El alzaba vuelo con su pequeña en brazos, sabía que eso la hacía feliz; buscar mariposas. Ella los veía embelesada desde el lago cercano al claro donde se encontraban. Todavía no se explicaba como en años anteriores, consideraba a este ser tan bello que sus ojos contemplaban, un asesino despiadado y frio. Era algo que no le parecía lógico, pero su abuelo siempre le repitió, *"Nunca juzgues un libro por su portada"*.

Con los años, había aprendido a verlo como en verdad es, un hombre que a su manera era amoroso, había aprendido a ver a través de sus ojos. Ellos eran los únicos que aseveraban la verdadera naturaleza de sus ser; una tranquila, y algo fría, aunque nunca con ellas, naturaleza.

Lo que veía era todo lo contrario a esa criatura hermética que había intentado asesinarla más de una vez. Observaba con orgullo a un padre devoto por su hija. Un hombre que haría hasta lo imposible para que su pequeña familia estuviera feliz, para que nunca se las arrebataran a ellas. Hoy, después de mucho tiempo de negación, podía decir que tenía algo por que luchar; alguien a quien proteger.

A él le encantaba recordar como sucedió todo, como logró aceptarse enamorado de una humana, idea que le costó mucho tiempo y que pagó muy caro; pero estaba seguro de que no se arrepentía...

Si quieren saber como ambos llegaron a esta hermosa e inesperada situación, solo empieza a leer..