—Espero que mañana tengan el mismo desempeño y entusiasmo, chicos —esos dos solamente habían dado el todo por el todo en la segunda mitad de su trabajo porque sabían que después de eso serían libres.

—…Sí…—sonrieron animosamente ante el oscuro y explotador futuro que les aguardaba a partir de ese momento.

Resignación era lo único que podían tener en esos momentos. No podían refutarle nada al jefe, así que guardaron sus quejas para ellos mismos y prosiguieron a abandonar el local.

Sin embargo, optaron por la salida trasera. Sabían que si salían por el frente se verían envueltos en la popularidad masiva de Syuusuke y Ayane; ambos figuras de la farándula que movían masas de hormonales adolescentes.

—Mis fines de semana se han esfumado —lloriqueaba Kise.

—Al menos tú tienes la semana, yo ni eso —sollozaba la otra—. Ha sido mala idea aceptar esto.

Y fue así como ambos empezaron a caminar con lentitud. La tarde había caído y tampoco es como si les quedaran energías para nada más.

—Nuestras managers son malas —espetó lleno de desesperanza—. Aunque...

—¿Aunque...? —curioseó.

—Necesito este trabajo si es que deseo ayudar —dijo seriamente.

—¿Tienes problemas económicos?

—Yo no...Sino más bien se trata... —rascó su nuca y miró hacia el frente. Por fortuna el camino que tomaron era poco concurrido.

—Entiendo. Pues entonces no te quejes —le hizo saber.

—Por cierto, Axelle-chan...

—¿Qué pasa? —sintió la miradilla del blondo sobre su persona.

—Te vi muy emocionada platicando con Taniyama-kun...- —a francesa no era tonta y adivinaba por dónde iba la cosa.

—Eres mejor amigo de lo que pensé. Daiki igualmente no va a agradecértelo.

—Ya lo sé... —mencionó desesperanzad—. ¿Entonces...?

—Lo admiro —confesó a secas.

—¿Te sientes atraída de alguna manera hacia él...?

—Me enamoré de la letra de sus canciones y de su voz —platicaba a la vez que entraban en una cafetería y tomaban asiento.

—Así que es esa clase de atracción... —tras pedir rápidamente lo primero del menú la charla prosiguió—. De modo que debes estar más que encantada de trabajar con él.

—Podría decirse que es así...Es algo así como un sueño hecho realidad. Tenía muchas curiosidades sobre su persona y ahora podré resolverlas.

—¿Y cómo es que lo conociste? —su hambre era equivalente al filete que se había pedido y que empezaba a degustar.

—Cuando escuchaba canciones al azar en la radio para distraerme del hecho de que el chico que quería nunca me correspondería —calló para probar su filete de pescado antes de seguir—. La letra era tan exacta como emotiva. Pareciera como si yo hubiera puesto los elementos de la misma...Fue irónico y bastante triste. La verdad es que su canción terminó por deprimirme —sonrió con humor. Lo que había sido una experiencia dolorosa se transformó en una anécdota más.

—Vaya, lo siento mucho... —ahora era capaz de entender el sufrimiento que llevaba el ser rechazado; no era algo grato—. Ese chico se perdió de una buena chica como tú.

—Supongo que sí —sonrió una vez más, pero esta vez con naturalidad—. Y a partir de allí me fui enamorando de su trabajo.

—Bueno, parece un buen sujeto. He conocido a muchos modelos que se creen la octava maravilla —bastaba con recordar a los ex de Aoi.

—Sí, es bueno saber que no es un petulante como muchos otros —agregó campante—. ¿Estarás bien con todo esto? Lo digo por Aoi...

—Descuida, ya le expliqué todo y gracias a que no hay besos ni nada de eso, todo está bien. ¿Y tú? Aominecchi puede ser muy posesivo...

—Se quedó conforme con eso de que no habrá escenas de besos —dictaminó, evocando el momento en que comentó eso a su pareja—. Aunque en ese momento no sabía que mi pareja iba a ser Taniyama...

—Pequeños detalles...

—Supongo que Aoi tampoco sabía que Ayane tendría el papel de tu pareja —mencionó casual. El rubio sonrió lleno de confianza.

—Aoi y yo tenemos mucha confianza el uno en el otro. Así que ella sabe que no tendré ojos para nadie que no sea ella.

—Si ese es el caso no creo que haya problema alguno...Por cierto, te ha llegado un mensaje —el bonito celular del rubio permanecía sobre la mesa, a un lado, por lo que pudo escuchar el tono de llegada de un nuevo mensaje.

—Quizás sea Aoi. Le he dicho que tendré que quedarme en Tokio por trabajo —mientras hablaba abría el mensaje, percatándose de que no era de su novia, sino de cierta pelirroja—. Es de Hamasaki-kun.

—Tu número es del dominio público, al parecer —bromeó.

—Intercambiamos números por esto de que trabajamos juntos.

—¿Y qué es lo que pone?

—Me pregunta si quiero ir al karaoke esta noche con ella y nuestros compañeros de trabajo. También extiende la invitación para ti —decía animado. Una parte de él amaba la diversión y la vida nocturna.

—¿Y piensas ir?

—Sería muy raro si asistiera solo, así que si te animas a ir, te acompaño.

—Astuto de tu parte, Kise. Pero tendré que declinar tu petición para divertirte y salvarte poniéndome de excusa... —el suave suspiro del rubio le dio la razón a su conclusión—. Estoy muerta de cansancio y sobre todo, Daiki quiere que nos veamos en su casa en media hora para cenar —mostró aquel mensaje a su amigo y este sólo hizo una mueca.

—¡Aominecchi, eres tan cruel!

—Parece que ya te conoce bien —bromeó. Al final del mensaje podía leerle claramente: "Más te vale no usar a mi novia de excusa para irte de farra, Kise".

Con una amenaza en el aire, Kise tuvo que abstenerse de irse de fiesta y simplemente se fue directo a su casa a descansar. Al fin y al cabo debía de madrugar.

Y el domingo llegó en un parpadeo prácticamente perecedero.

Contra todo pronóstico llegó puntual a la mañana siguiente, siendo uno de los primeros en presentarse. Aunque había alguien que llamó su atención. ¿Qué es lo que hacía él allí?

—¿Taniyama-kun?

—Kise, buenas —saludó el oji azul con una sonrisa ladina—. Eres bastante puntual.

—Puedo decir lo mismo de ti. Aunque...

—Tengo que grabar un vídeo en este estudio después de que terminen de trabajar, por eso estoy aquí.

—Debe ser duro ser una estrella de la música y un actor reconocido.

—Sí, tiene sus contras. Como que tu vida privada sea del conocimiento general —comentó con cierta resignación y molestia.

—Lo sé...Me pasa exactamente lo mismo —después de todo mantenía en secreto el nombre de Aoi para evitarle problemas.

—Debes tener cuidado con tus fanáticas, Kise —mencionó como si nada, pero el rubio detectó algo más tras ello.

—¿Por qué lo mencionas?

—Porque ya se corren rumores de quién es tu pareja —notificó—. Y no hay peor enemiga que otra mujer.

—¡¿Cómo has dicho?! —no podía ser cierto algo como eso, había sido muy cuidadoso con ese asunto.

—Los paparazzi siempre lo consiguen de un modo u otro. Lo digo por experiencia propia...Mi última relación terminó por ese tipo de cosas.

—Agradezco el consejo y la advertencia...Pero mis fans no podrían hacer algo tan cruel.

—Los celos son cosas de cuidado, Kise.

—¿Qué cosas son de cuidado? —la voz de la pelirroja tomó por sorpresa a los dos—. Buenos días. Veo que se están llevando bien.

—Compartimos experiencias, es todo —fue el último comentario del peli gris antes de irse.

—Parece que sigo sin agradarle —dijo tras suspirar tendidamente.

—¿Por qué lo dices?

—Soy la mejor amiga de su ex novia más reciente. Y digamos que nunca le agradé y bueno, tras la ruptura, ya no tenía razones para tratarme.

—Eso es muy vil de su parte —replicó con notorio enfado.

—Ya sabes lo que dicen, las apariencias engañan.

Tras unos minutos de espera el director y el personal faltante, llegaron. Permitiendo que el rodaje diera inicio.

Fue así como ante ellos se mostraba una candorosa y bien ordenada biblioteca. Y aunque había varios estudiantes allí presentes, la cámara únicamente se enfocaba en el protagonista de la escena.

—Tsk...Apenas y podremos librar el mes —masculló con malhumor el rubio tras frotar su sien y retirar sus gafas.

—¿Daisuke-kun? Todavía sigues en el campus. Pensé que estarías en el trabajo —aquella compañera suya tomó asiento frente a ella, mirándole con cierta preocupación.

—He pedido permiso para entrar tarde este día. Debía entregar algunos deberes al profesor —relató con cansancio.

—Sé que te he dicho esto varias veces, pero...no es mejor que pidieras ayuda a algún familiar? Es duro que lleves todo el peso tú solo.

—Kanako-chan, agradezco la preocupación. Pero mi hermana y yo estamos bien...Lo superaremos juntos —esbozó una pequeña pero enternecedora sonrisa.

—¡Corte! Kise-kun, lo has hecho muy bien.

—Gracias director —interpretar a alguien tan serio, responsable y estoico le resultaba agotador.

—Daishi-kun, es tu turno. Recuerda los consejos que te di.

—Los tengo en cuenta —hora se ser la hermanita cariñosa y buena gente.

Nada como el ambiente de un pequeño departamento, cálido y con lo básico para poder llevar el día a día.

—Nii-chan, al fin llegas —le recibió la rubia en cuanto el aludido atravesó el portal con un maletín en manos y el semblante de haber sido una jornada agotadora.

—¿Qué tal te fue en tu nueva escuela, Shiro?

—Normal. Nada que valga la pena mencionar —estableció.

—Vamos Shiro, seguramente has hecho varias amigas y le has robado el corazón a más de uno —concluía risueño mientras se tumbaba en el único sillón de la sala.

—Pues te has equivocado hermano. Nada de eso ha pasado. Lo único que tengo es un montón de tarea —tomó asiento al lado del blondo.

—Sé que es duro cambiarse de colegio y tener que empezar desde cero, pero sabes que aunque quiera no puedo...

—Lo sé, lo sé. Así que descuida, no pasa nada.

—Eres una buena niña —era su hermano y podía acariciarle la cabeza por ser buena chica.

—¡Hermano! Ya no tengo doce. Deja de hacer eso, es vergonzoso... —simplemente desvió su atención hacia otro lado al tiempo que él continuaba mimándole—. Mejor consíguete una novia y déjame en paz.

—¿Quién quiere que le lleve a cenar una deliciosa hamburguesa? —preguntó cantarinamente.

—Y-Yo... —respondió con pena y mesura.

—Entonces alístate y vayamos —agregó sonrientemente.

—¡Se queda! —exclamó bonachón el director—. Sin duda tomé la mejor decisión al elegirlos para el papel de hermanos —nada como echarse flores a uno mismo.

Tras un breve descanso para desayunar y cambiar la ambientación, las labores de actuación prosiguieron sin retraso alguno hasta terminar.

A ambos les costaba creer que ya pasaban de las tres de la tarde. Trabajar tanto debería ser un crimen.

—Todavía tengo que viajar hasta Nagoya —lloraba el blondo.

—Soy tan Tsundere en este dorama —alguien estaba feliz por su rol-

—¿Te das cuenta que maltratarás mucho a Taniyama-kun? —le cambió la perspectiva, arruinándole su efímera felicidad.

—Pero es daño verbal —recapituló—. Si fuera físico me preocuparía.

—Tan positiva como siempre, Axelle-chan.

Y antes de que pudiera decir algo más, ambos terminaron siendo ofuscados por el gran número de flashes que impactaron de lleno contra sus rostros.

Hoy su idea de pasar desapercibidos por la parte trasero fue un rotundo fracaso. Ya que les esperaba una cantigas nada despreciable de paparazzi.

—¿Es cierto que están en un romance fortuito?

—Kise-kun, ¿cómo te sientes ahora que has incursionado en el mundo de la actuación? ¿A qué aspiras?

—Daishi-kun, ¿qué tal tu nueva experiencia como actriz? ¿Crees que podrás llegar a ser tan popular como en el modelaje?

—Se rumorea que sales con uno de los jugadores del equipo de baloncesto de la Universidad de Tokio. ¿Qué tan cierto es esto?

Ambos simplemente se miraron de reojo, llegando a un acuerdo secreto.

—...Sin comentarios... —fueron sus únicas palabras antes de escapar del lugar tomando caminos separados. Lo menos que deseaban ahora era dar entrevistas sobre su vida personal.